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29 de Diciembre de 2009

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Capital, bienes de capital y ciclo económico

Mi último serial de artículos en el Instituto Juan de Mariana ha girado en torno a los conceptos de capital y bien de capital, así como de sus implicaciones sobre el ciclo económico. Junto a la idea de liquidez y probablemente de tipo de interés, me parece que es el gran fallo de la macroeconomía neoclásica. Os recomiendo que los leáis en este orden:

La homogeneidad del capital:
Para Menger el capital no es una magnitud objetiva, sino que depende, primero, del marco institucional (el mercado y el dinero) y, segundo, de las intenciones del agente económico (obtener lucro monetario). Allí donde no existe un sistema libre de división del trabajo y donde los empresarios elaboran sus planes, los implementan, los abandonan o los adaptan en función de la rentabilidad que esperan obtener en el mercado, no existe capital. Habrá desde luego maquinaria, edificios, inventarios o patentes, pero su valor monetario a partir del cual aplicar el cálculo económico no tendrá ninguna relevancia. Por ello, los países comunistas o los del Tercer Mundo se deshacen en esfuerzos por ampliar su "capital" pero se estrellan siempre contra la misma realidad: la creación de riqueza no deriva de la acumulación de factores de producción, sino del uso que se les dé por parte de un entramado de planes empresariales en competencia.

El capital se presenta como una magnitud homogénea que agrupa a todos los activos bajo una unidad común y que permite saber cuál es su valor en términos monetarios dentro del esquema de división del trabajo. Todos los proyectos devienen así directamente comparables y todos son susceptibles de perder o captar capital para contraerse o crecer. Sin esa homogeneidad del capital nos sería imposible organizar los numerosos y diversos factores productivos en planes que fueran consistentes entre sí y que no retuvieran recursos fuera de sus usos más valorados.
La heterogeneidad de los bienes de capital:
La Escuela Austriaca, sin embargo, siempre ha enfatizado la heterogeneidad e inconvertibilidad parcial de los bienes de capital. No importa únicamente cuántas máquinas, cuántas materias primas, cuántos inventarios o cuánta energía haya en un país; tan o más relevante resulta cuál sea su organización. De ahí que ya desde un comienzo Menger recordara en su artículo sobre el capital que "cada economía individual forma parte de un organismo de economías, dentro del cual el éxito de cada economía en cuestión está condicionado a la situación de las demás y de sus interrelaciones". De ahí también que Böhm-Bawerk considerara que el capital son un conjunto de bienes intermedios que van avanzando por las distintas etapas de la economía hasta convertirse en bienes de consumo. Y de ahí, en definitiva, que Hayek hablara de una "estructura productiva" para referirse a aquel conjunto de etapas sucesivas por las que van pasando los factores originarios de producción hasta madurar en bienes de consumo.

Al ser heterogéneos y específicos, los bienes de capital no pueden transformarse en otros total y automáticamente. Los errores que se comentan con respecto a ellos (las malas inversiones) acarrean pérdidas irrecuperables para el empresario. Precisamente por ello, además, las estructuras entre bienes de capital complementarios tenderán a ser bastante rígidas y bastante poco flexibles; en ausencia de reservas de bienes sustitutivos, cualquier fallo en un bien de capital complementario tenderá a paralizar o a restar eficiencia al resto de la estructura, siendo complicado y costoso reconvertirla o redirigirla hacia otros usos: esto es, toda reconversión de los bienes de capital acarreará un coste que será más o menos importante según el alcance de ese cambio.
Implicaciones de la teoría del capital sobre el ciclo:
Las malas inversiones en la etapa del boom se han plasmado en toda una serie de bienes de capital que están diseñados para prestar sus servicios en las industrias muy alejadas del consumo. Como ya vimos, los bienes de capital son heterogéneos, complementarios, específicos y difícilmente reconvertibles, lo que significa que su transferencia de unas industrias a otras no puede ser un proceso automático y ausente de costes. Es más, en la medida en que esos bienes de capital se utilizaban con otros de manera complementaria, la pérdida de valor de alguno de ellos elimina esas sinergias, que no siempre podrán aparecer –o no de un modo tan intenso– en otras estructuras de bienes de capital, dejando muchas de ellas ociosas.

Debería resultar evidente que la manera de acelerar el ajuste pasa por facilitar tanto como sea posible esa recolocación de los bienes de capital, para lo cual será de vital importancia eliminar todos los costes artificiales a sus movimientos (regulaciones e impuestos) y a las rigideces de sus precios. Al fin y al cabo, para que un bien de capital pueda ser recolocado en otras partes de la estructura productiva será necesario que el precio que los potenciales compradores hayan de pagar por él sea inferior a su productividad marginal dentro de los nuevos planes empresariales; productividad que debido a su complementariedad, especificidad e inconvertibilidad será mucho más baja que en sus anteriores funciones. Pero mientras su precio continúe por encima de su productividad marginal el recurso permanecerá "ocioso" y no contribuirá a generar nueva riqueza.

Comentarios

 
Magníficos artículos!! Y yo me los había perdido

Sobre la incomprensión de la teoria austriaca del ciclo y el problema de Krugman... Yo lo veo tan comprensible como que si yo consumidor soy capaz de generar una riqueza 1000 en los próximos 40 años, y me endeudo hoy por un total de 600, gastaré hoy mucho, pero el resto de los próximos 40 años gastaré lo justo para sobrevivir, darme algún capricho y el resto todo a amortizar deuda.

Y muy especialmente si el endeduamiento es para cubrir necesidades personale básicas (casa, coche, consumo...) que no reportan rentabilidad alguna más que el propio sustento.

Lo que coloquialmente se dice vivir por encima de tus posibilidades. Lo que es verdaderamente incomprensible es que los Keynesianos no vean esta verdad de perogrullo.

Pensar que el consumo y el endeudamiento es ilimitado, que solo es cuestión de confiar.... Es como pensar que uno puede ser rico simplemente con desearlo. Y yo sin saberlo..... Mañana mismo me compro un Jet privado!
Enviado por el día 29 de Diciembre de 2009 a las 23:45 (1)

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