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6 de Mayo de 2008

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Fernández Ordóñez también cree que la actitud de los consumidores está cambiando

Ayer dije:

Si unimos este dato al de las ventas minoristas en marzo, parece que las actitudes de los españoles con respecto al consumo y endeudamiento masivo empiezan también a cambiar.

Hoy el Gobernador del Banco de España parece unirse a esta interpretación:

"El consumo debe desacelerarse en España como debe desacelerarse la inversión residencial si queremos que la economía española retome la senda de crecimiento (...) Es un buen signo, es necesario que el consumo se desacelere para que aumente la tasa de ahorro"

Desde luego es una buena señal que las familias dejen de consumir y ahorren para amortizar parte de su deuda anterior. Como también expliqué en marzo:

Es hora de ahorrar, liquidar las malas inversiones y amortizar parte de la deuda. Para todo el exceso de deuda de mala calidad, sólo quedan dos caminos: o deflación (impago) o inflación (minorar el valor de la deuda). El primero lleva a la quiebra de los bancos y, por tanto, de la moneda; el segundo a la quiebra de la moneda y, por tanto, de los bancos.

Todo esto está muy bien, pero se me ocurren varias reflexiones. Primero, si la cuestión es ahorrar, ¿a qué vienen los llamamientos izquierdistas para que el BCE baje tipos o el Gobierno incremente el gasto público? Segundo, no nos creamos que el ahorro es la panacea. La deuda nacional es el 344% del PIB, unas décimas más de ahorro sobre el PIB no van a cambiar mucho las cosas (no estoy diciendo, claro está, que toda la deuda vaya a ser impagada). Es más, la caída del consumo será dura: muchas empresas impagarán su deuda y despedirán trabajadores quienes a su vez impagarán sus deudas.

La cuestión, sin embargo, no es si este proceso es medio apocalíptico. La cuestión es si hay otro camino mejor. Y la respuesta es no. Eso sí, los hay mucho peores.


Comentarios

 
Después de las navidades y sus fastos conviene hacer régimen, el problema reside en que hay quien ha convertido las navidades (apenas diez días) en una cuaresma (con sus cuarenta noches).

Pero entre todos (y a la fuerza) ya alimentaremos al enfermo, dudo que alguien muera de inanición (y no hablo sólod e personas físicas).
Enviado por el día 6 de Mayo de 2008 a las 16:04 (1)

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