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18 de Septiembre de 2006

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Bienaventurados vosotros, porque ZP regulará vuestros vicios

Este fin de semana ha terminado la cumbre socialista con escaso éxito si pensamos en los contenidos y con algo más si pensamos en estas reuniones de amiguetes como en un espectacular ejercicio de márketing electoral que pretende reafirmar un mensaje o en superar una situación difícil, interna o externa. Supongo que algo de estos dos casos ha habido en el sarao, que no puedo dejar de recordar que pagamos todos, nos gusten o no los mensajes de ZP y su banda.

Ya que bastantes de mis compañeros de Red Liberal han tratado, cada uno a su manera, los entresijos del magno contubernio, en el que ha quedado claro quién es la extrema derecha y quién es la derecha facilona que pretende la extrema izquierda de ZP y compañeros de legislatura, no puedo dejar de fijarme en la obsesión de los dirigentes socialistas por nuestra salud.

Leo en El Mundo de hoy (versión papel) que "Zapatero promete menos muertos por tabaco y alcohol". Deben estar preocupados por los presupuestos que mantendrán el chiringuito intervencionista que entre PSOE, PP y el resto de "representantes de la ciudadanía" se han montado porque no están seguros que haya suficientes contribuyentes en el futuro. No vaya a ser que unos cigarros o unas copas de más, tengan efectos no deseados sobre su porvenir.

Si no fuera suficiente con prohibir fumar a todo bicho viviente, la ministra del ramo, y candidata a presidir la OMS, arremetió contra la obesidad, la infantil y la adulta, y amenazó a restaurantes de comida rápida, es decir el McDonalds de toda la vida, con multas, cánones, tasas o no se sabe que monstruosos castigos estatales si no bajaban el contenido calórico de sus mejunjes. Que yo sepa, la amenaza no es extensible a los grasosos bocadillos de calamares que sirven algunos baretos de dudosa reputación ni a sus raciones como tampoco es extensible la visita de Sanidad a sus cocinas.

Esto de la salud no es exclusivo de la izquierda, no se vayan ustedes a creer. En estos últimos días de verano y primeros de otoño, anda muy nerviosa la Comunidad de Madrid que preside la insigne Esperanza Aguirre con la Pasarela Cibeles. Si la ministra Salgado se obsesiona con los gordos, la presidenta madrileña lo hace con las delgadas y no ha permitido que ciertas mozas, de escuálido aspecto, puedan desfilar con los trapitos de estos memos sublimes que se hacen llamar creadores de moda. Pues mire doña Esperanza, si no quiere apoyarlos, no les dé ni un puñetero euro ni les apoye institucionalmente, que esta gente tiene dinero para aburrir y hacer tropecientas pasarelas, y si no es así, que se lo busquen. Si uno quiere ser raspa toda su vida, allá ella. Si es "ejemplo" para miles de adolescentes, se supone que para eso están sus padres y tutores, para educarlos. Que no siempre es fácil, ¿y quién ha dicho que lo sea?, de fracasos, pocos, y éxitos, los más, está lleno el mundo. Que cada palo aguante su vela como hacemos todos con más o menos ayuda.

Pero no nos desviemos del asunto. Uno echa de menos la izquierda de Tierno Galván y de Joaquín Sabina, la que hacía apología de las drogas, duras y blandas, la que se ponía hasta arriba de Dyc o de Chivas, según su cargo en el Gobierno, y la que fumaba puros traídos directamente de La Habana, donde los esclavos castristas los liaban con especial cuidado. Ahora resulta que lo progre, lo fetén es la moral conservadora, la que despreciaban hace algunos años, esa misma que vituperaron durante la Movida Madrileña. Qué frágil es la momoria y cuánto echo de menos aquellos tiempos en los que meterse con el tabaco era solamente una de esas cosas que se les ocurre a los yanquis, ignorantes y pedantes. ¿Dónde está esa izquierda ZP, que me la has robao? Puto revisionismo histórico.

Comentarios

 
Eso es algo que siempre me llamó la atención de la izquierda, hace apología de la droga, pero le da duro al cigarrillo y a la comida con un poco de calorías.

pareciera que esta gente solo sigue un librito al que tiene que obedecer, porque la verdad es que tiene nulo sentido común.

los socialistas cuando llegan al gobierno solo saben hacer dos cosas:
1) Ponerse a prohibir
2) Buscar una excusas para subir los impuestos.

son lamentables.
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2006 a las 06:11 (1)
y me olvidé de otra
3) Culpar a todos los demás de las kagadas que ellos mismos se mandan.
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2006 a las 06:12 (2)
Creo que el elemento común de los dos ejemplos que pones, Alberto, estriba en la obsesión de los gobernantes (incluidos los que se hacen llamar liberales) por regular e intentar imponer cánones de vida a una sociedad plural. Evidentemente es uno de los grandes peligros de la democracia. Ese afán regulatorio de los sectores en los que la mayoria muestra una particular "sensibilidad", de acuerdo a las encuestas, nos encontramos con grados. La mojigateria politicamente correcta de Elenita Salgado nos choca a quiénes observamos como en otros tiempos al poder socialista le intereresó halagar a unos jóvenes que tenían que colocarse. Ahora, despues que se permitiera el avance del botellón generalizado durante un tiempo y la "ocupación" de los parques públicos, han comenzado a cambiar las tornas regulatorias respecto al consumo de alcohol. Ruiz Gallardón comenzó prohibiendo a las gasolineras vender alcohol. Y ahora viene Elenita Salgado con una vasta y extensa regulación para acabar con los vicios de la población. Multas, licencias, ataques a la libertad de las personas mayores y sustracción de sus responsabilidades como padres (para permitir o prohibir a sus hijos menores que consuman) y, atención, un experimento de ingenieria social que solo se le puede ocurrir a una oligarquía distinta y distante de los súbditos españoles a los que subyuga (¡y no dicen basta ya!): Prohibir el consumo de alcohol en la calles incluso durante las fiestas patronales de nuestros pueblos y ciudades. Vengo de una de las muchas que inundan septiembre por las tierras españolas (Bustarviejo en Madrid) y, de verdad, si promulgaran esa medida arbitraria, tendrían que declarar el estado de excepción para hacerla cumplir. ¿Os imaginaís a la Guardia Civil cerrando casetas, chiringuitos y deteniendo a la gente que se resiste a dejar de beber en la calle en esas circunstancias?
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2006 a las 08:47 (3)
...Y lo digo y lo repito, prohibir a todos, menos a ellos mismos...
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2006 a las 16:39 (4)

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