6 de Agosto de 2007

El primer párrafo del artículo es una clara toma de postura. Efectivamente en él al filoentreguismo y perfil bajo de Piqué con los nacionalistas le llama catalanismo, y por las críticas y desavenencias más o menos veladas con la dirección nacional lo califica de liberal, correlato lógico de considerar al PP del resto de España como un partido radical. Ese es el distorsionado y nada inocente discurso corrientemente utilizado en los medios catalanes. Pero sorprendentemente, la verdad, el resto es bastante ecuánime al trasladar información.

Pero gran parte de la culpa de esta situación la tiene el mismo PP que ha renunciado en toda España y, sobre todo en Cataluña, al debate de las ideas. Piensa que el pragmatismo es más interesante que la victoria intelectual, que por otro lado, si fuera liberal, la tendría ganada. Pero no. Prefiere seguir el camino del confundirse con el paisaje, pretendiendo no ser demasiado españolista, demasiado liberal, demasiado consciente con sus ideas por…

Por…

¿Por que carece de ellas?

¿Es el PP un partido que fomente la igualdad de los españoles cuando ha participado de la imposición lingüística en Cataluña, en el País Vasco, en Galicia, en Valencia, en Baleares…? ¿Lo es?

¿Es un partido de integración nacional cuando en Castilla-La Mancha ha pasado de apoyar el PHN al igual que Bono, a defender la eliminación del Trasvase Tajo-Segura por mero cálculo electoralista? ¿Es nacional cuando apoya un estatuto Andaluz con similitudes con el Catalán al tiempo que el PP de Valencia lo recurre ante el Constitucional…?

La coherencia en las ideas suele ser mejor a la larga que el electoralismo… el problema es saber si tiene ideas.