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18 de Diciembre de 2003

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Minibomba nuclear

Algo así está en la mente de los estrategas militares estadounidenses. El programa nuclear ha perdido parte de su atractivo por varios motivos. Su poder destructivo es enorme, quizás desploporcionado, lo que le resta credibilidad en lo que ha sido su mayor función (en los países democráticos). Servir de amenaza, previendo (y previniendo) un ataque por parte del bloque comunista. ¿Serían capaces Estados Unidos y otras democracias de aceptar las enormes consecuencias políticas del uso de esas armas, aunque se utilizaran en respuesta de un ataque previo? Por otro lado hay problemas más técnicos, como el derivado de la enorme complejidad del avance sobre una zona en la que se ha dejado caer una bomba nuclear.

Se hizo un intento de mejora con la bomba de neutrones, que deja intactos los edificios, pero acaba con la vida de sus ocupantes, lo que facilita la entrada de los tanques en las ciudades, todo un problema militar que entonces parecía irresoluble. Siempre (hasta la llegada del general Franks en las calles de Bagdad) se había considerado suicida. Los comunistas no contaban con esa tecnología (que por otro lado estaba encaminada a luchar en Europa del Este llegado el caso), así que lanzaron una feroz campaña contra ellas, que tuvo el espectacular eco que algunos recordamos. La maquinaria propagandística soviética siempre tan eficaz, y tan pronta a ser escuchada por algunos benefactores de la humanidad. Total, que el capítulo de la bomba de neutrones quedó cerrado.

Ahora ha surgido una nueva idea, la referida de armas nucleares de baja intensidad y alta precisión. Su efecto sería más localizado y limitado, lo que aumenta paradójicamente su capacidad amenazadora y por tanto preventora. Los costes de su utilización serían mucho menores en términos de vidas humanas y consecuencias políticas, pero su poder destructivo, donde se lanzaran, continuaría siendo enorme.

Las circunstancias políticas le han dado un enrome respaldo, ya que se consideran muy útiles en la lucha contra el terrorismo. El motivo es que serían capaces de adentrarse en la tierra varios metros y explotar en un arsenal de armas químicas y biológicas, destruyendo el poder de éstas. Sería, según se dice, un método eficaz de asegurarse que ese arsenal no va a ser utilizado contra la población civil de las democracias o de los países que los terroristas consideren enemigos.

Pero la misma idea de un arma de estas características se ha puesto en duda. Varios científicos han manifestado su escepticismo sobre la posibilidad de que un arma nuclear "aguante" el impacto contra el suelo, continúe su camino a lo largo del arsenal y sólo entonces proceda a denotarse, sin que lo haga antes. Incluso si hablamos de una capacidad destructiva de un uno por ciento de la bomba de Hiroshima. Pero aparentemente estos científicos están siendo superados por otros que proponen mejoras tecnológicas que, eso sí, no están demostradas. Como se pruebe su viabilidad, nos bombardearán, pero con campañas en contra de su uso. Por ahora su utilización no deja de ser una quimera.

Para más información se pueden consultar estos artículos.

Comentarios

 
En general estoy de acuerdo con lo expuesto en el breve articulo solo aportar un poco más a la información, Como de costumbre nuestros medios de comunicación dejan bastante que desear en lo que a información respecta. El principios de las bombas nucleares de baja intensidad y alta precisión es bastante mas antiguo de lo que se pretende; y mientras nos protegió a nadie le importó. El origen de estos artefactos es doble y atiende a dos requerimientos estratégicos fundamentales.
Por un lado en Europa en los años 80, y aquí empieza la historia, no con Bin Laden, la superioridad de tanques y vehículos blindados del bloque soviético era abrumadora. La OTAN para contrarrestar esto ideo la estrategia que se denomino FOFA (Forward-On Forces Attack) que consistía en grandes rasgos en aislar a las tropas del frente de los abastecimientos, refuerzos y mando de los escalones retrasados. Para ello, los aviones y mísiles de la OTAN deberían destruir puentes, aeropuertos y búnkeres de comunicación y mando subterráneos para lo que se incluía el uso de bombas atómicas de baja potencia (0,5 kilotones o menos) algunas de ellas deberían penetrar en la tierra y el cemento para destruir esos búnkeres (les suena algo parecido con lo de Bin Laden y Saddam...). Por otra parte existía en esa misma época otro problema, los soviéticos estaban enterrando cada vez más profundo sus mísiles balísticas baja metros de tierra y hormigón. Un impacto nuclear en altura no serviría para destruir los silos, se precisaba un artefacto que penetrara en la tierra y el hormigón para hacer un agujero por el que el segundo impacto destruyera los ICBM.
Dicho esto mi pregunta es... En los 80, cuando esas bombas nos protegían nadie dijo que eran malas, la mayoría ni las conocían, ¿por qué ahora son malas?
Dos últimos apuntes, los rusos también las desarrollaron, pero como maletas bombas para destruir objetivos civiles, incluso por métodos terroristas. El segundo apunte, estas nuevas bombas apenas producen radiactividad por lo que las tropas pueden acceder al lugar del impacto sin apenas medidas de protección...
Enviado por el día 21 de Diciembre de 2003 a las 13:59 (1)

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