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15 de Diciembre de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Seguridad privada: la prueba fehaciente de su posibilidad


No son pocos los economistas, no ya keynesianos, que justifican la necesidad del Estado aludiendo a la supuesta incapacidad del mercado para aprovisionar los llamados bienes públicos. En pocas palabras, un bien público se caracteriza por la no rivalidad en el consumo (aquello que yo consumo no reduce la porción de cuanto puede consumir mi vecino) y la imposibilidad de exclusión (no es posible evitar que alguien consuma de esa tarta infinita)

El problema derivado es que, en el libre mercado, antes de obtener ese bien público de infinita provisión hay que pagarlo y, en teoría, debe pagarse entre todos. El problema es que si no puede excluirse a quien no paga y todos podemos consumir en cantidades ilimitadas, ¿cómo forzamos a la gente para que pague? Este problema se conoce como fenómeno de los free-riders. Mucha gente, esperando a que otros paguen por ese bien, renunciaría a sus "obligaciones". Ese comportamiento se iría generalizando y, al final, nadie pagaría por ese bien, con lo cual nos quedaríamos sin un servicio imprescindible. Por todo ello argumentan que debe ser el gobierno quien fuerce a pagar, mediante impuestos, la cantidad necesaria de ese bien para proveerlo.

En realidad, los ejemplos de bienes públicos que los neoclásicos ofrecen se han ido reduciendo a lo largo del tiempo. El más famoso probablemente sea el del faro, que ya Adam Smith observó como de imposible provisión. Su teoría sólo tenía un problema, no demasiado importante, y es que en su época la gran mayoría de los faros eran privados.

El cuento de los bienes públicos también tocó a la televisión. Según los estatistas, la única manera por lo que los ciudadanos iban a poder gozar del servicio de la televisión era si el Estado la proveía, ya que ningún empresario tendría incentivos para comenzar un negocio en el que todos podrían captar sus emisiones sin pagar. Evidentemente, esto se ha tornado como una de las mayores tonterías que hayan podido soltar los economistas. La televisión no sólo fue capaz de financiarse a través de la publicidad, sino que es perfectamente capaz, si le interesa, de filtrar a sus consumidores (como ejemplo Canal+ o la televisión satélite)

Con todo, posiblemente, la joya de la corona de esta argumentación ha sido la defensa y la seguridad nacional. Si el ejército y la policía de nuestro Estado nos defienden a todos, ¿qué incentivos podemos tener en pagar ese ejército? "Ya lo harán otros"

Es importante reseñar este extremo. No estoy hablando de que los economistas hayan defendido que la provisión de la seguridad a través del Estado es más conveniente, eficiente, justa o igualitaria que la ofertada por el mercado, es que muchos han afirmado que su provisión por los empresarios es simplemente IMPOSIBLE.

Este reportaje de El País creo que, en primer lugar, permite derribar semejante mito. Como se reseña en el artículo, las agencias de mercenarios -o proveedores de servicios de seguridad, como prefieren ser conocidas- no son una novedad. Sin llegar a sus oscuras intervenciones en África de décadas pasadas, las compañías que trabajan en lugares peligrosos siempre han necesitado protección. Lo que carece de precedentes es su actual visibilidad, alcance y ubicuidad.

De hecho, en Irak están por todas partes. En el aeropuerto, en la zona verde o a las puertas de cualquier empresa internacional. Además, las tareas que se les encomiendan son harto importantes, los escoltas del embajador de Estados Unidos, John Negroponte, como antes los de Paul Bremer, que fue procónsul de Washington hasta la devolución de la soberanía, son agentes privados, de Blackwater.

Y no sólo en Irak, su presencia también se hace notar en Afganistán: Entrenan a policías y soldados, proveen de materiales y personal auxiliar al Ejército, y vigilan oleoductos, hoteles, convoyes de mercancías, empresarios, periodistas y altos funcionarios, incluido un presidente, el afgano Hamid Karzai.

Como vemos, estas empresas de seguridad constituyen una pieza fundamental en el entramado de la seguridad en ambos países. Sus tareas no sólo se reducen a defender objetivos puntuales, sino que incluso desarrollan tareas de entrenamiento de miembros de las fuerzas de seguridad públicas.

¿Cuántos agentes de seguridad privados puede haber en Irak? Un general norteamericano cifró en 25.000 el número total de esos paramilitares. Otro informe, sin embargo, los reduce a 20000, si bien reconocen nadie sabe en verdad cuántos son.

Las cifras reales, seguramente, serán muy superiores. Tal y como expone el reportaje: Sólo la firma Erinys, que ha ganado un contrato de 100 millones de dólares para proteger los oleoductos iraquíes, tiene 14.500 empleados locales dedicados a labores de vigilancia.

Y he aquí donde alguien podría argumentar que todo este entramado de empresas de seguridad privadas es posible porque lo financia en buena medida el gobierno. El Departamento de Estado anunció el pasado septiembre que un 20% de los 18.4000 millones ofrecidos para reconstruir el país iba a destinarse a seguridad.

Sin embargo esta crítica es del todo infundada. Si el argumento de los bienes públicos puede tener alguna base, ésta deriva de la imposibilidad de discriminación. Nadie sensatamente puede afirmar que la provisión de un bien público sea imposible porque resulte demasiado caro, sino porque unos se beneficiarían de la defensa que pagarían otros. Ahora bien, observamos que el gobierno de EEUU contrata a empresas de seguridad privadas para misiones de seguridad concretas. Por ejemplo, empresas, oleoductos o seguridad personal, por tanto la capacidad de discriminación es perfectamente posible.

Nada impide a una empresa petrolífera, por ejemplo, que se pague ella misma su seguridad, ya que si el coste de la seguridad superara al valor del bien asegurable, tal provisión pública carecería de sentido.

Incentivos económicos no faltan, sostiene el artículo. Al menos, desde el lado de la oferta, matizarán otros; trasladando nuevamente el debate al lado de la demanda, o a una parte del lado de la demanda, esto es, la gente con menos recursos.

No obstante, repito, la crítica es infundada. Me parece evidente que, tal como he argumentado más arriba, las empresas sí necesitarán y sí podrán pagarse la seguridad privada. También, hemos visto cómo las posibilidades de discriminación son reales y efectivas; por tanto, nada impide que determinados hogares, vecindarios o barrios financien su propia seguridad. En tanto existe posibilidad de discriminación (y en todo bien económico la hay si es necesaria, no olvidemos que la discriminación no deja de ser otro bien económico u otro servicio a proveer por el mercado), el mítico free-rider desaparece.

Las zonas que costearan la seguridad privada podrían ampliarse hasta que resultara rentable. Mientras algunas familias decidirían pagarse sus propios escoltas, otras podrían coaligarse con sus vecinos para repartir el coste hasta el punto de extenderse a áreas más amplias. Aquellos que no pagaran podrían ser perfectamente discriminados, no olvidemos que la mayoría de los servicios policiales no consiste en ayudar al transeúnte, sino en prevenir que el crimen se cometa mediante labores de vigilancia (con lo que la vigilancia de a los morosos podría eludirse) y, sobre todo, en investigar, aprehender al criminal y restituir a la víctima (donde la discriminación sería absoluta y perfecta)

Otra cosa distinta de las posibilidades de discriminación -y en mi opinión no debe confundirse en ningún caso- son las sinergias positivas que surgirían. En definitiva, el interés de todos los consumidores, y también el de las empresas, es impedir que el crimen suceda. Las redes e interrelaciones que surgirían de ese objetivo común redundarían en un beneficio para todos (o en un efecto externo positiva, como le gustaría llamarlo a un neoclásico); el crimen prevenido, es un crimen potencialmente prevenido para todos. Es decir, se produce de manera natural y no planificada una redistribución de la seguridad hacia los que menos tienen.

Por último, hay que añadir varias consideraciones. Por un lado, aunque en el artículo se señale que la demanda supera hoy por hoy a la oferta, también se ofrecen indicios de una enorme entrada en el mercado. Esto significa que el precio de la seguridad, al menos en su forma más rudimentaria (la simple escolta), podría descender progresivamente. Este es un tema que intentaré tratar en una anotación posterior, baste indicar por ahora que en la actualidad la inmigración nos ofrece un mercado de características descomunales que, en parte, potenciaría un proceso de integración y adaptación social.

Otro detalle muy a tener en consideración es, como suele decirse en muchos temas relativos a la reducción del peso estatal, que nuestra riqueza no sería la misma si no tuviéramos que financiar una costosa seguridad pública. Esto significa, obviamente, que nuestras posibilidades para financiar esa seguridad privada aumentarían.

Finalmente, otro factor que contribuiría decisivamente a reducir costes es la autodefensa, esto es, la libre posesión de armas. Esto permitiría reducir la demanda de seguridad e incluso defenderse, a bajo coste, a los más desfavorecidos.

Quiero matizar que he estado asumiendo a lo largo de todo el comentario que esos desfavorecidos existirán y que, en buena medida, no podrán financiarse la seguridad en igualdad de condiciones al ciudadano medio; obviamente no comparto esa objeción, si bien su discusión nos apartaría demasiado del tema.

En conclusión, por tanto, a falta de ulteriores comentarios sobre la mayor eficiencia y regeneración moral que supondría la seguridad privada, sólo me interesa remarcar en este punto que su provisión, tal y como la teoría económica austriaca hace décadas que pregona, es del todo viable.

Comentarios

 
Es factible, sí. Si la seguridad privada no sustituye a la pública es simplemente porque el estado no quiere, se le jode parte del negocio.(con perdón). Pasa lo mismo con la sanidad y la educación.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 10:12 (1)
Mucha gente teme que pagaríamos demasiado por servicios privados en vez de públicos; no sé porqué no enfatizan que pagamos demasiados impuestos ahora.

Preferible pagar cero impuestos y que nos saquemos la lana entre privados en vez de este camino disimulado al socialismo. Luego, como la historia enseña, los precios de los bienes y servicios tienden a bajar, la gente se entiende de tantas maneras.

Observe el trabajo burócrata o estatal la próxima vez y pregúntese: ¿Será que esto es indispensable? ¿será que el mundo sufre sin este trámite y papeleo, este ir y venir? ¿no podremos organizarnos en privado sin esta ayuda a la fuerza? Cuando me hago esa pregunta en una dependencia estatal, me parece que la respuesta es un claro «sí».
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 12:17 (2)
Y si hay que fiarse de la Guardia Civil o la Policia de Asturias ( por cierto, se va a cerrar la comisión sin expulsar a nadie del cuerpo, que con lo que se ha sabido es de traca ) me apunto a la autodefensa.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 13:24 (3)
hola.aun estandode acuerdo con los fundamentos normativos pro-seguridad privada (o social-voluntaria, o cualquier organizacion basada en la asociacion libre), la cuestion del progresivo aumento de del papel de empresas privadas de seguridad en conflictos internacionales plantea un dificil problema moral que afecta directamente a la cuestion hobbesiana de los equilibros de fuerzas en un contexto de anomia social. la no existencia de una unica fuente de autoridad poseedora del monopolio de la violencia. para weber ese era un rasgo fundamental de la modernidad que opera como conditio sine qua non de la democracia liberal y el estado de derecho. queda demostrado con los hechos e ideas aportados por rallo que es tecnicamente posible la provision privada de seguridad, frente al topico estatista. dilemas surgen en intervenciones en "tierras de nadie" y contextos free-fire, como el actual Irak, donde habria menos base para una legitimacion de la superioridad moral sobre las bandas privadas que disputan el monopolio con las fuerzas extranjeras.quien puede criticar entonces cosas como las Brigadas internacionales de raiz? ante que autoriad arbitral responden agencias que incluso actuan por subcontrato en nombre de estados? que pasa con aquellos "resistentes" de la ciudad de faluya que vien y residen alli y no desean la entrada de tropas extranjeras? no se olvide que la base ideologica del interventor usa para egtimar las acciones del ejercito y las agencias es una teoria clasica, no ancap, de unico poder soberano representativo y monopolistaotro acertijo importante es el planteado por Nozick. recuerdese que en el capitulo I de su opera magna usaba un argumento de mano invisible espontanea e inevitable (que no normativo) para demostrar la evolucion natural hacia una agencia hegemonica a apartir de una situacion de pluralidad de fuerzas privadas que para nozick es precaria e insosntenible por naturaleza, y que como minimo de modo nautral surgira un poder arbitral comun
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 13:28 (4)
...un poder arbitral comun que para nozick, y ahi aparece por primera vez la justificacion normativa a modo de racionalizacion, estaria egitimado para meter a la fuerza a las agencias y particulares discolos que no aceptasen el conjunto de reglas de arbitrio comun dominante. ah, y yo soy partidario del derecho natural a la autodefensa,pero hay razones para suponer el surgimiento de problemas basicos de tipo hobbesiano en contextos de agencias privadas profesionales que disputan un mismo perimetro territorial con presencia de fuerzas, organizaciones y grupos voluntarios armados no necesariamente profesionales ni empresariales. es unhecho que es mayor el abuso de derechos humanos y de protocolos belicos de conducta entre las agencias privadas , sobre todo las contratadas por las empresas privadas, y menos por las que operan como subcontras del ejercito, y por ende del estado usa, con respecto a los abusos de los soldados "estatales". lo sucedido en europa antes del advenimiento del estado moderno, en los siglos XV, XVI y XVII, cuando las monarquias europeas contrataban agencias mercenarias para las guerras,(abusos, "draconadas", saqueos y botines entre poblacion civil como suplemento del cobro del servicio) deberia hacernos pensar muy profundamente en esta crucial cuestion de oreden social. no vale apelar al hecho, por otra parte cierto, que los mayores abusos y atrocidades han sido historicamente cometios por agencias estatales, porque eso es cierto solo para los ejercitos de los estados totalitarios, pero no para los ejercitos nacionales de paises democraticos (pienso en el ejercito usa de la segunda guerra mundial) que por lo general, a lo largo de su historia, han infringido menos los derechos liberales que en la historia precedente de agencias privadas de cualquier tiempo y lugar. ora manera de decurlo es que hoy por hoy hay fundados motivos para que yo prefiera ser detenido por un batallon de soldados americanos que por profesionales de la compañia blackwater.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 13:44 (5)
ah, y se te saluda, Rallo. ya sabes quien soy no? es un placer leer tu blog.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 13:46 (6)
Juan Ramón, ¿has visto este paper (http://www.mises.org/journals/scholar/Bond.pdf)? Se trata de una crítica a Rothbard, tanto en su argumentación teórica a favor de una justicia o una legalidad privada como en los precedentes históricos que aquél aduce (common law, Irlanda, Islandia, lex mercatoria). Para mi gusto, el texto es un poco espeso, pero la crítica parece sólida (a falta de acabar de leerlo--me está costando); va, en parte, en la línea de lo anotado por donpimpon, pero explora un montón de puntos débiles en Rothbard.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 15:48 (7)
el problema no es que no pueda existir la seguridad privada. Es simplemente como la articulas juridicamente. Si en vez de proteger oleoductos tuviesen que proteger el colmado de la esquina, el dia que atrapen un ladrón, qué hacen con él? A dónde lo mandan?
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 17:39 (8)
hirasawa: a una cárcel privada (no, no es fantasia, existen actualmente) para que esté aislado de la sociedad y a la vez compense.

Wonka: todos los grandes pueden ser fortalecidos o mejorados en al menos algunos temas.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 19:56 (9)
Juan Ramón, cuando termines esta serie de articulos sobre seguridad privada (orientada a seguridad interna), ¿vendrá una serie sobre seguridad externa (ejércitos privados)?
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 22:05 (10)
"Si el argumento de los bienes públicos puede tener alguna base, ésta deriva de la imposibilidad de discriminación. Nadie sensatamente puede afirmar que la provisión de un bien público sea imposible porque resulte demasiado caro, sino porque unos se beneficiarían de la defensa que pagarían otros"

No es eso EXACTAMENTE lo que dice la critica ortodoxa: lo que dice la critica ortodoxa es que la seguridad tiene economias de escala y externalidades muy fuertes. Es decir, el guardia jurado que protege un comercio tiene incentivos a proteger su comercio, pero no a perseguir al criminal que lo atraco ayer. La seguridad privada es capaz de garantizar una DEFENSA PASIVA optima, pero los incentivos a perseguir ACTIVAMENTE al criminal no existen.

Lo cierto es que hubo un largo periodo historico de seguridad privada y descentralizada: EL FEUDALISMO. Todas las comunidades se defendian a si mismas con la tecnica de la tortuga, pero por ejemplo las rutas comerciales eran inseguras y a los bandoleros no habia nadie que los persiguiese hasta sus "safe heavens".

Una seguridad exclusivamente privada seria carisima porque nadie perseguiria a los deliencuentes, ya que una vez has sido agredido, el riesgo de que el mismo delincuente te agreda otra vez es muy bajo.

Es decir paradojicamente, el problema es que la "venganza" es una actividad que el mercado sub-produce.


La seguridad privada genera una sociedad donde todos son guardas jurados, que esperan al criminal y nadie es el policia que le persigue.

Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 22:47 (11)
En absoluto kantor, la persecucion del delincuente tiene fuertes incentivos, no sólo en lo casos de robo (donde la recompensa es evidente), sino para restituir a las víctimas y para evitar que vuelva a delinquir en otro lugar. De hecho, en Irak esa seguridad privada tiene un perfil más ofensivo que defensivo.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 23:04 (12)
J__f aunque el tema de la defensa es, hoy por hoy, el que tiene un análisis más precario para el anarcocapitalismo (sobre todo después de que Gabriel Calzada refutara la posibilidad de llegar a él a través de la vía propuesta por Hoppe, esto es, agencias de seguros) tengo pensado dedicar el último post de la serie a un esbozo sobre la defensa.
Enviado por el día 15 de Diciembre de 2004 a las 23:05 (13)
"y para evitar que vuelva a delinquir en otro lugar"

Esto es justamente a lo que no hay incentivos. Que me importa A MI que delinca EN OTRO LUGAR?

Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 00:01 (14)
En cuanto a la prevención del crimen en otro lugar sí es importante el tráfico de información entre empresas y la colaboración para capturar al delincuente: restitución para unos, prevención para otros. La disminución del crimen les interesa a todos. A eso me refería con las sinergias positivas.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 00:09 (15)
Kantor:
«Que me importa A MI que delinca EN OTRO LUGAR?»

Si hasta justicia popular hay por estos lares, es decir linchamientos públicos. La gente se mete para agarrar al ladrón, al menos en ciertos países.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 09:19 (16)
> 'Si hasta justicia popular hay por estos lares, es decir linchamientos públicos. La gente se mete para agarrar al ladrón, al menos en ciertos países'.

¿Justicia popular, dices, tranquilocomp? Claro que sí: Esta.

Cuando el Estado hace dejación de sus funciones o colapsa (en cuatro horas ninguna fuerza de seguridad pública acudió y sin embargo la televisión ¿era pública o privada? filmaba) otro modelo de organización o desorganización social toma su lugar. Sirva esto como muestra de ‘justicia privada’ a lo bestia, desde luego, de tercer mundo, nada elaborada.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 10:31 (17)
Varias cosas:

Los radicales italianos entre un montón más de propuestas de privatización incluyen las cárceles. En los EEUU hay varias de ellas, aunque de momento han planteado algunas dudas respecto a su funcionamiento, o más bien por un deficiente entorno normativo.

Para la persecución de los delincuentes existen los cazarrecompensas, tal cual. Seguro que hay incentivos para buscar y detener a un tipo que lleva 100 tirones de bolso. Cada botín puede ser pequeño, pero el valor precio) de la seguridad lograda con su arresto haría que hubiese quien intentase atraparlo.

Y sobre las rutas inseguras, en un entorno donde las vias de comunicación fuesen privadas la seguridad sería uno de los factores a considerar. Asociaciones de empresarios o transportistas, o touroperadores financiando patrullas de carreteras. O las compañías de seguros que ofreciesen tales coberturas, les interesaría más cobrar las primas, pero pagar prevención en lugar de indemnizaciones.

En el caso de transportes colectivos, la ineficacia de la seguridad pública se ve cuando de cada vez más medios de transporte recurren a la vigilancia privada.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 18:02 (18)
Motilsarra, me temo que eso no es un ejemplo de justicia, dado que no ha surgido ninguna institución para administrarla. Eso no es un ejemplo de falta de Estado sino de falta de instituciones jurídicas, que no tienen por qué coincidir con las instituciones jurídicas estatalizadas.
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 18:53 (19)

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