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14 de Septiembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Buenas, torpes y engañosas intenciones


Que Bush proponga una medida liberal en el seno de la burocracia mundial debería, cuando menos, alertarnos. Hay muchas maneras de combatir el intervencionismo, la pobreza y las injusticias, pero no suelen tener lugar en la celebración del epicentro del intervencionismo, la pobreza y la injusticia.

Según Bush su país "está preparado para eliminar todos los aranceles comerciales, subsidios y otras barreras al libre flujo de bienes y servicios, si otras naciones hacen lo mismo". Bravo, celebro que el GOP abandone, en apariencia, su deje hamiltoniano; o más bien lo celebraría en caso de que así fuera. Puede que algunos pongan el acento en la eliminación de los aranceles y los subsidios (no es para menos). Sin embargo, la declaración, más allá de la habitual verborrea política, me resulta del todo vacía por dos motivos.

El primero y principal, obviamente, es la coletilla final: si otras naciones hacen lo mismo. Otra forma de plantearlo sería "si Llamazares se vuelve liberal", "si los asnos cabalgan a los hombres" o "si se encuentra una briza de verdad en la obra de Keynes"; es decir, jamás.

Bush se apoya así en la típica falacia proteccionista en la que también cayó, en su momento, Aleix Vidal Quadras: es decir la eliminación de barreras tarifarias no sirve de nada si en paralelo se levantan otras no tarifarias cuyos efectos inhibidores son similares. Este error me parece especialmente nocivo porque traslada la atención del consumidor al empresario; la ciencia económica explica cómo toda la actividad productiva se estructura para satisfacer a los consumidores (soberanía del consumidor), sin embargo la excusa de que "no podemos abrir nuestras fronteras mientras otros no las abran", consiste en suponer que los principales beneficiarios del libre comercio son los empresarios. Falso: como siempre, los auténticos beneficiarios del proceso son los consumidores nacionales, quienes pueden adquirir productos de mayor calidad a precios más reducidos (lo que, a su vez, les permite ahorrar un dinero que puede destinar a usos varios).

Y es que, no olvidemos jamás que si las importaciones "invaden" un país y si los empresarios extranjeros se están "forrando" con la apertura de las fronteras ello se debe únicamente a que los consumidores están comprando VOLUNTARIAMENTE y esa compra voluntaria se plasma en una mayor y mejor satisfacción de sus necesidades. En otras palabras, por mucha apertura comercial que haya, si los consumidores no son convenientemente satisfechos por los productores extranjeros, éstos no obtendrán ningún beneficio.

Bush no debe cancelar todos los aranceles para conseguir enriquecer al Tercer Mundo, sino para enriquecer a su propia sociedad, a sus propios ciudadanos. Que las otras naciones se autoflagelen no debe llevarnos a hacer lo mismo. Tal y como inquieren a los niños pequeños, "si todos se tiran por un pozo, ¿tú detrás?"

Pero, además, hay un segundo elemento que me lleva a pensar que el discurso de Bush es del todo demagógico. En lugar de decir que EEUU "está dispuesto" afirma que "está preparado". Asumo la dificultad de la traducción, propia de la ambigüedad calculada de la expresión "is ready to"; sin embargo, del contexto "eliminar los aranceles es bueno si..." me parece más adecuado entender que Bush está hablando de una "preparación económica". Destacar este punto no resulta en absoluto baladí, pues esconde otra de las grandes falacias del proteccionismo (y, precisamente, es una falacia que tiene a EEUU como su principal exponente y practicante), esto es, que el libre comercio sólo es positivo cuando se alcanza un cierto grado de "madurez" (o preparación) económica. En caso contrario, las industrias nacientes serían arrasadas por la feroz competencia extranjera. Así, el libre comercio se presenta como positivo para exportar, pero no para importar (el pretexto típicamente mercantilista del juego de suma cero)

¿Está dando Bush apoyo "intelectual" a semejante argumento? En ese caso, su apertura comercial se quedaría en un quiero-y-no-puedo (o más bien en un puedo-y-no-quiero), en tanto nadie puede esperar que las "otras naciones" subdesarrolladas hagan lo mismo si el libre comercio les resulta perjudicial. Un brindis al Sol en el centro de la oscuridad liberal.

Si de verdad cree Bush en el libre comercio y quiere ayudar a las sociedades pobres lo tiene muy fácil: que mañana mismo anuncie la eliminación de todos los aranceles y las subvenciones unilateralmente. No es necesario ir a remolque de otros países, y mucho menos ir a remolque dándoles excusas para que se despeñen. Esto no es libre comercio, sino retórica neoliberal que tan poco nos sirve y tanto daño nos hace.

Comentarios

 
Cuánta razón Rallo, lo has definido perfectamente con eso de "puedo-y-no-quiero". Juegan con que la gente en su mayor parte no tiene ni idea de economía, tan sólo se guían por meras intuiciones como que si los chinos ganan los nacionales necesariamente tienen que perder. Y ahí se queda el análisis, sin mayores profundizaciones.
Buff, no sé al resto pero a mí ya me aburre escuchar siempre la misma cantinela.
Enviado por el día 14 de Septiembre de 2005 a las 18:32 (1)
Bueno, yo como integrante de la mayor parte de la gente, no tengo ni idea (bueno, un poquillo) de economía ;)

Así, necesito que me aclaréis una dudilla. Cierto es que el consumidor sale favorecido de la eliminación de los aranceles. Cierto es que eso repercutirá por lo tanto en el resto de variables económicas. Pero sin embargo, creo que lógicamente trabajo disminuirá, o cuanto menos variará su forma notablemente, aumentando el paro u obligando a un reciclaje, que en muchos casos será bastante complicado.

En esas circunstacias, y fijándonos únicamente en el bien de nuestros ciudadanos... ¿no podría ocurrir que las consecuencias negativas de la eliminación arancelaria superaran a las positivas, o por lo menos, así se pudiera plantear?

Sinceramente, al post le veo un problema: da a entender que la eliminación de aranceles es completamente inmaculada y no tiene ningún efecto perjudicial (aunque luego fuera compensado con creces con sus ventajas)... ¿realmente no causa ningún perjuicio a la población?

Un saludo
Enviado por el día 14 de Septiembre de 2005 a las 23:08 (2)
Por cierto, seguida a mí última pregunta va otra:

Si la respuesta es que eliminar los aranceles no causa ningún perjuicio a mis ciudadanos, y todo son bendiciones... ¿cuál es la razón de que no se haya hecho ya, si incluso es beneficiosa para el tercer mundo (lo cual en la propaganda queda de vicio)? ¿Pura maldad?¿Estupidez extrema?¿Una mezcla de ambas? ;)

Un saludo
Enviado por el día 14 de Septiembre de 2005 a las 23:15 (3)
La apertura es, lógicamente, negativa para determiandos sectores sociales (los protegidos). Por otro lado, ofrecen una suculenta recaudación al gobierno, así como un instrumento de presión a otros Estados (véase el conflicto con China).

Esto, unido a la creencia de la gente sobre sus nocivos efectos, explican por qué no la aplican todos los países del mundo.

Sobre sus efectos negativos, no considero que los tenga. Es decir, ¿el paro es negativo? Menos que utilizar el trabajo en ocupaciones inútiles. ¿Qué son ocupaciones inútiles? Aquellas que se mantienen a través del proteccionismo o la subvención política. En este sentido, lo que acontecería tras la apertura sería una "purificación", no una enfermedad compensada por las sensaciones agradables.

Y, por supuesto, no asistiríamos a un paro crónico, sino a cambio de empleos. En cualquier caso, los consumidores saldrían beneficiados.
Enviado por el día 14 de Septiembre de 2005 a las 23:32 (4)
De acuerdo en todo, Eaco. Aún así, sigo viendo un problema: si hay trabajadores que adoptan y mantienen un trabajo gracias al proteccionismo estatal... ¿no crees que una eliminación brusca de dicho privilegio puede acarrear graves consecuencias? Por poner un ejemplo, si ahora decido eliminar el funcionariado y todos sus privilegios asociados... ¿no provocaría eso una reacción en cadena de difícil previsión? Yo así, creo claro que a corto plazo habría más problemas que beneficios. Y dudo que en el medio plazo ya hubiéramos compensado todos los desajustes producidos en según qué medidas liberales.

Así, no veo en ningún caso errónea la sensación de que para liberalizar el mercado haga falta una cierta posición socioeconómica adecuada. Lo contrario me parece minusvalorar la capacidad de
causar mal de ciertas ideologías, sobre todo cuando vienen acompañadas del victimismo. ;)

Un saludo




Enviado por el día 15 de Septiembre de 2005 a las 07:55 (5)
imore: "Aún así, sigo viendo un problema: si hay trabajadores que adoptan y mantienen un trabajo gracias al proteccionismo estatal... "

Si sólo lo mantienen gracias al proteccionismo estatal, lo perderán, sin duda, y es justo y necesario que así sea, cuanto más rápido mejor, pues significa que esos recursos/trabajo están siendo malempleados y servirían a una necesidad más perentoria en otro lugar. Cuanto más se prolongue la espera más tiempo estarán siendo desperdiciados y más tiempo esa necesidad más urgente permanecerá desatendida.

imore, en la medida en que es gradual la supresión de los favores del Estado a diversos colectivos es gradual el perjuicio de estos pero también es gradual el beneficio que obtienen las masas de consumidores y los empresarios foráneos desplazados por el proteccionismo. Si la supresión es instantánea, los hasta ahora privilegiados quedan desamparados, como todos los demás, al albur de la competencia, pero los consumidores y los empresarios y trabajadores extranjeros se benefician de inmediato. No veo por qué tienes que poner el acento en las consecuencias negativas que la inmediatez tiene para los protegidos y no en las consecuencias positivas que tiene para los consumidores en general y los empresarios foráneos.

"para liberalizar el mercado haga falta una cierta posición socioeconómica adecuada"

¿?¿Entonces el mercado debe permanecer intervenido hasta que se alcance “cierta posición socioeconómica”?¿No se alcanzaría más rápido esa “posición”, sea cual fuera, con una libertad de empresa irrestricta? Si así es, ¿por qué ralentizar el proceso? Y si no es así, ¿por qué liberalizar el mercado llegado a ese punto?

Un saludo
Enviado por el día 15 de Septiembre de 2005 a las 10:53 (6)
Albert: El problema que planteo no es sólo el perjuicio que se causa a los que se les quita la protección, sino que intenta ir más allá.

Pongamos un ejemplo: La adopción de una medida liberal, causa entre los que quedan perjudicados por ella una reacción de protesta avivada por los grupos demagógicos de presión y por el victimismo del trabajador frente al empresario. Esto puede dar lugar a revueltas, huelgas generales, exceso de propaganda contra el adoptante de la medida, etc. Imaginemos que todo eso lleva al crecimiento de un partido de izquierda radical, que se alza con el poder, eliminando toda medida liberal,etc... ¿Realmente ha sido beneficiosa la adopción de dicha medida en un enotrno como ese?

Obviamente el ejemplo puede ser exagerado (aunque no tanto si tenemos en cuenta la última huelga general, sus razones y su repercusión), pero creo que deja claro que el tomar una medida liberal no tiene por qué llevar a una situación mejor, o que al menos dependerá de multitud de factores ajenos a la misma medida y sus consecuencias directas.

Y por supuesto que creo que desde nuestra posición actual, el mercado deberá permanecer intervenido. Pero eso no indica que lo dejemos tal cual está, sino que se deben ira doptando medidas liberalizadoras con tacto y a una velocidad adecuada. Desde mi punto de vista, tan malo sería un exceso de velocidad como el no movernos (o ir hacia atrás... que parece el destino cercano ;) ).

Enviado por el día 15 de Septiembre de 2005 a las 19:48 (7)
imore, por lo que deduzco de tu último comentario tú no te estás refiriendo a “una posición socioeconómica” determinada como requisito para liberalizar los mercados, sino más bien a un “clima de ideas” concreto. Estoy de acuerdo en que en una sociedad de recalcitrantes comunistas es inútil intentar liberalizar nada. De igual modo, las reformas liberales auspiciadas aquí por el Gobierno que topen con la hostilidad de la población están también condenadas al fracaso. Por eso me inclino más por soluciones que venga de abajo a arriba, que sean secundadas, tácita o explícitamente, por la ciudadanía.

Dicho esto, hablábamos de aranceles, y no creo que la población en general sea hostil a la supresión de los aranceles a la importación ni a la abolición de las subvenciones al sector agrícola y demás. ¿Que los grupos “perjudicados” (privilegiados hasta ahora, diría yo) organizan manifestaciones, concentraciones, campañas de concienciación y boicots? Que lo hagan, y los que quieran que los sigan. Mientras no empleen la fuerza contra terceros, que hagan lo que quieran, ya se cansarán. Si amenazan con piquetes violentos, cierran calles, autopistas... pues que las fuerzas del orden actúen en consecuencia. Pero vamos, intentando llamar la atención así quizás acabaran ganándose la antipatía de la población. Yo creo que son muchos los que ya están más que hartos de las prebendas que reciben algunos, pero como individualmente nada pueden hacer, pues se muestran indiferentes. Y el Estado no se atreve a aplicar las reformas necesarias por miedo a alienar a estos grupos políticamente activos y potencialmente conflictivos.

Un saludo
Enviado por el día 15 de Septiembre de 2005 a las 21:30 (8)
Completamente de acuerdo Albert ;).

Acepto también lo de clima de ideas (aunque eso lo englobaba dentro de la parte social de socioeconómica ;)) Y obviamente, la situación económica también influye, pues las medidas liberales no serán igual aceptadas en un país en crisis que en uno con una economía fuerte.

Y creo que tienes razón en lo demás... la supresión de los aranceles apenas tiene actualmente una oposición ideológica fuerte, lo cual haría bastante más fácil su aceptación social. Pero eso no indica que no pudiera tener efectos negativos, y no sólo relativos al perjuicio causado directamente a los ex-protegidosque, que habría que medir convenientemente.

Para resumir mi postura me quedo con tu frase: "Por eso me inclino más por soluciones que venga de abajo a arriba"... a eso justamente era a lo que quería yo llegar :)

Un saludo
Enviado por el día 15 de Septiembre de 2005 a las 23:35 (9)
Buen artículo. Es innegable que los consumidores se benefician con productos baratos que llegan de afuera. Lástima que EE.UU. esté perdiendo buena parte de su base manufacturera.

Por otra parte, Business Week calcula que recién en el año 2050 podrá China alcanzar el mismo PBI de EE.UU. (con las actuales tendencias), así que hay superpotencia americana para el resto del siglo por lo menos.
Enviado por el día 16 de Septiembre de 2005 a las 01:56 (10)

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