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10 de Enero de 2004

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Tintín

Se celebra los 75 años de Tintín, cómic que ha tenido una fama mundial y se ha traducido a 55 idiomas. Yo, particularmente, no me sumo al entusiasmo despertado por el intrépido periodista. Pero su propio éxito le ha convertido en uno de esos iconos intocables. Lo que no quiere decir, claro está, que se libre de las críticas.

El primer número de Tintín relataba sus experiencias en "El País de los Soviets" (1). Pues bien, según el informador de la Televisión Española, este número está "plagado de anticomunismo barato". ¿Se referirá al precio del cómic?. No, se refiere a que en opinión del periodista del órgano del PCUS en España (honor que comparte con Telemadrid y en ocasiones el ABC) a que, en su opinión cualquier anticomunismo es "barato", por no buscar otro calificativo más descalificador.

En el número (lo supe en una enorme exposición de Tintín en su tierra natal, Bélgica), Hergé retrata unas fábricas que enseñan a unos visitantes, para hacerles ver las maravillas de la producción socialista, y que luego resultan ser construcciones de cartón piedra. Lo de las fábricas falsas es literal, y no es sino una muestra más del obsesivo interés del autor por reflejar en sus viñetas objetos que se refirieran indudablemente a la realidad (2). Es más, tenían comercios falsos llenos de bienes, que les mostraban en visitas guiadas a los incautos occidentales, de los que literalmente se desc*ç*#aban.

De las simpatías de Hergé con el nacional socialismo, le absolvía el honrado periodista diciendo que tenía "valores de la época". En la misma época Ludwig von Mises se oponía a ambos totalitarismos, cabe recordar.




(1) La primera edición fue de 1929
(2) Si uno tiene la oportunidad de ver un jarrón chino o un artefacto del congo, no son fruto de su inventiva, sino de la investigación de Hergé y responden a objetos que existen tal como él los dibuja.

Comentarios

 
Tengo todos los albums de Tintín desde hace muchos años y siempre me ha sorprendido la presunta simpatía por el nazismo de Hergé. Así como el anticomunismo es explícito, sus simpatías por el nazismo siempre aparecen mediante abstrusísimas interpretaciones de sus historias, declaraciones suyas... O simplemente se enuncian, sin más.

La realidad es que lo evidente sobre Tintín no puede estar más alejado del nazismo. Es un periodista que siempre cuenta lo que ve y, más importante, tiene un lugar donde hacerlo. Su simpatía por regímenes liberales o de mayor libertad es clarísima. Y mil cosas evidentes para cualquiera que haya seguido sus aventuras.

Me temo que las presuntas simpatías de Hergé por el nazismo parten de alguna anécdota de su vida o de sus palabras y de la eficacia del comunismo en acultar el esencial carácter totalitario de su ideología, muy semejante al nazismo. Quiero decir ¿no es un alatiguillo de estos tiempos la identificación liberal-nazi? No es extraño, pues, que muchísima gente se trague lo de la simpatía "políticamente incorrecta" de Hergé leyendo las historias propias de un conservador bastante individualista. Eso muchos lo entienden como fascismo y no hay que extrañarse.

Una pequeña victoria más de la propaganda progre. Qué le vamos a hacer.
Enviado por el día 11 de Enero de 2004 a las 12:23 (1)
Agradezco infinito que un lector de Tintín me aclare este punto.
Enviado por el día 11 de Enero de 2004 a las 16:17 (2)
También leo a Tintín, desde mi más tierna infancia (como Hernández y Fernández llevan bigote). Cuando leí, a edad no tan tierna, "Tintín en el país de los Soviets" (album número cero, digamos) su tono no me pareció mucho más "anti" que el interpretable antiamericanismo estereotípico de "Tintín en América" (nº 2). No olvidemos que Hergé publicaba en un periódico católico belga, "Le XXème Siècle".

Por repasar someramente los álbumes contemporáneos, "Tintín en el Congo" (nº 1) no tiene mucho argumento, pero el ambiente es un Congo colonial como de postal de misión. Si quieren llamar nazi a eso...

En cambio, en "El Loto Azul" (nº 4), los invasores/ocupantes japoneses en China son malos malísimos, los occidentales de las concesiones son bastante antipáticos, aun los que no son de los malos, y los buenos son sin discusión los chinos ocupados. Si quieren llamar nazi a eso... Claro, serían chinos nacionalistas y no comunistas. Nazi total.
Enviado por el día 12 de Enero de 2004 a las 01:17 (3)
Es sabido que Hergé se reconoció abiertamente de derechas y católico, sobre todo en su primera etapa creadora; no solvidemos que el suplemento Le Petit Vingtieme, donde aparecieron las aventuras de Tintín en 1929, formaba parte del diario Le XXeme Siecle, que se autodefinía como
"periódico católico de doctrina e información", estuvo dirigido férreamente por el padre Norbert Wallez (el gran mentor de Hergé en esta época) y seguía una línea netamente clerical y nacionalista: a la mordaz crítica de la Rusia bolchevique de "Tintín en el país de los Soviets" (inspirada, por cierto, en una única fuente, el libro del consul belga en Moscú Joseph Douillet "Moscú sin velos") le seguirá nada menos que una apología del colonialismo patrio (Tintín en el Congo,1931), que tenía, entre otros, el objeto de fomentar la emigración de belgas a la inmensa colonia africana y que el propio Hergé recordó con vergüenza en la magnífica entrevista con N. Sadoul, efectuada en 1983, muy poco antes de su muerte: "Tanto para el Congo como para el país de los soviets -afirmaba entonces Hergé- yo estaba atiborrado de los prejuicios del medio burgués en que vivía...Era 1930. Yo no sabía de aquel país más que loq ue la gente, en aquella época, contaba: los negros son unos niños grandes".

Prejuicios ideológicos de juventud al margen, que también los tuvo, Hergé y su inmortal héroe se mostraron continuamente enemigos de todo totalitarismo: desde la Rusia soviética a las dictaduras bananeras latinoamericanas (La oreja rota, Tintín y los pícaros), el imperalismo japonés (El Loto azul) y, por supuesto, del nacionalsocialismo: hay que recordar que la ficción central de "El centro de Ottokar" (1938)está inspirada directamente en la invasión nazi de Austria y que la aventura narrada en el albúm no es más que la descripción de una Anchluss que fracasa (el intento de Borduria -trasunto literario de la Alemania hitleriana- de anexionarse Syldavia gracias a la ayuda de un tal Musstler, cuyo nombre es evidentemente una síntesis entre Mussolini y Hitler).

En las obras de Tintín posteriores a 1931 late, es cierto, una defensa de la libertad, pero sobre todo de las razas, clases y grupos más débiles, los oprimidos, que le llevó también a denunciar el capitalismo salvaje y desenfrenado de uno de los modelos occidentales supuestamente más liberales del mundo: el estadounidense. Y si no repasad la visión del trato dado por los blancos a los pieles rojas y la irónica representación del crecimiento urbano norteamericano, tras el descubrimiento de un pozo de petróleo en territorio indio, en el trepidante album "Tintín en América" (1932).

Finalmente, a quienes quieran conocer en profundidad el trasunto histórico, cultural e ideológico de las obras de Hergé, y sobre todo, de Las aventuras de Tintín les recomiendo la lectura de dos obras traducidas al castellano y magníficamente escritas y documentadas: "Tintín y el Mundo de Hergé", de Benoit PETERS (Barcelona, Ed. Juventud, 1990) y "Tintín. El sueño y la realidad", de Michael FARR (Barcelona, Ed. Zendrera Zariquiey, 2001).

En recuerdo de un inolvidable viaje a la Bélgica de Tintín con José Carlos,

Jacobo



Enviado por el día 12 de Enero de 2004 a las 02:14 (4)
Emocionado
Enviado por el día 12 de Enero de 2004 a las 02:24 (5)

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