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15 de Marzo de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

El miserable Eric Hobsbawn

Como ya comenté en una ocasión, el bloguerío progrespañol no tiene por costumbre hablarnos de quienes podrían ser sus líderes intelectuales. De modo que tenemos que ser los liberales quienes les prestemos atención.

Hoy me voy a fijar en Eric Hobsbawn, historiador marxista. La combinación resulta una condena para decenas de millares de historiadores profesionales, que trabajan con ese instrumento falaz y fracasado que es el marxismo para acercarse a la historia. Los resultados, brutalmente penosos, deberían llevarles a la melancolía o al desánimo. Pero, de tan alejado de la ciencia, el marxismo ofrece un escudo a quien lo utiliza una protección contra la realidad al parecer infranqueable. De hecho ninguno de los inapelables fracasos en las predicciones de Marx y sus epígonos y discípulos les hace rectificar. No, al menos, a la mayoría. ¡Que va! Como los seguidores de los profetas milenaristas, que esperan exaltados el inminente fin del mundo, cuando éste se niega a aparecer los discípulos hacen algún remiendo a las predicciones, o acusan a quienes señalan su fracaso de albergar las peores intenciones. Y si ese es el drama de los historiadores marxistas, sumémosle hoy el de haber vivido para ver fracasar la aplicación práctica de sus ideas.

De ello se ocupa precisamente Hobsbawn, el miserable Eric Hobsbawn, que ha escrito un artículo titulado The last of utopian projects, El último de los proyectos utópicos. Es un artículo cumbre, dentro de la sima moral e intelectual del marxismo.

Dice el miserable que la Perestroika

ha traído el colapso del sistema construido en la revolución de 1917, seguido de una ruina social, económica y cultural, de la que las gentes de Rusia no han emergido ni mucho menos. La recuperación de esta catástrofe está llevando mucho más tiempo que lo que llevó a Rusia recuperarse de las guerras mundiales.

Rusia no es hoy un dechado de respeto por la libertad. Pero sus ciudadanos han recuperado gran parte de la libertad sistemáticamente pisoteada, perseguida, masacrada por el régimen totalitario y genocida que Hobsbawn echa de menos. Cuando puedo recuerdo la medida del horror, porque cuando las cifras del genocidio se cuentan por decenas de millones de vidas segadas es imposible hacerse a la idea. La recuperación de la libertad, si bien incompleta, por los rusos, le parece al miserable de Hobsbawn una catástrofe. Hobsbawn ha podido escribir siempre en el mundo libre que él condenaba, para elogiar el crimen hecho virtud política.

Más adelante dice que la Rusia de hoy no se puede achacar a la Perestroika, porque sus resultados eran entonces imprevisibles. Toda una lección de historia, que nos recuerda que ésta se escribe desde las vidas de personas concretas, reales, que actúan y se relacionan de forma parcialmente imprevisible. La historia se vive inasequible a leyes materiales, dialécticas, inmutables, inhumanas. Como las que predice la ideología del propio Hobsbawn. Lo que hace de esta valiosa lección de historia una mala broma del destino al marxista historiador.

Lo que ha sustituído el socialismo en Rusia es, de acuerdo con Hobsbawn, las recomendaciones de libre mercado irrestricto por economistas occidentales, que eran incluso más ignorantes de cómo funcionaba la economía soviética que lo que lo eran sus seguidores rusos del funcionamiento del capitalismo occidental. El ignorante, en este caso, es el propio Hobsbawn. Rusia, pese a las reformas, está lejos de ser una economía de mercado, no digamos irrestricta.

Esta ignorancia se hace sorprendente cuando llega a decir, para estupefacción del lector, que el súbito colapso de la Unión Soviética no era ni probable ni esperado en los 80'. A quienes hayan leído a Ludwig von Mises les entrará la risa floja. Pero es que incluso para los despistados servicios de inteligencia de Washington ya en los 70' el fracaso de la economía socialista en Rusia era evidente. Pero el miserable se duele de ese fracaso histórico del socialismo, y dice que quizás si Andropov hubiera vivido más años, habría tardado en aparecer ante la historia.

Y entonces llegamos a las palabras clave del artículo. En una muestra de desprecio absoluto por las decenas de millones de muertos por la represión soviética, Eric Hobsbawn, el miserable Hobsbawn, dice:

El colapso del experimento iniciado por la Revolución de Octubre es ciertamente el final de una historia. Ese experimento no se repetirá, aunque la esperanza que representaba permanecerá, al menos inicialmente, como un componente permanente de las aspiraciones humanas. Y las enormes injusticias sociales que dieron al comunismo su fuerza social en el pasado siglo no están disminuyendo en este.


Un experimento. Un experimento.

Comentarios

 
Bueno, aclaro que para la trayectoria de la historiografia el acercamiento marxista tuvo su momento y aporte importante en el siglo XX, si bien es cierto decayo la historia politica (de paso la acontecimental y la romantica) y la misma historia termino siendo una repetidora de axiomas semibiblicos basados en determinismos economicos groseros, lo cierto es que el panorama previo tambien merecia un sacudon. Esa epoca ya ha pasado, y hay mas campos de estudio en la historia y la pretension de "perfeccion" se deja a la intersubjetividad, al debate y al manejo de fuentes. Muchos se quejan de que ahora hay "minihistorias", pero es que ya no se cree en libritos magicos.
Como estudiante de historia, no puedo dejar de lado la utilidad y el aporte de Erich Hobsbawn, sus estudios son considerados basicos en algunos temas aunque no se este deacuerdo con su ideologia. Y esto porque usaba fuentes y acercamiento a las mismas, a partir de alli uno en historia puede debatir, pero lo que no se puede hacer es poner cosas porque a uno le de la gana, o imaginarse, como lo hacia la historia semiliteraria.
Y en el caso de Hobsbawn, ciertamente no hay esa falta de seriedad (de repente precipitacion), pero lo que si es cierto es que lamentablemente, al acercarse al ambito de lo mas reciente o en lo que toque a sus simpatias politicas, es que su ideologia lo domina, y lo hace de un modo demasiado fuerte, con decirles que por consigna politica de su partido el terminaba por suspender investigaciones y todo eso. Por eso cuando se leen trabajos de historia tiene uno que fijarse en el sesgo del autor. Claro, tampoco es que vaya a haber quemas de libros de Spengler o Toynbee, pero se debe saber.
El defecto del sesgo marxista fue que era una especie de escolastica entre esa filosofia y el hecho o la civilizacion a estudiar. Un ejemplo es el sinnumero de trabajos que basados en un sacrosanto modelo (comunismo primitivo-esclavismo-feudalismo-capitalismo)se acercaban al incario sin acertar.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 02:09 (1)
A propósito de las cuentas del comunismo. Apabullante.

Un saludo
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 02:24 (2)
La presunción marxista de haber alcanzado la panacea social seguirá causando estragos enlas sociedades donde campen la ignorancia y la fe en una salvación milagrera.

El marxismo, que presumió de científico, no fue más que una creencia pagana en un colectivo imaginario, un supuesto falaz que prescindió del ser humano como individuo y le despojó de toda dignidad.

Este señor sólo podría haber medrado en el entorno exquisito de Oxford y la sombrilla fabiana. Su 'Historia del siglo XX' es lo más amañado que se haya visto, los hechos escogidos con pinzas para allegar agua a sus molinos.

No puede existir tal cosa como la historia 'objetiva' -la presunción de la escuela de los annales-, al igual que la 'fenomenología', dejan fuera hehcos y 'detalles' que distorsionan las interpretaciones a que llegan.

No faltan quienes les leen como una Biblia -por cierto, igual se equivocan quienes leen la Biblia como una 'verdadera' historia.

El mayor aporte de Hobsbawm, y que mejor le retrata, es el concepto de 'tradiciones inventadas'. Todo lo demás, en 50 años será panfleto y fábula.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 02:46 (3)
Como dije, fue una etapa la de los Anales que sacudio a la anterior (entre ellas la positivista, que era aun mas pretenciosa de cientificismo y exactitud) pero que esta siendo superada.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 04:08 (4)
Ahora bien, en sus consentimientos a los horrores sovieticos, si bien es cierto no hay ese nivel de alcantarilla y doble moral estilo Chomsky, pues si que me desagrada.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 04:16 (5)
Yo no niego la importancia de Hobsbawn. Es más, la he dejado clara. Lo que sí niego es la relevancia de una obra construida desde un instrumento tan pobre.

A lo que añado las cuestiones éticas.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 09:29 (6)
Albert, muchísimas gracias por la página que has ofrecido. Ese tío es increíble cómo se la ha currado.

Efectivamente, con el puesto 2 y 3 ya han ganado (http://users.erols.com/mwhite28/atrox.htm)

Saludillos

Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 11:58 (7)
Otra defensa de los comunistas es que Rusia está también mal ahora. Como si no tuviesen nada que ver las mafias con los antiguos capitostes, o la corrupción con la herencia corrupta de 70 años, y la falta de iniciativa de la gente con la castración a la que fueron sometidos durante todo el siglo 20.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 14:24 (8)
No es de los "anales" sino de la New Left. A la New Left esta el troskista Perry Anderson, traducido por Santos Juliá (Dios los cría).

Su "El Estado absolutista" es muy bueno. Flipa uno cómo Anderson se da cuenta de la importancia de una buena definición del derecho a la propiedad, y sin embargo... se la come a tipos como Chavez, dispensando.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 21:42 (9)
Para algunos marxistas lo bueno de que Stalin fuera tan malo, malo, malo es que hasta el último Lenin parece "mejor" y todo el experimento soviético un fracaso motivado por el exceso de "personalidad" que Koba quiso imprimir al imperio genocida-bolchevique. Eso es lo que parece querer contarnos Moshe Lewin con "The soviet century". Lo que parece importarle poco al defender a Andropov, por ejemplo, es que éste lograra que tantos rusos acabaran en el manicomio ... como se olvida de tantos episodios que jalonan el camino de la patria soviética.
Enviado por el día 15 de Marzo de 2005 a las 21:59 (10)
¿ Había monopolio en la URSS?- Sí.
¿ Hay monopolios en la Rusia actual?- Sí
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 13:20 (11)

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