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26 de Abril de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Educación pública. Quién y porqué.

Lipe ha recogido las divergencias entre Iglesia, liberales, republicanos y movimiento obrero en los debates educativos de un siglo atrás. Lo hace rescatando varias intervenciones en la España de hace cien años, recogidas principalmente de un libro de Julia Varela y Fernando Alvarez-Uría (por cierto). Lo hace con el ánimo de abrir el debate, planteado con las siguientes preguntas:
¿Para qué sirve?, ¿qué funciones desempeña?,¿favorece la emancipación o la obediencia?, ¿quién y con qué objetivo debe gestionarla?
Yo le recomendaría a Lipe que se leyera Education: Free and Compulsory, de Murray Rothbard, y su capítulo sobre la educación, de For a New Liberty (PDF). La educación no tiene porqué salir del ámbito privado. De hecho tanto en los Estados Unidos como en el Reino Unido la educación era casi absolutamente privada, con excelentes resultados. Pero los ungidos, por su concepción moldeable, plástica, de la naturaleza humana, no quieren dejar escapar esta herramienta, que les permitirá, en su visión, cambiar al hombre y moldearlo para que se convierta en un instrumento de sus construcciones utópicas. Todo esto puede resultar muy fantástico. Pero es absolutamente real. En el Nickjournal expliqué:
Locke publicó en 1689 su Essay Concerning Human Understanding (Ensayo sobre el conocimiento humano), en el que criticaba la idea de las ideas innatas y decía que éstas proceden de nuestra experiencia sensible. El estado inicial de la mente era 'papel blanco, vacío de todo carácter, sin ninguna idea'. En 1700 este libro fue traducido al francés y publicado en ese país donde alcanzó mucho predicamento entre los filósofos de la ilustración. Uno de ellos, Claude Helvetius, publicó en 1758 De l’espirit en el que afirma que 'Locke ha abierto el camino a la verdad'. La contribución de Helvetuis fue descubrir las consecuencias sociales de tal idea psicológica. Si lo que pensamos es función de las impresiones sensoriales, por medio de la legislación podemos cambiar la educación y así controlar lo que la gente sabe y conoce, lo que nos permite mejorar la condición humana. La moral, la religión, quedan obsoletas e inútiles al lado de la legislación. Otra conclusión inevitable: 'educación para todos'.
Son muchos los ungidos que han querido cambiar al hombre y con él a la sociedad por medio de la educación. John Dewey está considerado el adalid de la concepción democrática de la educación y es uno de los santones del progresismo. En cualquier caso es uno de los filósofos de la pedagogía que más han influido en el S.XX y ha contribuido como pocos a la nacionalización de la educación privada. No extrañará, por tanto, que tenga pensamientos como estos (Nota: las frases carecen en absoluto de ironía. Expresan el pensamiento de Dewey):

La gente independiente y que actúa por sí misma serán un anacronismo para la sociedad colectivista del futuro.

La gente debería ser considerada por sus asociaciones, no por sus logros personales.

Cualquiera que haya comenzado a pensar, pone una parte del mundo en peligro.

El profesor es el profeta del verdadero Dios, y el introductor del verdadero Reino de Dios.

Los socialistas siempre han prestado una atención a la educación que en absoluto tiene parangón entre conservadores y liberales. Para los socialistas, la educación es un instrumento de transformación y una nueva herramienta más de poder. Lipe cita a un diputado republicano, Vicenti, para quien
Lo que hay en el fondo de este problema es una cuestión de soberanía, porque la educación es una cuestión de poder y de gobierno, y no hay un estado bien organizado que no dirija la instrucción pública. El hecho ante el cual hay que rendirse es que la soberanía ha pasado de la Iglesia al poder civil, y con ella, y como un atributo esencial, la soberanía de la educación; porque el que educa domina, porque educar es formar hombres apropiados a la vida del Estado.
Este es el verdadero objetivo. Conseguir que los ciudadanos se conviertan en súbditos. Hacer de ellos unos buenos chicos, que acepten acríticamente la naturaleza beatífica del Estado. Esto queda expresado en una cita de la Oficina de Educación de los Estados Unidos, que dice:
las escuelas públicas existen principalmente para el beneficio del Estado, más que para el beneficio del individuo.
Como expliqué en una anotación anterior, los introductores de la educación compulsiva en los Estados Unidos tomaban como modelo a Prusia, pionera en la construcción de un sistema público generalizado de educación. El gran héroe de la nacionalización de la educación, junto con Dewey, fue Horace Mann, quien ofrecía como ejemplo la experiencia prusiana. Mann, puritano, desconfiaba de los católicos irlandeses. Decía que
Con los mayores no se puede hacer mucho; pero con sus chavales el gran remedio es la educación. La generación en desarrollo debe ser enseñada como enseñamos a nuestros niños. Decimos 'debe ser', porque en muchos casos sólo se puede conseguir por medio de la coacción (...) Los niños tienen que ser enrolados y forzados a escolarizarse en nuestras aulas y quienes se resistan y dificulten este plan, ya sean padres o sacerdotes, serán responsabilizados y penados.
Uno puede participar o no del deseo concreto de Mann de imponer la moral puritana. Pero eso es lo de menos. Si servirse del Estado para adoctrinar a los católicos de las ideas puritanas es injusto no es por el fin perseguido, sino por el medio utilizado. Cualquier adoctrinamiento perseguido por medios públicos, basados en la recolección coactiva de impuestos, en la obligación de asistir a la escuela y la imposición de determinados contenidos, es injusto. Rothbard cita a Archibald D. Murphey, padre de la escuela pública en Carolina del Norte, en una exposición de motivos sobre los colegios públicos:
Todos los niños han de ser educados en ellos (...) En estas escuelas serán inculcados los preceptos de la moralidad y de la religión y formados los hábitos de subordinación y obediencia (...) Sus padres no saben cómo instruirles (...) El Estado, al calor de su preocupación y su atención por el bienestar de los niños, ha de hacerse cargo de ellos y llevarles donde se ilustren sus mentes y sus corazones sean instruidos en la virtud.
Por cierto, que en los Estados Unidos no carecería de importancia en la fascistización de la educación el apoyo de los capitanes de la industria, como Ford, Rockefeller o Morgan. Los anarquistas colectivistas, esa especie tan contradictoria, ven una parte del problema, el del Estado, pero no otra, la que se deriva de su colectivismo. Lipe cita nada menos que a Ferrer i Guardia, peda- y dema- gogo. Dice el conocido anarquista:
Si con la pedagogía moderna pretendemos preparar una humanidad feliz, mediante haberla librado de toda ficción religiosa y de toda idea de sumisión a una necesaria desigualdad económico-social, no podemos confiarla al Estado ni a otros organismos oficiales, siendo como son sostenedores de los privilegios, y forzosamente conservadores y fomentadores de todas las leyes que consagran la explotación del hombre.
Criatura. Quiere imponer una sociedad ideal y que en las escuelas no se enseñe ciertas cosas. Pero por otro lado reconoce que no puede poner los polluelos bajo la custodia del zorro, y no confía en el Estado. Me gustaría que un anarquista-pero-colectivista me explique cómo. La solución, claro está, es la libertad de la enseñanza, sin interferencias del Estado. Porque si el Estado pasa a regular... Bueno, lo explica clarísimamente Allendesalazar, también citado por Lipe:
la enseñanza privada quedaría reducida, si tiene que aceptar los programas oficiales, los libros de texto y el examen anual a una mera repetición de la enseñanza oficial, lo cual atentaría contra la libertad de enseñanza
Por cierto, penoso el argumento del liberal Romanones contra la libertad de enseñanza de la Iglesia:
No, por mucho que os afanéis, en vano será vuestro intento; la opinión liberal no os podrá creer, porque a todo el mundo extrañará que vosotros, los adversarios de todas las libertades, los enemigos de la libertad de pensamiento y de la libertad de ciencia, aparezcáis ahora convertidos en partidarios de la libertad de enseñanza. ¿Y por qué sois partidarios de la libertad de enseñanza? Porque esa es la única libertad que os aprovecha, y todos las demás libertades son para vosotros mortales enemigos; por eso la queréis, por eso la defendéis, porque creéis que al amparo de esa libertad, defendiéndola del modo que pretendéis defenderla podéis asestar un golpe de muerte definitivo a las demás libertades.
El análisis es impecable. La conclusión es lo que no se sostiene. No se puede limitar la libertad de enseñanza de la Iglesia y de los socialistas por el mero hecho de que éstos no crean en la libertad y aprovechen la menor oportunidad para socavarla. La libertad es un derecho inalienable y punto.

Comentarios

 
"La libertad es un derecho inalienable y punto"

La de quebraderos de cabeza que te quitas con ese argumento...

Comparese con este:
"La vivienda digna es un derecho inalienable"
o con este:
"La educación es un derecho inalienable"

Formidable adjetivo.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 00:20 (1)
Pero jose carlos, ¿se deberían entonces permitir las madrazas o cómo se escriba donde se inculquen principios que vulneren los derechos humanos? ¿Cómo sería deseable el control de los que emplean el marco de libertades de las sociedades occidentales como arietes contra las mismas?
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 03:13 (2)
Kantor,

La libertad es una condición del hombre. Es su situación cuando no está sometido por la violencia a la voluntad de otro. Se puede demostrar su procedencia ética del derecho sobre sí mismo. Se puede demostrar, también, que todos los hombres pueden tener plena libertad. También se puede mostrar que con plena libertad se producen unos efectos positivos para los individuos y para la red de relaciones entre ellos que hemos llamado sociedad.

Pero ante todo, la libertad es una condición del hombre. No ocurre así con "la vivienda" o "la educación". Son clases de bienes. Son tipos de servicios deseados por el hombre.

Mientras que el de la libertad es un derecho negativo, un derecho a que no se ejerza coacción sobre uno, el de la vivienda o el de la educación son derechos positivos. Es decir, que su materialización consiste en la provisión efectiva de determinados bienes.

Si se exige que a todo el mundo se le provea de determinada cantidad de esos bienes, sólo se puede hacer por medio de la coacción. Si lamera existencia implica el derecho a determinados bienes, sin que se esta persona tenga si quiera que producirlos o producir otros bienes que intercambiar por los que se consideran derecho inalienable, el resultado es el esclavismo de quienes sí producen bienes. Es decir, el resultado es la aniquilación de la libertad, por principio.

No ocurre así con la libertad. Su carácter negativo (ausencia de coacción) le permite que sea un derecho igual y plenamente accesible a todos. Además, la libertad, como bien sabes, no es incompatible con la satisfacción material; con la mejor provisión de servicios. Es más, esa ausencia de coacción permite que el hombre desarrolle su empeño por mejorar de forma plena y que en consecuencia la satisfacción de sus necesidades, y por medio del intercambio las de la sociedad en la que vive sean satisfechas en la medida de lo humanamente posible.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 10:15 (3)
Séneca.

La cuestión es complicada, desde luego. Una sociedad libre ¿ha de permitir las ikastolas, en las que se enseña el odio con voluntad de extinción hacia el vecino? ¿y las escuelas donde se enseñe el socialismo, es decir, donde se enseñe lo opuesto a una sociedad libre, próspera, ordenada? ¿Podemos permitir que los enemigos de la libertad de valgan de ella para destruirla?

Yo creo que sí. En primer lugar porque alguien tendría que poner el límite. Alguien tendría que encargarse de decidir qué es liberal y qué no. Tendría que haber una policía del pensamiento, es decir, lo que hay ahora. No. No caigamos en ello.

Y luego porque quien quiera educar a sus hijos en el marxismo y conseguir con ello que sean incapaces de entender la sociedad en la que vivan, allá ellos. Quien desee llevarles a un colegio en el que se enseñe el odio a los maketos, o a los castellanos, o a los rubios, o a los burgueses, allá ellos. La vida se encargará de poner a estos pobres niños en su sitio. Incluso los que sean listos aprenderán. Y la propia experiencia hará evidente que hay formas de educar, que hay materias, que no favorecen la participación en una sociedad libre.

Además, hoy tenemos esto que te he dicho pero impuesto desde el Estado. En una sociedad libre, al menos, quienes lo desearan podrían educar a sus hijos de forma adecuada.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 10:40 (4)
¿hasta que punto ha perdido importancia en la formación de una persona el paso por la escuela?
¿hasta que punto influye, en una sociedad, la transmisión de valores que subyace en una concepción determinada de la educación?
¿es un objetivo de la educación perpetuar el sistema del que depende?
¿es posible la continuidad de un sistema desligado del control educativo?
¿existe una educación liberal, un proyecto de educación liberal?
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 12:35 (5)
José Carlos, entonces ¿que te pareció la ilegalización de batasuna?
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 14:47 (6)
En cuestiones tan transcendentales como la educación, nadie puede hacerse poseedor de la última palabra, ni autoproclamarse dueño y señor de la verdad absoluta que ha de ser enseñada al resto de la sociedad. En una democracia liberal la educación ha de estar totalmente desligada del Estado. Han de existir tantos modelos educativos como la sociedad demande. Sin embargo, dado que la educación es un pilar básico para la obtención de una igualdad real de oportunidades, el propio Estado no se puede desentender de la gente que carezca de los recursos imprescindibles para poder optar por una educación básica. Los cheques, o ayudas para la educación son un buen sistema, pues respetan las libertades individuales, al tiempo que proporcionan una ayuda financiera a los que realmente la necesitan.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 15:41 (7)
"José Carlos, entonces ¿que te pareció la ilegalización de batasuna?"

Te contesto yo. A mi me pareció bien, si no queremos sustracción de dinero público (o la queremos mucho mejor regulada) para la escuela ¡cómo nos va a parecer mal que liquiden una fuente de financiación de los terroristas! Me parece fenomenal que no den fondos públicos (nuestro dinero) para financiar a criminales ¡comunistas! ¡puaj!
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 16:01 (8)
Destelles, estoy de acuerdo contigo en la primera parte.

Sobre la segunda te diré que no es necesario que el Estado se meta, pero que si alguien quiere que lo haga tiene, efectivamente, el bono escolar.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 18:02 (9)
Chocolatero,

Antes que nada un saludo. Es la primera vez que te veo por aquí.

La respuesta es bien sencilla. Así como la libertad es un derecho inalienable, y la libertad de enseñanza no es más que un aspecto de la misma, el derecho a ser elegido en un proceso democrático no lo es.

Y el motivo es que el proceso democrático se refiere al funcionamiento del Estado, y éste se basa en la substracción coactiva de la sociedad. No puede haber un derecho natural a la participación en el proceso político.

Lo cual, yendo al caso de Batasuna, quiere decir que ese grupo no tiene un derecho natural a la elección en un proceso democrático. Y que, dentro de la teoría democtática, se pueden poner límites a ese derecho. Por ejemplo, la misma Constitución Española prohibe los partidos con estructuras paramilitares. Igualmente legítimo es poner como limitación la relación con un grupo terrorista.
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 18:10 (10)
Gracias por la respuesta. Sin embargo, yo pienso que si gracias a la libertad, grupos o colectivos liberticidas aprovechan para cargársela desde dentro, no nos la merecemos.
Hay unas declaraciones de Goebbels a un periódico donde se ríe de que el régimen liberal les permite a los nazis romperlo formando parte de su estructura. Personalmente me parece inaceptable y creo que es algo extrapolable a la enseñanza.

Además, en mi opinión son dos cosas relacionadas. Mucha gente de batasuna, filoetarras etc. lo son por la educación que han recibido

un saludo
Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 21:05 (11)
"La libertad es una condición del hombre. Es su situación cuando no está sometido por la violencia a la voluntad de otro. Se puede demostrar su procedencia ética del derecho sobre sí mismo. Se puede demostrar, también, que todos los hombres pueden tener plena libertad. También se puede mostrar que con plena libertad se producen unos efectos positivos para los individuos y para la red de relaciones entre ellos que hemos llamado sociedad"

No maltrates la palabra demostrar. Se puede demostrar que hay infinitos primos y que en campo complejo todos los polinomios tienen un cero.

Lo que tu dices aqui:"También se puede mostrar que con plena libertad se producen unos efectos positivos para los individuos y para la red de relaciones entre ellos que hemos llamado sociedad" no solo no se puede demostrar sino que se puede encontrar contraejemplo. No caigamos en la fatal arrogancia.


Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 21:39 (12)
Si identificas bien social con ausencia de coaccion AUN asi, quedan las externalidades efectivas.Y aqui no me refiero a externalidades económicas sino a que ciertas estructuras son simultaneamente coactivas y descentralizadas. La ausencia de Estado no es ausencia de coacción:


http://kantor-blog.blogspot.com/2005/02/ampliacin-...

Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 21:43 (13)
Hasta aqui los argumentos liberales, pero ademas para mi la ausencia de coaccion no es el único objetivo social. Aun sin coacción y con plena propiedad, la libertad solo conduce al bienestar del individuo si este es racional y está informado. Las teorias factualmente equivocadas hacen que la libertad no conduzca al bienestar.

Si en mi plan esta el concepto de "matar judios me lleva al Paraiso", entonces:

1) Creo una externalidad negativa (en particular sobre las victimas). Incluso si no tengo éxito político habrá víctimas.

2) Si tengo éxito político puedo derrocar el orden liberal en su conjunto.Has demostrado que el orden liberal sea especialmente resistente ante un ataque ideológico colectivista?

2) Mi plan NO es OPTIMO para MI MISMO porque lo cierto es que por matar judios NO IRE AL PARAISO. La libertad solo se convierte en bienestar si hay racionalidad e información. La escuela...

Esta claro que obligar a una educación socialmente regulada implica un plan; ese plan es impuesto a la gente.¿Como elegir un plan, pregunta el liberal? No voy a entrar en eso; solo te voy a hacer notar que los liberales tambien imponen un plan social: el plan nulo.

NO HACER NADA ES UNA ACCION; Y debe ser evaluada en pie de igualdad con las demas elecciones colectivas posibles. Hay una fatal arogancia en todos los que se casan con una política determinada.

Enviado por el día 27 de Abril de 2005 a las 22:04 (14)
Saludos, José Carlos y cia. Me alegro de que me enlaces y ver tanto liberal por Divergencias, pero me da pereza rebatirte, ya que prácticamente no comparto nada. Por no dar muchas vueltas, vamos a fijarnos en el texto de Vincenti. A mi jucio su valor no está en que manifieste el deseo del Estado de controlar, sino en que diagnostica la naturaleza de la educación: un asunto de poder, soberanía y autoridad, donde existe un desequilibro básico entre el que aprende y el que enseña, desequilibrio que por la función de la escuela se trasladará a la estructura social. Partiendo de que quien tiene el poder tiene deseo de ejercerlo, se plantea necesariamente el debate de en manos de quien hemos de dejarlo, sea en la enseñanza o en cualquier otro lugar. Como los liberales, por definición, sois ahistóricos (por ser individualistas metodológicos), tendéis a dejar que las desigualdades de poder se arrastren en el tiempo (es el caso de la desigualdad socioeconómica producida por la herencia). Y por tanto, sois conservadores: en este caso, a favor de la Iglesia, ya que históricamente ha tenido un gran peso en la enseñanza. O en favor de los propietarios de centros privados, que disponen de capacidad inversora. No es distinto de cualquier otro sector. Con la salvedad de que aquí, como conservadores y liberales, os interesa particularmente dejarlo ese desequilibrio de poder entre enseñantes-aprendices en manos de la "iniciativa privada" (incluyendo la Iglesia), ya que va a tender a transmitir vuestros valores y a consolidar el desequilibrio no meritocrático, en vez de ver como abordar ese desequilibrio de poder, tanto en el día a día escolar, como en la repercusión de la educación en la reproducción del desequilibrio social.

perdón por la peta

Saludos

PD: es curioso que no hagas mención a los textos de Cánovas ni del obispo, tan risibles al menos como los de Dewey. Y quizás menos risibles ya que suponen auténticos alegatos (sobre todo Cánovas) a favor de la dictadura.
Enviado por el día 29 de Abril de 2005 a las 20:05 (15)
El texto de Cánovas es risible, y mucho más el del Obispo.

Nunca pensé en hacer mención a Cánovas, porque se iba un poco de lo que a mí me interesaba exponer en esta anotación.

En un primer momento escribí el texto del Obispo, como ejemplo precisamente de lo que yo estaba diciendo. Es más, ahí hice una reflexión añadida, que es cómo una institución privada puede ser contratada por el Estado para sumarse al adoctrinamiento de éste, dando de paso el suyo propio.

Pero al final me pareció liar la cosa un tanto, y lo dejé.
Enviado por el día 30 de Abril de 2005 a las 15:08 (16)
Por otro lado, me voy a fijar en tu análisis del liberalismo, y de cómo resulta "conservador", porque me parece interesante.

Dices:
"Como los liberales, por definición, sois ahistóricos (por ser individualistas metodológicos), tendéis a dejar que las desigualdades de poder se arrastren en el tiempo (es el caso de la desigualdad socioeconómica producida por la herencia). Y por tanto, sois conservadores: en este caso, a favor de la Iglesia, ya que históricamente ha tenido un gran peso en la enseñanza."

En primer lugar, desde luego que los liberales somos (a mucha honra) metodológicamente individualistas.

Pero ello no está reñido con la historia, ni mucho menos. Te dará una pista el hecho de que quienes más esfuerzo han dedicado a la metodología individualista, la escuela austriaca de economía, han dado siempre mucha importancia a la historia.

No hay una oposición entre metodología individualista e historia, necesariamente. Las acciones humanas tienen un carácter formal (buscan fines y acuden a medios. Puesto que los fines son subjetivos y el hombre los crea, los medios nunca son suficientes para los fines, por lo que los medios son siempre escasos. Al tener que elegir entre los fines, porque los medios son escasos, tenemos que descartar algunos de ellos; es lo que llamamos coste...)

Pero también hay una vertiente histórica, material si quieres, en las acciones humanas. Es la huella dejada por el hombre en su devenir. Pero como todo actuar humano responde a sus características formales, la teoría económica (que se centra en este estudio formal de nuestras acciones) sirve para estudiar la historia.
Enviado por el día 30 de Abril de 2005 a las 17:53 (17)
Pero a lo que vamos.

A mí, como a los liberales, las desigualdades materiales ni me van ni me vienen. La igualdad, para el liberal, se entiende no como una fotografía en un momento de la historia, sino como un proceso. Entendida así, la igualdad ha de ser ante la ley.

Pero ocurre que la igualdad ante la ley, con personas diferentes en sus objetivos, capacidades, circunstacinas, etc, llevará a resultados materiales diferentes. La vida es así, la libertad es así. Imprevisible. Inaprehensible.

Para alcanzar una igualdad material tendríamos que conocer todas las circunstancias presentes y futuras, las características individuales, etc. O matar al individuo, despojándolo de toda característica estrictamente personal, uniformizándolo, etc. Con lo cual resultaría que los individualistas metodológicos no solo reconocemos la historia sino que respetamos que ésta tenga su influencia en el ser y estar de cada individuo. Mientras que los colectivistas (metodológicos, que acaban siéndolo políticos), despojan al individuo de sus características históricas, para hacerlo entrar en una categoría ideal, con la que poder trabajar. Al final quienes niegan la historia no somos precisamente los liberales.
Enviado por el día 30 de Abril de 2005 a las 18:02 (18)
Pero vamos a la influencia de la historia en las desigualdades de hoy.

Supongamos una sociedad perfectamente igualitaria. Todos tienen exactamente lo mismo. Supongamos ahora que uno de ellos ofrece una clase sobre el marxismo, y que otros de la sociedad estrictamente igualitaria están interesados y deciden voluntariamente pagar un gramo de oro, que es el precio que ha puesto este individuo a su lección. Después de haberla dado él tendrá un gramo de oro multiplicado por los asistentes más que antes. Y ellos, un gramo de oro menos. En consecuencia, se habrán creado desigualdades materiales.

Pero esta nueva situación es fruto de un conjunto de acciones voluntarias. Quien ofreció la clase está satisfecho porque le compensa dar la clase a cambio de dinero. Y quienes la han recibido también, porque estaban dispuestos a pagar un gramo de oro por recibirla. Mientras este tipo de acciones de intercambio sean fruto de la libre acción individual, mientras sean voluntarias y no sometidas a la coacción externa (coacción es el uso o la amenaza del uso de la violencia física), no hay nada que reprochar a esa desigualdad. Es el resultado de acciones libremente tomadas, y para cada uno, el resultado estaba previsto de antemano y aceptado.
Enviado por el día 30 de Abril de 2005 a las 18:10 (19)
Hola, José Carlos. Disculpe el retraso. Me alegra que estés orgulloso de ser individualista metodológico. Yo estoy orgulloso de ser del Atleti. Ambos llevamos con la cabeza alta nuestros errores.:-))
Con mis respetos, creo q hay varios líos en lo que cuentas. Si consideras la historia no puedes ser individualista metodológico. Es un ejemplo que me uso mucho, pero es así: los delirios psicóticos, su contenido (no su estructura) cambian históricamente. Ya nadie se cree Napoleón, ahora los delirios hacen referencia a los medios de comunicación. Hasta algo tan individual como la locura depende de lo social (y de lo histórico).
Otra cuestión: dices "las desigualdades materiales ni me van ni me vienen. La igualdad, para el liberal, se entiende no como una fotografía en un momento de la historia, sino como un proceso. Entendida así, la igualdad ha de ser ante la ley" Que no, masho, que no. Que si te interesa la libertad te tiene q interesar la igualdad. Otro ejemplo clásico: la supresión de la herencia. Desigualdades (no materiales necesariamente, sino de poder) implican limitaciones a la libertad. De hecho, tu último ejemplo me sirve de ilustración a lo que comento. Lo haces partir de una igualdad inicial. Igualdad ficitia, ahistórica, irreal,.., que necesitas construir para justificar una desigualdad que existe ya no en la conclusión, sino en la premisa real. Una consecuencia natural del individualismo metodológico.
Saludos


Enviado por el día 9 de Mayo de 2005 a las 10:30 (20)

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