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9 de Noviembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Ugarte sobre el islam (hace tres años)


Dani ya se ha encargado de mostrar la ligereza terminológica de David de Ugarte. El victimismo sigue vendiendo, y el victimismo de la damisela ofendida no digamos. En los comentarios de su post, Ugarte tacha las propuestas de dos bloggers de izquierdas como "racistas": Tu propuesta y la de Carmen es una propuesta racista, tu argumentación también.

Ya en su momento tuvo una enganchada con Kantor, a quien poco menos tachó de nazi y censuró en su bitácora: Sugiero, para curiosos, la comparación programática con la política judía del estado alemán entre 1933 y 1939 o el programa migratorio del Frente Nacional francés..

Me interesa, con todo, hacer referencia al último comentario de Ugarte en esa misma anotación: Si, racismo, porque no se engañen, esto no va de rechazo a las religiones, sino pánico racial. A los que esto dicen no les he oído decir nada similar sobre el catolicismo. A los que dicen estas mismas barbaridades sobre el catolicismo (en países musulmanes) no les he oído decir las mismas del Islam. Unas y otras tienen sin embargo el mismo fundamento. La necesidad de un “otro”, de un peligro exterior que de forma a miedos atávicos y catapulte al poder a las viejas costras caciquiles que temen perder el poder en un mundo abierto.

Algunas personas deberían evitar hacer afirmaciones tan gruesas, sobre todo cuando tienen un pasado que pretenden ocultar (o, quizá, precisamente porque tienen un pasado que quieren ocultar hacen afirmaciones tan gruesas). Me entero por Kantor y Marzo de que David de Ugarte escribió una reseña elogiosa del libro de Oriana Fallaci, la Rabia y el Orgullo. El problema es que ha desaparecido de la red. Ni siquiera el cache de google la conserva, una pena (o un respiro para algunos).

Pero, vaya por Dios, no sólo de google vive el hombre. A veces, Archive.org nos presta un buen servicio. ¿Qué tenemos por aquí? ¡Sorpresa! La reseña de Ugarte. Ahora volvamos a leer su último comentario, donde equiparaba al catolicismo y al islamismo, así como su mutua necesidad de crear un enemigo exterior. Parece ser que el enemigo estaba en casa, veamos sino qué decía el propio David de Ugarte en la reseña: Fallaci nos recuerda lo obvio: ESTAMOS EN GUERRA. Con el Islam. Sí, con el Islam, que no es la religión capada y con la que más o menos se puede convivir, en la que el liberalismo convirtió al catolicismo. Estamos en guerra con la civilización islámica, esa maravilla de la tolerancia que hay al otro lado de Calamocarro. Ups, no soy racista, pero... Ah no, que ahora no valdrá la pueril equiparación de raza y religión. Eso sí, es curioso cómo hace tres años encabezaba la guerra contra el "peligro exterior" del islam y ahora se rasga las vestiduras ante algunas propuestas que sólo desarrollan las suyas. Será el amor.

Todo el mundo puede cambiar de ideas. De hecho, difícilmente es compatible la lectura con el inmovilismo intelectual. Yo mismo, sin ir más lejos, ya no suscribo buena parte de las ideas que subyacen a esta reseña de un libro de Vidal-Quadras. Pero sigue ahí, no tengo por qué esconderla. La cuestión, por tanto, es por qué esta reseña ha desaparecido de la Red. Quizá se perdiera, podríamos pensar. No hay que suponer mala fe por parte de Ugarte para ocultarla, ¿o sí? Si nos fijamos en las cartas publicadas hace tres años por David de Ugarte, veremos que sólo dos han desaparecido de sus archivos personales. Una de ellas, qué casualidad, esta reseña de Fallaci.

En todo caso, y conociendo las ideas de Ugarte, estoy seguro que no le importará que, para evitar futuros extravíos, reproduzca en esta bitácora su reseña de La Rabia y el Orgullo:

Oriana Fallaci entre las Ruinas, por David de Ugarte

Nunca me cayó bien Oriana Fallaci, me parecía una de esas niñas progres guays que revolotean alrededor de la progresía armada y luego relatan tan maravillosa experiencia. Adornos frívolos del poder arbitrario. La misma raza que en la facultad hacía de público mientras los aprendices de demagogos (hoy la mitad de ellos ejecutivos de Telefónica) se pavoneaban luciendo galas revolucionarias de salón subvencionado. La misma raza, otra especie eso sí, que la mujer de Moravia o Marina Castaño. Autoras por otro lado como Fallaci de libros de pasarela: esos libros con cubiertas satinadas que adornan los pasillos del Vips y el Corte Inglés.

Mundo ajeno y casposo. Lejano.

Pero tras el 11 de septiembre publicó un largo artículo, resumen de un librito que ahora tengo junto el teclado, y en mitad de toda la mierda criminal que publicaban los papeles, brilló apasionada, lúcida, brutal.

Descubro ahora en ella a una señora fuerte y potente, descubro la infinita afinidad que nace de no compartir el masoquismo, la culpa y la estupidez de nuestros compatriotas. En el librito descubro el folleto jacobino, la noble tradición de la agitación. No caben mohines, no caben desprecios ni altiveces insoportables de burócrata del conocimiento. No cabe decir que está mal traducido, mal redactado, que es despreciativo con el Islam, que incita a la expulsión de Europa de sus creyentes.

Cabe pensar por qué el poder se conmueve por un folleto como no hacía en siglos. Por qué tras su paso por la prensa han tenido que cubrir en medios propios y ajenos el espacio de opinión de bienpensantes a sueldo hasta la extenuación. Por qué en Francia los jueces se plantean retirarlo de las librerias...

Fallaci nos recuerda lo obvio: estamos en guerra. Con el Islam. Sí, con el Islam, que no es la religión capada y con la que más o menos se puede convivir, en la que el liberalismo convirtió al catolicismo. Estamos en guerra con la civilización islámica, esa maravilla de la tolerancia que hay al otro lado de Calamocarro.

Y sobre todo: ésta no es la guerra de israelíes y yankees, en la que nosotros, moderados europeos a los que molesta todo este ruído miramos desde la barrera poniendo zancadillas entre risitas al hermano mayor. Esta es una guerra que tiene mucho que ver con la guerra civil que los saudíes larvan desde hace años en nuestras mezquitas. Que tiene que ver con las pateras. Que tiene que ver con Bosnia y Kosovo, si, con Bosnia y Kosovo, dónde cuatro (mal vistos, atacados por todos los progres del mundo por estar del mismo lado que los americanos) intentamos defender que había espacio para un islam europeo distinto del que los saudíes nos calcaban y que nos llevaba a la guerra de verdad de cabeza.

Pues bien, ya estamos en guerra. Y por si no os habíais dado cuenta, Fallaci os lo lanza a la cara, desde la convicción, que comparto, de que sólo el no reconocerlo es la mejor prueba de que mereceríamos perder.

Comentarios

 
La red es una estructura redundante, distribuida y holográfica. No es posible el borrado.

Felicidades Juan Ramon. Conoces la Red muy a fondo.
Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 16:25 (1)
"La red es una estructura redundante, distribuida y holográfica. No es posible el borrado."

Esto era una parodia de nuestro netocrata, aunque tambien es perfectamente exacto.

Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 16:26 (2)
La verdad, todo esto me huele un poco a crítica ad hominem.

Prefiero el exámen de las ideas actuales de este señor, sean las que sean -y el Sr. Eaco tiene capacidad más que suficiente para realizarla-, que el sacarle los muertos del armario, salvo que, evidentemente, negase la existencia del antedicho texto.

Es humano el pudor ante lo que se creen errores pasados. Comprendámoslo y critiquemos, pues, las ideas del hombre, no sus debilidades como persona.
Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 17:43 (3)
Lo vergonzoso de este tio es que luego se indigna y se permite llamar racistas ahora a los que pensaban como el antes.
Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 17:46 (4)
Será el amor, sí eaco, será el amor, esa fuerza maravillosa que todo lo transforma, ¿cómo podía él ser inmune a su amor?
Curioso personaje al que sólo conozco por la importancia que vosotros le dais, no por el interés de sus ideas.
De los enlaces que da Daniel sobre su pasado lobista en la SGAE, los que tú das y pasadas referencias que habéis hecho de él, parece deducirse que rehuye todo debate honesto y tiene claro cuál es su bando y los amigos que le convienen, entre los que vosotros obviamente no estáis, vamos un vividor dicho en palabras vulgares.
Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 18:25 (5)
Si es que al final tó se sabe, como dirían en mi pueblo.
Enviado por el día 9 de Noviembre de 2005 a las 22:17 (6)
¿Por qué pierden tanto tiempo con chiquito personaje?
Enviado por el día 10 de Noviembre de 2005 a las 22:36 (7)
Como bien dices "difícilmente es compatible la lectura con el inmovilismo intelectual", pero no solo la lectura, todos los actos racionales que realizamos a lo largo del poco tiempo que nos corresponde, ¿no has oido eso de "más sabe el diablo por viejo que por diablo"? El refranero, cuanta razón tiene.

Cada uno debe deshacer y hacer lo que crea conveniente, si yo pudiera ocultar algunas cosas donde he puesto mi nombre no dudaría en hacerlo, simplemente para intentar desvincularme de algo que ya no comparto, no por esconderme.

Respecto al tema "racial", sólo una afirmación, los actos son responsabilidad de las personas, no de las ideas, y el racismo se asienta en el "ismo" del colectivismo, ese es el -verdadero- problema, el verdadero problema de -todos- los problemas.

Enviado por el día 11 de Noviembre de 2005 a las 03:41 (8)

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