liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Todo un hombre de Estado » ¿Por qué seguimos desempleados?

28 de Julio de 2005

« Uría, cuéntalo todo | Principal | Igualdad y Libertad, por Erik von Kuehnelt-Leddihn »

Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

¿Por qué seguimos desempleados?


Ésta es la pregunta que debiera formularse todo keynesiano alemán. El paro vuelve a subir en Alemania hasta el 11.5%; una cifra descabellada. Constraste este continuo crecimiento del paro con el incumplimiento, por quinto año consecutivo, del Pacto de Estabilidad. ¿Es que acaso cinco años de política fiscal expansiva no deberías haber servido para reducir el paro?

La lógica keynesiana es demasiado simplista (que no simple): las crisis representan una insuficiente demanda agregada que, por tanto, el gobierno tiene que contrarrestar. El impulso gubernamental de la demanda agregada incrementará el empleo lo que, a su vez, incrementará aún más la demanda agregada gracias a las rentas salariales. El problema es que en Alemania se ha seguido el camino opuesto: cuanto más se ha gastado, más ha aumentado el paro.

La realidad del ciclo económico es más bien la contraria. No hay una insuficiencia de demanda, sino más bien un exceso de demanda. Este hecho, que puede parecer contraintuitivo, se comprenderá mejor si recordamos las causas del ciclo económico.

Olvidémonos por un momento de la estructura de capital en cuanto a bienes duraderos (que puede complicar innecesariamente la comprensión) y centrémonos en los métodos de producción indirectos. El método de producción indirecto requiere tiempo, no nos centramos en obtener directamente el producto deseado, sino primero pasamos por otros estadios más alejados. Por ejemplo, un método de producción directo es la recolecta de frutas, un método de producción indirecto la agricultura (pues requiere arar el campo, sembrar, regar y cosechar). Los métodos de producción indirectos hábilmente seleccionados son más productivos que los directos. Por ejemplo, la agricultura proporciona una mayor cantidad de frutos que la rudimentaria recogida de frutos silvestres.

Sin embargo, desde el momento en el que aramos el campo hasta que recogemos los frutos transcurre un tiempo durante el cual tendremos que alimentarnos de alguna manera; es decir, para poder emprender un método de producción indirecto necesitamos "ahorrar", atesorar un "fondo de subsistencia" que sostenga los factores productivos desde el inicio de la inversión hasta su maduración.

Como ya digo, cuanto más largo sea el método de producción indirecto, más productivo será. Sin embargo, la longitud de ese método de producción viene limitado por la cuantía del fondo de subsistencia. En las sociedades capitalistas, esto se regula a través del interés: un elevado interés expresa que la gente no está dispuesta a esperar mucho tiempo para consumir (bajo fondo de subsistencia, esto es, pocos ahorros: alta preferencia temporal), un interés bajo, en cambio, da muestras de que la gente no tiene prisas por consumir el fruto de sus inversiones, de manera que se dispondrá de un fondo de subsistencia grande.

Como ya vimos ayer, el ciclo económico comienza cuando el Estado amplía, a través del Banco Central, la cuantía de ese fondo de subsistencia en términos nominales (con billetes), pero no en términos reales. Los empresarios, por tanto, emprenderán métodos de producción indirectos de mayor duración que, sin embargo, no serán "sustentados" (o más correctamente, financiados) por el fondo de subsistencia real.

Cuando el fondo de subsistencia se haya consumido, los métodos de producción indirectos aún no habrán madurado (en realidad esto es una simplificación, ya que la crisis se desata antes de agotar el fondo de subsistencia, de manera que unos negocios quiebran para que otros, más urgentes, puedan terminar su producción, pero el ejemplo nos sirve), de manera que la gente tendrá que producir directamente y paralizar losmétodos de producción indirectos hasta que otro fondo de subsistencia se haya acumulado.

En otras palabras, la crisis deviene porque la gente quería consumir demasiado y demasiado pronto. Si su preferencia temporal hubiera sido menor, el hecho de que los métodos de producción indirectos maduraran más tarde no hubiera importado. Es, precisamente, porque la urgencia de consumir es tán elevada que la crisis aparece.

¿Cuál es la causa del paro durante las crisis? La respuesta es clara. Hemos dicho que una vez agotado el fondo de subsistencia los trabajadores tendrán que adoptar métodos de producción directos. Esto se traduce, en la práctica (dado que el fondo, como hemos dicho, no llega a agostarse gracias a que el tipo de interés aumenta antes que ello ocurra), en que los trabajadores que se dedicaban a producir en las empresas más alejadas del consumo, tengan que ser recolocados en las empresas más próximas al mismo. Sin embargo, esto tendrá que hacerse a un menor salario que el que recibían durante la expansión económica. Las rigideces del mercado de trabajo son, en este caso, claramente nocivas, en tanto impiden la recolocación de trabajadores que terminaría con la crisis.

En este sentido, los trabajadores son despedidos, pero no recolocados; la crisis permanece. Esto es especialmente cierto si el gobierno emprende proyectos de gasto público, siempre innecesarios y torpes, (Keynes llegó a proponer el paradigma de cavar agujeros y volver a taparlos) que tienen ocupados a trabajadores que se necesitan en otra parte (y que reciben rentas monetarias del fondo de subsistencia que va recreándose para terminar los métodos de producción indirectos).

En resumen, la bancarrota de las ideas keynesianas y día a día visible. Los políticos aún no han aprendido la lección, es más, no queda claro que quieran aprenderla. Les resulta mucho más simple aparecer como los salvadores de la humanidad y no como los causantes de todas las desgracias. Pero sus mentiras no modifican la realidad.

Comentarios

 

No se admiten ya más comentarios.