29 de Julio de 2007
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Pero, ¿para qué sirve un ministro?
En este caso ministra y me refiero a, claro está, Cristina Narbona, pero dejen que me explique. Después de las elecciones autonómicas y municipales madrileñas, en las que los principales candidatos del PP, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, consiguieron vapulear a sus contrincantes socialistas, el Partido Socialista Madrileño (PSM) entró en una profunda crisis con un episodio lamentable, el intento de dimisión de su Secretario General Rafael Simancas, que vio como no se lo aceptaban y unas horas después el propio José Luis Rodríguez Zapatero le obligó a presentarla cuando parecía que la situación empezaba a normalizarse. ZP demostró así una vez más que su manera de gobernar tanto el país como el partido, recordemos que es Secretario General del PSOE, es la improvisación pura y dura.
Así, ZP creó una Comisión Gestora que presidiría el descabezado PSM hasta la elección del nuevo Secretario General, hecho que ha ocurrido ahora con la victoria del actual alcalde de Parla, un municipio cercano a Madrid, Tomás Gómez, que presume de ser el alcalde más votado de toda España, entendemos que en porcentaje de habitantes, y que tras luchar contra con otros dos candidatos que no han obtenido el beneplácito de José Blanco y del aparato del PSOE, han visto como eran aplastados por el candidato “oficial” con el 76,22% de los votos, un hecho que en los partidos españoles siempre me ha recordado a las “elecciones” soviéticas, las cubanas o las que se celebran en cualquier país comunista del globo.
La gracia de todo esto radica en que desde finales de mayo o principios de junio hasta este momento la persona que ha presidido la Gestora ha sido la ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, es decir que ni en el PSM ni en el PSOE había una persona cualificada para ejercer una presidencia “neutra” de una Gestora que debía impedir que el proceso se fuera de madre, es decir que las diferentes familias que pueblan el socialismo madrileño se navajearan democráticamente y la sangre llegara al río. Es decir que la ministra de rige los presupuestos y las decisiones del Ministerio de Medio Ambiente ha dedicado parte o incluso todo su tiempo ha dirigir un proceso que sólo atañe a su partido político para desentenderse de los asuntos que su Ministerio administra y que se supone que afectan a todos los españoles, sin olvidar que durante los meses que ha durado este proceso ha ocurrido un hecho tan grave desde el punto de vista medio ambiental como el hundimiento del carguero Don Pedro y la posterior fuga y contaminación de las aguas y playas cercanos, incluido alguna que otra reserva natural.
Así pues invito a la reflexión, ¿es de recibo que la ministra haya estado cobrando su sueldo como tal si ha dedicado a otras cosas ajenas a su cargo?, recordemos que los ministros lo son 24 horas al día, 7 días a la semana. ¿Si el ministerio ha seguido funcionando, es necesario la figura del ministro o ministra, que dirían los políticamente correctos, para que todo esto funcione? ¿Se podría reducir todo el entramado funcionarial a un simple organismo más eficiente y mucho más pequeño, incluso a su desaparición si se demuestra su más absoluta inutilidad? ¿Son tan importantes como nos han vendido los asuntos medioambientales para este Gobierno socialista o por el contrario estamos ante un ministerio con un contenido claramente sensacionalista, alarmista y recaudador que poco importa si no es para legislar y sacarnos los euros del bolsillo? ¿Estamos ante un fraude o al menos ante una inmoralidad, otra, del Gobierno socialista?
Comentarios
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