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8 de Diciembre de 2003

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Shirin Ebadi o el individuo contra el Estado


Decía Bastiat que el estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás. Magnífica definición. Empero, se le olvidó al maestro francés añadir que el Estado también es la gran ficción a través de la cual todo el mundo quiere hacernos vivir como los demás.

El individuo siempre cree que su forma de vivir es la más correcta, es una asunción implícita en los axiomas praxeológicos: actuaremos en todo momento de la forma que consideremos más correcta para alcanzar nuestra felicidad. Esto resulta innegable, quizá quisiéramos vivir de otra forma, pero los costes subjetivos implicados en el cambio son demasiado elevados. Por ejemplo, un ermitaño podría pensar que ciertas actitudes hedonistas harían su vida más placentera, pero la excluye a la espera de una recompensa en el largo plazo, incluso en otra vida. No hay excepción a esta norma; cuando el individuo juzga que un cambio le reportará una satisfacción mayor que el coste ligado al cambio, simplemente actúa en consecuencia.

El problema puede aparecer cuando nos erigirmos en jueces de costes y beneficios ajenos. Obviamos la naturaleza subjetiva e individual de los mismos y aseguramos disponer de una mayor información sobre la vida ajena que la que, de hecho, el mismo actor posee. De ahí provienen las totalitarias teorías intervencionistas de las preferencias mal formadas o de la dictadura de los sabios de Platón(si los otros tuvieran la inteligencia y el conocimiento que yo tengo, seguirían mi mismo camino)

No hay inconveniente en que una persona trate de convencer a su compañero de que debe abandonar determinadas conductas(por ejemplo, dejar de fumar) o que otros(psicólogo, futurólogo...) aconsejen a una persona sobre el rumbo que debe tomar su vida. Ahora bien, como afirmaba al comenzar, el Estado puede convertirse, y de hecho suele convertirse, en un mecanismo para imponer a los demás mi forma de vida, mi moral. En los Estados occidentales tenemos flagrantes ejemplos de influjo neoconservador: la cruzada contra el tabaco y las drogas en general, la solidaridad impuesta, la restricción de la pornografía...Hoy nos hemos enterado, por ejemplo, de que la CIA está investigando al rappero Eminem por si "puede constituir una amenaza para la vida de Bush". Por lo visto, el cantante había compuesto una canción, que todavía no ha sido editada, en la que afirmaba que "quería ver muerto al presidente". Una cosa es el mal gusto de este tipo, y otra que se ataque frontalmente su propiedad. Resulta terrorífico imaginar el nivel de control que el Estado ha adquirido sobre nuestras vidas.

Con todo, en los países musulmanes la práctica de construir una moral social, válida y única para todos los miembros del cuerpo estatal, ha adquirido un cariz espeluznante. En Irán, el no llevar un velo, el hiyad, puede suponer la muerte. De hecho, un grupo de estudiantes imbéciles pidió la cabeza de Shirin Ebadi, último Premio Nobel de la Paz, por haber osado dar una conferencia en Francia sin el dichoso pañuelito. Ebadi ha "amenazado" a los ayatolás de su país con recibir el Nóbel sin llevar encima, de nuevo, tal atuendo.

Como nos recuerda Daniel Rodríguez Herrera en su bitácora, su recién adquirida fama internacional le permite salir indemne. Yo no sería tan categórico, las maneras de acabar con la vida de un infiel son más refinadas que una multitudinaria ejecución en la plaza pública. Pero aún admitiendo que Ebadi no sufra en el futuro daño alguno, sí que debiéramos tener presente que tal atropello proviene de la concesión intelectual de que el Estado es capaz de conseguir y alcanzar el bien común. No importa cómo, no importa a qué precio.

Ebadi supone un ejemplo de la lucha del individuo contra el Estado, de cómo desafiar, incluso oponiéndose a la opinión intelectual y estudiantil de su país, al poder establecido, a la moral emanada de la ley y de la espada. Ebadi, en este sentido, constituye un ejemplo para todos. También para Occidente.

Comentarios

 
Sin duda, todos aquellos que se atreven a rebelarse contra el fanatismo son ejemplo a seguir, la rebeldía, que no la rebelión, es algo que nunca hay que perder.

Lo que no acabo de tener claro es la bondad de prohibiciones como la del Esrado Francés sobre la exhibición de simbolos religiosos en las Universidades. ¿Eso también es coacción estatal, no?
Por otro lado, y sin queres polemizar en este foro, que quizña no sea el adecuado, creo que Platón no es tan comunista como nos lo plantearosn, y que el modelo social del que habla no es más que una explicación, poniendo como referencia la polis para que así lo entendieran los sofistas, de como debe regir una persona su vida. Como el dice, la polis es solo una lupa para entender a la persona.

En cualquier caso, suerte a esta mujer, esperemos que logre sobrevivir como Rushdie (que me parece bastante flojito, cosa nada fácil teniendo por enemigos a estos profesionales de la muerte.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2003 a las 14:50 (1)
En EEUU sigue siendo espeluznante la censura que hay en el arte, especialmente en el mundo de la música "moderna", rock y rap especialmente. La famosa etiqueta de "parental advisory: explicit content" que abunda en muchos discos de estos géneros se ha convertido en un clásico y ha llegado a conseguir el resultado contrario al esperado: mucha gente busca en esa etiqueta un distintivo de rebeldía y autenticidad.
Por otro lado, en EEUU se utiliza frecuente la expresión "presidentes muertos" para hablar de los dolares, matiz que los servicios secretos no han querido ni percibir ante su afán de protección de posibles ataques terroristas del horroroso Eminem (que por cierto, está amenazado por varios colectivos islámicos por burlarse de Osama Bin Laden en su polémico video "Without Me")
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2003 a las 21:03 (2)
Tienes mucha razón. Eminem es seguido por muchos chavales españoles (me consta, pues me piden sus discos dada mi conocida alergia al tingladillo de Teddy Baustista) que ¡¡no saben ni una palabra en inglés!!

Pero el Estado todo lo acaba enfangando...
Enviado por el día 9 de Diciembre de 2003 a las 10:33 (3)

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