Portada » Bitácoras » 1812 » Razones para celebrar la mayoría absoluta del PP en Madrid, por Luis López

Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera

El resultado de las elecciones a la Asamblea de Madrid celebradas ayer ofrece diversas lecturas. La más relevante es sin duda que el Partido Socialista ha recibido un voto de castigo por su manejo de la "crisis" creada por los tránsfugas Tamayo y Sáez. El mensaje de los madrileños parece claro: la política del insulto, de la crispación, de la denuncia permanente, no sólo no rinde frutos, sino que es penalizada. A este respecto, el talante sereno de Esperanza Aguirre contrasta con la destemplanza y la virulencia del discurso de su oponente socialista. Una mayoría de madrileños considera infundada la presunta trama inmobiliaria, y ha castigado al PSOE por su intento de desviar a la sede popular un problema interno de la FSM. La cual, dicho sea de paso, recibe un tirón de orejas tras las revelaciones en la Comisión de Investigación de pactos no respetados entre familias, de comidas en las que la abundancia de vino facilitaba los acuerdos y la impresión general de que el chalaneo, el "qué hay de lo mío" y la puñalada imperan en la sede socialista madrileña. Una mala noticia para Rodríguez Zapatero, que en su estreno hizo de la moderación y el diálogo sus señas de identidad política, y que en vista de los resultados debió relevar a Simancas al conocer su estrategia electoral tras las elecciones del 25 de Mayo.

Tampoco la tardía promesa del metro gratis parece haber calado entre los madrileños, revelando que la ciudadanía ha alcanzado la mayoría de edad política: los "regalos" electorales no son valorados, a menos que se especifique de dónde saldrá el dinero necesario para financiarlos: si correrán a costa del contribuyente por vía impositiva, o si serán posibles gracias a una reducción de otras partidas de gasto a ser detalladas. El genérico "a través de una mejor distribución del gasto y eliminación de gastos superfluos" ha dejado afortunadamente de ser admisible.

En definitiva, los ciudadanos parecen dispuestos a acabar con el modelo de política de antaño, basado en insultar al adversario, lanzar negros augurios de ganar éste, y tomar por tontos a los ciudadanos prometiendo regalos al viejo estilo caciquil. Es de suponer que el PSOE tomará buena nota del mensaje y depurará gradualmente a los elementos de la vieja escuela, que hoy abundan, si es que pretende entrar de una vez en el siglo XXI y ganar las generales en un horizonte razonable.