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21 de Noviembre de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La anarquía funciona según el Banco Mundial


Atención a este informe del Banco Mundial sobre la situación en Somalia:

Somalia ha carecido de gobierno reconocido desde 1991 -una temporada insualmente larga. En unas condiciones extremadamente complicadas, el sector privado ha demostrado su valiosa capacidad para hacer que las cosas funcionen. Para enfrentarse con la ausencia del imperio de la ley, las empresas privadas han estado usando jurisdicciones extranjeras e instituciones para ayudar con algunas tareas, operando dentro de redes de confianza para fortalecer losd derechos de propiedad, y simplificando las transacciones hasta el punto de no requerirlas. La experiencia dell sector privado de Somalia sugiere que puede ser más sencillo de lo que popularmente se piensa que el sistema financiero y algunos servicios de infraestructuras funcionen allí donde el gobierno es extremadamente débil o inexistente.

El artículo es harto recomendable, pues muestra cómo una sociedad puede alcanzar un orden totalmente espontáneo sin la mediación organizativa del gobierno. Sin embargo, según el Banco Mundial, existen problemas y limitaciones. El sistema jurídico, por ejemplo, no posee los conceptos de contrato o de responsabilidad limitada. De la misma manera, al estar basado en las resoluciones de los ancianos dentro del clan, funciona deficientemente para los problemas que se producen entre personas de distintos clanes. También reconoce las limitaciones en la construcción de carreteras, debiado a lo que los neoclásicos llaman costes de transacción y el pillaje de los free-rider; así como en una baja tasa de escolaridad del 17%, frente al 81% de sus vecinos. Conviene hacer algunas matizaciones, pues, sobre estas conclusiones parcialmente adversas para la causa anarquista.

En primer lugar, el hecho de que sólo hayan transcurrido 13 años desde la desaparición de facto del gobierno, sugiere que las instituciones, en este caso las jurídicas, todavía están poco desarrolladas. No es que la evolución institucional pueda considerarse desarrollada en algún punto (pues está en continua evolución adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad), pero sí es evidente que tiene un corto recorrido para resolver la mayoría de las controversias que aquejan a una sociedad precapitalista.

En segundo lugar, algunos de los defectos que el Banco Mundial haya encontrado pueden deberse simplemente al error de observar un país sin Estado a través del prisma de uno con Estado. Esto es, querer que en Somalia sucedan fenómenos similares a los de otros países subdesarrollados con Estado (como una prematura construcción de infraestructuras) supone un grave equívoco. De hecho, el mercado no es bueno si es capaz de llevarnos allí donde nos habría llevado el Estado; el mercado, la libertad individual y el orden espontáneo, son precisamente superiores porque omiten los errores estructurales que comete el intervencionismo estatal.

El intervencionista suele creer que cuando X unidades de determinado bien no son producidas, ello supone un fallo de mercado (el mercado no es capaz de producir X unidades de ese bien) La cuestión es si realmente esas X unidades suponían necesidades de la gente, o son sólo apreciaciones de un dirigente o analista que, como todos, carece de la información suficiente para afirmar semejantes extremos.

La "pésima" red de carreteras de la que habla el informe puede deberse a que los somalíes tienen otras necesidades prioritarias. De hecho, cuando el Banco Mundial se queja de que "a un empresario el construir una carretera y recaudar las tarifas que cubran sus costes le es aparentemente difícil", por los problemas que ya hemos señalado, costes de transacción y free-riders. Éstos son, en realidad, problemas artificiales. El auténtico coste es el de oportunidad; cuando un empresario no posee el capital suficiente como para emprender anticipadamente la construcción de una carretera (de manera que puediera, una vez construida, cobrar las tarifas pertienentes y discriminar el acceso como sucede en nuestras autopistas) significa que tendrá que sustraerlo del resto de ciudadanos. En algunos casos, las aportaciones voluntarias pueden funcionar, en otros, como éste, la imposibilidad para hacerlo demuestra que el coste de la carretera (no el monetario, sino el de oportunidad, incluido el tiempo de ocio al que renuncia el empresario para recolectar uno a uno el dinero) no compensa los beneficios esperados por la carretera, especialmente, los beneficios esperados en un determinado momento futuro -por cuestiones de preferencia temporal.

También puede suceder que el ingreso monetario esperado por el empresario una vez construida la carretera no supere el coste monetario del proyecto. En este caso, resulta evidente, que tal proyecto no debe emprenderse (a menos -y esto es un matiz bastante innecesario- que el empresario obtenga un ingreso psicológico mayor que el coste psicológico del proyecto, de manera que no le importa observar cómo se consume su capital)

Por último, el tema de la educación resulta paradigmático de por qué el informe señala errores dónde no debería hacerlo. Contrastar los datos de escolaridad de dos sociedades distintas es un error, principalmente si lo que se quiere es trazar las diferencias entre una sociedad sin Estado y una sociedad con Estado. Que sólo un 17% de los somalíes esté escolarizado sin Estado no significa que la anarquía no funcione, pues la cuestión (aparte de consideraciones sobre si la escolaridad supone un valor que deben perseguir todos los individuos) es si el Estado en Somalia hubiera conseguido incrementar esa tasa de escolaridad. Debe compararse la escolaridad sin Estado en Somalia con la escolaridad con Estado en Somalia.

Claro que el problema es que para el segundo caso no disponemos de datos, pues no existen; la escolaridad con Estado en Somalia supone una abstracción. Y precisamente para ello disponemos de la teoría económica, para saber con certeza apodíctica que el Estado nunca puede superar al mercado. De hecho, el propio Banco Mundial en su informe lo reconoce: Los fallos en el sistema educativo se deben en parte a que la mitad de los somalíes son nómadas. No queda claro que el gobierno pudiera hacerlo mucho mejor, especialmente debido a que las escuelas privadas tienen un prestigio mayor que las públicas.

Por tanto, querer estudiar el desarrollo de Somalia a partir de esquemas occidentales -esquemas occidentales producidos en buena medida por la intervención siempre errónea del Estado-, dejando de lado los deseos de los individuos y sus tradiciones, no nos lleva a ningún lado. El mercado no deja de funcionar por el hecho de que los Aimish vivan en parte como hace 500 años. Tampoco porque los somalíes no vayan en muchos casos a la escuela. La conscripción gubernamental no solucionaria sus vidas; podría incrementar artificialmente la tasa de escolaridad, hundiendo la calidad de la enseñanaza, empobreciendo a los somalíes de aquellos productos que necesitan (los que subjetivamente crean que necesiten, desde luego no educación) para costear el proyecto, y creando una distorsión entre la dirección de la sociedad y la del gobierno, que requeriría, como si de un ciclo económico se tratara, una catársis social posterior (en forma de sublevaciones armadas, migraciones, caída del gobierno, crisis económica...)

Éstos son, por tanto, algunos de los "fallos" que el Banco Mundial ha encontrado en la sociedad somalí. Fallos que, en mi opinión, o no son tales, o no son fallos irresolubles mediante una cierta evolución institucional que adecúe el sistema a las necesidades de los individuos. Pero en todo caso, aún con semejantes fallos, el Banco Mundial no ha dudado en sorprenderse de la capacidad de los individuos para organizarse espontáneamente sin que nadie les mande o dirija: El sector privado ha demostrado su valiosa capacidad para hacer que las cosas funcionen.

Otros no nos hemos sorprendido tanto. Siempre hemos creído en los individuos y en la sociedad; siempre hemos desconfiado del Estado y de la dirección coactiva. En definitiva, otra prueba más, para quienes las necesiten, de que el mercado, la libertad, siempre funciona.

Comentarios

 
Como explica Douglass North, las instituciones que van solidificando (en un sentido dinámico, claro) el capitalismo, siempre aparecieron espontáneamente. Como acertadamente dices, 13 años es muy poco. Ojalá Milton Friedman (y su hijo milton) entendendiera "Y precisamente para ello disponemos de la teoría económica, para saber con certeza apodíctica que el Estado nunca puede superar al mercado.". Para quienes tengan dudas sobre el tema educativo, dos datos: Inglaterra hizo su Revolución Industrial con 80% de analfabetos, y por otro lado Gales tenía mejor educación cuando esa misma Inglaterra comparó sus índices con ella, 20 años después de empezar a intervenirla (un siglo después de la R.I.) No caigamos en la falacia "post hoc ergo propter hoc"; la educación no desarrolla, el desarrollo sí lleva al florecimiento de la educación. Para empezar, porque el capitalismo da valor económico al conocimiento, y éste deja de ser un lujo o necesidad puramente personal.

La reflexión que no debe pasarle desapercibida al lector, es que un orden libre no tiene por qué calcar los pasos del desarrollo ni las prioridades de uno estatista. Se ponen a prueba nuestros principios no porque el mercado "produzca X mejor y más barato" que el Estado, si no porque puede que no lo haga en absoluto y no es asunto nuestro.
Enviado por el día 21 de Noviembre de 2004 a las 17:43 (1)
En este foro de Anti-State hay varios artículos de The Economist sobre Somalia.
Enviado por el día 21 de Noviembre de 2004 a las 17:54 (2)
Desde luego, resulta interesantísimo. Habrá que ver como evolucionan las cosas si les dejan en paz el tiempo suficiente.
Enviado por el día 21 de Noviembre de 2004 a las 19:00 (3)
En medio del polvorín que es Africa, el "experimento" somalí resulta increíble: no sólo por la existencia de una critarquía operativa sino que pueda sobrevivir al estado de guerra civil permanente existente entre sus vecinos. ¿Vivimos o no grandes tiempos?
Enviado por el día 22 de Noviembre de 2004 a las 14:23 (4)
Interesantísima reflexión. Coincido en la importancia de no evaluar desde nuestra óptica estatista.
Enviado por el día 22 de Noviembre de 2004 a las 20:55 (5)
Si aceptamos mafia como animal de compañía... Un señor de la guerra necesita orden y prosperidad en su territorio para seguir ganando dinero. No es el tipo de comunidad al que aspiro, prefiero un Estado como el nuestro a esa anarquía, la verdad.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 15:10 (6)
Corrijo una cosa: mejor que el "Estado" que ELLOS tenían con Siad Barre, admito que podría ser.
Enviado por el día 24 de Noviembre de 2004 a las 09:04 (7)
La "Future of Freedom Foundation" menciona el caso de Somalia y no podía ser de la peor manera:

http://www.fff.org/comment/com0411f.asp
Enviado por el día 24 de Noviembre de 2004 a las 14:26 (8)

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