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12 de Noviembre de 2006

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Los borregos

Una de las nuevas actitudes que debemos a nuestros amigos de lo verde, de lo ecologista me refiero, es la alegría y con la que aceptamos las más solemnes idioteces siempre y cuando se respire cierto regustillo rústico y políticamente correcto, rápidamente asimilado por el cuidado con el medio ambiente y por tanto, justificado sean cuales sean las molestias. Hoy no me refiero al Cambio Climático y otras soflamas a lo Gore, me refiero a los borregos. Sí, a esos mismos cuadrúpedos que balan en nuestros campos y no a las masas que arrastran sus trajes de domingo a los colegios electorales.

Fieles a su cita otoñal, el Ayuntamiento de Gallardón y la Comunidad de Aguirre han dado el permiso correspondiente para que un pastor como los de toda la vida, pasee su rebaño por las céntricas calles de Madrid ya que éstas en su época, fueron (y son por arte de unas leyes absurdas) cañadas por las que hace siglos los miembros de la Mesta llevaban sus rebaños de un lado a otro de la Península a aprovechar los pastos de temporada. Según elmundo.esen fila de dos” pasaron una plataforma que cruzaba la M-30 en obras y guiadas por “seis burros y agentes de policía” -sin tener la seguridad de si los agentes montaban a los burros o los burros a los agentes-, nuestros bovinos amigos hicieron turismo por pintorescos lugares como la Gran Vía, la Puerta de Alcalá, la Plaza de Cibeles, el Palacio Real y la Catedral de la Almudena para luego volver a su lugar de origen, la Casa de Campo.

Nunca he entendido ni entenderé semejante idiotez. Aunque en el pasado tales calles formaran parte de la red de cañadas que atravesaban la Península, la sociedad les ha dado otros destinos más acordes a los tiempos que corren. No quiero imaginarme lo que pasaría si a alguna mente preclara se le ocurriera dar permiso a los graffiteros a expresar su "arte" en las paredes de Altamira por eso de que en ellas sus cromañónicos antepasados ya pintaban lo suyo.

No es ya sólo las molestias que nos supone a los madrileños la imposibilidad de disfrutar de un día por esas calles o de usar nuestros vehículos, sino lo que supone para el erario municipal semejante evento, porque las caquitas no se recogen solas ni los guardias o incluso los burros trabajan gratis. ¿Dónde están nuestros ecologistas protectores de todo animal denunciando este acto de maltrato animal?, o acaso no lo es sacar del campo a un rebaño y hacerlo pasear por el duro asfalto. Si algún padre paleto y urbanita pretende explicar la diferencia entre el animal y el queso de oveja que se ventila su orondo hijo todas las mañanas, que se pague con su dinero un verano en una granja escuela o que le ponga un documental de National Geographic.

Si se tiende a derogar leyes supuestamente obsoletas, ¿qué hacemos aprobando otras que no responden a ningún tipo de necesidad real? Si se quiere proteger las antiguas cañadas, tampoco es necesario buscar peregrinas justificaciones, se protegen y punto, se prohíbe su urbanización y se persigue a cualquiera que se le ocurra pasear sin el permiso de la autoridad impertinente. Y por favor, borregos ya hay muchos en Madrid para que cada otoño vengan más.


Comentarios

 
Alberto, ¿sabes a quién pertenecen esas vías pecuarias y quienes tienen preferencia sobre ellas?
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 18:42 (1)
Las vías son de propiedad pública y las actividades están limitadas a las que cada ley permita, por supuesto, con limitaciones a la urbanización (ya se ha derribado más de una casa cosntruida incluso antes de la creación de la figura jurídica), a la construcción de cualquier infraestrcutura, al tránsito de determinados vehículos y suelen tener preferencia las actividades pecuarias, las agrícolas, por supuesto se spupone que son zonas que permiten el tránsito de animales salvajes y se permite el excursionismo, supongo que con las limitaciones necesarias.
Enviado por el día 12 de Noviembre de 2006 a las 19:07 (2)
“seis burros y agentes de policía”... JAJAJAJA.

Recuerda a la frase aquella de "Paseando entre el ganado, saludamos al señor alcalde".
Enviado por el día 15 de Noviembre de 2006 a las 14:19 (3)

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