15 de Enero de 2004
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Bitácora de José Carlos Rodríguez
Trabajo infantil en el "tercer mundo"
Me permito hacer eco de un post anotado por The Agitator. Éste recoge parte de una columna de un periodista del New York Times sobre el trabajo infantil.
Nhep Chanda, una niña de 17 años, es uno de los cientos de camboyanos que se afanan todo el día, todos los días, hurgando entre la basura en búsqueda de bolsas de plástico, latas de metal y restos de comida. El hedor paraliza las fosas nasales, y parte de la basura está ardiendo, lo que produce un humo áspero que ciega los ojos.
Un enjambre de moscas e insectos que pican echan de la basura a los "carroñeros", cuyas manos están cubiertas de suciedad, y quienes están descalzos se cortan los pies con vidrios. Algunos son niños pequeños.
Nhep Chanda consigue una media de 75 centavos diarios por sus esfuerzos. Para ella la idea de ser explotada en una factoría de textil -trabajando seis días a la semana en un interior en ligar de a la intemperie por dos dólares diarios- es un sueño.
"me gustaría trabajar en una fábrica, pero no tengo carnet de identidad, y necesitas uno para mostrar que eres mayor de edad", dijo con anhelo.
"Me gustaría trabajar en una fábrica, pero tengo mala salud y siempre me siento mareada" dice Lay Eng, una mujer de 23 años. Y no vacilen, ha estado hurgando entre la basura siete días a la semana durante seis años. Nunca ha visto a un médico".
El Post remite asimismo a una encuesta que muestra que en los países en desarrollo hay una buena opinión de las multinacionales.
Para ellos las multinacionales son importantes porque significan una oportunidad de escapar de la miseria y para nuestros socialistas también lo son porque significan una oportunidad de criticar al capitalismo.
Nhep Chanda, una niña de 17 años, es uno de los cientos de camboyanos que se afanan todo el día, todos los días, hurgando entre la basura en búsqueda de bolsas de plástico, latas de metal y restos de comida. El hedor paraliza las fosas nasales, y parte de la basura está ardiendo, lo que produce un humo áspero que ciega los ojos.
Un enjambre de moscas e insectos que pican echan de la basura a los "carroñeros", cuyas manos están cubiertas de suciedad, y quienes están descalzos se cortan los pies con vidrios. Algunos son niños pequeños.
Nhep Chanda consigue una media de 75 centavos diarios por sus esfuerzos. Para ella la idea de ser explotada en una factoría de textil -trabajando seis días a la semana en un interior en ligar de a la intemperie por dos dólares diarios- es un sueño.
"me gustaría trabajar en una fábrica, pero no tengo carnet de identidad, y necesitas uno para mostrar que eres mayor de edad", dijo con anhelo.
"Me gustaría trabajar en una fábrica, pero tengo mala salud y siempre me siento mareada" dice Lay Eng, una mujer de 23 años. Y no vacilen, ha estado hurgando entre la basura siete días a la semana durante seis años. Nunca ha visto a un médico".
El Post remite asimismo a una encuesta que muestra que en los países en desarrollo hay una buena opinión de las multinacionales.
Para ellos las multinacionales son importantes porque significan una oportunidad de escapar de la miseria y para nuestros socialistas también lo son porque significan una oportunidad de criticar al capitalismo.
Comentarios
En un foro de Liberalismo.org, los liberales "de izquierda afirmaban sin el menor lugar a dudas que la solución era... ¡que el Estado cobre más impuestos! Es decir, que si esos niños deben trabajar se debe a que el Estado no ha recibido "suficientes" ingresos de sus explotadores empresarios.
Lo que ese texto no aclara es si esos 75 centavos diarios bastan para vivir en su país con un buen nivel de vida, si no equivalente, por lo menos no opuesto al que exigimos en nuestra sociedad.
En realidad no lo aclara, y la cuestión planteada es importante. Lo importante no es cuanto dinero se cobra sino los bienes que se pueden comprar con él.
Pero vamos. Con 75 centavos al día no creo que se vaya muy lejos, ni en Camboya.
Pero vamos. Con 75 centavos al día no creo que se vaya muy lejos, ni en Camboya.
Por supuesto que tienen buena opinión sobre las multinacionales!!! y seguro que también tendrían buena opinión de cualquier cárcel occidental que les proporcionara cobijo y comida diaria!!!. El problema es que esas multinacionales, aprovechándose de las miserias de estos países, aterrizan allí para enriquecerse y llenar los bolsillos para que unos cuantos ciudadanos del primer mundo podamos consumir en occidente y cubrir nuestros caprichos. Les mantienen pobres para reducir costes y aumentar beneficios... y si no, ¿por qué no montan sus fábricas en países del primer mundo? ¿por solidaridad? ¿porque estas multinacionales se sienten con ganas de echar una mano en el desarrollo de los países tercermundistas? ¡¡Por favor!! Pocas veces he visto tanta demagogia en un artículo.
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