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23 de Agosto de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

El Mundo y la Guerra Civil III. Nicolás Redondo

Hoy le toca a Nicolás Redondo. Le entrevista Pedro de Miguel, que empieza ya triunfando:
PREGUNTA.- En los últimos años estamos asistiendo a una revisión de la Guerra Civil española, con la publicación de estudios, testimonios, análisis críticos... ¿Qué le parece este fenómeno a alguien que ha vivido la guerra en su propia carne?

No, si lo de hacer historia es una tontería, de Miguel. Unas cuantas entrevistas a los protagonistas es lo que vale. La invención de la historia con la creación de la grabadora. Seguimos:
P.- ¿Cuáles son las claves para entender aquella locura colectiva de la Guerra Civil?

R.- Pienso que no se puede olvidar el contexto determinado en el que surge: la amenaza de los regímenes totalitarios (nazismo, fascismo), una profunda crisis económica y la existencia de sociedades enfrentadas: la lucha de clase contra clase. Estas circunstancias externas polarizaron nuestra Guerra Civil, que no se hubiera dado en un contexto mucho más normal.

Resulta que el otro socialismo no es totalitario. Ya. Ni tuvo nada que ver con la Guerra Civil.

Llevar el análisis marxista a la Guerra Civil requiere un heroismo, o una desvergüenza notables. La España que queda en un primer momento en manos de los nacionales es la más pobre, a excepción de Navarra. Por la República, Andalucía, sí, pero el cantábrico, rico e industrial, Valencia y Cataluña, y Madrid. Áteme esa mosca por el rabo con la lucha de clases.

Pero destaca lo siguiente:
P.- Algunos historiadores han señalado que, durante la República, el PSOE estaba marcado por un socialismo de carácter revolucionario, de ideología marxista, que en los meses previos a la guerra alentaba la confrontación. ¿Fue la contienda algo querido por ambas partes?

R.- Yo creo que tanto Pablo Iglesias como Largo Caballero, Julián Besteiro o Indalecio Prieto seguían la tradición de un socialismo revolucionario, pero en un sentido gradualista: a base de conquistas permanentes podría llegarse a una sociedad igualitaria, que eliminaría las aristas del sistema capitalista. Yo he estado después con mucha gente que participó en aquellos años, por ejemplo con Ramón Rubial, y lo que nunca he visto ha sido esa intención de agudizar los enfrentamientos. Una vez que estalló la guerra, su única preocupación era ganarla: los que desestabilizaban la República desde dentro eran quienes querían hacer la revolución. El Partido Socialista era sustancialmente partidario de preocuparse sólo en ganar la guerra. Hay que tener en cuenta también que muchos comportamientos de entonces vinieron como consecuencia del temor al avance del nazismo y del fascismo italiano: aquel peligro inminente llevó a algunos a defender la revolución.

P.- Entre Largo Caballero, Prieto y Besteiro, ¿con quién se identifica más?

R.- Yo estoy muy marcado por Indalecio Prieto. Aparte de su personalidad, era un hombre poco formalista, le encantaba ser un provocador.Luego hay un hombre que me ha encantado por su sentido ético: Julián Besteiro. Todos coincidían en que era el hombre que más había mamado el marxismo y era el más marxista de todo el Partido Socialista. Se ha hablado mucho de la pelea entre el número uno y el número dos de los socialistas, Largo Caballero y Prieto.Prieto estaba de acuerdo en que quien tenía que sustituir a Pablo Iglesias era Largo Caballero. Lo que reconozco en éste es su coherencia entre lo que decía y lo que hacía, fruto de una fe en su propio ideario. Es cierto que hubo enfrentamientos, sobre todo entre Largo Caballero y Prieto, pero creo que ambos tenían en común un mismo punto de vista: eran los dos bastante gradualistas.

El gradualismo de Caballero consistió en lanzar un golpe de Estado contra la II República. Una revolución que acabara con las aristas y todo lo demás del capitalismo en España. ¿De qué habla Redondo? Ahora bien, a quien corresponda:
Durante la Guerra Civil, el Partido Socialista tuvo líderes muy destacados. Desde la Guerra Civil, en cambio, el Partido Socialista ha tenido líderes simplemente de «andar por casa». No han estado mal, pero no han destacado tanto: no han tenido esa personalidad y esa fuerza y esa confianza en sus principios que tenían aquellos líderes. Lo que me maravilla de ellos es la capacidad de sacrificio que demostraron.

Y por último:
P.- Volviendo a las circunstancias de la Guerra Civil, ¿qué nos podría decir del papel que desempeñó la UGT en aquellos años?

R.- En aquella situación de guerra civil había una especie de simbiosis entre la organización sindical y el propio partido.Resultaba difícil dilucidar las dos organizaciones: UGT y el partido eran prácticamente lo mismo. No quiero juzgar en detrimento de los partidos, pero los sindicatos eran los que tenían mayor base social, y los que ponían más ilusión, más fuerza, más ímpetu en conseguir armas y poder enfrentarse al alzamiento de los militares.El propio sindicato de UGT, mucho más constreñido a una clase social determinada, lo sentía con mayor fervor.

Claro, como Nicolás Redondo sigue el ejemplo de Pedro de Miguel y desprecia a los historiadores, no tiene en cuenta que la UGT fue prácticamente marginada de las decisiones políticas cuando Caballero fue expulsado por no querer seguir las directrices de Moscú. Negrín, que también era del PSOE, sí lo hizo.

Comentarios

 
Nicolasete el payasete. Aludir al fascismo y al nazismo como factores que explican la guerra civil es tan poco original que hasta algunos de sus camaradas del PSOE y la UGT de la II República se cuestionaban si la engañufla del antifascimo tenía sentido en un la España de 1931-1936, en la que apenas había fascistas. A diferencia de marxistas.

Lo del socialismo revolucionario gradualista es para nota. Este tipo no se ha leido ni a sus antecesores. Gradualista era Besteiro, pero no Indalecio Prieto, que dirigió el octubre rojo de 1934. Y menos Largo Caballero, el "Lenin Español". ¿O es que Lenin era gradualista?

Muy sintomático que siga a Indalecio Prieto. ¡Viva la revolución! A Nicolasete le importará tres higas que Prieto estuviera más que involucrado en el atentado de Calvo Sotelo, por la vía de sus escoltas personales de la Motorizada.

En algo acierta: la UGT y el PSOE eran lo mismo. Largo Caballero terminó haciéndose con las dos organizaciones que, en 1934 se sublevaron a la par. Y en 1936 desfilaban bajo la misma bandera roja.

En fin. Que tomen nota en la COPE. Tantos años escuchando a este marxista-leninista (perdón, "gradualista").
Enviado por el día 23 de Agosto de 2005 a las 19:02 (1)
Muy cierto. A mí me ha sorprendido, porque pensaba que, marxista y todo, no sería tan burdo.

Por otro lado, Planeta-Agostini está sacando sus libros sobre la GC por kiosko. Habrá algún título interesante (como los diarios de guerra de Azaña)
Enviado por el día 23 de Agosto de 2005 a las 23:40 (2)
Si todos se hubieran quedado como Besteiro a asumir sus errores despues de que los mismos de su partido lo quisieran purgar igual podrían dar lecciones de moral pero así no.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2005 a las 12:40 (3)

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