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8 de Diciembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

¿Bajar los impuestos incrementa los precios?


Dani me pasa una pregunta de uno de nuestros lectores. Por lo visto, el argumento de los socialistas consiste en afirmar que las reducciones fiscales se traducen en incrementos de los precios de los productos. Desconozco las razones concretas por las que defenderán tal postura. De hecho, según los argumentos que esgriman, puede tener una cierta veracidad.

El razonamiento más intuitivo consiste en pensar: si el gobierno baja los impuestos, aumentará el consumo y la actividad económica y, por tanto, subirán los precios. El error reside en olvidarse de que si el gobierno reduce los impuestos y el correspondiente gasto, el dinero que antes se gastaba el gobierno, ahora pasa a ser gastado por los individuos. Lo que tiene lugar, en realidad, es una reestructuración productiva, desde las actividades que interesan al Estado a las que interesan a la sociedad. De hecho, en todo caso, podría tener lugar una reducción de precios, por cuanto los empresarios dispondrán de más recursos para incrementar la productividad y comportarse de manera eficiente.

La única razón por la que el precio de los bienes de consumo podría incrementarse tras una reducción de impuestos -con la correspondiente reducción del gasto público- es que la rebaja fiscal induzca a los consumidores a gastar, no sólo los ingresos derivados de la rebaja, sino cantidades de dinero que no gastaban antes. Es decir, si un individuo tiene una renta mensual de 1000, y antes de la rebaja fiscal ahorraba 400 y consume 600, una rebaja fiscal que aumentara su renta a 1200 sólo incrementaría los precios si los individuos pasaran a ahorrar 300 y consumir 900. Como no parece que existe una relación causal ente rebajas fiscales e incrementos del consumo más que proporcionales, no puede concluirse por esta vía que las rebajas fiscales lleven a incrementos de los precios.

Ahora bien, es importante dejar claro que este incremento de precios NO es inflación. La inflación supone una pérdida de valor de la moneda, en este caso simplemente se produce un encarecimiento relativo de los bienes de consumo sobre los de capital.

Un razonamiento un poco más elaborado puede ser el de que una rebaja de impuestos sin reducir el gasto público incrementa el consumo pero no reduce el gasto. En este caso, los precios sí podrían aumentar, por diversas razones. Las principales son las que afectan al Banco Central. Por ejemplo, si acepta la deuda pública como respaldo de los depósitos bancarios, estos se convierten en bienes casi tan líquidos como el dinero, incrementando la masa monetaria; también es posible que el Banco Central esté más tentado a incrementar la masa monetaria para reducir las cargas del déficit; o simplemente se puede producir una pérdida de credibilidad del gobierno para afrontar las deudas, por lo que la moneda se devalúe.

Las razones son variadas, pero desde el punto de vista de la divulgación liberal no deberían preocupar demasiado a nuestro lector. Las reducciones de impuestos deben apoyarse sólo si llevan aparejadas reducciones de los gastos públicos. En otro caso, no estamos reduciendo realmente los impuestos, sino que estamos difiriendo su pago vía déficit. Los efectos de esta medida, aparte de injustos, no pueden ser más torpes, ya que suelen llevar aparejadas importantes consumos de capital.

Como conclusión: las reducciones de impuestos que defienden los liberales (reducciones de impuestos y de gasto público) no incrementan los precios; las reducciones de corte keynesiano (política fiscal expansiva: menos impuestos, igual gasto público) sí que pueden incrementarlos.

Comentarios

 
El problema es que un socialista nunca entenderá lo de la reducción de gasto público.

Recuerdo por el año 92 al comentarista económico de TVE explicando en un Telediario el insoluble problema al que se enfrentaba la Única Política Económica Posible ante la crisis económica, por un lado los enormes tipos de interés estaban asfisiando la economía(lo de bajar impuestos ni se planteaba bajarlos aliviaría la situación por ese lado, pues permitiría a los empresarios realizar más inversiones y aumentaría el consumo, pero por otro lado dificultaría la financiación del enorme y creciente déficit fiscal y se dispararía la inflacción, el hombre estuvo dando vueltas al problema por lo menos un par de minutos, desechando alternatibamente ambas soluciones, y casi acaba llorando ante el insoluble problema. Ni una sola vez se le ocurrió mencionar que tal vez la solución fuese contener el gasto público.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 02:21 (1)
Me vas a perdonar, J. Ramón, pero deberíamos elaborar mas lo dicho.

Pienso, que evidentemente un aumento de dinero en manos de los ciudadanos implica necesariamente un aumento de precios, sobre todo si la economía está cerrada o intervenida. Por tanto, el IPC, que ya no sé si mide la inflación o los precios al consumo, reconozco que me liáis, tenderá a incrementarse.

Ahora bien, esa mayor disponibilidad de dinero, con una tasa de ahorro suficiente, con un mercado abierto, y con una estructura laboral poco restringida llevará a no muy largo plazo a un equilibrio o cuanto menos a una moderación de esos precios que inicialmente han subido.

Esto debería de ser así puesto que la capacidad de respuesta de la estructura productiva de un país tarda en reaccionar a ese incremento de disponible. Una vez que la oferta va acortando distancias con la demanda, los precios se reducirán. Pero sus efectos son todavía más beneficiosos para el país puesto que para incrementar la oferta ha sido preciso aumentar la inversión y el empleo inicialmente para luego incrementar la productividad.

Otra cosa es el incremente del déficit público que ese si va en contra del valor de la moneda al insuflarse dinero en la economía a costa de ingresos futuros por parte del Estado. Esa diferencia entre los ingresos y los gastos si lleva aparejado ese envilecimiento de la moneda.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 11:23 (2)
Bastiat, el Estado también es un consumidor, de manera que si deja de gastar él, los precios en esos bienes y servicios caerán. Por supuesto se producirá una reestructuración de los precios, pero no tendría ni por qué reflejarse en el IPC. Todo el dinero que llega a manos de los consumidores era consumido en su totalidad por el gobierno.

El IPC mide ciertos bienes que son considerados de consumo (aunque un ordenador puede ser también bien de capital). Lo que caracteriza el incremento de precios cuando aumenta el consumo es su incremento relativo sobre los de capital. Si no estamos ante fenómenos monetarios, todos los precios no pueden aumentar a la vez.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 12:12 (3)
Buena explicación Juan Ramón. Pero, claro, el problema es lo que explicas del mantenimiento del gasto público. Es decir, hoy día, salvo excepciones, los gobiernos no están por la labor de reducir el gasto bajen o no bajen los impuestos.
Por ejemplo, cuando un Estado tiene superávit, el Gobierno puede decidir bajar los impuestos y mantener el gasto público o incluso incrementarlo en función de la cuantía del superávit. Eso sí incrementaría los precios. Y esa es la tónica general. Si no, ahí está el ejemplo de Esperanza Aguirre: baja los impuestos pero luego presume de que si recauda más, gastará más. Y no digo que esté o no en desacuerdo, pero eso sí genera subidas de precios.
Saludos!
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 13:20 (4)
Sí, pero en ese caso se reducirían los precios de los bienes de capital. El superávit se dirigía hacia ahorro, con lo cual la demanda de bienes de capital era más intensa y sus precios más elevados. Esto puede comprobarse también desde el punto de vista del valor de los activos; si reducen los ahorros, el tipo de interés se incrementará. Y dado que el valor presente de los bienes de capital es igual al valor futuro descontado por el tipo de interés, un mayor tipo de interés dará lugar a un menor valor presente.

Por eso digo que no se trata de pérdidas de valor de la moneda, sino de variaciones relativas de las estructuras de precios.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 13:26 (5)
Cierto. Te lo sabes tó, no hay quien te pille...
Pero el IPC sí subiría, no?
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 13:37 (6)
Desde luego lo que si genera inflación, con total certeza, además de ser una bomba económica en nuestros días, es la combinación de una política monetaria restrictiva (como la actual) y una fiscal expansiva (aumentando el gasto gubernamental). El actual
gobierno no para de conceder y abrir el grifo a aquel que se lo pida: TVE, mineros, pescadores, transportistas, agricultores...
Y esto lo sabe muy bien el hipócrita de Solbes y no dice nada.

Saludos liberales...
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2005 a las 17:37 (7)
Esa es una cuestión más bien histórica, que dependerá de la definición de IPC y de la recomposición del consumo.

En todo caso, los incrementos en los precios de los bienes de consumo se verían reducidos por una mayor inversión en esos estadios de la economía. Volvería más rentable invertir en bienes de consumo que en bienes de capital, y ello tendería a aumentar la producción, aun a coste de que habiendo invertido en bienes de capital, hubiera aumentado más, pero más tarde.
Enviado por el día 9 de Diciembre de 2005 a las 00:32 (8)
¡Raro que un liberal diga que bajar los impuestos no es siempre mágico!. Buen post.
Enviado por el día 9 de Enero de 2006 a las 23:22 (9)
Por cierto, la política monetaria actual es expansiva (un tipo de interés al 2%!) y la fiscal es restrictiva (el gobierno tiene superávit, y grande: 1,22%). Hablemos con propiedad.
Enviado por el día 9 de Enero de 2006 a las 23:24 (10)

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