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Bitácora de José Carlos Rodríguez

La izquierda nos ha liberado. Atrapados en las orpobiosas e injustas estructuras morales surgidas de la maquinaria capitalista, que llevaban la estructura de explotación empresario-trabajador a la relación hombre-mujer, apareció el socialismo para romperlas. Con ellas, las superestructuras y todas las relaciones de la sociedad. (Respire el lector. Es que si uno lee autores marxistas tiene el peligro de tragarse frasecitas como éstas. Sigamos). Sí. El machismo, la opresión de la mujer, la imposición de una moralidad puritana cínica... Todo ello es propio del capitalismo y de todo ello nos iba a librar el Socialismo. ¡Abajo la moralidad capitalista!. ¡Abajo las normas sociales que restringen la libertad sexual!.

Luego resulta que era Orwell el que ha hecho un análisis más certero de lo que supone el socialismo. Nada de libertad sexual. Un ministerio del Amor regulará (hasta anular) las relaciones afectivas de las personas. De los individuos. Es demasiado evidente que el sexo consiste en la relación de dos (o más) individuos y que puede dar lugar a una fidelidad ajena a la exigida al Estado.

Hoy sabemos que una corte china ha condenado a un trabajador de un hotel y a una prostituta a sendas sentencias de cadena perpetua por organizar una fiesta sexual de tres días con turistas japoneses. No son los únicos condenados, ya que hay que añadir otros doce que cumplirán quince años en la trena cada uno.

Claro, que la fiesta debía ser de cuidado, ya que en ella participaron 400 japoneses y 500 prostitutas. Pero será bueno recordar datos como este cuando a uno se le acerque un progre aireando la opresión sexual en las sociedades capitalistas de las que supuestamente nos va a librar el socialismo.