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22 de Junio de 2006

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1812
Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera

Somos violentos, sí

Mi último artículo habla de la violencia como algo propio de la naturaleza del hombre y cómo, por eso, resulta ridículo echarle la culpa de ella a los videojuegos:
Y es que la violencia forma parte de nuestra historia como especie desde que dimos nuestros primeros pasos por el mundo. Por eso resulta especialmente ridículo que algunos ingenieros sociales se centren en denunciar la violencia en el cine, la televisión o los videojuegos como si ésta fuera un comportamiento aprendido y no algo connatural a la misma esencia del hombre.
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Comentarios

 
La violencia es inherente al hombre y, en muchos casos, necesaria. Lo demás es demagogia, Daniel.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 11:36 (1)
Sí, por eso es necesario el estado.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 13:22 (2)
Admitiré como mucho, Iracundo, que por eso es inevitable el Estado.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 14:03 (3)
Míralo como quieras, el resultado es el mismo.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 14:25 (4)
La violencia reconocida no deriva inevitablemente en violencia institucionalizada.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 14:37 (5)
¡Che! Marzo, lo que dices de la inevitabilidad del Estado, poniendo en cursiva "inevitable", me recuerda un post mío.

Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 14:46 (6)
¿No? ¿Y por qué? La forma más eficaz de repeler amenazas es hacerlo sistemáticamente, esto es: estableciendo el oficio de vigilante. Pero en semejante "negocio" surge el problema de quién vigilaría al vigilante (es muy ilustrativo al respecto el contenido de la película "Dogville" de Lars Von Trier, en la que una comunidad que acoge y ampara a una fugitiva "caritativamente" acaba por esclavizarla a cambio de la protección). Como el incentivo a territorializar el negocio de la vigilancia es muy apetecible y pronto sería el objetivo de unos "delincuentes" que gozan de impunidad, los que no fuesen agresores se agruparían en comunidades, con sus reglas y sus mandos, para defenderse.

Todos somos violentos y todos "jugamos" a lo mismo. Como dije en otras ocasiones, ni siquiera una persona razonable es proporcional cuando se toma venganza por una injusticia. Hace falta algo para gestionar esa violencia.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 14:49 (7)
Repeler la agresión es cosa loable, institucionalizarla no.

El problema surge cuando la violencia se convierte en medio no para repeler violencia, sino para lograr fines políticos, o, dicho de otra manera, privilegios.

La violencia institucionalizada es acumulación de violencia. Esto lleva al Estado opresor, cuya fuerza es tal que en la mayor parte de los casos no tiene que ejercer la violencia física directamente, y puede pasar por pacífico, y las transacciones por él/con él realizadas como voluntarias.

La macroviolencia estatal no es algo que se derive lógicamente de la microviolencia de los seres humanos. Son dos tipos de violencia cuantitativa y cualitativamente distintas.

Pueden buscarse muchas vías alternativas al monopolio de la fuerza por parte del Estado, aunque en el actual "Estado" de cosas pueda parecer inverosímil.

Salud y libre comercio.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 15:02 (8)
Los privilegios son SIEMPRE el objeto de la violencia. Esos privilegios son las inmediatas ventajas, el oportunismo, el saqueo, lo fácil en definitiva.

Es imposible que TODOS estemos de acuerdo en la utilidad de la cooperación social. Siempre hay delincuentes, esto es: personas que no quieren o no pueden comprender esa cooperación y optan por romper la baraja. Sin establecer, por tanto, que el hombre sea "malo por naturaleza", resulta evidente que hay determinados hombres que pueden hacer mucho daño y lo que es peor, empujar a otros a que se le unan. ¿Por qué? Porque si podemos decir que el hombre no es "malo" sí podemos decir que el hombre es temeroso y no precisamente invulnerable al prejuicio. Es por ello que la violencia a gran escala pone de rodillas a la más piadosa de las agrupaciones humanas. La violencia puede subyugar y puede crear realidades, es un instrumento más y muy persuasivo.

Si dejamos en libertad a quiénes buscan dominar la vida de los demás en su provecho (delincuentes o sociópatas) y no se les persigue, éstos se convertirán en los reyes de la tierra. Sería así porque el hombre pacífico busca la paz y minimiza las amenazas al tener mucho que perder. Es la vieja parábola de las ovejas y los lobos. Como establece Buchanan en "Entre la anarquía y Leviathán", en una sociedad anarquista la disconformidad disolutiva, la recalcitrancia antisocial, se convertirían en algo con precio, esto es: en una realidad lucrativa. Eso pasaría sin coacción.

El problema de la coacción es que no es tal si no es sistemática. Sistema y coacción son indisociables. Nadie se siente coaccionado por algo que no sigue una norma fija. La estabilidad es imperativa para el mantenimiento de la coacción, y no hay estructura más estable, por tanto más coaccionante, que el estado.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 15:20 (9)
La violencia privada puede ser menos rimbombante y menos capaz de crímenes atroces (sistemáticos: burocratización del mal), pero es mucho peor comparada frente a todos los estados (salvo la excepción "clínica" del totalitarismo socialista) posibles porque bajo los estados hay una serie de normas, mejores o peores, a las que te puedes atener para mantener la integridad; en el estado natural, la anarquía, cualquiera que sea más fuerte que tú o tenga más poder que tú puede aplastarte (la motivación para dicho aplastamiento no tiene por qué ser "lucrativa" y por tanto no se puede analizar la agresión en el contexto anarquista bajo el solo prisma del negocio y la lógica del empresario; concepciones que dan por supuesta la paz y el orden). Bajo la anarquía el peligro, la paranoia, es total.

La "microviolencia" puede tener unos efectos mucho peores en las actividades humanas que la macroviolencia estatal (con la salvedad hecha) por su ausencia de sistematismo, por su "caprichosidad", por su caótico discurrir. Por otra parte, como establezco en mi blog, el conflicto "privado" puede ser indefinido mientras que el estatal puede verse sometido a control (acción política) o, en todo caso, tener principio y final más claro debido a la existencia de unos contendientes "finitos" que llegarían a un acuerdo mucho antes que unas pandillas juveniles de los arrabaldes de Los Angeles (que viven en guerra contínua).

El estado y sus atribuciones dan vértigo, más en nuestro país, y es por eso que hay que trabajar por su control a través de la acción política. Hay que tumbar el estado social, pero no el estado.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 15:26 (10)
Ha sido precisamente a través del aparato estatal que los delincuentes o sociópatas (y no olvidemos a los payasos siniestros, los jokers del talante a lo ZP) se han convertido en los reyes de la tierra. El socialismo no es una excepción clínica, es la norma. Nada nuevo bajo el sol. Tímidos profesores e intelectuales se han subido a lomos del Leviatán para aplastar por la fuerza a los que discrepaban con argumentos.

Puedo admitir que la microviolencia pueda servir en los primeros estadios de desarrollo de la macroviolencia, pero cuando esta surge no se limita a reducir a límites tolerables a la microviolencia, lo que debiera ser su única función, sino que persigue sus propios objetivos, esos privilegios de los que hablamos.

El Estado social es la consecuencia de este cambio de fines y funciones.

Los romanos decían que para vencer había que dividir, y Montesquieu propuso que se dividieran los poderes para que la victoria la tuviera el pueblo a costa de sus gobernantes, que, enfrentados entre sí, con esa violencia que les es característica, peleaban unos con otros en lugar de hacer cuerpo contra los gobernados para perpetuar privilegios. El Estado de derecho se construye no sólo a través de normas abstractas, sino de debilidades enfrentadas por estar enfrentadas, de poderes diversos que se contrapesan. Y en el límite está el mercado, donde nadie puede imponer su voluntad y los intercambios son voluntarios. Porque la voluntariedad de los intercambios no está en la naturaleza humana, sino en la división social del trabajo y política de los poderes.

El objeto de tu reflexión es uno de los más importantes e interesantes objetos sobre los que se puede reflexionar. Un mundo sin ningún Estado es algo que parece utópico. Nos resistimos a creer que sea posible. Y sin embargo.....
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 16:24 (11)
La macroviolencia y la microviolencia son una misma cosa, no caigamos en alienaciones keynesianas xD. La segunda trae la primera y en esta se genera un "equilibrio". La violencia organizada en forma de estado acaba por limitarse (mutua destrucción asegurada) totalmente cortándose la dinámica imperialista asociada a toda entidad violenta organizada (sea cual sea). Llámalo "economía de escala", pero ese equilibrio no lo alcanzan los criminales entre sí: nunca. Los estados sí. Como las tensiones imperialistas son imposibles los ciudadanos acaban tomando el control de la actividad política. No hay némesis posible por lo que no hay mayor excusa para los excesos de los estados que la propia "vileza" del electorado. En cualquier caso, si la "vileza" de los votantes es mayoritaria difícilmente podremos sostener que la virtud debiera ser norma fundamental de dicha nación; no hay sistema político posible que se mantenga al margen de la opinión mayoritaria. ¿O es posible una anarquía impuesta? Ah!, que eso es un crimen internacional...

Si hay delincuencia habrá estado, es una relación perfecta. Y no exclusivamente porque los políticos suelan delinquir, como añadirás, sino por la sencilla razón de que sin estado, sin ley penal, sencillamente no hay delincuentes; podrá haber "listillos", "malosos", pero no delincuentes. ¿Y por qué? Porque no se perseguirá a nadie más allá de determinadas agresiones a la vida o la propiedad (que se resolverían por pura venganza).

La división de poderes es fundamental, totalmente. El problema es que los "estados sociales" han caído en la abrumadoramente tenebrosa concepción de la "cooperación de poderes"; una verdadera conspiración contra el individuo. Coincidimos. Hay que mejorar la separación de poderes, mejorar la política existente: no negarla o destruírla.

Tendremos el "estado de nuestros pecados", pero es que la anarquía será una realidad pecaminosa xD, a diario.

Salud y libre comercio

Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 16:51 (12)
La macroviolencia y la microviolencia no son lo mismo, en mi opinión, de ahí que estableciera la distinción, que me pareció pertinente. El ejemplo del intelectual a lomos del Leviatán pretendía ilustrar esto. Si la macro derivase de la micro gobernarían los boxeadores, los karatekas, los matones de la mafia, los cachas, los tipos violentos físicamente, de puño o puñal fáciles. Y curiosamente muchos de ellos fracasan o tienen poco poder. Puede que en tiempos míticos (los tiempos bárbaros) fueran los reyes y señores, pero en nuestro tiempo esto está muy lejos de ser "real". La segunda (micro), como te decía, podría contribuir en los primeros estadios de gestación de la primera (macro), pero no sería su fundamento.

La evolución que planteas del Estado como poder es sencilla y coherente, pero solo recoge un aspecto del desarrollo de las instituciones sociales y políticas, y los poderes parecen reducirse exclusivamente a la fuerza militar o policial. Que lo Estados se equilibran parece cierto, pero el equilibrio es inestable y tiende a ser roto, generalmente, por los Estados más Estatales (si se me permite la expresión), que apuestan por reforzar los aspectos más violentos de la institución estatal a través de la institucionalización de la violencia como herramienta.

Si hay delincuencia es porque hay Estado, efectivamente. La violencia contra la propiedad y la vida (principal propiedad) ajenas se puede denominar de múltiples maneras pero es esencialmente siempre lo mismo. Quien proteja la propiedad, la vida y el cumplimiento de los contratos es otro asunto a debatir, aunque hoy por hoy no pasa de ser un tema de debate y especulación entre liberales.

Salud y libertad.
Enviado por el día 22 de Junio de 2006 a las 17:18 (13)
No es inevitable ni necesario el Estado.

Es necesario que haya seguridad y justicia, no por eso debe haber un monopolio de ellas. Me parece un salto logico insostenible.
Enviado por el día 23 de Junio de 2006 a las 04:48 (14)
El del salto lógico... ¿Me puede usted explicar qué es la justicia y qué es la seguridad? A lo mejor usted y yo coincidimos pero... ¿lo haría todo el mundo? ¿Y si algunos considerasen cuestión de seguridad propia el saquearle a usted o, ya puestos, exterminarle? Y de justicia... ya ni hablemos, demasiadas veces hemos visto cómo esa palabra era invocada para las peores cosas o para justificar los crímenes más atroces.

Hace falta coacción, su ausencia es el caos, un caos donde molestar a los vecinos tendría precio y se convertiría en profesión remunerada; ya sabe, eso de "te cobramos por tu protección" después de romperte los cristales de las ventanas. La impunidad hace que esos nuevos negocios de extorsión sean la principal actividad a tal punto que quiénes se dediquen a ella alcancen o quieran alcanzar "seguridad" estableciéndose como autoridad territorial. En el sentido inverso, quiénes aspirasen a defenderse de aquéllos optarán a su vez por agruparse en un orden inevitablemente jerarquizado y en el cual habría personas dedicadas exclusivamente a la defensa de los demás, esto es: estado.

Salto lógico dice... Como dije en otra ocasión, a ver si algunos van abandonando esa pretendida superioridad epistemológica tan anclada en el cinismo del peor de los catedráticos de Universidad pública...

Salud y libre comercio
Enviado por el día 23 de Junio de 2006 a las 07:20 (15)

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