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11 de Noviembre de 2006

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Merecían perder, por Jacob G. Hornberger

Después de perder la Casa de los Representantes y también el Senado, los republicanos no tienen nadie a quien acusar salvo a ellos mismos. Merecían perder.

Durante años, los republicanos han utilizado una retórica liberal en sus campañas electorales. “Favorecemos la libertad, la libre empresa, el gobierno limitado y la responsabilidad”, decían los candidatos republicanos. “Nos oponemos al gobierno grande”, les encantaba asegurar.

Recordemos lo que solían decir los republicanos a las masas durante los 80, cuando controlaban la Casa Blanca pero no el Congreso: “La única razón por la que no estamos recortando el gasto público es porque el control demócrata del Congreso nos lo impide hacer. Si tan sólo lográramos controlar el ejecutivo y el legislativo, rebajaríamos drásticamente el gasto público y suprimiríamos organismos y agencias”.

La gente los creyó, pero era todo una mentira desde el principio. La retórica liberal se utilizó por una –y sólo una- razón: para engañar a la gente de que pusieran a los republicanos en el poder y así controlar el gobierno federal junto con los enormes recursos de la Hacienda Pública y así consolidar su poder sobre las vidas y las propiedades de los ciudadanos estadounidenses.

Lo cierto es que, con independencia de cuan desagradable les resulte a los republicanos, el presidente George W. Bush no es más que una variación de Bill Clinton –y bastante peor en eso. Al compartir con Clinton su convicción socialista de que el gobierno federal es un agente de la moralidad a través de su “compasiva” confiscación y redistribución de riqueza, Bush ha gastado mucho más que Clinto en gastó público destinado al Estado de Bienestar. Nadie puede razonadamente negar que Bush y sus congresistas republicanos han sido más favorables al gobierno grande que Clinton y sus cohortes demócratas.

Después de todo, no sólo los congresistas republicanos no se han opuesto a ninguna de las acciones de Bush favorables al gobierno grande. Además, los congresistas republicanos han servido a Bush tan leal y obedientemente como sus homólogos en el congreso iraquí sirvieron a Saddam Hussein.

¿Cuántos departamos han sido suprimidos cuando los republicanos controlaron la presidencia y ambas cámaras del Congreso? ¿Cuántos organismos? ¿Cuántos proyectos de leyes que incrementaban el gasto público han sido vetadas? ¿Cuántos proyectos clientelistas fueron abandonados? ¿En cuánto se ha reducido el gasto federal?

Esta gente –y su control de la Casa Blanca y del Congreso- no han supuesto más que una suma de desastres para este país.

Los republicanos merecían perder no sólo por todo el daño causado a este país por su amor al gobierno grande, pero también por la muerte y destrucción que han traído a Irak, un país que nunca había atacado o amenazado con atacar a los EEUU. Comparando los cientos de miles de asesinados por la invasión y ocupación de Bush, la gente asesinada por Bill Clinton y Janet Reno en la masacre de Waco palidece relativamente insignificante.

Cuando el presidente Bush anunció su intención de invadir Irak, los congresista republicanos se pusieron firmes, chasquearon los talones, saludaron y dijeron: “Señor Presidente, estamos todos a tu servicio. Dispón y obedeceremos”.

Ninguno dijo ni pío sobre que la prescripción constitucional de que la declaración de guerra corresponde al Congreso. Ninguno dijo ni pío sobre el hecho de que una guerra de agresión es un crimen de guerra bajo los principios del Tribunal de Crímenes de Guerra de Nuremberg. Ninguno dijo ni pío sobre los miles de iraquíes asesinados mientras se intentaba “capturar a Saddam”. Ninguno dijo no pío acerca de destruir una nación entera. Todo lo que importaba servir leal y obedientemente a su Comandante en Jefe porque era la cabeza de su partido político.

Cuando se revelaron la tortura y los abusos sexuales, ¿dónde estaban los grandes predicadores republicanos de la moralidad –esos a los que les gusta mirar por encima del hombre a los demás cuando no hacen nada por quitarse la viga de sus ojos? Tan sólo desdeñaron los despreciables actos cometidos por la CIA y el ejército de los EEUU –actos de mala conducta más propios de las cámaras de tortura medievales o a las afueras sórdidas de una base militar estadounidense. “Fue tan sólo una travesura fraternal”, afirmaron los grandes parangones de moralidad republicanos. Aun peor, permitieron que los encubrimientos y tergiversaciones del Pentágono triunfaran, no sólo con su indiferencia sino con sus garantías de inmunidad al estilo Pinochet para los enjuiciamientos penales contra el presidente y sus subordinados en la CIA y en el ejército.

Los miembros republicanos del Congreso, algunos de los cuales llevan ediciones tamaño bolsillo de la Constitución, han permanecido callados mientras, año tras año, el presidente Bush constituía un conjunto internacional de campos secretos y centros de tortura, algunos incluso situados en antiguos campos de tortura soviéticos, en un intento desesperado por evitar las limitaciones que impone la Constitución.

Aun peor, sin casi ninguna discusión o debate y sin ningún tipo de participación del público, estos republicanos “defensores de la constitución” rápidamente aprobaron la petición presidencial para permitir al ejército secuestrar el sistema de justicia penal estadounidense, suspender el habeas corpus, establecer tribunales militares ilegales, o el absurdo pero peligroso calificativo de los ciudadanos estadounidenses como “combatientes ilegales de guerra” en la “guerra contra el terrorismo”, denegándoles la tutela judicial efectiva, el derecho a abogado, el juicio con jurado y otros derechos y garantías que cristalizaron siglos atrás en la jurisprudencia inglesa.

Ni siquiera se preocuparon en leer la denominada Patriot Act, pero los congresistas republicanos rápidamente ratificaron el abuso de las órdenes de búsqueda del presidente, que habrían hecho sentir orgulloso al rey Jorge III. Aun peor, llegaron a defender las escuchas telefónicas ilegales sin orden previa.

Por este control directo del Congreso por parte del Partido Republicano, el gobierno federal se ha vuelto más grande, más opresivo, más peligroso y más amenazador con el paso de cada semana. Los republicanos lo han logrado aterrorizando a los adultos americanos con un miedo constante sobre un conjunto de hombres del saco siempre en movimiento, tales como los capos de las drogas, la inmigración ilegal, los terroristas, Osama bin Laden, Saddam Hussein y los comunistas. “Confía en nosotros y apoya nuestra expansión temporal del poder”, sugerían los congresistas republicanos, repitiendo las palabras de su Comandante en Jefe “y os protegeremos de los chicos malos”.

Esta gente –los republicanos- deberían avergonzarse de sí mismos porque han deshonrado y dañado a nuestro país. Por desgracia, sin embargo, no aparentan ningún sentimiento de vergüenza porque adoran predicar el concepto de responsabilidad individual para otro, pero nunca se lo aplican a sí mismos.

Todo esto no significa que los demócratas sean en absoluto mejores. Su cobardía política y su miedo a ser llamados “cobardes defensores de los terroristas que odian a los EEUU” les han impedido oponerse a la consolidación del poder federal por parte de los republicanos. Pero mientras Republicanos y Demócratas comparten la misma filosofía favorable al crecimiento del gasto público y del gobierno, hay una gran diferencia entre ellos: los demócratas hablan claramente sobre el crecimiento del gasto y del gobierno, mientras que los republicanos continúan envolviéndose a sí mismos con la retórica liberal del gobierno limitado. Es ese tipo de hipocresía la que convierte a los republicanos en merecedores de esta derrota.


Comentarios

 
El congresista republicano Jeff Flake sobre su partido días antes de las elecciones:

Flake: I think Republicans have by and large gone native. I don’t know how you can conclude otherwise. You look at any measure of spending—overall spending, mandatory, discretionary, non-defense discretionary, non-homeland security spending—whichever way you slice it, the record looks pretty bad. When you look at where we’re heading, with Medicare Part D, it just means that these programs run out of money a lot sooner than they were going to already.

Republicans have adopted the belief or the principle that you spend money to get elected. When I was elected in 2000 it was ingrained in us, and since then it’s been even more so: Here’s how you get reelected, bring home the bacon. You have the head of the National Republican Congressional Committee, whose job it is to reelect Republicans, saying in defense of his earmarks that it’s the job of Congress to create jobs.


Reason: Has the GOP given up on the ideals of small government?

Flake: Well, that’s the natural conclusion to draw. There are some—like [fellow Arizona Republican Rep.] John Shadegg and not many others—who still vote for limited government. Of course all of them still profess it, but when you look at their votes you have a hard time concluding that they really believe it. Staying in office, staying in power, has come to overwhelm everything.


Enviado por el día 11 de Noviembre de 2006 a las 14:31 (1)
Por qué lo hacen Rallo, lo más difícil es que la gente vote un programa liberal, por qué una vez conseguido no lo implementan.
Enviado por el día 11 de Noviembre de 2006 a las 14:48 (2)
Recordaran aquella frase de la politica es una ciencia que hoy no se practica mejor que hace 2000 años.
Mis amigos me jusgan por mi poscicion de antizquierda (Lo cual no niego) pero inmediatamente me ubican en la derecha y yo no me identifico con ella (Recalco que me refiero a la de mi pais dogmatica, antimoderna, clerical e indirectamente promotora del estado del bienestar) y es que asi es la politica tiene muchos incentivos para empantanarse en las discuciones mas inutiles.

Enviado por el día 11 de Noviembre de 2006 a las 18:52 (3)
Verás lo contentos que se van a poner los que pensáis que merecían perder los Republicanos cuando los Demócratas empiecen a trabajar.

No sé si lo de "como no me dan el juguete, lo rompo" es una buena idea...
Enviado por el día 11 de Noviembre de 2006 a las 19:44 (4)
"Verás lo contentos que se van a poner los que pensáis que merecían perder los Republicanos"

Perdón por la mala redacción. Quería escribir: "Verás lo contentos que se van a poner los que piensan que merecían perder los Republicanos"
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 09:47 (5)
FA: “Perdón por la mala redacción. Quería escribir...” jajaja seguro? XD
Que merecieran perder los republicanos no quiere decir que merecieran ganar los demócratas. El problema, como siempre, es que en unas elecciones no pueden perder todos los que merecen perder, y en última instancia siempre perdemos los mismos: los ciudadanos. Dicho esto, un par de comentarios breves:

Desde un punto de vista liberal/paleocón la retirada de las tropas de Irak y la vuelta a un política exterior más aislacionista es un tema central, y en este sentido es comprensible que las simpatías estén ligeramente sesgadas hacia el Partido Demócrata (o, mejor, que el Partido Republicano les provoque aún más antipatía que el Partido Demócrata). Muchos liberales lo han planteado así: en política interior no hay diferencias sustanciales (dejando a un lado que Bush ha sido uno de los presidentes que más aumentado el gasto público) y en política exterior hay más voces críticas con el intervencionismo neocón en las filas demócratas (aunque la cúpula dirigente sea básicamente tan pro-war como la republicana). De modo que la victoria demócrata es preferible para buena parte de estos liberales (que sea preferible no quiere decir que se hayan tomado la molestia de ir a votar por ellos, muchos no votan por otras razones pero expresan su preferencia). Me imagino que desde un punto de vista liberal más neoconita sucede lo contrario: los demócratas en el tema de la guerra contra el terrorismo etc. son demasiado “blandos” (esta es la razón por la que no pocos liberales se decantaron por los republicanos tras el 11-S).

Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 17:23 (6)
Por otro lado, incluso desde la perspectiva de un votante habitual del Partido Republicano con tendencias liberales hay razones para preferir la victoria demócrata fijándonos solo en la política interior. Puede que los republicanos sean, en el margen, menos intervencionistas que los demócratas en política doméstica, pero quizás renunciando a un victoria republicana en el corto plazo se da a pie a que gane en un futuro con un programa más liberal. Si la visión de los votantes liberales-republicanos es siempre cortoplacista el partido no tiene incentivos para virar hacia posiciones más liberales (o mantener las que supuestamente tenía), pues sabe que estos votantes siempre van a apoyarle por ser el mal menor. Pero si estos votantes tienen una visión más largoplacista puede que estén dispuestos a no votarles en una elecciones para castigar su falta de principios y forzar un cambio de cara a las siguientes elecciones. Votar por los republicanos en estas elecciones podía verse como una revalidación de sus políticas pro-estatistas. La derrota quizás les espabile un poco (aunque yo no confiaría tampoco mucho en ello).

No sé si estarás de acuerdo con estas valoraciones.

Ah, y aquí tienes 10 cosas positivas de la victoria demócrata ;-)

Un saludo
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 17:25 (7)
Algunos comentarios a los apuntes de Albert:

1.- La base republicana, basta darse una vuelta por diversos blogs, en su gran mayoría no suscribe la política aislacionista en política exterior. Podrán criticar o dejar de criticar la gestión de la guerra en Irak, pero no ponen en duda el principio de la intervención. Como prueba tenemos que los republicanos de Connecticut han votado masivamente a Lieberman o el apoyo que recibe John Bolton.

2.- La mayor parte de los republicanos, incluso aquellos conocidos como conservadores sociales, tienen una perspectiva liberal. También es fácil comprobar esto si uno deja de leer a los libertarios y se pasea por páginas conservadoras. Por ejemplo, no han perdido tiempo en volver a recordar a los republicanos su "Contrato con América" que les llevó al poder. En ese sentido, ven en lo ocurrido una oportunidad única de volver a los valores conservadores. En primer lugar, y sobre todo, el ideal de gobierno limitado.

3.- Lo que diga Rockwell me trae sin cuidado. En realidad, me trae sin cuidado lo que dicen ciertos libertarios norteamericanos que viven al margen de la realidad. No quieren entender la amenaza del terrorismo islámico y les encanta meterse con aquellos que, como Rick Santorum, saben mucho mejor que ellos lo que ocurre en el mundo. Y a mí, a día de hoy, la guerra contra el terrorismo islámico es, con gran diferencia, lo que más me preocupa de la situación internacional. Si los pasos que ha emprendido Bush tras las elecciones tienen que con volver a una política internacional como la de su padre, los libertarios a la Rockwell estarán muy felices, pero ya podemos ir dándonos por jod... todos los demás. Baker parece que empieza a aplicar la doctrina "realista". Via instapundit.

Fdo.: Un liberal neoconita
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 20:10 (8)
Un par de puntualizaciones:

1. No me estaba refiriendo a las bases republicanas sino a los liberales, que conforman una minoría del electorado. En cualquier caso para determinar las tendencias de las bases republicanas por supuesto no basta con darse una vuelta “por diversos blogs”. Dudo que los blogs republicanos/conservadores en la red sean un reflejo representativo del votante republicano medio (lo mismo que los blogs de redliberal no representan para nada al votante medio del PP). Sin duda la mayoría de los votantes republicanos no son aislacionistas, pero en el Partido Republicano sí ha habido cierta tradición de escepticismo/recelo hacia este tipo de política exterior wilsoniana. En la era Clinton, por ejemplo, desde las filas republicanas se criticó la intervención militar en Kosovo con argumentos antiwar muy similares a los que se han esgrimido en contra de la guerra de Irak.

2. Lo mismo, visitando páginas conservadores (¿qué te hace pensar que no las visito?) no vas a inferir lo que piensa el republicano medio. El liberalismo está bastante sobre-representado en la red. La mayor parte de los republicanos no son liberales (o entendemos cosas distintas por “tienen una perspectiva liberal”). Aquí puedes consultar los datos. Los liberales, en sentido más o menos laxo, son entre un 10-20% del electorado. Y no todos votan republicano. Tienden a votar más republicano que demócrata, pero la proporción es variable.

3. ok

Un saludo
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 21:40 (9)
Pues, more, invadir a Iraq no funcionó. Esa es la realidad. El fracaso en Iraq es ya algo evidente para casi todos. Perder así no puede ser parte de la guerra antiterrorista.
Enviado por el día 14 de Noviembre de 2006 a las 19:13 (10)
Además no puede ser el objetivo de una guerra el domesticar a un país, convertirlos en demócratas o en lo que uno quiera. No se puede, lógicamente, definir la victoria en una guerra de esa manera. Luego, en la democracia a menudo ganan los más malos así que la democracia como objetivo de una guerra contra otro país es una meta absurda en todo caso, una locura en este caso.
Enviado por el día 14 de Noviembre de 2006 a las 19:24 (11)

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