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13 de Enero de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Discriminación positiva, ayer y hoy

Hitler ha sido pionero en la izquierda en varios aspectos. Presumió, proféticamente, de que su legislación de control de armas haría que el mundo siguiera su liderazgo. No hay más que ver cómo le ha seguido Europa. Incluso la democrática Inglaterra ha sucumbido después de seis décadas de resistencia, en 1997. Un senador demócrata tradujo la legislación alemana para incorporarla a parte de la estadounidense. Fue precursor también en el ecologismo. Pero si en un aspecto han destacado Hitler y el nacional-socialismo es en uno de los valores hoy más aceptados por la izquierda, incluso la más moderada: la discriminación positiva.

La idea detrás de la contradictoria expresión discriminación positiva, que da cuenta del desnorte moral de quien la pronuncia, es que hay sectores que están sobrerepresentados en las instituciones. Como nos cuenta un historiador, Hugh Murray, en Affirmative Action and the Nazis, las ideas se repiten y vuelven a circular con impunidad moral. Dice Murray:
El espíritu que llevó a los alemanes, primero al antisemitismo, después a la legalización de restricciones contra los judíos, y después a la exterminación de los judíos, es el mismo espíritu que se encuentra en las cortes americanas, en el Congreso, y entre los Presidentes y especialmente en los departamentos de estudios de mujeres, blancos e hispanos de las universidades. Este espíritu presupone la visión de que la justicia requiere que la riqueza y el poder sean proporcionalmente distribuidos entre los grupos.

Y advierte:
Las ideas tienen consecuencias. Cuando los alemanes aceptaron esta visión de la justicia, se desarrolló en la realidad una lógica que obtuvo resultados sorprendentes y pavorosos.

Los alemanes, entonces el pueblo más culto del mundo, no votaron en tanta medida por los nacional socialistas por un ataque de locura. No colaboraron mayoritaria, aunque tácitamente con la política nacional socialista por un rapto de súbito sin sentido. Tenían ideas que hoy compartimos. El partido nacional socialista era una opción válida para esas ideas.

Hugh Murray recuerda que en los Estados Unidos de hoy se dice que las estadísticas muestran que hay un racismo que se manifiesta en la sobrerrepresentación de los hombres blancos en instituciones de poder. Son los directores de las empresas, ocupan posiciones de privilegio en las profesiones más importantes, en la administración, en las instituciones... Racismo, sexismo, opresión de los negros, de las mujeres... Son las ideas que se repiten en los medios de comunicación. Explicar lo inane, lo injusto de tales ideas es uno de los pecados laicos capitales.

Como sociólogos socialistas ha habido siempre, no nos extrañará que en la Alemania de los 20' y 30' se ofrecieran pruebas estadísticas concluyentes de lo que ya ellos consideraban una sobrerrepresentación de los judíos. Rober Proctor, nos indica Murray, ofreció en 1933 el mismo tipo de datos que llegan en teletipos a los periodistas para que éstos los repitan en sus informaciones. Resulta que el 13% de los médicos eran judíos, lo que suponía una sobrerrepresentación de 15 a uno. La situación era tal que en Berlín los judíos eran nada menos que el 60% de los médicos. Había que acabar con esa situación y vive Dios que se esforzaron en la adopción de medidas de discriminación positiva.

Habrá quien piense que lo de entonces estaba mal porque era racismo (aunque fuera contra los judíos, se dirá alguno para sus adentros), pero lo de ahora es correcto porque son diferentes circunstancias y es con distintos criterios. Pero las ideas son las mismas y su consideración moral ha de ser también la misma. Es la moral totalitaria de considerar a los individuos no por sí mismos, ni juzgarlos por su comportamiento a la luz de criterios iguales para todos, sino por el grupo al que pertenecen o le hacemos pertenecer.

Lo único que tengo que corregir a Hugh Murray es que el antisemitismo es anterior a la defensa del affirmative action, como lo llaman en los Estados Unidos, o discriminación positiva, como lo llamamos nosotros.

Comentarios

 
Es que cuando los progres hablan de racismo, no entra en la definición cualquier discriminación contra los blancos. Seguramente,por ello, jamás se habló del racismo de los haitianos, cuando pasaban por cuchillo a los blancos. El racismo es cualquier discriminación entre razas. Para la progresía, solo es discriminación que provenga de la raza blanca.
Enviado por el día 13 de Enero de 2005 a las 18:28 (1)
Buena anotación. Como bien dice otrillas, hoy en día para muchos el racismo es solo aquel que proviene de los blancos, pero recordemos que existe también racismo de orientales hacia blancos, de negros hacia blancos etc.....

Un saludo liberal :)
Enviado por el día 13 de Enero de 2005 a las 18:45 (2)
Pues sí. Lo de la izquierda y el racismo es para escribir un buen post. O una serie de ellos.
Enviado por el día 13 de Enero de 2005 a las 19:33 (3)
muy preocupante en serio.
Enviado por el día 13 de Enero de 2005 a las 20:19 (4)

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