28 de Octubre de 2006
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Necesidades y capacidades
Los marxistas siguen creyendo en su famoso adagio “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”. Según esta perspectiva, si una persona tiene grandes necesidades pero escasas capacidades para servir al resto de individuos, deberá apropiarse de la riqueza que generen los individuos con grandes capacidades para servir a los demás pero con escasas necesidades.
El problema de este redistribucionismo radical es sencillo de comprender. Las necesidades de una persona sólo vienen limitadas por su riqueza: a mayor riqueza, mayores posibilidades de acción para adquirir diversos bienes de consumo, descansar, viajar o dedicarse al recreo intelectual. Sin embargo, en una economía monetaria, la riqueza acumulada por un individuo depende de su satisfacción de las necesidades ajenas.
En otras palabras, las “capacidades” de cada persona dependerán estrechamente de cuáles sean esas necesidades y las “necesidades” dependerán de la intensidad del uso que se haga de esas capacidades (una persona puede preferir dedicar su tiempo libre a sí mismo en lugar de a los demás). Si el Estado fija por decreto cuáles son las necesidades, indirectamente fija el rango de las capacidades “útiles”; por el contrario, si establece las “capacidades” relevantes, estará acotando el rango de necesidades que pueden satisfacer.
Por tanto, sólo a través del mercado puede efectuarse este proceso de descubrimiento empresarial que permita la división y coordinación del trabajo para que las capacidades se vayan adaptando a las necesidades y éstas crezcan conforme a la riqueza acumulada por el correcto uso de las capacidades.Comentarios
En cualquier caso, si es posible encontrar un argumento moral para jerarquizar las necesidades (el velo de la ignorancia de rawls, por ejemplo), que sea posible o no llevarlo a cabo, en la práctica es otro asunto, eso no quita para que sea (hipotéticamente) justo moralmente hablando.
A mi me momento me convence màs Rawls o Dworkin.
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