23 de Mayo de 2006
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Bitácora de José Carlos Rodríguez
Leyes contra la realidad
Lo explica Ýlvaro Vargas Llosa en relación con la inmigración a los Estados Unidos (importando pobreza), pero valdría igualmente para España. Dice Ýlvaro:
Cuando surge un desfase importante entre la ley y la realidad, la peor respuesta es intentar adaptar la realidad a la ley por la fuerza. Obligar a millones de personas a ceñirse a una ficción—como procura hacerlo el proyecto de ley aprobado en la Cámara de Representantes y que dio lugar a las recientes protestas de los inmigrantes hispanos—es inspirarse en el totalitarismo.No se puede expresar mejor.Nadie piensa seriamente que 12 millones de inmigrantes indocumentados pueden ser deportados de los Estados Unidos y todo aquel que haya contratado o ayudado a un inmigrante ser considerado un delincuente. Sería como desatar un centenar de Katrinas sobre la economía estadounidense y la sociedad mexicana. ¿Se imaginan ustedes esas imágenes en CNN? ¿Conciben a la Iglesia Católica, la mayor denominación cristiana individual en los Estados Unidos y la primera fuente de asistencia para los inmigrantes, clasificada como una organización criminal de la noche a la mañana?.
Comentarios
Me gusta mucho Ýlvaro Vargas LLosa, es un gran intelectual y me da la impresión que es muy buena persona, en la ser se defiende como un jabato, a lo mejor convence a alguno.
Alguien deberia contar como esta quedando California. La inmigración Mexicana es mucho mejor que la musulmana, pero con esos flujos es también un desastre.
Hay diferentes tipo de 'deportación' o de 'expulsión'. No es preciso para que exista llevarla a cabo haciendo que el inmigrante ilegal salga físicamente del país. Simplemente se llega a lo mismo con la exclusión económica o social o con las dos simultáneamente; con una ineludible marginación. Son expulsiones 'silenciosas' e 'invisibles'. No se oyen, no se ven. Pero están ahí. O allí, en este caso.
Por cierto: se ha comparado no pocas veces la inmigración a un país, con una aportación de sangre nueva a un organismo que puede precisarla. Pues bien: ajustándonos a esa analogía, cualquiera puede entender que aportar esa nueva sangre de forma inadecuada o en cantidades excesivas -especialmente esto- puede ser, literalmente, matar al organismo. Si el organismo es un país, será llevarlo a la catástrofe en lo económico y, de seguido, en lo social.
Por cierto: se ha comparado no pocas veces la inmigración a un país, con una aportación de sangre nueva a un organismo que puede precisarla. Pues bien: ajustándonos a esa analogía, cualquiera puede entender que aportar esa nueva sangre de forma inadecuada o en cantidades excesivas -especialmente esto- puede ser, literalmente, matar al organismo. Si el organismo es un país, será llevarlo a la catástrofe en lo económico y, de seguido, en lo social.
Sí. Pero una cuestión es ¿Cómo trataría una sociedad libre la migración? La respuesta es relativamente sencilla.
Pero, en habiendo Estados y fronteras, Estado providencia y demás, ¿Qué hacemos?
Pero, en habiendo Estados y fronteras, Estado providencia y demás, ¿Qué hacemos?
Exacto.
El mejor modo de dejar el campo sin cultivar es colectivizar la agricultura.
El Estado providencia y el Estado represor (anverso y reverso del mismo monstruo) convierten la inmigración en un problema. Sin él todo serían ventajas.
El mejor modo de dejar el campo sin cultivar es colectivizar la agricultura.
El Estado providencia y el Estado represor (anverso y reverso del mismo monstruo) convierten la inmigración en un problema. Sin él todo serían ventajas.
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