4 de Diciembre de 2005

Y esto es algo que el Observatorio de la Publicidad Sexista, organismo del Instituto de la Mujer, no está dispuesto a aceptar (formato pdf). Así que resulta vejatorio para la dignidad de la mujer que una modelo enseñe sus facultades a la cámara para vender membrillo pero el caso es que empresas y alguna que otra administración nunca han puesto muchos escrúpulos a la hora de acudir a los más bajos instintos para captar nuestra atención y que consumamos sus productos y servicios y esto, claro, es moralmente inaceptable. La publicidad, consecuencia de la competencia, valedora del capitalismo, es por tanto una batalla carente de la más básica ética.

Así, 342 anuncios han sido denunciados durante 2004 por romper este código de buena conducta, si bien y supongo que por el efecto talantoso y dialogante del gobierno Zapatero, se ha reducido considerablemente con respecto a 2003, cuando se denunciaron 654 pero con las mismas empresas degeneradas como protagonistas.

La mayoría de las denuncias, el 40%, fueron por usar el cuerpo de la mujer como simple reclamo publicitario bien para vender un desodorante, bien para vender bebidas caribeñas de alto contenido alcohólico, bien para que nos hagamos con un coche y en todos estos casos, y en alguno más, esta utilización extendió la idea de que la chica es "fácil y sumisa". Este es uno de los aspectos que no llego a comprender de los grupos moralizantes, que sepan en todo momento lo que se nos pasa por la cabeza, en este caso en cuestión de sexo. Puedo prometer y prometo, que diría el otro, que ver a la buenorra de turno alegrando la vista, no me lleva a pensar que la modelo sea fácil ni sumisa. Es más, no creo que el sexo femenino sea fácil y sumiso, esa es una generalización muy útil para la política correcta que nos invade y desde luego un prejuicio tan grande como el que se intenta contrarrestar. Si luchamos contra los prejuicios, busquemos también la paja en ojo propio, que suele ser bueno para el alma.

Resulta lógico que entre los anuncios (si me equivoco, ruego que se me disculpe) no se haya denunciado ninguno donde un tío cañón salga enseñándonos casi todos sus atributos, bien para que consumamos alguna bebida baja en calorías, bien para que usemos algún perfume de marca "cocodriliana". Quien más, quien menos, todos nos hemos visto implicados en alguna conversación en las que nos atacaban con nuestro supuesto estado de salido perpetuo, y es posible que con toda la razón del mundo, y contrargumentábamos que también había anuncios de este tipo con protagonista masculino. Tres son las posibles tipos de respuestas, la cualitativa "no es lo mismo, bla, bla, bla...", la cuantitativa que argumenta "ya, pero para uno que sale, cuántas con modelos femeninas..." y la moralizante, "tú lo que eres es un hipócrita salido, una cabronazo, y punto".

Pero no todo se acaba en el asunto del sexo ligado al erotismo. La mirada de nuestras modernas inquisidoras también se detiene en la visión tradicional (católico-franquista diría alguno), así una mujer realizando las tareas del hogar es un ultraje y atenta directamente con esa imagen tan políticamente correcta de la mujer "liberada", trabajadora (sólo en puestos ejecutivos) y activista feminista. Y no hablemos cuando ejercen el rol de madres. Pues de toda habrá señoras mías, de lo uno y de lo otro, ama de casa dedicada a sus hijos, trabajadora y ama de casa dedicada a sus hijos, soltera recalcitrante, casada o emparejada sin hijos en perspectiva, ejecutiva agresiva, secretaria eficiente, casada o emparejada con un pendejo desorejado e incluso, casada o emparejada con un primor de hombre. Pero por favor no generalicemos que luego algunos agarran un mosqueo del diez y con toda la razón del mundo.

Y así podemos seguir, un anuncio de hipotecas recogía la crítica de que una mujer escuchaba de su pareja cuestiones elementales del producto por lo que colegían que la mujer era dependiente y medio lerda, claro que si pensamos que el anuncio va dirigido a los espectadores yo podría pensar que los dependientes y medio lerdos somos todos nosotros. En fin, que si los juguetes son sexistas, que si las películas son sexistas, que si los videojuegos son sexistas, que si los sexistas con sexistas. La nueva inquisición vigila con herramientas que harían las delicias del Gran Hermano, versión orwelliana. Mientras tanto, yo aconsejo contemplar una muestra que nuestros mamones favoritos han seleccionado para escarnio de nuestra condición de machistas recalcitrantes. Todo un detalle y una llamada de atención para que vayamos cambiando esta moral insana que hemos heredado de 40 años de dictadura.