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28 de Octubre de 2006

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Necesidades y capacidades


Los marxistas siguen creyendo en su famoso adagiode cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”. Según esta perspectiva, si una persona tiene grandes necesidades pero escasas capacidades para servir al resto de individuos, deberá apropiarse de la riqueza que generen los individuos con grandes capacidades para servir a los demás pero con escasas necesidades.

El problema de este redistribucionismo radical es sencillo de comprender. Las necesidades de una persona sólo vienen limitadas por su riqueza: a mayor riqueza, mayores posibilidades de acción para adquirir diversos bienes de consumo, descansar, viajar o dedicarse al recreo intelectual. Sin embargo, en una economía monetaria, la riqueza acumulada por un individuo depende de su satisfacción de las necesidades ajenas.

En otras palabras, las “capacidades” de cada persona dependerán estrechamente de cuáles sean esas necesidades y las “necesidades” dependerán de la intensidad del uso que se haga de esas capacidades (una persona puede preferir dedicar su tiempo libre a sí mismo en lugar de a los demás). Si el Estado fija por decreto cuáles son las necesidades, indirectamente fija el rango de las capacidades “útiles”; por el contrario, si establece las “capacidades” relevantes, estará acotando el rango de necesidades que pueden satisfacer.

Por tanto, sólo a través del mercado puede efectuarse este proceso de descubrimiento empresarial que permita la división y coordinación del trabajo para que las capacidades se vayan adaptando a las necesidades y éstas crezcan conforme a la riqueza acumulada por el correcto uso de las capacidades.

Comentarios

 
Así me gusta, corto y contundente, jajajaja.
Enviado por el día 28 de Octubre de 2006 a las 19:30 (1)
El tal adagio es eufónico pero es una falacia económica: las necesidades son infinitas; las capacidades, como todos los recursos, limitadas.
Enviado por el día 28 de Octubre de 2006 a las 21:57 (2)
Muy bueno, Rallo. Lo terrible es la cantidad de gente que no lo termina de ver.
Enviado por el día 29 de Octubre de 2006 a las 12:41 (3)
Me sumo al comentario de JFCarpio... lo bueno si breve dos veces bueno. Y además contundente.
Enviado por el día 29 de Octubre de 2006 a las 16:31 (4)
Me temo, Juan Ramón, que está difícil de comprender lo dicho en esta anotación. Digamos que no es una anotación para el pueblo. (Jfcarpio es traductor de Hoppe y de Reisman.)
Enviado por el día 30 de Octubre de 2006 a las 18:09 (5)
El famoso adagio no es una máxima de acción en marx, sino solo una predicción de lo que según él ocurriría en una sociedad sin clases ni alienación capitalista. No describe un principio de acción.

En cualquier caso, si es posible encontrar un argumento moral para jerarquizar las necesidades (el velo de la ignorancia de rawls, por ejemplo), que sea posible o no llevarlo a cabo, en la práctica es otro asunto, eso no quita para que sea (hipotéticamente) justo moralmente hablando.

A mi me momento me convence màs Rawls o Dworkin.
Enviado por el día 7 de Noviembre de 2006 a las 14:36 (6)

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