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22 de Julio de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La mentalidad anticapitalista, también en el agua


Me encuentro con el siguiente post de José García Palacios donde muestra su oposición a la privatización del agua. Aún con cierto retraso, voy a pasar a analizarlo.

García Palacios viene a comentar un artículo sobre el tema de mi compañero Alberto Illán. Así, la primera conclusión que extrae es la siguiente: De lo que estamos hablando, de llevarse a la práctica lo defendido por el articulista, estaríamos ante el hecho práctico de que, por ejemplo, mientras que en el norte de España el agua sería prácticamente gratis, en los pueblos del desierto de Almería y Murcia el líquido elemento alcanzaría unos precios prohibitivos para mucha gente.

Es curioso cómo la gente tiende a distorsionar las cosas. En unos sitios serán gratuitos y en el otro prohibitivos; claro, no conocemos el arbitraje. Sería interesante que García Palacios explicara por qué supone que el agua se regalará en Galicia mientras que tendrá unos precios inasequibles en Valencia. Una de dos: o los empresarios son estúpidos o considera que los costes de transporte del agua son enormes. Pero en ese caso tendría que explicar también por qué el precio del petróleo (que debe ser trasladado no desde Galicia sino desde Arabia Saudí) no nos impide adquirir gasolina.

Pero me interesa complementar ese primer argumento con el que viene después: Estamos hablando de familias, las más pobres, que se quedarían sin agua corriente en casa (con todo lo que ello implica), ante el corte de suministro de las empresas por no haber podido pagar el alto recibo de agua del ciclo precedente, dada la carestía de llevar el agua a esas zonas.

Sí, estoy seguro de que los malignos empresarios explotarían a los valencianos y murcianos, al fin y al cabo son empresarios. Con la privatización del agua, muchas familias no podrían mantener un ritmo de vida normal, habida cuenta de que se quedarían sin agua corriente. De hecho, para sobrevivir deberían acercarse al supermercado para comprar botellas de Font Vella, a los prohibitivos precios que odos conocemos.

Me parece que García Palacios olvida que la mayor fuente de gasto de agua poco o nada tiene que ver con el consumo familiar, sino con el uso industrial y, sobre todo, agrícola. El gobierno valenciano no está reivindicando el trasvase del Ebro para abastecer a una población deshidratada, sino para regar la huerta valenciana. El consumo apita mundial de agua es de 1300 litros por persona al día, en una familia de tres miembros representan más de 2500 botellas prohibitivas de Font Vella. En otras palabras, o las familias inundan sus hogares de agua, o la industria y la agricultura se comen buena parte del pastel.

Los primeros que deberían dejar de consumir ingentes cantidades de agua (y recordemos que la mitad del agua que se utiliza en la agricultura se despilfarra) son los agricultores, no las familias. ¿Razón? Los individuos están mucho más dispuestos a pagar precios elevados por el agua que unos agricultores que, en caso de aumentar sus costes, quiebran.

Y éste es en esencial el punto clave. García Palacios sostiene que el precio del agua debe estar por debajo del que alcanzaría en el libre mercado. Genial, sólo hay un problema, todo precio máximo provoca desabastecimiento. El motivo es simple y puede contemplarse desde la oferta y desde la demanda. Para nuestro interés basta comentar ahora la problemática desde el lado de la demanda. Unos precios bajos estimulan a gastar más agua de la disponible; muchos agricultores y muchas industrias seguirán operando gracias a precios artificialmente bajos. No sólo eso, los incentivos para reducir o eliminar los despilfarros y fugas desaparecen. Si no dejamos que el precio aumente cuando la demanda sube, ¿de dónde sacaremos el agua necesaria para satisfacer esa demanda? De ningún sitio.

En esta situación, la consecuencia natural de los intervencionistas suele ser clamar por el racionamiento. Los políticos tendrán que asignar cuánta agua puede consumir cada persona porque no hay suficiente. Falacia tras falacia; se trata de una escasez ficticia creada por los políticos y su coro de intervencionistas. El caso de Valencia es claro; el trasvase del Ebro no es una necesidad, no hay escasez de agua. El único problema es que los precios del agua son tan artificialmente bajos que mucha gente se dedica a la agricultura cuando debiera adoptar otra profesión.

García Palacios se queja de que en un sistema privado muchas familias se quedarían sin agua corriente. ¿Y cómo espera solucionar eso en un sistema público? ¿Racionando? ¿Prohibiendo las piscinas? ¿Los campos de golf? ¿Los cultivos de regadío? En otras palabras, ¿planificando toda la economía?

Pero hay más, el sistema público actual de fijación de precios de agua no logra evitar que se anuncien recortes en el suministro de agua en ciertas regiones como Valencia. García Palacios habla de dudosos precios prohibitivos en un sistema privado, yo hablo de desabastecimiento real y palpable en el sistema público. Desabastecimiento que sufren también las familias, aún cuando su consumo de agua es minoritario; la causa de todo ello hay que buscarla en el intervencionismo que García Palacios defiende sobre los precios y que incrementa la demanda de agua en la agricultura.

Y en este punto, cabe hacer una matización. La tentación intervencionista a no reconocer los errores de la planificación puede llevar a los defensores del agua pública a proponer una segmentación del mercado; las familias pagan precios bajos y para el resto de usos industriales se fija un precio de mercado. El error de base consiste en creer que el mercado está segmentado; si esta fuera la situación las familias venderían su agua a los agricultores a precios por debajo de los de mercado. Es más, numerosos agricultores viven al lado del campo que cultivan, de manera que no tendrían dificultades en hacer pasar por consumo familiar y uso económico.

El siguiente párrafo de García Palacios, con todo, ya resulta preocupante: Desde mi punto de vista, el Estado debe proporcionar unos servicios mínimos a todas las personas a igual costo, independientemente de donde vivan, entre los que se cuentan la luz, el teléfono y, por supuesto, el agua. Y no creo que eso interfiera con que la empresa pueda desarrollar sus actividades, incluso en dichas áreas, una vez que el consumo básico humano queda asegurado en igualdad de condiciones.

Luz, teléfono y agua... entre otros. Bienvenido a Francia.

Por partes; ignoro si García Palacios están proponiendo la renacionalización de Telefónica o, simplemente, fijar precios máximos. En cualquier caso, la primera opción comporta la parálisis de la empresarialidad: el igual costo para todos los españoles a través de la empresa pública se va convirtiendo en un igual costo creciente o en un igual costo a cambio de cada vez peores servicios. No es un problema de gestión, sino de planificación. Si la propuesta, en cambio, consiste en fijar precios máximos, estamos en las mismas de antes. El consumo crecerá sin que lo haga la oferta, de manera que alcanzaremos una situación de desabastecimiento.

De momento basta con señalar estos puntos de la argumentación de García Palacios. Los políticos no pueden dominar las leyes económicas ni pueden solventar la escasez. Sólo los empresarios en el libre mercado nos proporcionan día a día un mayor bienestar. Afirmaciones como Creo que al afán privatizador que algunas propuestas que se refieren a las necesidades básicas del ser humano, lejos de resolver los problemas existentes, lo que harían de llevarse a la práctica sería agravarlos seriamente, son del todo infundadas. Precisamente por ser básicas, debieran ser privadas. Algunos aún tienen demasiada fe en la omnisciencia estatal. Si las necesidades básicas deben ser cubiertas por el Estado para alcanzar el resultado óptimo, ¿por qué no planifica también las necesidades no básicas? Quien puede lo más, puede lo menos. No hay que privatizar incluso el agua, sino especialmente el agua.

Luz, teléfono, agua, automóvil, gasolina, ferrocarriles, tabaco, carreteras... me suena.

Comentarios

 
¿Y este es de red liberal?

un saludo
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 15:38 (1)
Lo mejor del texto para mí: "Luz, teléfono y agua... entre otros. Bienvenido a Francia".

Y bien cierto que es.
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 15:41 (2)
Hasta desde el paradigma neoclásico se puede entender perfectamente lo de los precios máximos. Es una cosa de primero de económicas, una de las nociones más elementales y más fácilmente entendibles.

Parece mentira que haya gente que siga dale que te pego con ellos, como si fueran una panacea en lugar de un camino al desabastecimiento y la arbitrariedad distributiva.

Claro que también siguen existiendo las izquierdas que inventan y reinventan estas falacias y ya cayó el Muro.
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:02 (3)
José García Palacios:”Desde mi punto de vista, el Estado debe proporcionar unos servicios mínimos a todas las personas a igual costo, independientemente de donde vivan, entre los que se cuentan la luz, el teléfono y, por supuesto, el agua”.

¿y por qué en lugar de este mínimo en especie no una renta básica? :-S
Un saludo
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:07 (4)
Excelente artículo Juan Ramón Rallo. Juan de Mariana estaba en contra de las grandes obra faraónicas porque aumentaban los impuestos al pueblo, por esa misma razón las decisiones sobre la venta y la compra ( también los trasvases) de agua deben ser propias del mercado libre. De esa forma ya habría agua del Ebro en Murcia. La existencia misma del Estado tradicional es el obstáculo de tal cosa. Antes se utilizaba la excusa de las carreteras para justificar la intervención estatal ahora se utiliza el argumento del agua. Pero hay que comenzar con negar el carácter público del líquido elemento.
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:08 (5)
El anuncio de agua mineral natural, viene que ni pintado al artículo.
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:23 (6)
Otro problema está en que el estado establece que bienes son "básicos" y de "primera necesidad" con una arbitrariedad pasmosa.
Por ejemplo ¿acaso los muebles no lo son? sin ellos nuestros objetos estarían desparramados por los suelos y nos armaríamos un lio tremendo para encontrar alguna cosa. ¿Y el reloj? hoy en día resulta vital saber la hora.
¿Por qué no los subvenciona el estado para así hacer un "mejor uso"?
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:24 (7)
¿Y la comida? que yo sepa, todos los procesos de fabricación, distribución y venta son privados. ¿Funciona mal? ¿hay hambrunas?
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:25 (8)
Chocolatero escribió: "¿Y este es de Red Liberal?". Bueno, a mí me parece que en RL no todo el mundo tiene que pensar lo mismo. En este sentido, el liberalismo tiene muchas ramas ideológicas.

Por ejemplo, en el IJdeM, Jorge Valín defiende la privatización de la Policía. A mí me parece tan lícito como discutible desde un punto de vista liberal. Reducir el liberalismo al antiestatalismo me parece un enfoque superreduccionista que puede degenerar en el bakuninismo y alejarse del propio Adam Smith hasta límites insospechables.

En este sentido, si yo defiendo un Estado liberal, una democracia liberal parlamentaria, ¿estoy obligado a comulgar con la desaparición del Estado? Una cosa es el liberalismo y otra el antiestatalismo. Esto está muy, pero que muy claro. Si me cargo el Estado, no hay Estado liberal que defender. Si la seguridad va a quedar en manos de patrullas matonescas pagadas por adinerados, el Ejército va a quedar constituído por mercenarios, etc., etc., ésto se termina pareciendo más a una comuna anarquista que a cualquier otra cosa. Lo digo sinceramente.

Un cordial saludo.
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:36 (9)
Bueno, criticadme con suavidad, eh...
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:38 (10)
Sí batibu, yo también defiendo una democracia liberal parlamentaria, por supuesto extendida a la economía.
La justicia, la recaudación de impuestos, las relaciones exteriores, el ejército y la policía deben ser competencia exclusiva del estado, lo cual no está en conflicto en absoluto con que crea que deba existir seguridad privada o incluso jurisconsultos privados.

El asunto está en que no es nada común ver a un liberal defendiendo la nacionalización de algo que está funcionando mal que bien con una liberalización tímida (el agua, aquí).
Pero, en cualquier caso lo último que quiero hacer es etiquetar

un saludo
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 16:50 (11)
Gracias Juan Ramón por tu post, he estado demasiado liado últimamente para darme cuenta de esta crítica. Desde luego, yo no lo hubiera defendido mejor y poco o nada puedo añadir.

De todas formas no deja de ser curioso que la publicidad que lleva esta página, por lo menos hoy, sea de cierta marca de agua embotellada... los hay muy cachondos
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 19:45 (12)
Como han apuntado, qué hace este blog (Rincón de la Servidumbre debería llamarse) en Redliberal??

Chocolatero: "Reducir el liberalismo al antiestatalismo me parece un enfoque superreduccionista que puede degenerar en el bakuninismo y alejarse del propio Adam Smith hasta límites insospechables."

Liberalismo, que yo sepa, es la defensa de los derechos individuales (propiedad privada o derechos de propiedad), y el Estado es la institucionalización de su conculcación (legalización de la agresión contra propiedades/propietarios).

No sé qué tiene que ver para fundirlos-confundirlos Bakunin y el anarco-colectivismo y el anarco-individualismo de Tucker, Spooner.. y su histórico 'consecuente lógico' (permítaseme la mejorable definición; consecuente dirian algunos si exceptuáramos a Molinari) anarco-capitalismo.

No sé desde cuando Adam Smith tiene por qué ser inspiración fundacional de la teoría liberal, mientras sí bastante inspirador de la teoría marxista de explotación, entre otras.

"Si me cargo el Estado, no hay Estado liberal que defender."

Estado liberal (que no estado -régimen- liberal) no deja contener una antítesis tal como mercado planificado (el ideal del absurdo del "socialismo de mercado"). Si me cargo la planificación, salvo el mercado. Si hago lo propio con el Estado (con cualquier modo de estatismo, de agresionismo legalizado), cuanto menos deslegalizo la esclavitud, la servidumbre..
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 00:20 (13)
"Que se quedarían sin agua corriente. De hecho, para sobrevivir deberían acercarse al supermercado para comprar botellas de Font Vella, a los prohibitivos precios que odos conocemos.

Me parece que García Palacios olvida que la mayor fuente de gasto de agua poco o nada tiene que ver con el consumo familiar, sino con el uso industrial y, sobre todo, agrícola. "

Este argumento es perfecto. Es obvio que el problema del agua no seria el desabastecimiento. Pero la cuestión mas importante es que la estructura de las canalizaciones de agua es DE MONOPOLIO NATURAL.

Ese es el tema: al privatizar el agua, cada familia solo tendria acceso a agua de una compañia (no importa que hubiese miles de compañias: serian monopolios locales).

Y las rentas de monopolio si que encarecerian el producto irracionalmente.

Has elegido defenderte de un argumento que sabes que es facil de demoler (el del bien básico), pero sabes perfectamente que hay otro mucho mas peliagudo, del que no hablas (el del monopolio natural).
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 00:40 (14)
Al privatizar el agua cada familia solo tendría acceso a agua de una compañía?? ah sí?? o sea, q no habria libre mercado de canalizaciones, ni aceras ni subsuelos... de nuevo el camelo del falaz 'monopolio natural'
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 02:01 (15)
Coincido con libertarian y no con batibu. Batibu si es consecuente con sus ideas liberales del Estado liberal llegará a las mismas conclusiones que J .Valín. Solamente tiene que sacar las consecuencias de sus ideas. Por ejemplo: Batibu está con el Estado liberal, pero también defenderá que dicho Estado liberal se divida en dos Estados liberales ( si se respeta la democracia y las leyes ), y en tres, etc. , hasta llegar a Estados liberales en cada ciudad, y barrios, y propiedades privadas, y entonces, ya defiende lo mismo que Rothbard. ;-)
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 02:03 (16)
donde puse 'chocolatero' antes quería decir 'batibu', sorry

Insisto que algunos deberían releer al siempre gran DiLorenzo sobre el Mito del Monopolio Natural http://www.liberalismo.org/articulo/270/12/

"El hecho de que el gobierno deba dar permisos para el uso de sus calles ha sido citado para justificar estrictas regulaciones de “servicios públicos”, muchos de los cuales (como las empresas de agua potable o eléctricas) necesitan utilizar las calles. Las regulaciones fueron entonces tomadas como un quid pro quo voluntario. Pero el hacerlo ignora el hecho de que la propiedad gubernamental de las calles es un acto permanente de intervención. La regulación de los servicios públicos o de cualquier otra industria desincentiva la inversión en estas industrias, y de esa forma privando a los consumidores de la mejor satisfacción de sus necesidades. Esto es así pues se distorsiona la asignación de recursos que tiene el libre mercado." Murray Rothbard 'Power and Market'

El problema, refutado, de la duplicación excesiva parece ser lo que algunos creen justificante de intervencionismo debido a un supuesto caso (falso también) de monopolio natural, en este caso de las conducciones de agua potable.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 02:36 (17)
Y por que es falso? Alguien cree que e mi casa van a llegar 5 o 6 juegos de canalizaciones?
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 12:40 (18)
En general las infraestructuras fisicas de alto coste deben ser publicas o mejor aun privadas y reguladas.

La Red Electrica, la red telefonoca fija, los repetidores de television...incluso nuestros queridos faros.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 12:41 (19)
Creo que los neoclásicos dais demasiada importancia al falso ideal de la competencia. Todos los productos compiten entre sí; por ejemplo, el agua corriente con el agua embotellada. No sólo eso, las infraestructuras suponen un coste tan elevado para la empresa que pocos incentivos tiene para incrementar en exceso los precios, alentando a que los clientes busquen otros medios alternativos (como cisternas o depósitos vecinales de agua alimentados por cubas). Además, en el caso de usos agrícolas e industriales podría incluso devenir rentable la excavación de un pozo de agua, cuyos excedentes, así mismo, podrían venderse en los respectivos mercados.

Lo importante, en definitiva, es la propiedad privada del agua, no que haya una mal entendida competencia (esto es, que lleguen 5 o 6 canalizadores a cada casa).
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 14:18 (20)
Se puede con una sola canalización que sean varias empresas las que presten los servicios y sino fijemonos en la telefonía
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 14:32 (21)
Siempre ha competencia, pero si la competencia prara la empresa de agua fuera una cisterna, los precios podrian subir hasta el precio de extraer agua de esa forma. Es decir, donde no hay competencia, el precio NO TIENE NADA QUE VER CON EL COSTE, sino con el coste de las alternativas!
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 19:38 (22)
Bueno, y con la elasticidad de la demanda. Que en el caso del agua es especialmente baja.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 19:39 (23)
No para usos agrarios e industriales que, precisamente, son con mucho la principal fuente de demanda. Además, te equivocas al equiparar elasticidad de demanda de agua corriente con elasticidad de la demanda de agua. Como te he dicho, el agua embotellada constituye un recurrente sustituto ante ligeras subidas del precio.

Por otro lado, yo no he dicho que el precio tenga que ver con el coste, incluso donde hay competencia; precisamente el coste es un precio.

Además, hay que tener en cuenta que el auténtico coste de las empresas de agua es la creación de la red de aprovisionamiento; la ampliación de la misma a localidades vecinas es mucho menor. Otra vía por la que, en todo caso, la potencial (que no efectiva) competencia mantendría los precios bajos.

De hecho, las privatizaciones del agua que se han realizado no han dado lugar a incrementos de precio desproporcionados; cabría más bien achacarlos a los artificialmente bajos precios anteriores.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 20:45 (24)
Kantor:
"el precio NO TIENE NADA QUE VER CON EL COSTE, sino con el coste de las alternativas!"

No resulta comprensible, conceptualmente. Seguramente quieres decir otra cosa.

"...precisamente el coste es un precio."

Esto sí.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 21:21 (25)
Rallo se me ha adelantado ofreciendo alternativas a las canalizaciones que todos conocemos: pozos, depósitos... Pero incluso con el agua canalizada, ¿no puede concebirse la competencia entre distintos "operadores"? Un barrio que reciba el agua del mismo sitio que el barrio vecino puede confiar su red de aguas a una empresa que mantenga las instalaciones en mejores condiciones, evite fugas, y por tanto pueda bajar precios porque se desperdicie menos producto, por ejemplo.

En el tema de los pozos, son las restricciones legales las que limitan la competencia. Mallorca está literalmente horadada por manantiales subterráneos. Casi cualquier finca donde se perfore encuentra agua. Lo que ha conseguido la regulación es que la gente trate de ocultar los pozos o que intente hacer el máximo acopio posible de agua antes de que se lo descubran y si lo cierren.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 21:33 (26)
El precio en regimen de monopolio, tiene que ver no con el coste de producción de una unidad de bien, sino con el coste de producción de una unidad de bien por metodos no monopolizados.

Si la diferencia entre el precio de produccion por la industria monopolista y el precio de produccion por la industria no monopolizable es grande, el consumidor puede ser muy explotado.

Especialmente si la elasticidad es baja. En todo caso, la elasticidad del consumo domestico si es muy baja, asi que al menos los precios domesticos deben ser mas bajos, porque tu argumento sobre el arbitraje del bien no se sostiene: es muy facil controlar que el agua domestica no se destina a otros fines: basta ver si la factura de algunas casas es desproporcionadamente grande.

"De hecho, las privatizaciones del agua que se han realizado no han dado lugar a incrementos de precio desproporcionados; cabría más bien achacarlos a los artificialmente bajos precios anteriores."

¿Como sabes que los precios anteriores eran artificialmente bajos? ¿No estaras utilizando estimaciones...econometricas? Eso es pecado!
Enviado por el día 24 de Julio de 2005 a las 12:20 (27)
Ademas, donde se ha privatizado el agua, a continuacion se han regulado los precios...

Lo que me parece bien.(Los economistas neoclasicos tendemos a despedir funcionarios de los ministerios para recontratarlos en las agencias independientes) :-)
Enviado por el día 24 de Julio de 2005 a las 12:23 (28)
Yo a este respecto tengo una duda, no sé si llamarla "de apropiación". Con la lluvia y pozos no habría dudas, pero ¿cómo se asigna la propiedad del agua de un rio? ¿es uno dueño de un determinado caudal? ¿de todo el agua que pasa por "su porción de rio" o cómo?
Enviado por el día 24 de Julio de 2005 a las 18:40 (29)
Me parece que no existe otro precio que el de mercado; las teorías del precio natural o de equilibrio son excesivamente estáticas para poder incluirlas en el análisis económico.

¿Cómo sé que los precios eran artificialmente bajos? Simplemente porque no existen precios de equilibrio, sino precios de mercado; y una vez se han liberalizado los servicios, el precio ha subido. Es una respuesta simple y redundante, pero es que no debiera ni plantearse.

Por otro lado, en las escasas privatizaciones habidas no siempre se han regulado los precios; entre otras cosas porque ello eliminaría parte de las excelencias de la privatización.
Enviado por el día 25 de Julio de 2005 a las 12:04 (30)

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