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21 de Julio de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La teoría económica de las estrellas de Rock no ayuda a los africanos pobres, por Franklin Cudjoe


Una de las personas más entrañables que conocí en el World Freedom Summit fue el economista ghanés Franklin Cudjoe, Director de Imani. Tras explicarle el estado del movimiento liberal en España, así como algunas de las iniciativas emprendidas para clarificar en España la situación de África, me pidió que tradujera al español su artículo "Rock-star economics are not helping poor Africans". Aquí está.


La teoría económica de las estrellas de Rock no ayuda a los africanos pobres


¿Has comprado la pulsera blanca obligatoria? ¿Te envió recientemente Bob Geldof un email recordándote que tenías que mirar los estruendos musicales de sus colegas en televisión? ¿Participaste en la vigilia de la Abadía de Westminster tiritando de frío para conseguir que el gobierno "despierte" y "haga la pobreza historia"

Este año, las organizaciones benéficas para el "desarrollo" de Reino Unido han aunado esfuerzos para llevar a cabo una macrocampaña donde se asegura que los políticos tienen una oportunidad sin precedentes para eliminr la pobreza en el próximo encuentro del G-8 en Julio.

Las estrellas de Rock y las organizaciones benéficas pueden ser grandes defensores de buenas causas, y generalmente tienen buenas intenciones -pero en la mayoría de los casos las letras de sus canciones no siguen el ritmo del silencioso zumbido de los pobres que intentan proteger. Su teoría económica es simplemente errónea. Desconocen la historia y trafican con la equivocada idea de que la pobreza, las hambrunas y la corrupción puede terminar a través de la ayuda externa, la condonación dde la deuda y otras políticas que YA han fallado en África.

Uno de los pilares de su campaña actual consiste en eliminar los subsidios agrícolas en los países occidentales, un objetivo noble que permitiría alcanzar un mercado justo para los agricultores de todo el mundo. Sin embargo, esta visión se combina con una profunda hipocresía: las mismas organizaciones promueven los subsidios (lo que ellos denominan "comercio justo") para los agricultores y empresarios de los países pobres para protegerse de los efectos de la competencia.

El frontman de Coldplay, Chris Martin, ha dicho que el arroz de Ghana, los tomates y las aves de corral necesitan ser protegidas de las importaciones baratas. No obstante, los problemas de los agricultores de Ghana se encuentran en otro lugar: ellos y otros empresarios son esquilmados a través de los impuestos y el elevado coste del capital, por no mencionar nuestros caóticos sistemas de propiedad de la tierra que llevan a cosechas escasas.

Ni el Sr. Martin ni las restantes celebridades han mencionado estos problemas: todos aseguran que el comercio mundial está "manipulado" en el nombre del "comercio libre", de manera que daña a países pobres como Ghana y beneficia a los grupos de interés de los países ricos. La única solución, aseguran, es proteger los intereses económicos locales.

Pero si prohibiéramos la importación de arroz y tomate, ¿cómo podríamos comer? La gente de Ghana depende del arroz como el alimento básico de sus dietas, mientras que la producción local sólo alcanza el 30% del arroz que se consume.

Los subsidios a los productores locales implican, a su vez, menores opciones para los consumidores. El ghanés medio está sufriendo como consecuencia de los bienes mediocres producidos localmente gracias a la protección de unas industrias que no soportan ninguna competencia. ¿Quién puede culpar a los consumidores de comprar bienes extranjeros de mayor calidad y a menor precio?

Además, algunos inteligentes empresarios ghaneses han ayudado tanto a los agricultores locales como a los consumidores, por ejemplo al vender el arroz nacional en unos paquetes que aseguran que el arroz no esté rancio cuando llega al consumidor. De la misma manera, otros empresarios ghaneses colaboran ahora con sus homólogos italianos para producir marcas de pasta de tomate con nombres en Akan, el lenguaje mayoritario en Ghana.

La protección a los productores lcoales también da lugar a que los países africanos comercien muy poco entre ellos, tal y como ilustran las estadísticas de la OMC en 2001. La porción del comercio intra e interregional de África con Europa occidental era del 51.8%, mientras que con el resto de África sólo del 7.8%

Las organizaciones benéficas para el desarrollo detestan a algunas agencias internacionales como el FMI y el Banco Mundial -mucha gente reconoce que tratar con estas organizaciones es como jugar con el dado trucado. Han autorizado a nuestros políticos a participar en turbios tratados de liberalización, donde los contratos internacionales se adulteran para favorecer a sus cohortes con enormes sobornos.

Tales agencias han defendido a menudo políticas infames en nombre de la liberalización del mercado -mientras que simultáneamente han defendido la ayuda exterior y fallidas estrategias al desarrollo. Incluso el ghanés medio sabie que semejantes programas de "reforma" no han conseguido otra cosa que permitir a nuestros burócratas adquirir, para sí mismos y sus amiguetes, Mercedes chapados en oro

Pero el problema no es el FMI, el Banco Mundial o las reglas comerciales falseadas. El problema se encuentra en nosotros, los africanos, y especialmente en nuestros líderes, que no hemos sido capaces de mejorar nuestro bienestar y de asegurarnos el crecimiento económico a través de las reformas políticas e institucionales.

La solución a todos nuestros problemas no es la ayuda, la condonación de la deuda o el "comercio justo". Se trata de adoptar instituciones que permitan aprovechar el espíritu empresarial que existe en todo país africano, que permitan a los africanos comerciar con otras personas en cualquier otra parte del mundo.

Establecer derechos de propiedad sería un importante primer paso; un sistema legal efectivo, transparente y responsable sería otro. Combinando el respeto a la propiedad privada con el imperio de la ley, estimularíamos la empresarialidad, el comercio, la innovación e incluso la protección del medioambiente, ya que todo ello desarrolla a la gente -en lugar de los políticos.

Tal como nuestras economías crezcan y se desarrollen, la gente será capaz de adquirir mejores tecnologías, agua limpia, fuentes de energías más potentes, mejor protección sanitaria, y seguros. Pero uno raramente oye tales ideas en las estrellas de rock y las agencias de beneficiencia para el desarrollo.

Mientras que estas multitudinarias campañas continúen culpando a los países occidentales de nuestra pobreza, simplemente estarán dando más excusas a nuestros políticos para retrasar las necesarias reformas institucionales. Los pobres africanos estarían mucho mejor sin las teoría económica de las estrellas de rock.

Comentarios

 
Excelente artículo de F. Cudjoe. La corrupción institucional y política en Ýfrica es una de las causas evidentes que siempre es omitida por todos los intelectuales y artistas, como si estuviera justificada por algún misterio. La pobreza no justifica la corrupción ni la fomenta necesariamente, en cambio hay instituciones políticas a las que son consustanciales, pero eso en Occidente, y en Ýfrica, y en todo territorio no libre.
Enviado por el día 21 de Julio de 2005 a las 16:58 (1)
Excelente material.
Enviado por el día 21 de Julio de 2005 a las 16:58 (2)
Las estrellas del rock (y muchas de cine) se comportan frivolamente.

Sobre sus catársis resacosas he escrito algo el 5 de Julio en http://esparteniense.blogspot.com/.

Tu reseña del libro de la no violencia en libertad digital está genial. Francamente buena.

http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/127...
Enviado por el día 22 de Julio de 2005 a las 12:07 (3)
No dice nada nuevo, pero no hay más sordo que aquel que no quiere oir. Está claro que un país que funcione es como una empresa, irá mejorando con el tiempo, sino la quiebra espera.
Enviado por el día 23 de Julio de 2005 a las 21:39 (4)

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