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29 de Diciembre de 2005

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Orden Natural
Bitácora de Juan Fernando Carpio

Rechazo de dos términos vulgares



"Progresista" y "clase trabajadora".

El progreso es una noción eminentemente Occidental, y con más precisión, liberal. Es el liberalismo el paradigma que permite el cambio constante, la destrucción creativa, la movilidad social, el experimento para el éxito o error, la diversidad en tanto no afecte las bases del sistema de libertades que la permite en primer lugar, y el avance económico general de la población.

Los liberales somos los progresistas.

El trabajo no es mecánico, ni manual, es antes que nada y fundamentalmente intelectual. El operador de una máquina debe su productividad al creador, al comerciante y al técnico de la misma. Ninguna actividad humana productiva deja de tener una dosis de intelecto. Y las actividades como la gerencia, la asesoría empresarial, la especulación, el comercio, la intermediación financiera y la banca, son las que dan sentido y dinámica a la actividad física de los "obreros" (una empresa es una obra y nada simple, asi es que...). Ese trabajo manual o físico que los hijos espirituales de Marx de todos los partidos (aglutinados en la izquierda mayormente) consideran el "auténtico trabajo" o "lo único que crea riqueza" simplemente es visible, por no decir de fácil y burda apreciación. Pero no es ni el único, ni el fundamental en una economía post-agraria. Por el contrario: Bill Gates y Henry Ford también pudieron empuñar el azadón -y mucho mejor que cualquier sindicalista, pero decidieron optar por actividades más significativas. Ahí lo tienen, lo dije con todas las letras: el trabajo de la "clase trabajadora" es el que cualquiera puede hacer. El de la "clase ociosa" (ver Thorstein Veblen) es el que requiere de visión, creatividad y carácter superiores a los del aporte físico.

La clase trabajadora son los capitalistas, empresarios, especuladores y comerciantes mucho más que los "trabajadores".

Que el lenguaje deje de engañar es una tarea para divulgadores e iconoclastas. ¿Quién se suma?

Comentarios

 
Carpio, Carpio, ¿qué te sucede, chico? Siempre defendiendo y dando gracias a los patrones, gerentes y capataces. Ése es tu "orden natural", ¿verdad?

Eres un marxista al revés.

http://anarcofago.blogspot.com/2005/11/metafsica-d...

wg

Enviado por el día 29 de Diciembre de 2005 a las 15:29 (1)
Si el marxismo está mal, y soy un marxista-al-revés, tal vez estoy acertando un poco, jeje.
Enviado por el día 29 de Diciembre de 2005 a las 16:16 (2)
Mejor dicho, al-contrario. No creo en leyes de la historia si no en voluntades humanas, no creo en lucha de clases si no en armonía de ellas en el mercado, no creo en que la legislación moldee al hombre sino que crea meros (des)incentivos, etc.
Enviado por el día 29 de Diciembre de 2005 a las 16:18 (3)
Por cierto wg, mi admiración por es ni siquiera con la función gerencial (no creo en capataces, creo que te falta distinguir entre teoría X y Y de la administración, en la segunda no hay capataces), si no con el capitalista y el sistema coadyuvante.
Enviado por el día 29 de Diciembre de 2005 a las 16:19 (4)
La simplonería maniquea siempre ha servido solamente para conseguir los votos de las masas ignorantes, manipuladas por "un puñado de endurecidos camaradas" con su coro de "intelectuales", sabidillos a medias o enteros crédulos acríticos.
Enviado por el día 29 de Diciembre de 2005 a las 22:10 (5)
Juan Fernando:

Creo que el término adecuado en el primer caso es: serviles. Lo de “progresistas” en una concesión absurda. Pero discrepo de que el liberalismo sea la verdadera doctrina progresista en un marco materialista. El progreso material es un resultado de una sociedad libre y lo es como resultado involuntario de acciones voluntarias de individuos interesados únicamente en su progreso individual. Creo que plantear el progreso como objetivo colectivo ha sido un error que ha fortalecido al estatismo en muchas formas.

Y en el segundo caso no encuentro un término adecuado. Me parece que en realidad no existen clases sino individuos y circunstancias. La más parecido a una clase sería la de los parásitos seudo intelectuales. Los que buscan el poder prometiendo el paraíso en la tierra con sus mentiras. Y cuando lo logran producen el infierno en la tierra con sus genocidios.

Pero de existir una "clase" trabajadora incluiría a todas las personas que trabajan. Desde los que desarrollan nuevas tecnologías y nuevas formas de organización. Pasando por lo que las entienden con detenimiento y aplican. Hasta los que se dedican a labores repetitivas. El uso que dan los socialistas al término "clase trabajadora" es un intento de justificar y exacerbar la natural envidia de los menos exitosos (y más cercanos al segundo extremo) por los más exitosos (entre los más cercanos al primer extremo) a fin de manipularlos. Usarlos como carne de cañón para alcanzar el poder expoliando en la medida de la posible a los más exitosos en su beneficio (que no en el de la carne de cañón sobreviviente) Y luego reprimirlos, aterrorizarlos y envilecerlos para explotarlos en todas las formas posibles. ...
Enviado por el día 30 de Diciembre de 2005 a las 08:03 (6)
Pero hay una enorme diferencia entre parásitos y rentistas. Los primeros también trabajan. Pero en diversos tipos de esfuerzos para vivir de lo ajeno. Los segundos no trabajan porque viven de lo propio en circunstancias que les satisfacen sin la necesidad de trabajar para mejorarlas. Así pueden dedicar esfuerzos al hedonismo o a las formas más elevadas del intelecto. Según lo primero o lo segundo les satisfaga más personalmente. El trabajo, del tipo que sea no es algo que se deba alabar en forma alguna. Es todo lo contrario. Lo que se debe alabar en todas las formas es la reducción de trabajo acompañada del incremento del producto. Lo que se llama eficiencia. Y depende tanto del empleo de más capital por mano de obra como de ideas originales en tecnología y organización.

Así que llegar eventualmente a la condición de rentista es el objetivo más legitimo de toda la “clase trabajadora”. Curiosamente, en una sociedad suficientemente prospera llegarían más pronto (y disfrutaran más de esa condición) el promedio de los empleados que el promedio de los patronos.

Besos y feliz año
Enviado por el día 30 de Diciembre de 2005 a las 08:04 (7)
Muy bien dicho, Aitz.
**********

No sé qué sea esa famosa Teoría Y. Pero me suena como a... La Gran Mente (el Director General) súbitamente se ha vuelto democrática y ahora le da por la "horizontalidad". De modo que ahora deja que las mentes pequeñas (todos sus subalternos) desarrollen un poco su propia (y pequeña) creatividad.

Por lo cual, supongo, habrá que seguir dando las gracias a la Gran Mente. Ya no tanto por Su Trabajo Mental, sino por los favores concedidos.

Por mi parte, yo no doy gracias ni a la Gran Mente ni a las mentes pequeñas. Mejor que todas ellas me den las gracias a mí por comprarles sus chucherías.

wg
Enviado por el día 31 de Diciembre de 2005 a las 07:40 (8)
Estás poniendo la carreta delante del caballo, wg. Con Aitz puedo coincidir en lo que dice, lo tuyo no tiene sentido. Revista la Ley de Say.
Enviado por el día 7 de Enero de 2006 a las 02:39 (9)
Bueno, Carpio, dilo ya: ¿con quiénes debemos estar MÝS agradecidos y a quiénes debemos admirar MÝS?

a) capitalistas y empresarios

b) sus obreros

c) todos

d) nadie

wg
Enviado por el día 9 de Enero de 2006 a las 20:47 (10)
Capitalistas y empresarios, obviamente, pues no soy marxista. Con todos sí, hasta con la abuela que mimó al obrero estrella, y con la mía. Pero no hablo de eso si no de un aspecto muy formal y específico.
Enviado por el día 11 de Enero de 2006 a las 00:35 (11)
Escribí ayer en mi bitácora (no marxista, por cierto, aunque tampoco anti-marxista):

El liberalismo es una ideología "ad hoc" para el matenimiento del "statu quo". Se preserva el interés del empresario actual a despecho del trabajador, que también podría disponer de los medios de producción en el futuro. Este cambio de papeles no se desea, y por ello no se promueve, toda vez que se razona según dos hipótesis decimonónicas, a saber: a) la escasez de bienes (malthusianismo), dado el número limitado de recursos y trabajadores frente al de propietarios, potencialmente ilimitado; y b) la autopromoción de los mejores (social-darwinismo), que asume que el que prospera lo hace esencialmente en virtud de sus solos méritos.

Frente a a) afirmo que la propiedad no es un derecho natural, ya que 1) no es necesaria para la supervivencia (bastan la posesión y el usufructo) y 2) requiere del consentimiento de otros (de los que la enajenan). Y que, a partir de ahí, los propietarios han de ser inexistentes o limitados.

Frente a b) sostengo que la inteligencia que caracteriza a los mejores es una cualidad social, la cual presupone una racionalidad múltiple participada por todos los que interactúan, que de ubicarse en un contexto donde la cooperación fuera imposible, ya que todo conflicto se resuelve a favor del más fuerte, quedaría destruida en sus cimientos. La libertad sin inteligencia sólo redunda en aumento del azar, que se opone a ambas.


http://justicia.bitacoras.com
Enviado por el día 15 de Enero de 2006 a las 11:23 (12)

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