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24 de Octubre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Bernanke, el inflacionista


Siempre consideré que Bernanke era el candidato más probable, pero esperaba equivocarme. No lo he hecho.

Stefan Karlsson


Parece que Ben Bernanke será el próximo propietario del sistema monetario mundial. Un pirómano al frente del cartel mundial de petróleo. Me permito traducir algunos comentarios que se han hecho a las teorías económicas de Bernanke:


Aunque Bernanke cree en la economía de mercado, no confía en la idea de que pueda ajustarse por sí misma. Siempre hay varios shocks que la pueden apartar del camino del crecimiento y que suponen una amenaza para el bienestar. Cree que el Banco Central tiene el papel de salvar a la economía ya que sin la intervención de la FED caería en un agujero negro.

Frank Shostak


¿Recuerdan la controvertida asunción de Friedman de “tirar dinero desde un helicóptero”? Pues su engendro intelectual será el nuevo presidente de la FED. Efectivamente, la sentencia más conocida de Bernanke fue: “the U.S. Government has a technology, called a printing press”, con casi 700 registros en Google (que irán aumentando en los próximos días).

Para conocer mejor su pensamiento y obsesión anti–deflacionista mejor lean su discurso más conocido y probablemente el más linkado en el día de hoy: “Deflation: Making Sure ‘It’ Doesn't Happen Here”.


Jorge Valín


Ben Bernanke, el nuevo miembro de la Fed, en un reciente discurso fue de la opinión de "evitar el boom de los precios de las acciones entre 1995 y 2000, si hubiese podido hacerse, habría estrangulado en gran medida el progreso tecnológico y el crecimiento sostenible en productividad y producción". Según esta manera de pensar, los beneficios del boom compensan sobradamente la recesión a corto plazo.

(...)Se sigue de la visión de Bernanke y Bilder que es mejor tener un boom y una recesión que no haber tenido un boom.


Cristopher Mayer


Horrible noticia. Ben Bernanke ha sido nombrado Nuevo presidente de la Fed por Bush. ¿No puede Bush hacer nada bien?

Bernanke es muy inapropiado porque su visión de la política monetaria (que es para lo que se le acaba de nombrar) es cualquier cosa menos reforzadora.


Stephen Karlsson


Bernanke empezó su discurso afirmando que "el riesgo de una significante deflación en los EEUU no puede preverse en un futuro cercano". Además expresó la confianza en que "la Reserva Federal utilizará todos los medios a su alcance para prevenir la deflación y, es que el Banco Central de USA, en colaboración con otras ramas del gobierno, tiene suficientes instrumentos para asegurarse de que cualquier deflación que pudiera ocurrir sería breve y suave"

Es un error típico de Greenspan, Bernanke añadió: "Ya hemos dicho que es dudoso que acaezca una deflación en los EEUU. Yo, de hecho, descartaría tal posibilidad". En ese momento, pasó a analizar la deflación en términos keynesianos como "en casi todos los casos la consecuencia de un colapso de la demanda agregado -una caída del gasto tan grande que los productores deben reducir sus precios para encontrar compradores.
Bernanke dedicó el resto del discurso a recordar los intrumentos a disposición de la Fed para evitar la deflación o eliminarla si tales instrumentos fallaran de algún modo. No es sorprendente que todos estos remedios consistieran poco más o menos en distintas maneras de crear dinero.

Por ejemplo, Bernanke sugirió que para prevenir que una caída inesperada de la demanda agregada diera paso a la deflación, la Fed necesita establecer "un rango de inflación". Esto significa que la Fed debe conscientemente inflar los precios desde un 1% al 3%. Pero esto no es suficiente -la Fed debería también buscar cualquier signo de debilidad en las instituciones y mercados financieros y estar preparada para insuflar al sistema financiero con el crédito inflacionario necesario en caso de, por ejemplo, un crack en la Bolsa o incluso en caso de falta de confianza por un ataque terrorista. Finalmente, incluso manteniendo la inflación dentro del rango previsto, si la Fed observa un repentino deterioro de los fundamentos de la macroeconomía, como una caída en la inversión o en el consumo, debe actuar preventivamente y de manera más agresiva de lo normal para anticiparse ala deflación.

En caso de que estas medidas de precaución fracasaran a la hora de prevenir la caída de los precios, y la Fed ya hubiera reducido el tipo de interés a cero, Bernanke asegura que la Fed todavía dispone de todo un arsenal de armas capaces de generar la deseada inflación positiva. Esta serie de medidas poco convencionales para la creación de dinero incluyen:

- Reducir los rendimientos de los bonos públicos a medio y largo plazo comprometiéndose a realizar compras ilimitadas de esas obligaciones a un precio consistente con el objetivo de rédito.
- Seguir la misma estrategia en el mercado de deuda pública extranjera, en donde la Fed puede adquirir bonos desde 1980 y cuyo stock es varias veces el tamaño de la deuda de EEUU.
- Sortear las restricciones de la Fed para comprar bonos privados, extendiendo préstamos a un tipo de interés cero a los bancos que acepten papel comercial, bonos corporativos e incluso hipotecas como respaldo, consiguiendo así reducir los réditos de estos instrumentos de deuda.
- Financiar una masiva reducción de impuestos, dólar a dólar, monetizando el déficit resultante y en la medida de los impuestos dejados de percibir; o monetizando directamente la compra de bienes y servicios o activos privados, físicos y financieros, por parte del Tesoro.

Tal y como Bernanke sostiene, esta última alternativa es equivalente a rociar el país con dinero a través del famoso helicóptero de Friedman. No nos equivoquemos, Bernanke está proponiendo la inflación, pura y simplemente, -y en grandes cantidades- como la panacea para una economía acosada por la caída de los precios. Esto es explícito en el siguiente pasaje:

"La conclusión de que la deflación es siempre reversible bajo un sistema de dinero fiduciario se sigue de un razonamiento económico básico. Una pequeña parábola podría resultar útil: Hoy una onza de oro se vende por 300$, más o menos. Ahora supongamos que un alquimista moderno resuelve su viejo problema al encontrar una manera de producir oro ilimitadamente sin ningún coste. Es más, su invención consigue una gran publicidad, es verificada científicamente, y anuncia su intención de producir masivamente oro durante los próximos días. ¿Qué ocurrirá con el precio del oro? Presumiblemente, la potencial oferta ilimitada de oro barato hará que el precio del oro se hunda. Además, si el mercado de oro es eficiente en alguna medida, el precio del oro se colapsará inmediatamente después del anuncio, antes de que el alquimista haya producido y vendido una sola onza del metal amarillo.

¿Qué tiene esto que ver con la política monetaria? Como el oro, los dólares de EEUU tienen valor en la medida en que su oferta es limitada. Pero el gobierno de EEUU tiene una tecnología, llamada imprenta (o su equivalente electrónico actual), que permite producir tantos dólares como quiera sin coste alguno. Al incrementar el número de dólares en circulación, o incluso amenazando seriamente con la intención de hacerlo, el gobierno de EEUU puede reducir el valor del dólar en términos de otros bienes y servicios, lo que es equivalente a incrementar los precios en dólares con respecto a esos bienes y servicios. Llegamos a la conclusión de que, bajo un sistema de papel moneda, el gobierno puede siempre generar un mayor nivel de gasto y, por tanto, una inflación positiva".

Este pasaje es a la vez auténtico y escalofriante. La analogía de Bernake se basa en un análisis económico correcto: la Fed tiene el poder de arrastrar al dólar hasta el colapso. Lo que es terrorífico es que un gobernador de la Fed, un supuesto macroeconomista moderadamente a favor del libre mercado, que fue nombrado por la administración republicana y que se ha rumoreado que puede ser el sucesor de Greenspan, se enorgullezca de proponer el uso de un poder semejante como remedio a una pequeña alza en el valor del dinero. Después de todo, la deflación en Japón que Bernanke se propone evitar con tanta determinación, ha tenido una medida de menos de un 1% desde mediados de 1999.

Ahora uno podría decirme que he malinterpretado a Bernanke, que ellos sólo estarían dispuestos a aplicar esas medidas en la esfera de una coyuntura teórica, y que nadie en pleno uso de sus facultades -aparte quizá de Paul Krugman y algunos excitables economistas del supplyside- espera que una deflación al estilo de Japón tenga lugar en EEUU. Pero esto significaría ignorar el contexto de sus argumentos, pues Bernanke estaba solamente preparando el escenario para la última actuación del Maestro del Ilusionismo: él mismo.

El simple hecho de que un prominente miembro de la Fed se dirija con tales explicaciones sobre la deflación ante un grupo de empresarios en un evento tan visible, señala el despliegue de una nueva estrategia por parte del presidente de la Fed.

Joseph Salerno

El viernes pasado el Wall Street Journal certificó que Larry Lindsey había sido añadido por el presidente Bush a la corta lista de potenciales sustitutos para Alan Greenspan en la Fed. Martin Feldstein, Gleen Hubbard, y Ben Bernanke son los otros tres más mencionados, con Bernanke en primer lugar segñun Tradesports.com

Bernanke ha expresado recientemente sus opiniones sobre economía en el Journal, y mientras celebraba los recortes fiscales, el libre comercio y la reforma legal, no es un suplyy-sider. Su visión sobre el impacto de una reducción de impuestos, su desmesurado interés por las tablas de demanda, por no mencionar su desacreditada idea sobre los "límites" del crecimiento y el pleno empleo, debería tener preocupados a los defensores de Bush.

En relación con los impuestos, Bernanke habló de "estímulo fiscal" que ha disminuido "en los últimos trimestres". Bernanke es claramente un keynesiano en el campo de los impuestos, manteniendo que deberían ser reducidos en tiempos de poca demanda e incrementados cuando el crecimiento alcance sus "límites" naturales. Mientras que los keynesianos ven los recortes fiscales a través de un prisma de estímulo de la demanda a corto plazo cuyo estímulo retrocede gradualmente, los supply-siders defienden recortes de impuestos para el largo plazo y (continuos) efectos incentivadotes a la actividad económica. La distinción entre las dos escuelas de pensamiento es crucial, particularmente dada su creciente influencia en la Fed.

Acerca del impacto económico de la demanda, Bernanke preguntó "cuánta demanda en el último trimestre había sido satisfecha a través de los inventarios en lugar de la producción". Pero los supply-siders no consideran siquiera esto -no lo hacen porque saben que en última instancia los productos se compran con otro productos. La demanda siempre existe, dado que los deseos humanos son ilimitados. Pero lo que Bernanke parece querer decir por demanda es el hecho de que los productores intercambien sus excedentes por los de otros. En el modelo de supply-side, lo que Bernanke ve como una caída de la demanda agregada es de hecho una caída de la producción -algo en lo que los economistas del lado de la oferta están de acuerdo se produce como resultado del entrometimiento del gobierno en la línea de excesos en la imposición fiscal, la regulación y en un dinero inestable.

Bernanke escribió sobre empleo y su opinión sobre la existencia de "un nivel máximo de empleo que sostenible sin presiones inflacionistas". Su idea aquí eleva muchas cuestiones acerca de que la innecesaria preocupación de Greenspan con el crecimiento PIB "mayor a la tendencia potencial" le llevó a cometer el error de 1999 de incrementar los tipos de interés a pesar de que los rendimientos de los bonos, el dólar, y el oro estaban dando el grito de deflación y no inflación.

Dejando aparte la habilidad de los mercados para innovar constantemente la carencia de trabajo, por no mencionar las asunciones estáticas que llevarían a uno a creer en el "pleno" empleo y en los "límites" al crecimiento económico, el auténtico problema aquí es que alguien que podría potencialmente dirigir nuestra política monetaria, ve la economía americana como un caja hermética, más allá de la función de exportación e importanción. De hecho, uno de los motivos por los que nuestra economía continúa funcionando a buen ritmo es que nuestras compañías no se limitan a contratar la mano de obra disponible en EEUU, ni tampoco se constriñen por las ideas en el "output gap" de Bernanke -ideas que asumen que el crecimiento está limitado a las estimaciones estáticas sobre nuestra capacidad productiva.

En realidad, tal y como el comentarista Lou Dobbs continuamente nos recuerda, las compañías de EEUU normalmente generan puestos de trabajo y manufacturas fuera de los EEUU. Las hipótesis de pleno empleo y límites al crecimiento económico son siempre un tanto estúpidas pues se basan en la noción de que los factores económicos no responden a los condiciones cambiantes de la economía. En una cada vez más integrada economía mundial, las ideas defendidas por Bernanke son francamente cretinas.

Aunque el no hablaba del dinero en el editorial del Journal, un artículo aparecido en Junio en el New York Times, dejó claro que Bernanke creía que el patrón oro había empeorado la Gran Depresión. Además, en un discurso en 2002, celebró la capacidad del gobierno para utilizar la imprenta en la "generación de un mayor gasto público y por tanto positiva inflación". Si su apoyo a la ortodoxia de la Curva de Phillips hace que sus ideas sobre el imperio del precio parezcan ingenuas, sus comentarios explícitos sobre el dinero nos quitan toda duda.

Mucho se está hablando ahora de la oportunidad histórica de Bush para rehacer el Tribunal Supremo. No hay dudas sobre eso. Quizá casi tan importante será el nombramiento de Bush en la Fed, es decir, la sustitución de Alan Greenspan. Sólo por sus ideas sobre impuestos, Bernanke sería un paso en la dirección equivocada. Por su visión sobre el dinero, Bernanke sería un candidato muy peligroso.

John Tamny

Comentarios

 
Es verdad: el patron oro no solo empeoro la Gran Depresion: la hizo posible.

Sin Patron oro, no huebiese sido peor que la crisis de las Cajas de Ahorros en los ochenta.

Enviado por el día 24 de Octubre de 2005 a las 23:46 (1)
No sé que quedaba del patrón oro entonces: Aunque Lord John M. Keynes diría, años más tarde, que el patrón oro era una "bárbara reliquia"; acabada la guerra, las potencias se esforzaron por volver a adoptarlo. Pero, como hemos visto, readoptar el patrón oro implicaba el amargo trago de la devaluación, o la pérdida de gran parte de las reservas de oro.

Inglaterra, que hasta entonces había sido la gran potencia hegemónica y que acababa de salir victoriosa de la Gran Guerra, no estaba dispuesta a rebajarse y regresó al patrón oro en 1926 sin devaluar la libra. (Es decir, los ingleses podrían importar a bajo coste, pero les sería dificilísimo exportar sus productos.)

He aquí la idea que los ingleses consiguieron vender al resto del mundo en la Conferencia de Génova de 1922: Estados Unidos, que había sufrido poquísimo por la guerra, permanecería en el patrón oro, respaldando sus dólares con oro. Las divisas de los demás países, sin embargo, no podrían cambiarse por oro, sino por grandes lingotes de oro. El público en general, claro está, no usaba esos grandes lingotes, con lo que la convertibilidad de estas otras divisas quedaba muy reducida. Es más, las libras esterlinas podrían cambiarse también por dólares y las demás divisas por libras.

Esto era una nueva triple pirámide invertida: los dólares se sostenían sobre una cantidad de oro inferior. Sobre estos dólares se apoyaban las libras, con lo que se formaba una segunda pirámide sobre la primera. Y, finalmente, todas las demás divisas se apoyaban sobre la libra.

El viejo mecanismo del patrón oro, que castigaba a los que emitían demasiados billetes, ya no funcionaba. Ahora, el Banco de Inglaterra podía emitir tantas libras como quisiera porque, en vez de tener que cambiarlas por oro, podía cambiarlas por dólares. Sólo se trataba de convencer a los americanos de que imprimiesen dólares a tropel
.

La enorme expansión de la oferta monetaria que se produjo no tiene nada que ver con el patrón oro.
Enviado por el día 24 de Octubre de 2005 a las 23:49 (2)
Llevas unos días con una productividad capaz de levantar un sistema económico socialista.

Enhorabuena, Juan Ramón.
Enviado por el día 24 de Octubre de 2005 a las 23:50 (3)
Por cierto, la cita es del excelente artículo de Toni sobre el patrón oro: http://www.liberalismo.org/articulo/222/
Enviado por el día 24 de Octubre de 2005 a las 23:53 (4)
No entiendo la manía de contraponer la expansión monetaria con el patrón oro. Lo opuesto a la expansión monetaria es la cantidad monetaria fija. Y lo opuesto al patrón oro se inventó hace siglos y se llama billetes, aunque últimamente su principal competidor son las unidades de cuenta.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 00:17 (5)
La expansión monetaria no es necesariamente mala, lo malo es la pérdida de calidad del dinero, esto es, su expansión sin respaldo por dinero real. El oro es dinero real, los billetes son deudas impagables en oro, estafas gubernamentales. Cuanto mayor número de deudas impagadas haya, menor será su valor. Los billetes no se oponen al patrón oro, de hecho son coetáneos junto con las letras de cambio. Lo opuesto al patrón oro es el billete fiduciario, es decir, sin respaldo de oro.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 00:24 (6)
Joé, no se puede uno ir de vacaciones. Al regreso, ciertas noticias unidas al follón laboral que uno se encuentra, causan un estrés mayor que el sufrido antes del periodo estival.

Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 00:59 (7)
La pérdida de calidad del dinero viene provocada por la expansión monetaria (entendida por impresión de billetes y no por bajada de tipos de interés). Cosas de la oferta y la demanda. Los billetes no son deudas impagables en oro, son trozos de 'valor' que se puede intercambiar por oro, coca-colas o zapatos.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 10:01 (8)
Sala i Martín dijo ayer en Hora25 de los Negocios que era el mejor de los candidatos. Afirmó que, según lo que el nuevo gobernador había predicado hasta ahora, no pretendería estimular o no la economía mediante la oferta monetaria sino sólamente controlar los precios.
Respecto a los comentarios sobre Bernanke que se hacen en este artículo habrá que ver si distingue entre Curva de Phillips a corto plazo y a largo plazo, es decir, entre la original y la corregida. Eso puede ser clave para ver las decisiones que pueda tomar. Si hace la distinción entre ambas curvas sus teorías sobre el crecimiento no serían tan peligrosas.
Curiosamente, hoy sale a la venta en USA el libro de Macroeconomía que ha escrito Bernanke. No estaría mal echarle un vistazo.
De todos modos, lo mejor será esperar y ver. Una cosa es lo que este economista haya dicho hasta ahora y otra lo que haga. Ahora tiene mucho poder en sus manos y no es lo mismo que dar clases en la Universidad.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 10:19 (9)
El tipo este ha escrito el libro que se supone me he de estudiar (joas, joas). Vaya casualidad, o no. Al menos no me lo compro y ni siquiera lo fotocopio, sólo faltaba.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 13:14 (10)
a) La reducción del tipo de interés provoca un incremento de la base monetaria sobre la que los bancos realizan la expansión crediticia. Que yo sepa las diferencias entre el dinero mentálico y el depósito son nulas. Por tanto, un incremento de la cuantía de los depósitos supone un incremento de la oferta monetaria. Esto ya lo comprendió la Escuela Bancaria en el s.XIX, tiempo ha.

b) ¿Los billetes trozos de valor? ¿Y cómo troceas el valor subjetivo? ¿Ahora nos hemos vuelto cardinalistas? ¿Y del valor de qué bienes? ¿Cómo agregas el valor de todos los bienes de una economía? ¿Con qué peso relativo? ¿Acaso las mediciones del INE suponen la base para la valoración subjetiva de los billetes? ¿Y quién no conoce dichas informaciones con respecto a qué valora el dinero? Cuidado con esas reminiscencias del valor objetivo.
Enviado por el día 25 de Octubre de 2005 a las 17:59 (11)

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