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23 de Septiembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La globalización de los que entienden poco


Jacinto escribe un post titulado "La globalización benéfica y nuestro corto entender". Afortunadamente, a lo largo de todo el texto, el autor reconoce su ignorancia en la ciencia económica. Así, por ejemplo, lo encabeza diciendo: Los que nunca leeremos sesudos tratados de economía (que por otra parte, con toda seguridad, ni íbamos a entender) tenemos que conformarnos(…) con aplicar nuestra propia regla de tres

Siempre me ha hecho gracia esta gente que dice: "Yo no sé economía, me limito a observar la realidad". Y así, la mala visión del ciego, da pie a párrafos como estos: donde ellos ven oportunidades de integración en los mercados internacionales nosotros vemos multinacionales "merendándose" empresas nacionales; donde ven creación de empleo vemos inseguridad, contratos abusivos, movilidad laboral indiscriminada, sueldos precarios, explotación inmisericorde...; donde ven prosperidad y progreso vemos culturas cercenadas, guerras estratégicamente diseñadas, datos retenidos, conocimiento secuestrado, software propietario impuesto, derechos de propiedad intelectual prolongados en el tiempo..

Ahora imaginen por un momento lo siguiente. Empiezo un post diciendo "No he leído jamás un libro sobre astrofísica, pero me voy a guiar por lo que veo: el Sol gira alrededor de la Tierra".

Inmediatamente, sería la mofa pública. Sin embargo, aquellos que no entienden el funcionamiento de la economía y se limitan a observar y establecer relaciones causales sin un conocimiento científico que los respalde, son vistos como "humanistas" y "progresista". Muera la inteligencia.

Pero como no queremos que las visiones alucinógenas de Jacinto permanezcan, trataremos de explicarle por qué tiene que graduarse las gafas.

Dice Jacinto: no podamos ver como beneficioso para el hombre como individuo libre el que una multinacional cierre una factoría, dejando a miles de personas sin trabajo, para trasladarla a otro lugar donde los obreros cobrarán salarios de miseria o incluso trabajarán en régimen de explotación

En realidad, la cuestión es, ¿beneficioso para qué hombre? Cuando una multinacional cierra su sede en EEUU y se traslada, digamos, a Vietnam, al menos tres grupos de personas salen beneficiadas y una perjudicada.

¿Quiénes salen beneficiados? Por un lado los propietarios de la multinacional, esto es, sus accionistas. No olvidemos que la jubilación de los accionistas depende, sustancialmente, de la buena marcha de la empresa. Cambiar de un país a otro puede significar jubilarse un par de años antes; quedarse en EEUU puede suponer la quiebra (y, por tanto, una jubilación mucho más tardía). ¿Acaso lo progresista será disminuir y retrasar las pensiones?

Por otro lado, también los trabajadores de Vietnam saldrán beneficiados, aun cuando trabajen en "régimen de explotación", cobrando "salarios de miseria". La cuestión es bastante simple: si las condiciones laborales que les ofrecen las multinacionales son tan malas, ¿por qué las aceptan? Claramente, porque son mejores que las que tenían con anterioridad. Es más, conforme las multinacionales vayan llegando al país, los salarios necesariamente tendrán que aumentar.

Imaginen que tenemos 1000 habitantes en una ciudad que están dispuestos a trabajar por 1 euro al año. Es evidente que todas las empresas querrán contratar a esos trabajadores. Entran dos empresas que contratan cada una a 500 trabajadores. ¿Termina aquí el proceso? Claro que no. Una empresa cualquiera puede "arrebatarle" a cualquiera de esas empresas 100 trabajadores pagándoles, simplemente, dos euros al año (y es que dos euros al año sigue siendo un salario suficientemente atractivo como para atraer a las empresas). Si no le paga 2 euros al año, los trabajadores no cambiarán de empresa (suponiendo que el resto de servicios sean idénticos). En ese caso, la empresa que los tiene contratados tendrá que dejarlos marchar (reduciendo su producción) o pagarles una mayor cuantía (pongamos 3 euros al año). Y, de la misma manera, la empresa que los quiere contratar tendrá que incrementar su oferta hasta 4 (y 4 euros al año sigue siendo un sueldo atrayente para las empresas). En otras palabras, cuantas más multinacionales se instalen en los países extranjeros, más escaso será el trabajo y, por tanto, sueldos más elevados pagarán las empresas. ¿Acaso lo progresista será retener a los vietnamitas con esas penosas condiciones laborales anteriores?

Por último, los consumidores también salen beneficiados, por diversos motivos. La reducción de costes puede traducirse en una reducción de precios, en un aumento de la calidad o en un incremento de la inversión. Si se verifica este último incremento de la inversión, la estructura de capital de la sociedad aumenta y la producción sube. Es posible, por ejemplo, que las empresas que producen en Vietnam decidan invertir para reducir costes y poder vender coches a los bajos precios que están dispuestos a pagar los vietnamitas. En otras palabras, los consumidores (bien occidentales, bien orientales), saldrán beneficiados.

Y ahora toca hablar de quien paga los platos rotos: el trabajador occidental que pierde su empleo por la deslocalización. En primer lugar, y antes que nada, hay que recordar que se produce PARA consumir. Si yo soy Robinson Crusoe recojo bayas para consumirlas; si soy un empresario produzco aquello que los consumidores desean. No tiene sentido en una sociedad producir aquello que los consumidores no quieren O BIEN aquello que quieren menos que otras cosas (por ejemplo, puede que la gente desee tener máquinas de escribir en casa a modo de antigualla decorativa, pero quizá no esté dispuesto a que esas máquinas se produzcan a costa de los ordenadores). Estas preferencias de los consumidores se materializan a través de los precios y los costes. Si los costes superan el precio de venta, ello significa que hay otras líneas productivas prioritarias.

La deslocalización permite mantener la producción de unas empresas (aquellas cuyos precios aumentan en relación a sus costes, esto es, las empresas de productos más necesitados como, en nuestro ejemplo anterior, los ordenadores) sin reducir la de otras (aquellas cuyos costes aumentan en relación con sus precios, esto es, en nuestro ejemplo anterior, las máquinas de escribir). La razón es que los trabajadores occidentales que antes producían máquinas de escribir ahora pueden producir ordenadores y, por su parte, los trabajadores vietnamitas sustituyen a los occidentales en la producción de máquinas de escribir.

No tiene sentido, por tanto, impedir la deslocalización para beneficiar al trabajador. Primero, porque el trabajador no tiene ningún derecho a obligarnos a consumir a los individuos aquello que no queremos (máquinas de escribir en lugar de ordenadores) y, segundo, porque seguirán quedando ocupaciones en Occidente para satisfacer al consumidor (otra cosa es que el trabajador tenga que conformarse con un salario menor).

Pero, además, a largo plazo perjudica incluso al propio trabajador. Si la agricultura europea de finales del s.XIX no hubiera deslocalizado la producción de cereales a EEUU y Australia, el desarrollo industrial subsiguiente hubiera sido infinitamente menor. ¿Con qué trabajadores producimos coches si están empleados labrando los campos? Y claro, si nos perpetuamos en ocupaciones primitivas, como el cultivo de cereal, nuestra riqueza será mucho menor. En otras palabras, si hubiéramos impedido durante todo el s.XX la deslocalización finisecular del s.XIX hoy estaríamos todavía con el azadón.

Por no hablar, claro está, de la competencia extranjera que, en estos casos, arrasa con la ineficiente producción nacional. ¿Acaso alguien cree que los trabajadores del textil han salido beneficiados después de décadas de producción ineficiente? Ahora están siendo apartados por los productos chinos. Se ha hipertrofiado estatalmente una industria y nos quejamos de los cambios "drásticos".

Claro, podemos evitar los cambios drásticos con un poco más de intervencionismo: autarquía total. Pero después de la experiencia franquista, salvo a redomados progresistas, no creo que a nadie le queden ganas de volver a proponerla.

Concluyendo este punto: el progresista Jacinto critica la deslocalización porque no beneficia a nadie. Los topos a su lado son linces.

El siguiente punto que critica Jacinto es que sin dignidad o igualdad no hay libertad. Sin dignidad no hay libertad; más bien lo que hace digno al hombre es la elección correcta ante cada circunstancia; y esa elección sólo puede garantizarse a través de la libertad. La dignidad NUNCA ha estado relacionada con alcanzar determinadas circunstancias. En ese caso habría que decir que todos nuestros antepasados han sido indignos. Las circunstancias las crea el hombre a través de su acción y su elección. Ante cualquier circunstancia el hombre tiene un espacio para elegir y en la bondad de esa elección está su dignidad. Decir que el hombre sólo es digno si tiene casa, ordenador, o móvil es un disparate. El hombre que hoy no tiene qué comer puede ser perfectamente digno: por ejemplo, si en lugar de atracar decide trabajar o protestar ante el gobierno por el hecho de que sus restricciones no le dejan trabajar.

Enlazado con este tema habla del trabajo infantil: Y el que sus hijos trabajen doce horas diarias en lugar de ir a la escuela, fabricando zapatillas deportivas y hasta juguetes para los nuestros, no parece la mejor de las soluciones posibles. Siempre visto desde la simpleza de nuestra regla de tres, claro está.

El trabajo infantil contribuye al enriquecimiento de una sociedad y de una familia. Cuantos más sueldos, mayor renta. Este incremento de la renta, a su vez, permite a la familia ahorrar y, con los ahorros, se dispara el proceso de creación de capital en ese país que, al final, redunda en mayores salarios y en la falta de necesidad por que los niños trabajen (es más, en el incremento de la rentabilidad de que se dediquen a otra cosa: educarse y formarse). Ya expliqué por qué los países pobres no necesitan hoy de educación. De nada serviría sin capital. En todas las sociedades pobres, a lo largo del mundo y de la historia, los niños han trabajado. Prohibir el trabajo infantil da lugar a la perpetuación de esa pobreza y, por tanto, al incremento de la mortandad o al trabajo infantil informal. Que los niños vayan a la escuela sólo puede ser el efecto del desarrollo y la prohibición del trabajo infantil, por desgracia, es una de las causas del subdesarollo.

Después de tan elaboradas reflexiones, Jacinto concluye: Simplificando, que es lo nuestro, no podemos creer en las bondades de un proceso globalizador en el que el ser humano, como ser individual o como totalidad de individuos, cuenta tan poco. Por no decir que nada

¿La libertad de desplazamientos de personas, capitales y mercancías no tiene nada que ver con los individuos? ¿Qué yo pueda viajar a Nueva York no me afecta? ¿Qué yo pueda prestar o pedir prestado dinero a un africano no me afecta y le afecta? ¿Que yo pueda comprar libros por Amazon no me afecta? ¿No soy yo un individuo? ¿No lo es usted? ¿En qué mundo vive para decir que todo ello no tiene nada que ver con el individuo?

Eso sí, Somos así de sencillos. Y me temo que ya no tenemos remedio.. Yo no diría sencillos, sino simples. El problema es que esa actitud genera pobreza, trabajo infantil y muertes. Lo lamentable es que la ignorancia de una corte de chamanes, jerarcas e intelectuales ocasione la pobreza en países enteros. Si yo no sé astrofísica, mi ignorancia no redunda en ningún mal ajeno; no pretendo, por ejemplo, utilizar la fuerza para prohibir que se lancen satélites fuera de la Tierra arguyendo que, dado que el Sol también gira a su alrededor, terminarán chocando el Sol y los satélites. Mi ignorancia es mía, no la impongo. Pero su ignorancia económica, su torpe ceguera, no sólo es suya, sino que quieren que millones de personas la sufran y padezcan.

Para acabar con la riqueza hay que crear riqueza, y los anteojos desenfocados de algunos sólo justifican su obstrucción.

Actualización: Había hecho un trackback (colocar un enlace) en el post de Jacinto, pero lo ha quitado (tal vez tiene miedo de que sus lectores aprendan economía, más allá de la típica miopía crónica que saca a relucir en su post). Está en su derecho, es lo que tiene la propiedad privada que izquierdistas como él no quieren reconocer. No deja de ser curioso, con todo, que un ciberpunki netorratoniano corte el crecimiento enredado  de la Red. ¿Acaso no había que extenderse, ramificarse e interrelacionarse? Parece que no. ¿Dónde ha quedado aquello de que la comunicación debía realizarse entre blogs y no dentro de cada blog? Fíjense que en su web tiene un curioso slogan "la retención de datos no es la solución". ¿Se puede caer en mayor incoherencia? Cuanta menor comunicación, cuanta mayor retención, mejor: sobre todo si el enlace se produce desde sitios "incómodos".

Comentarios

 
Enhorabuena por este post. Describes con bastante acierto las ventajas del comercio internacional sin trabas. Interesante reflexión la de los tres beneficiarios del traslado de la multinacional. Totalmente de acuerdo.

Brevemente te cuento que en mi comunidad autónoma hay una planta de una multinacional sueca que quiere cerrar esta factoría y llevar la producción a un país del Este. Hace unos ocho y unos quince años ya amenazó con largarse y el Gobierno soltó millones de pesetas a mansalva. Ahora ya se va definitivamente y el Gobierno de mi comunidad no la puede retener. ¿Qué es lo único que ha hecho hasta la fecha? Desperdiciar el dinero del contribuyente. ¿De qué ha servido? De nada. Sólo ha prolongado la agonía de la factoría y nos ha costado muchísimo dinero.
Enviado por el día 23 de Septiembre de 2005 a las 17:29 (1)
¿Riojano, batibu?
Enviado por el día 23 de Septiembre de 2005 a las 18:04 (2)
Incluso hay alguien en los comentarios que explica y alaba la actitud esa de ponerse a largar criticando la globalización mientras se reconoce la ignorancia. Para el comentarista está muy bien mostrar la reacción en contra que le produce el fenómeno ¡porque la documenta!

Vaya que "no tengo ni idea pero me opongo". Luego les dices que lo que dicen es de una arrogancia atroz y se te enfadan.
Enviado por el día 23 de Septiembre de 2005 a las 18:58 (3)
Poe ejemplo, zruspa.
Enviado por el día 23 de Septiembre de 2005 a las 19:29 (4)
No olvidemos que salir de un pensamiento pseudo-cientifico, como es el marxismo, es dificil, es como intentar salir de una secta y que el vigilante tenga las llaves de la puerta.
Solo haciendo pedagogia e ilustrando a estos chicos, pueden salir de las garras decadentes del comunismo
Enviado por el día 25 de Septiembre de 2005 a las 03:23 (5)

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