liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Todo un hombre de Estado » Primer panel (Juan Ramón Rallo)

28 de Septiembre de 2006

« Primer panel (José Ignacio del Castillo) | Principal | Segundo panel (Paco Capella) »

Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Primer panel (Juan Ramón Rallo)

Juan Ramón Rallo a toda mecha


12:15
. Rallo no se va a bloggear a si mismo, así que vuelvo yo, Dani. Rallo asegura que pensaba hablar de los mitos anticapitalistas, pero como sería un poco extenso, nos limitaremos a Galbraith. Reisman asegura que rebatir a Galbraith no merecería más de una página, pero como tanto la sociedad como evidentemente los políticos se lo creen y lo aplican, hay que dedicarle tiempo. Va a resumir sus tesis expuestas en La sociedad opulenta y El nuevo estado industrial.

12:20. Galbraith califica la sociedad capitalista de su tiempo con dos características. Antes había escasez y no se podía dedicar la gente a otra cosa que no sea la producción pero ahora somos opulentos y tenemos todo lo que queremos e incluso más. La segunda característica es que los procesos productivos son demasiado complicados para que la mente humano los aprehenda. Pero la crítica aquí es que jamás define ni escasez ni abundancia. Además es historicista; no defiende leyes universales en el tiempo, lo que en un tiempo fue, por ejemplo, ahorro. Ahora quien sabe.

12:30. Rallo está como que muy acelerado y es difícil seguirle. Galbraith asegura que las empresas crecen para reducir la incertidumbre, pero eso se realiza mediante la aportación de capital, en el que los inversores sólo arriesgan el capital que aportan.

El economista cree que las empresas grandes están gobernadas por los técnicos, la tecnoestructura, que la desvían hacia sus propios intereses, que se imponen a los directivos, los accionistas y los consumidores. Pero G. confunde quienes deciden los fines, el empresario o gestor, con los que explican qué medios pueden emplearse, que son los técnicos. Los técnicos no pueden decidir el objetivo de la empresa, de modo que sólo pueden influir en los planes de los empresarios, no adoptar planes nuevos.

12:40. Galbraith considera que los accionistas no tienen poder porque son demasiados y tienen el voto dividido. De modo que los tecnócratas pueden dirigir la empresa a sus espaldas. Pero si una empresa no consigue obedecer a los consumidores, su valor bajará, podrá ser comprada y los nuevos dueños deshacerse de los técnicos malos, malotes. Técnicos que, por cierto, no tienen por qué estar coordinados ni tener los mismos fines.

Galbraith considera que los productos se consiguen vender, aunque no sean de interés del consumidor, convenciéndole a través de la publicidad. Dado que vivimos en la opulencia y la teoría de la utilidad marginal decreciente, ya tenemos lo que queremos y sólo pueden hacernos consumir a través del engaño. Pero la utilidad es ordinal, es decir, ordenada de mayor a menor, no tiene números absolutos. Si somos opulentos habremos satisfecho las necesidades más acuciantes, no las otras.

12:45. Hayek recuerda que el que nuestras necesidades sean inducidas no significa que sean malas. Excepto comida, vestido, techo y sexo, se puede decir que todas las demás necesidades son inducidas. Y entre ellas está la tecnología, la ciencia, el arte, etc. Galbraith es una necesidad inducida, si así nos ponemos.

Si nos manipula la publicidad, ¿por qué compramos algunos productos publicitados y otros no? Galbraith no responde a eso. Quizá sea que algunos productos resultan ser más adecuados para nuestras necesidades. Para G. parece que todas son igualmente convincentes, lo que choca con la realidad.

12:50. La teoría no tiene base empírica alguna. El presupuesto medio de las empresas españolas en publicidad es el 1,8%. Si realmente fuera la publicidad la que lograra vender los productos, las empresas no gastarían casi nada ni en producción, ni en I+D ni en nada de nada. Venderían lo que fuera gracias a su cara bonita. Pero se ve que no lo hacen así.

Galbraith critica incluso que las empresas investiguen cuales son las necesidades de los consumidores. Parece que apoye que los empresarios se gasten el dinero en producir sin saber si los productos le interesan a alguien.

La publicidad permite informar a los consumidores y reducir los precios, porque el conocimiento generado entre los consumidores fomenta la competencia y eso reduce los precios.

12:55. Galbraith propone que sea el Estado el que gaste por nosotros. Llega a indicar que deberíamos ser nosotros quienes justificaramos por escrito ante el Estado nuestros gastos, y no el Estado.

13:00. Dimito como blogger cuando hable Rallo. Demasiado rápido. Creo que sólo él podría teclear al mismo ritmo.

Parte del público asistente a la universidad de verano


Comentarios

 
Veo que ya incluís los párrafos en el orden cronológico natural, seguramente mucho antes de leer mi comentario en el panel de Gabriel Calzada. Muchas gracias de todas formas.
Enviado por el día 28 de Septiembre de 2006 a las 13:51 (1)
¡Rallo, dale un respiro a Dani! ;)
Enviado por el día 28 de Septiembre de 2006 a las 13:57 (2)
Vaya... ¿cuanta gente hay durmiendo en esa foto? ¿tres?

Jodo Rallo... xD
Enviado por el día 29 de Septiembre de 2006 a las 00:47 (3)

No se admiten ya más comentarios.