5 de Julio de 2005

A la luz de los últimos acontecimientos, las elecciones en Albania no están siendo demasiado afortunadas. Según los observadores de la OSCE, se han detectado una serie de fallos de procedimiento que deben ser investigados para determinar la limpieza del proceso electoral. Parece que la causa radica en el complejo sistema electoral que combina el voto proporcional y mayoritario y que se supone que es muy favorable al pucherazo. El propio Javier Solana ha instado a los organismos internacionales que investiguen las fallos encontrados.

De los dos partidos mayoritarios y con más posibilidades para ganar, el conservador Partido Demócrata del ex presidente Sali Berisha parece ser el ganador y ya se ha lanzado a festejarlo, no sé si irresponsablemente. Esta es la táctica de los que no saben en qué consiste la democracia, declararse vencedores antes de que termine un lento e inseguro recuento. Más inquietantes son las declaraciones del posible ganador:

"Voy a luchar contra la corrupción empezando por mí mismo y mis estrechos colaboradores".

Da la sensación de que el zorro no es el personaje más adecuado para cuidar las gallinas. Pero no nos confiemos, los responsables del resto de partidos no parece mucho más ajenos a la corrupción que ha imperado en este país durante las últimas décadas, desde que Albania se quitó de encima una de las dictaduras comunistas más duras de Europa. El Partido Socialista, gran rival del PD, está dirigido por el primer ministro Fatos Nano y, como no, también se ha apuntado irresponsablemente la victoria.

Lo que está claro a esta hora es que en la ciudad sureña de Lushnja, dos hombres han sido asesinados a tiros mientras una muchedumbre se congregaba delante de la sede del Partido Demócrata para celebrar la supuesta victoria. Si la espiral de violencia sigue su camino, Albania tardará muchos años en integrarse en la Europa democrática y los Balcanes seguirán siendo una bomba de relojería geoestratégica.