14 de Junio de 2004

Porque no nos engañemos. Esto, más que unas elecciones en las que se decidía algo relacionado con nuestro futuro, ha sido una macroencuesta sobre la intención del voto de los españoles en particular y de los europeos en general, macroencuesta que trae premio como las patatas fritas con sabores, en este caso se trata de 54 puestos como diputado en el Congreso Europeo. Como todas las encuestas, la gente no contesta lo que en realidad piensa y es que me cuesta creer que la octava fuerza nacional sea el Partido del Cannabis, por mucho 'fumata' que haya en este país. Pero hay otros datos que se me escapan de la lógica, lógica basada en los últimos resultados aún con el efecto de los atentados del 11 de Marzo.

CiU, por muy mal que lo esté haciendo Mas, no es lógico que baje a la tercera fuerza en Cataluña. El PP no puede de pronto hacerlo tan bien, ni el PSC arrasar con casi la mitad de los votos en apenas tres meses. Quizá se entendería mejor si pensáramos que los nacionalistas, los que son nacionalistas de verdad, no han votado puesto que si España les importa un pimiento, Europa casi un comino. Y esto es válido para los vascos y los gallegos, todo el voto nacionalista ha tenido un serio retroceso; PP y PSOE podrían montar un gobierno no nacionalista en el País Vasco si quisieran, a la luz de extrapolación de datos.

Lo que sí se puede es sacar es consecuencias. IU está en las últimas pero como buen monstruo comunista de la familia castrista, aún puede durar muchos años. Sinceramente, si los Verdes se unieran en una fuerza común podrían fagocitarlos (usemos léxico biológico para la ocasión) y crearían una opción de izquierdas mucho más creíble que la que tiene ahora el amigo Willy.

Si el PSOE quiere sobrevivir en el poder debe atraer electorado de centro derecha y eso implica hacer una política menos social y menos nacionalista. Pero nos encontramos con el impedimento que suponen sus actuales alianzas. ¿Qué hará ZP, cambiar la estrategia o suicidarse políticamente? El periódico La Razón ha pedido hoy elecciones anticipadas. Me parece exagerado pero como siga habiendo malos entendidos, falta de coordinación, malabares escandalosos de los ministros, choques con supuestos socios y desunión interna no sé si se comerán el turrón del 2005. De momento sólo se han cargado la posición internacional que España tenía y ese ha sido su mayor desastre, y no nos despistemos, es un desastre muy gordo.

El PP está contento pero tendría que hacérselo ver. Ha ganado una batalla al recuperar algo de lo perdido el 14-M pero no es suficiente, lo que perdió fue la mayoría absoluta y en el fondo siguen siendo los perdedores de las elecciones, una derrota dulce pero derrota. Son seis millones de votos, tres millones menos de los habidos en las generales, demasiada abstención para tanta supuesta movilización, por mucho viajecito, mucho buen tiempo y mucha excusa que se busque. Con otro problema añadido, hoy por hoy los nacionalistas, únicas fuerzas con las que un partido nacional puede pactar, están más cerca del PSOE, que de un PP demasiado 'intolerante' y mucho menos manejable que el talentoso y dialogante Gobierno ZP, con su eterna sonrisa.

Y por último, la abstención. Pero que esperaban, que la gente iba a salir a la calle, tipo manifestación pacifista, para votar por un asunto que ni les va ni les viene. Eso no tiene gracia, Bruselas pilla muy lejos, más de uno no sabría colocarla en un mapa mudo. Bruselas está tan lejos como Nueva Zelanda. Porque un candidato gritando tu eres un Bagdad y el otro diciendo que tú más, no invita mucho a votar y sí al bostezo; no es plausible que las huestes rurales y urbanitas, llenas de cultura tipo Crónicas Marcianas y LOGSE a todo trapo, decidan cambiar sus planes para ir a una urna a depositar una papeleta, sobre todo después de tanta cita democrática. Lo diga el CIS o lo diga el ZOS.