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26 de Octubre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

¿Una nueva crisis económica?


La teoría económica es incapaz de predecir el momento exacto en que una crisis acaecerá. En buena medida, tales fenómenos dependen, entre otras cosas, de las expectativas de los empresarios y de la voluntad del banquero central para continuar inflando la oferta crediticia.

Sin embargo, desde ayer estamos asistiendo a fenómenos particularmente preocupantes. Por un lado, Tom Barrack el más importante inversor inmobiliario del mundo, dice que está vendiendo su cartera en EEUU, ante la locura de precios actual y “porque hay demasiados amateurs dentro, que serán pisoteados”. Por otro, Los bonos usa, que constituyen el mayor y más importante mercado financiero del mundo, sufrieron anoche fuertes pérdidas, ante el temor a un posible recalentamiento inmobiliario, que se traduciría en más subidas de tipos de interés, llevando sus rentabilidades a máximos de dos años. Ayer, las cifras de ventas de vivienda de segunda mano fijaron la segunda mayor cifra de todos los tiempos. La tendencia es inquietante, sobre todo porque los mercados financieros anticipan las crisis en el resto de mercados.

Generalmente se dice que una buena parte de la demanda de vivienda la acaparan los especuladores. Esto es parcialmente cierto, la labor del especulador es comprar cuando un bien está barato (haciendo subir el precio) y vender cuando está caro (haciéndolo bajar) de manera que la evolución de los precios padece menos cambios drásticos. Ahora bien, los especuladores también pueden equivocarse: comprar cuando está caro (haciendo subir más el precio) y verse obligados a vender cuando esté barato (haciéndolo bajar todavía más).

No puede decirse que los especuladores creen la crisis, pero sí que la desatan (lo cual, de nuevo, es altamente beneficioso, por cuanto una crisis que se prorroga es es una crisis futura más intensa). No la pueden crear, porque comprar los conceptos de barato y caro no dependen, en última instancia, de los especuladores, sino de los consumidores; es decir, una mala operación perjudicará sólo a las especuladores. Pero sí la pueden desatar cuando compran y venden productos que no son rentables, difuminando la información a todos los agentes económicos.

Si, como decimos, los especuladores han anticipado mal la demanda de los consumidores, los movimientos de algunos de ellos destaparán el error de los restantes. Si una parte del precio de la vivienda está inflado por la especulación (es decir, por la expectativa de que los precios continuarán subiendo), una parálisis o reducción súbita de los mismos puede provocar la catarsis entre la demanda especulativa.

Imaginen que un sector de los especuladores empiezan a vender y la rentabilidad de la vivienda se reduce desde un 13% anual al 4%, ¿realmente interesará al resto de especuladores continuar invirtiendo en viviendas cuando otros sectores de la economía proporcionan rentabilidad superiores? La inversión en nueva vivienda caería enormemente, y los stocks de viviendas vacías que esperaban rentabilizar durante unos años más la tenencia, saldrían a la venta (haciendo caer todavía más el precio).

El problema es que una gran parte de los especuladores de nuestro país son los bancos quienes aceptan prestar nuestro dinero durante plazos exagerados para conseguir una renta anual. Pero obviamente, si el precio de la vivienda se estanca o cae, resultará preferible para los prestatarios de los bancos dejar vencer las hipotecas y que éstos se queden con una vivienda que va perdiendo valor. ¿Con qué nos dejaría esto? Con que los bancos habrían intercambiado depósitos líquidos por inversiones ilíquidas. La situación se agravaría todavía más si el Banco Central y los bancos comerciales endurecieran sus condiciones al crédito para recuperar parte de su posición de liquidez, ya que ello, en contrapartida, seguiría estimulando a las familias a que entregaran sus viviendas al banco en lugar de pagar la hipoteca.

Y aquí, de nuevo, los problemas se incrementan. Los bancos habrán transferido a los constructores los activos líquidos de sus clientes y, en su lugar, se habrán quedado con un inmovilizado que va perdiendo valor. Si los depositantes acuden al banco a reclamar su dinero, ésta no podrá proporcionárselo porque se encontrará en forma de viviendas. Por supuesto el Banco Central podría proporcionar liquidez adicional a los bancos comerciales, pero esto sólo retrasaría el problema. No olvidemos que los bancos comerciales habrán tenido que restringir el crédito, no sólo al sector de la vivienda, sino al resto de sectores de la economía. Esto significa que muchos proyectos empresariales no podrán completarse, por faltar el capital circulante necesario (con el consecuente aumento del paro). En otras palabras, se verificará entonces que una gran parte de los activos de la economía se han empleado en el sector de la vivienda y que, en cambio, otros prductos más importantes no llegarán nunca al mercado. Si el Banco Central es tan irresponsable como para compensar toda la pérdida de capital con papel, los precios en el mercado de bienes y servicios se dispararán: el capital se ha consumido, miles de ahorros de los depositarios se hallan inmovilizandos y entregarles papel sólo servirá para crear una inflación colosal.

¿Qué pasará entonces? Si los depositantes asumen que la inflación supone una pérdida de su poder adquisitivo (la pérdida que no habían querido asumir con la inmovilización de sus depósitos), aparte de que el dinero fiduciario colocaría un nuevo clavo en su ataúd, la sociedad podría volver a reestructurarse, después de sufrir la quiebra de numerosas empresas y el abandono de sectores produtivos enteros para dedicar su capital circulante a los más urgentes del momento. En cambio, si el Banco Central sigue financiando la indexación de rentas, la hiperinflación devendrá inevitable. Pero tengamos presente que, mientras tanto, se habrá experimentado un gran consumo de capital.

Con todo, es posible que el ajuste se realice de una forma menos drástica -como ya ocurrió con las telecomunicaciones- si los incrementos de la productividad compensan el menguado fondo de subsistencia. Ahora bien, no soy especialmente optimista.

Comentarios

 
Rallo-Shostak y su fondo de subsistencia ;-)
Enviado por el día 26 de Octubre de 2005 a las 16:16 (1)
Enviado por el día 26 de Octubre de 2005 a las 16:17 (2)
http://www.jesushuertadesoto.com/madre2.htm y pinchar en entrevista 2003
Enviado por el día 26 de Octubre de 2005 a las 16:18 (3)
Hoy el bono a 10 años rompió un canal bajista de 23 años. Quien sigue el chartismo bursátil, ya le puse un target de corto en 5.10, y de largo en 7!!
Son los mismos que están preocupados por la caída de liquidez en los mercados, de dos dígitos, a uno.

Las crisis financieras son la antesala de una crisis en la economía real. O en las palabras de la teoría de Soros, “el mercado financiero señala la senda”.

Ahora, la caída de la liquidez mundial ya esta afectando las monedas latinoamericanas, en un mes y medio el peso argentino se desprecio 0.35c. La mayor parte de la tenencia de activos en nuestros mercados, están en mano de fondos americanos. Una subida de precios en ese mercado, con objetivo en 7, sería catastrófica.

http://liberales.blogspot.com/2005/10/son-los-70-e...
http://liberales.blogspot.com/2005/10/salto-de-ter...
http://liberales.blogspot.com/2005/10/preludio-de-...

Lo vengo tratando el tema, y el panorama, especialmente para los emergentes no es nada bueno.

Hay mucho movimiento en los mercados de activos fuertes. La plata y el oro están que explotan. Es más, el oro rompió una lineal cíclica de 3 años de expansión. Ya vamos por los 5!-

Va… todo tiene un denominador común, FED. La burbuja de los ’90 no estallo, la emparcharon con otra con un potencial destructor similar a la del ’30.
http://liberales.blogspot.com/2005/10/una-imagen-h...

Buenas Tardes,

Enviado por el día 26 de Octubre de 2005 a las 19:54 (4)
Juan ramón, ¿Consideras que van a bajar los precios de la vivienda, o al menos desacelerarse?
¿Y de los tipos de interés, crees que subirán?
Enviado por el día 27 de Octubre de 2005 a las 01:26 (5)
Seneca, es pSeneca, es practicamente inevitable. Otra cosa muy distinta es como suceda, si bruscamente o de forma paulatina. Saludos.
Enviado por el día 27 de Octubre de 2005 a las 01:51 (6)
Explícame por qué, por favor, el más liberal.
No tengo muy claros esos conceptos.
Enviado por el día 27 de Octubre de 2005 a las 03:45 (7)
Seneca, viejo, lee el artículo más. Está bien explicadito eso. Qué sí, los precios de las viviendas bajarán y los intereses subirán. Los expertos creen que pronto y ya unos peso pesados están actuando en consecuencia.
Enviado por el día 27 de Octubre de 2005 a las 16:22 (8)
Aquí se habla del asunto desde una perspectiva española.

http://www.diariodirecto.com//OPINION/QUIROS/berna...
Enviado por el día 28 de Octubre de 2005 a las 01:50 (9)

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