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12 de Febrero de 2007

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Cinco razones que no prueban la importancia del crecimiento


Albert me transcribe un comentario de Stefan Karlsson contra un artículo de Antony Mueller cuya tesis es muy similar a la que he defendido hoy en el Juan de Mariana. Dado que me parecen críticas interesantes aplicables contra el mío, les daré brevemente respuesta.

Karlsson efectúa cinco críticas a la consideración del crecimiento del PIB como irrelevante para la economía:

1) El crecimiento económico es sinónimo a incremento de la prosperidad, esto es, todo el mundo trata de hacer crecer sus finanzas personales para mejorar.


Este punto es falso por varios motivos. Primero, la crítica al crecimiento económico se dirige no contra el crecimiento de las finanzas personales, sino contra el de una macromagnitud como es el PIB (u otras similares). En este sentido, un crecimiento de los medios personales sólo se traducirá en un incremento del PIB cuando esos medios sean medibles y se intercambien en el mercado; pero no todos los medios de la acción humana siguen este proceso. Puede haber prosperidad individual sin crecimiento agregado. Segundo, aun refiriéndonos a las finanzas personales, crecimiento no necesariamente implica mayor prosperidad. Todo el mundo podría experimentar un crecimiento en sus finanzas personas buscando un segundo o tercer empleo, pero no todo el mundo lo hace. ¿Por qué? En buena medida porque no consideran que mayor dinero implique mayor prosperidad. Tercero, desvincular el incremento de los medios de la acción humana con la misma acción que los ha hecho posibles es un grave error. Que todo el mundo prefiera más a menos no significa que todo el mundo prefiera hacer más a hacer menos. Precisamente, no incrementaremos nuestros medios cuando ello suponga un coste de oportunidad demasiado gravoso.

2) El dinero permite una comparación intersubjetiva de bienes heterogéneos, de modo que mayor valor monetario supone mayor valor.

Esto también es falso y me sorprende que alguien como Karlsson lo diga. El dinero no es una unidad de medición del valor, sino otro bien que a su vez es valorado. Es cierto, que como he explicado en otras ocasiones, la utilidad marginal del dinero decrece muy lentamente (incluso algunos afirman que es constante), pero ello no nos permite conocer cuál es el valor de la unidad del dinero, sino que ese valor, sea cual sea, disminuye lentamente. En términos cardinales: conocemos la tasa de variación pero no el nivel.

Otro problema es que el valor no son intensidades, sino relaciones relativas de prioridades. A>B no porque A=5 y B=4, sino porque el fin A me parece más importante que el B. El valor es justamente eso: decir que A es más importante que B, no afirmar que el placer, la excitación o los beneficios de A son mayores que los de B. Cuestión distinta es lo que motive la preferencia de A sobre B y cómo esa preferencia puede manifestarse en reacciones corporales que expresen excitación, satisfacción o placer. La economía se ocupa del valor, la psicología de cómo se forma ese valor y la biología de cómo el cuerpo humano exterioriza parte de las experiencias de ese valor.

Por tanto, el dinero no puede medir relaciones ordinales, primero porque ese mismo dinero si sitúa en la escala ordinal de preferencias, segundo porque lo que pretende medirse simplemente no tiene medida alguna. La comparación de PIBs entre países o entre individuos como manifestación de su bienestar no tiene sentido alguno.

3) La medida del PIB puede ser útil para inversores y empresarios para conocer el tamaño de la economía y su potencial de expansión.

Es importante dejar claro que el crecimiento sólo es irrelevante desde el punto de vista de la teoría económica pura. El matiz es importante para quien no esté versado en la distinción de las disciplinas y confunda economía teórica, con historia económica o con función empresarial. Pero, de nuevo, me sorprende que alguien como Karlsson caiga en esa trampa.

Es evidente que el crecimiento no puede ser irrelevante desde ninguna otra perspectiva. Cualquier individuo le puede conceder una importancia incluso afectiva al crecimiento. Precisamente porque no podemos decir que el crecimiento económico en lo relativo a los fines humanos sea relevante a priori tampoco podemos decir que sea irrelevante a priori. En mi artículo sólo he tratado de transmitir que a la investigación praxeológica no puede interesarle el crecimiento económico porque pertenece al ámbito de la elección humana que, por definición, es ajeno a su ámbito.

Sería interesante estudiar, desde un punto de vista experimental, hasta que punto el PIB y el crecimiento del PIB es una buena referencia para aproximar expansiones futuras del mercado. En este aspecto no entro, porque no cuento con las herramientas analíticas necesarias. Pero es una cuestión esencialmente distinta. El PIB puede ser tan útil a los empresarios como puede serlo la evolución del índice de confianza de los consumidores, lo cual no implica que necesariamente todos los empresarios deban tener en cuenta esos resúmenes y descripciones imperfectos de la realidad. Por tanto, queda fuera de la teoría económica.

4) Las diferencias espaciales y temporales del PIB implican diferencias entre países que pueden ser merecedoras de estudio.

Todo conjunto social y todo individuo es en algunos rasgos distinto a otro. Las huellas dactilares es un ejemplo de que no hay dos individuos iguales. Sin embargo, esas diferencias no justifican su estudio en teoría económica.

Distintos PIBs podrán suponer sociedades y evoluciones distintas, pero nada más. Si con esas diferencias queremos aproximar diferenciales de bienestar nos estaremos equivocando gravemente. El análisis agregado no es válido para esta tarea porque, de nuevo, no existe algo así como "bienestar agregado" (y mucho menos un bienestar agregado que pueda aproximarse mediante la producción agregada).

Es concebible que en un régimen totalitario ciertos índices de producción agregada se incrementen. Mao quería superar a Inglaterra y EEUU en producir acero y aunque finalmente no lo logró, que lo hubiera conseguido no habría sido expresivo de un mayor bienestar. Más PIB sólo implica más productos físicos: el valor que los individuos atribuyan a esos productos es cuestión distinta. Si esa producción es resultado de sus decisiones voluntarias y retrospectivamente no juzgan que se han equivocado, esa producción servirá para incrementar su bienestar. Pero si es una producción impuesta, por lo que han tenido que renunciar a fines prioritarios, no será el caso.

Por supuesto, como analistas o historiadores podemos utilizar el PIB y otros índices para resumir la magnitud de ciertos desastres, como la gran depresión. Pero no deberíamos confundirnos con lo que esos índices nos muestran: que durante la Gran Depresión el PIB cayera un 30% no significa que el bienestar cayera un 30%. La cifra ni nos muestra la disminución o mejora del bienestar (sino de la producción), ni las diferencias interpersonales resumidas en ese 30%.

Del mismo modo, que un país tenga un PIB más elevado que otro no significa que su bienestar sea mayor. El gobierno cubano informó recientemente que su crecimiento económico era el mayor del mundo. Al margen de la más que probable manipulación contable, el caso es suficientemente expresivo de la inutilidad del índice. Como mucho, podremos ponernos en la piel de un analista que trata de comprender la situación actual del mundo y afirmar que si los fines de las personas por lo general se satisfacen con más bienes intercambiados en el mercado, las economías libres que crezcan serán las que tenderán a ser más exitosas. Pero poco más que esto.

5) Generalmente el crecimiento del PIB muestra el éxito de las economías libres, sobre todo cuando es fruto de la interacción en el mercado y no de la imposición del gobierno.

Más o menos es lo que acabo de indicar. Pero de nuevo, esto no tiene nada que ver con la teoría económica, sino con el análisis económico (lo que en algunas facultades se conoce como "estructura económica"). Con todo, quedarse ahí resulta peligroso: un menor PIB o un crecimiento del PIB más reducido no supondría el fracaso de las economías libres, por lo ya explicado: toda acción (y la de crecer también) comporta un coste que los individuos no tienen por qué estar dispuestos a asumir.

Comentarios

 
Cuidado viene Kantor y te hace una fórmula neoclásica del capital, y te hace desaparecer por arte de magia.
Enviado por el día 14 de Febrero de 2007 a las 23:22 (1)

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