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29 de Octubre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

El mayor robo, eliminar el beneficio

Una de las falacias marxistoides más extendidas es que el beneficio es un robo al trabajador. Lo podemos volver a leer en esta anotación: El capitalismo se basa en el beneficio. Beneficiarse es un robo. Si un empresario se beneficia, es porque le paga a sus trabajadores menos de lo que vale su trabajo, o porque le cobra a los consumidores más de lo que cuesta producir el producto, o por las dos cosas. Esto es, sencillamente, robar.

Ya lo he explicado en multitud de ocasiones pero como decía Mises, si ellos siguen repitiendo la mentira, nosotros tendremos que seguir repitiendo, aún más fuerte, la verdad.

La forma original de remuneración es el beneficio

El primer error consiste en creer que la forma original de retribución de todo agente económico es el salario. En el post que estamos comentando, tal error aparece cuando se afirma: ya se que el empresario también trabaja. Tendrá derecho a un sueldo, pero no a ganar 50 veces lo que gana un trabajador cualquiera.

En otras palabras, todos tienen derecho a un sueldo como fruto de su trabajo. Como hemos visto, pues, si el salario es la forma original de renta, el beneficio será una derivación del salario, esto es, una acumulación de plusvalías o de robos a los trabajadores.

Sin embargo la realidad es del todo distinta. La forma original de retribución es el beneficio. Se trata de una simple cuestión de definiciones. Todos coincidimos en que, el beneficio es el exceso de ingresos procedentes de la venta de un producto sobre el coste de producirlo y el salario dinero pagado a cambio de la realización del trabajo.

En las economías precapitalistas, a las que se refieren Smith y Marx, los trabajadores se apropian completamente del fruto de su trabajo. Cada persona produce unas mercancías que luego las vende a cambio de dinero para comprar nuevas mercancías. ¿Este dinero obtenido son beneficios o salarios? Simplemente tenemos que acudir a nuestras definiciones: ¿el trabajador ha pagado a alguien por realizar el trabajo de producción? Está claro que no, el dinero lo ha obtenido después de vender las mercancías, no ha cambio de realizar el trabajo, sino de intercambiar el producto. En realidad, pues, el dinero obtenido en la venta son ingresos monetarios a los que habrá que deducir los costes relacionados con la producción (el tiempo que ha dedicado el trabajador, los recursos que ha gastado en el producto…) para obtener su “beneficio”.

Así pues, vemos que en las economías precapitalistas la forma natural de remuneración es el beneficio, no el salario. De hecho, estas economías se caracterizan por la inexistencia del trabajo asalariado, con lo cual, difícilmente el salario podía constituir la forma original de renta.

Vemos, pues, que sólo con la emergencia del capital y del trabajo asalariado, la forma natural de remuneración, el beneficio, tiene que sufrir un descuento a favor del salario. La relación, por tanto, es a la inversa: el beneficio no es, en todo caso, un “robo” del salario, sino que el salario es un “robo” del beneficio. Por lógica y necesidad, el beneficio precede al salario y éste no puede existir sin aquél. Sin salario, todo sería una ganancia pura del empresario, la plusvalía sería absoluta. Es la introducción del trabajo asalariado lo que reduce la plusvalía (por el salario) y no lo que la genera.

De hecho, en nuestras sociedades capitalistas, son los empresarios quienes descubren las oportunidades de beneficio. No cualquier tipo de producción es rentable: vender helados en el Polo Norte, fabricar textiles más caros que los chinos, o producir más de la cuenta, son operaciones ruinosas.

Por ello, al encontrar necesidades insatisfechas, el empresario sienta las bases para apoderarse de la ganancia que se derivará de tal acción. El hecho de que necesite materias primas o trabajadores para alcanzar su objetivo es secundario. A nadie se le ocurriría decir que el beneficio corresponde al propietario de la mina que le proporciona la chapa al empresario para producir coches. Tampoco tiene sentido, por ello, decir que le corresponde al trabajador. Sin la mediación y anticipación empresarial, ese trabajador nunca hubiera estado donde está. Esa oportunidad de beneficio fue descubierta y aprehendida por el empresario, demandando la ayuda retribuida de otras personas (propietarios de materias primas y oferentes de trabajo).

Con todo, hay que entender cómo se efectúa este descuento del beneficio empresarial puro.

El interés

Muchas veces hemos oído que el interés debiera ser eliminado. Una de las obsesiones de Keynes fue extinguir el cobro de intereses y a ello dedicó buena parte de sus recomendaciones económicas.

No obstante, el interés es una categoría inerradicable de la acción humana. Somos conscientes de que sin interés, los ahorradores paralizarían los préstamos, con lo cual la inversión desaparecería. El ahorro quedaría confinado a una forma primitiva de atesoramiento para tiempos futuros (si bien, incluso así, los ahorradores percibirían una especie de interés psicológico).

Puede señalarse que, en un mundo socialista, los ahorradores no serían avariciosos y, por tanto, no necesitarían del incentivo del interés para prestar el dinero. Sin embargo, en este caso, las dificultades son todavía mayores. Sin el interés, miles de personas pugnarían por los ahorros escasos de una sociedad. Imaginen que diez trabajadores han ahorrado 1000 euros cada uno y deben prestarlos sin percibir ningún interés. Ante ellos llegan cien mil personas, ¿a quién deberían prestar el dinero? ¿A quiénes les cayeran simpáticos? ¿Pero es que acaso la simpatía no es una forma de pago o compensación no monetaria por el préstamo?

Es más, ¿durante cuánto tiempo deberían los obreros prestar los 1000 euros? ¿Un mes, un año, 50 años? Pensemos que al no cobrar interés, el período se vuelve arbitrario y, si la avaricia y los intereses personales no han de entrar en juego, al prestamista le será más sencillo devolver los 1000 euros en 50 años que en un mes.

Si existiera interés, los trabajadores podrían exigir por sus ahorros intereses más elevados o períodos de devolución más cortos. Los empresarios que estuvieran seguros de la rentabilidad de sus inversiones estarían dispuestos a pagar altos tipos de interés, de manera que los empresarios con inversiones deficientes o poco seguras se retirarían de la pugna por los préstamos. Al final, los empresarios que consiguieran pagar los mayores intereses serían los que, al menos en principio, son capaces de producir los productos más rentables, esto es, los más demandados por los consumidores.

Sin interés, se vuelve imposible fijar un período de devolución y discriminar entre prestamistas eficientes y torpes. Padeceríamos una masiva dilapidación de los ahorros de los trabajadores, de manera que, al final, sin interés, el ahorro y la inversión desaparecerían.

Este mismo ejemplo resulta aplicable a la producción capitalista. El empresario invierte su dinero (o el dinero que ha pedido prestado y que ha prometido devolver en un cierto plazo de tiempo) para adquirir bienes de capital inmovilizado y factores productivos. Tanto a los propietarios de los bienes de capital inmovilizado -o sus productores (pensemos en los constructores de una nave industrial)- como a los factores productivos (trabajadores y propietarios de materias primas) tiene que pagarles sus rentas (precio de la nave industrial, salario y precio de las materias primas) antes de que haya vendido los bienes que su empresa va a producir. Es decir, tiene que anticipar sus remuneraciones antes de rentabilizar la inversión.

En este sentido, por tanto, el empresario es como un prestamista. Presta hoy dinero a los trabajadores y a los propietarios de materias primas, para que el día de mañana estos se lo devuelva en forma de bienes y servicios producidos. Lógicamente, estos bienes y servicios futuros (los productos que vende la empresa) tienen un mayor valor que los bienes y servicios presentes (el precio de las materias primas o el tiempo de trabajo) que ofrecen los factores productivos, por lo que el empresario actúa como si derivara un interés.

Adelanta los salarios con cargo a sus ahorros y recupera el préstamo y los intereses en forma de bienes y servicios más valorados al cabo de los meses. Como en el caso anterior, si queremos eliminar este interés empresarial (de manera que el empresario perciba un sueldo que no se corresponda con la capitalización de su inversión inicial), entonces nunca invertirá sus ahorros en forma de capital inmovilizado (nave industrial, maquinaria, oficinas, camiones…) ni de capital circulante (salarios y precio de materias primas).

El trabajador, al carecer de ahorros, sería incapaz de acudir al mercado crediticio (pues no existiría el interés) y tendría que vivir de cuanto sea capaz de producir con las manos. No es, como suelen decir algunos, un problema de falta de propiedad sobre los medios de producción.

Imaginemos que el trabajador en cuestión tiene un cortijo. Sin embargo, no tiene ahorros. Si quiere cultivar un cereal que obtendrá un año después de la siembra, ¿qué comerá durante todo ese año? Recordemos que no tiene ahorros y para obtener el fruto de su trabajo tendrá que esperar un año.

Obviamente, pues, ese trabajador, propietario de un enorme cortijo, tendrá que vivir recogiendo las frutas que la naturaleza le haya proporcionado. Por tanto, la eliminación del interés empresarial no abandona en la miseria a los trabajadores por carecer de propiedades, sino por carecer de ahorros.

Y, claro está, si alguien sostiene que los trabajadores sí tienen ahorros (como así sucede), entonces habría que recordarle que los principales perjudicados de la eliminación del interés empresarial serían los propios trabajadores, esto es, los ahorradores que, en forma de accionistas o prestamistas, están obteniendo distintas formas de interés.

Todo esto se aplica también con las decisiones de reinversión. La reinversión consiste, simplemente, en elegir la cuantía de capital circulante que pasará a inmovilizarse (así como la estructura productiva y tecnológica de ese capital inmovilizado). Nuestro blogger critica que sean los capitalistas, y no los trabajadores, quienes elijan cómo reinvertir sus ahorros.

No hay mucho que añadir, nacionalizar los ahorros es la mejor manera de eliminarlos. Si todos los ahorros son de toda la sociedad, entonces el tipo de interés es inexistente (ya que no hay propietarios ni demandantes de ahorros), y de ninguna manera podrán seleccionarse los proyectos adecuados para invertir (entroncando así con la imposibilidad del cálculo económico de Mises). Es decir, los ahorros se invertirían de manera arbitraria, sin tener en cuenta las ignoradas preferencias temporales y utilidades de los consumidores, de manera que el ahorro iría menguando (al menos el ahorro útil para los individuos) y, al final, nos sumiríamos en la esclavización de toda la sociedad (el individuo no podría negarse a trabajar allí donde el Comité planificador le impusiera) y en su pauperización. En otras palabras, la socialización del capital, el socialismo, sólo convierte en realidad las mentiras que el comunismo atribuyó al capitalismo: la esclavitud y pobreza de los trabajadores.

Conclusión

Hemos visto y demostrado por qué la forma originaria de remuneración es el beneficio y no el salario. Éste último es sólo un descuento, una renta parasitaria, del beneficio empresarial puro. Así mismo, hemos estudiado cuál es la forma en que los salarios aparecen y se forman. Para una reflexión más extensa sobre el origen y formación del salario, puede consultarse este artículo mío en Libertad Digital.

En todo caso, es graciosa la forma en que el autor del texto que criticamos concluye su post: O dicho de otra manera, si el beneficio empresarial es bueno, hagámonos todos empresarios.

Eso mismo, si tanto dinero ganan sin mérito alguno, hazte empresario. Si obtienen rentabilidades espectaculares de manera trivial y sencilla, acude a un Banco, hipoteca tu empresa futura, y por poco más de un 3% anual tendrás los medios necesarios para hacer la competencia al resto de empresarios y ganar esas monstruosas rentabilidades. El 3% de coste, a su lado, será nimio. De hecho, si tan sencillo es saber dónde y en qué cuantía invertir, es extraño que no todos se hayan convertido en empresarios ahora que los préstamos están tan asequibles y los beneficios empresariales son tan elevados.

(Gracias a David Millán por el link).

Comentarios

 
Si va bien la cosa el dinero se reparte entre todos y si va mal, que se arruine solo el empresario ¿no?
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 19:24 (1)
Rallo eres un puto genio.
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 20:35 (2)
Perdón por la palabrota, es producto del orgasmo intelectual, y queda claro en el contexto que trataba de realzar el elogio y no iba en sentido despreciativo.
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 20:37 (3)
¿Cuál es la diferencia entre el beneficio y las ganancias empresariales puras? ¿Lo que has expuesto, se basa en la crítica de bom bauer al marxismo?
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 20:43 (4)
Un enlace interesante que habla sobre la justicia, y que hará que dejéis de utilizar a Lysander Spooner: http://www.sindominio.net/etcetera/PUBLICACIONES/t...
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 20:48 (5)
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 20:56 (6)
Tyytdt, supongo que por eso la página de Lysander Spooner fue fundada por Randy Barnett

Y esto es Spooner, pero podría ser Rothbard.

Un saludo
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 21:45 (7)
Su concepción de justicia y derecho natural sobre la propiedad era totalmente diferente a la de Rothbard. ¿Rothbard esta en contra del trabajo asalariado?, pues Lysander Spooner sí.

El Randy Barnett solo quiere manipular el mensaje de Spooner, y espacios sobre Lysander Spooner hay varios, y de socialistas libertarios, que es lo que era Lysander Spooner.
Enviado por el día 29 de Octubre de 2005 a las 23:36 (8)
Spooner socialista libertario? O_o Pero si fundó su propia empresa privada de mensajería para hacer competencia al estado. Gran socialista, sí señor.
Enviado por el día 30 de Octubre de 2005 a las 01:13 (9)
Esa empresa ofrecía sus servicios al Estado, y fue después de que se la expropiasen, cuando empezó a criticar al Estado y al capitalismo.

Fíjate en lo que pone esta página sobre él:

http://www.liberalismo.org/articulos/50/

“Lysander Spooner (1808-1887) es un personaje notable que podría residir tanto en el apartado de liberales (por su oposición a la esclavitud y los impuestos, o su condena a las leyes que imponen una moral individual concreta) como en el de antiliberales ([b]por su condena al trabajo asalariado[/b]). Un pensador polémico y digno de estudio, sin duda.”

Una persona que condena el trabajo asalariado, nunca puede ser liberal. Era un anarco individualista, anticapitalista; un socialista libertario al estilo de Josiah Warren y Benjamín R.Tucker.

Y luego el artículo de Gorka Etxebarría, en el que interesadamente, no se habla de sus posturas anticapitalistas:

http://www.liberalismo.org/articulo/88/50/
Enviado por el día 30 de Octubre de 2005 a las 07:29 (10)
Tyytdt (10), como señala Caplan, el anarco-individualismo de Spooner y Tucker tiene más puntos en común con el anarco-capitalismo que con el anarco-socialismo. Ambos eran conspicuos defensores de la propiedad privada y la libre competencia, solo que se acogían a la teoría laboral del valor (+) y eso les llevaba a conclusiones equivocadas acerca del capital, el interés y las rentas. Fundamentalmente creían que este tipo de relaciones “capitalistas” desaparecerían junto con el Estado, pues entendían que era el resultado de los privilegios otorgados por éste. Así, no es que fueran contrarios al trabajo asalariado per se, sino que pensaban que éste derivaba de la intervención del Estado en pos de ciertos colectivos sociales.

La American Letter Mail Company de Spooner competía con el US Postal Service ofreciendo a los consumidores un servicio más barato (Spooner se ganó el sobrenombre de “The Father of Affordable Postage”). Los obstáculos legales y las prerrogativas de que gozaba el Postal Service le obligaron a cerrar la empresa. Y Spooner empezó a expresar sus ideas anti-estatistas antes de que le impidieran proseguir con su actividad empresarial (de hecho es posible que sus ideas radicales actuaran en menoscabo de su carrera de abogado, al ahuyentar quizás a potenciales clientes).

Un saludo
Enviado por el día 30 de Octubre de 2005 a las 12:46 (11)
No, estas equivocado, Tucker era admirador de Proudhon, y perfilo sus ideas. Josiah Warren, Proudhon y Tucker, defendían la teoría laboral del valor y que el trabajo asalariado es la expresión de la explotación capitalista, y llamaban usureros a los capitalistas. Estaban a favor de la propiedad, es cierto, pero de la propiedad de lo directamente producido por los trabajadores en situación de igualdad, no aceptaban las rentas capitalistas; por tanto, estaban en contra del trabajo asalariado per se, como Lysander Spooner.

Si Caplan dice lo contrario es que es un incompetente o un mentiroso. Solo conque te hubieras leído el texto que me pusiste de Benjamin R.Tucker, te hubieras dado cuenta. También se ve que no te has leído los enlaces que dejé de Lysander Spooner.

Por otra parte, ¿cómo se pone un link con una palabra o frase en vez de la URL? ¿Y las negritas, etc?
Enviado por el día 30 de Octubre de 2005 a las 20:19 (12)
Ya lo decía yo... ¿¿¿¿cuál robo de plusvalía???

http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php...

Y ahí participaba nada menos que tyytdt (aka Rotten o dadaísta)
*********
Hola, Albert
wg
Enviado por el día 31 de Octubre de 2005 a las 05:39 (13)
hola wg

ya no esta en activo tu web anarcofago? me parece muy interesante

¡que obsesion de los enemigos del trabajo asalariado por privatiar en su provecho laas figuras de tucker y spooner!!

creo que ya ha quedado muy claro en varios foros donde salio el mismo tema, que los enemigos moralistas del trabajo asalariado no podeis, sin violar vuestras premisas individualistas, prohibir o impedir acuerdos voluntarios entre empresarios y personas que no quieren asumir responsabilidades empresariales, sea como empresario autonomo o como empresario cooperativista, sino que prefieren, por razones perfectamente comprensibles para cualquiera salvo para los talibanes del riesgo empresarial, trabajar para otros a cambio de un salario fijo. a priori hay tantas ventajas y comodidades suficientes para preferir trabajar como asalariado como para preferir la asuncion de riesgos capitalistas, solo o en compañia de socios.


pregunta: ¿donde esta la superioridad moral de los anti anarcocapitalistas? que principios de justicia fundamentais y posibilitais, de un modo mejor del que lo hace el anarcocapitalismo?

¿permitis un mayor numero de opciones vitales, de concepciones del bien, de estilos de vida y relacion social, o mas bien albergais una tendencia potencial a prohibir ciertos arreglos y modelos de convivencia voluntarios por vuestro odio perfeccionista y religioso contra el trabajo asalariado? ¿vuestra condena moralista contra los asalariados voluntarios no constituye una amenaza objetiva de estatismo y coaccion en una futura sociedad anarquista?

Enviado por el día 31 de Octubre de 2005 a las 18:06 (14)







Y a ver si de una vez adquieres un diccionario: una cooperativa de trabajadores tambien es una estructura capitalista. un mutualista de una empresa comunal es un capitalista. un autonomo es capitalista.lo opuesto a capitalismo es economia de subsistencia. una cooperativa comunal que contratase como asalariado a un individuo para trabajar a cambio de un salario en una ocupacion eventual concreta, tambien se comportaria igual que tu estereotipo de "capitalista". una cooperativa puede convertirse en una gran empresa "monopolista", dominar el mercado, tener mas recursos y ganacias que otras empresas/personas, etc. no entiendo como considerais que estas posibilidades son intrinsecas y exclusivas del anarcocapitalismo, y de que misterioso modo quedarian absolutamente conjuradas en una utopia anarquista de las tuyas (por favor, espero que no seas tan infantil de apelar a la magia de la adecuada "educacion"!)


En conclusion: realmente sigo sin entender que superioridad politica te arrogas tu, cuando has terminado por reconocer en varios debates con wg, rallo y conmigo que no ves cómo en tu modelo ideal de sociedad, podria prohibirse, sobre bases individualistas y antiestatistas, que alguien trabajase voluntariamente como asalariado.

Si la particularidad de tu posicionamiento, en contraste con el anarcocapitalismo, reside tan solo en una exhortacion moral a la humanidad para que se gane la vida solo como autonomo o socio capitalista, entonces tu oposicion al ancap. - que es relativista y subjetivista en materia de estilos de vida, y que, como ya te han explicado, admite y permite en igualdad cualquier tipo de modelo voluntario, incluido el anarcosocialista - es absurda y sin sentido.

saludos. (hola albert!)
Enviado por el día 31 de Octubre de 2005 a las 18:07 (15)
Bueno, todos los anarco/mutualistas/socialistas/comunistas juran que ellos no se oponen ni al trabajo asalariado ni a las empresas capitalistas ni a las ganancias. Dicen que "no les gusta" nada de eso, pero que estarían dispuestos a "tolerarlo" o "permitirlo" (que para eso son anarquistas y aman la libertad). El problema es que padecen un alto grado de moralitis, toman muy en serio a Marx, y en el fondo siguen creyendo que beneficio = robo. De modo que no está claro si esa "tolerancia" y "amor a la libertad" de las que presumen será para siempre... o por algunas horas nomás. Además tienen una visión bastante infantil de la economía: se les figura que hace muchos, muchos años, la humanidad era rica. Pero luego llegaron los malos (esclavistas, señores feudales, capitalistas, empresarios), se apoderaron de todo, y entonces los pobres comenzaron a existir. No veo manera de hacerles entender que si hoy hay algo de bienestar para miles de millones de gentes es *porque* hay algo de capitalismo. En fin...

Don pimpon: ¿utilizas otro nick?
Del anarcófago... sí, lo tengo algo olvidado. Espero revivirlo pronto.

saludos
wg
Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 03:05 (16)
Las ideas económicas de los anarquistas socialistas no superarían un debate de primero de la eso con el más tonto de la clase.
Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 03:10 (17)
Séneca, así es en la mayoría de casos. Pero no siempre.

wg, Gus, un saludo ;-) También a ti, Rotten.
Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 16:11 (18)
Ojalá Rallo, Albert y otros economistas liberales se dieran tiempo para comentar las ideas del anarcomutualismo

http://mutualist.blogspot.com/

y las de los left-libertarians

http://technorati.com/tag/movement+of+the+libertar...

o

http://www.praxeology.net/

Por lo que entiendo, ellos aseguran que sería posible el cálculo económico [¿es lo mismo que contabilidad de costos?], junto con un margen muy elevado de libertad, en economías donde la propiedad privada estuviera limitada o restringida (convertida en "posesión", "usufructo" o algo por el estilo).

Por otro lado, hay un nuevo libro de Kevin Carson, Studies in mutualist political economy [aunque no on line]. Ver:

http://www.mutualist.org/id47.html

Según los anarcos, es un gran libro, el primer gran libro de "economía específicamente anarquista", libre de marxismo, y además al tanto de los arguemntos austriacos. --Una reseñita en español de este libro en:

http://anarcofago.blogspot.com/2005/03/ms-all-de-k...

También tengo traducida alguna cosilla de K Preston, otro de estos left-libertarians, o "anarcosocialistas de mercado", que es mencionado en el artículo que tradujo Albert. Ver:

http://anarcofago.blogspot.com/2004/11/cmo-sera-un...

Saludos
wg

Enviado por el día 1 de Noviembre de 2005 a las 19:56 (19)

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