17 de Noviembre de 2006

Me ha gustado mucho, Dani... Me ha hecho recordar a Tenerife y una "conversación" con un médico de las islas... :-P

Jejejeje... eres M-A-L-A... con lo majo que era el pobre.

Gabriel se va a chivar al médico enviándole tu artículo, en cuanto te despistes te sacarán un riñón sin tu consentimiento y si necesitas uno no te lo darán aunque puedas pagarlo. ;-D

La última entrada en Diarios de las Estrellas también nos ofrece un ejemplo de hipocresía de este estilo.

No si majo era majísimo... se puso pálido cuando un rayo liberal procedente de la ciudad de las naranjas le dio en toda la frente, una vez que un canario arquitecto ya le había clavado un par de rejones... a pesar de los esfuerzos de JIdel Castillo; lo mejor fue cuando el sector de RRPP fue a compadrear para calmar las cosas y le puso el ejemplo: "¿y qué pasa si yo le quiero vender mi hígado a este señor para dar una educación adecuada a mis hijos?" y él dijo: "¿Y para qué quiere este señor su hígado?" y la representante respondió "pues para comérselo por ejemplo". Ahí fue el fin de las relaciones...

Me quedo con esta frase que he leído:

"El pobre no es libre para negarse voluntariamente a vender sus órganos. Se puede negar, sí, pero porque se rinda a un mal mayor. Puede escoger, sí, pero sólo una opción mala (quizás el hambre de su familia). Eso no es libertad".

Ciertamente, es una frase a enmarcar, porque revela un cacao mental notable.

Pues Daniel te ha dado para el pelo con argumentos en Juan de Mariana. xD

Sí, argumentos todos de ese estilo. El pobre no es libre para no vender; bueno, sí es libre, pero no vender es una mala opción porque se queda sin el dinero que le habrían dado a cambio, de modo que lo mejor es quitarle la opción de vender o no vender; así será más libre, sin duda...

Me da que entre las muchas y graves confusiones que padece está la de "libertad" con "tranquilidad" o algo parecido.

El artículo me ha gustado mucho. Es un tema polémico y sensible, por ello poca gente habla con claridad de él.

Yo no veo mal que alguien venda un riñón o un trozo de hígado, la complicación la veo en encontrar la manera de regular el mercado para impedir la venta de órganos obtenidos mediante algún crimen.

En mi caso estoy apuntado como donante de órganos, por lo que en el caso de que haya alguno útil el día que me muera se lo transplantarán a otra persona, pero la verdad, no estaría de más dejarle un buen dinero a mis herederos gracias a mi hígado o mis córneas, que para algo llevo una vida sana y los cuido bien.