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16 de Diciembre de 2004

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Lotería y riqueza

Siguiendo con lo tratado en la anotación sobre el sueño americano, creo que es conveniente observar cómo para muchos ganadores de lotería el premio es más una condena que una bendición. El reportaje Unlucky in Riches cuenta el proceso por el que pasan muchos americanos tras ganar la lotería, que se repite asimismo en otros países, como es el caso de España.

Evelyn Adams ganó la lotería dos veces, en 1985 y 1986, con un total de 5,4 millones de dólares. Se podría pensar que Evelyn tenía la vida solucionada, pero ahora no tiene un duro y vive en una caravana. William Post ganó 16,2 millones de dólares en 1988 y vive de la beneficencia pública.

Los ejemplos son muchos y los caminos que siguen muy parecidos. El dinero les quema en las manos y acaba en las de sus amigos y familiares, a los que quieren ayudar, o en los de las medias naranjas que parece que acaben de descubrir el divorcio. O en lujosos coches y casas. O en casinos. O se endeudan para poder aumentar así el despilfarro y ver cómo desaparece lo que habían ganado sin que les dé tiempo a saber porqué. Como un azucarillo en el café, lo que parecía una sólida suma de dinero se diluye a velocidades impresionantes.

Para todo hay una cultura, o un know how. Para la riqueza también. Por lo general, estos casos son de personas y familias que no están acostumbradas a manejar estas cantidades. En muchas ocasiones confunden la riqueza con los aparentes símbolos de la misma, como el lujo. Pero la riqueza no pasa necesariamente por la acumulación de bienes, sino por la acumulación de activos, que no tienen porqué coincidir. El valor de un coche cae con el tiempo, mientras que el de una casa o una colección de sellos no tiene porqué. Estas personas se encuentran con que todo lo que anhelaban está al alcance de su mano. Se descubren imaginando cosas para sí que antes ni habían soñado. La preferencia temporal se dispara y el dinero desaparece. Echando la vista atrás, estas personas habrían sido felices símplemente con la renta que les hubiera proporcionado lo que han ganado. Podrían seguir con su vida, pero quieren llevar otra distinta, y creen que lo que han ganado se lo permitirá.

El error también está en la consideración de qué es la riqueza. Tiene más que ver con el comportamiento que con el dinero. Es una lección esencial y que no se entiende en muchas ocasiones. Por ejemplo, con la beneficencia pública. Se cree que quien es pobre lo es porque le falta dinero o medios. Coyunturalmente puede ser así, y una ayuda puede hacer mucho bien. Pero para ser verdaderamente beneficiosas las ayudas han de estar acompañadas con el comportamiento adecuado por parte de quien las recibe. En caso contrario puede adaptar su comportamiento, ajustándolo hacia la recepción de ayudas y no a la generación de rentas. Como consecuencia de esta cadena de errores no solo no se alivia la pobreza sino que se mantiene y en ocasiones se crea.

Actualización: hago mías las palabras de Juan Ramón sobre este asunto: La cuestión es que quien llega a hacerse rico utilizando el mercado conoce la forma para generar riqueza y, si su capacidad empresarial no cambia, para mantenerla. La gente corriente que gana lotería necesariamente tenderá a dilapidar lo adquirido ya que las leyes económicas que rigen para su adquisición normal son las mismas que rigen para su mantenimiento. Si no fueron capaces de adquirir riqueza por los métodos habituales, obviamente, en una gran porción, no serán capaces de mantenerla. Es decir, si su método para hacerse ricos fue ganar la lotería, su método para conservarla debería ser ganar continuamente la lotería. Y eso, pocas veces pasa.

Comentarios

 
La cuestión es que quien llega a hacerse rico utilizando el mercado conoce la forma para generar riqueza y, si su capacidad empresarial no cambia, para mantenerla. La gente corriente que gana lotería necesariamente tenderá a dilapidar lo adquirido ya que las leyes económicas que rigen para su adquisición normal son las mismas que rigen para su mantenimiento. Si no fueron capaces de adquirir riqueza por los métodos habituales, obviamente, en una gran porción, no serán capaces de mantenerla. Es decir, si su método para hacerse ricos fue ganar la lotería, su método para conservarla debería ser ganar continuamente la lotería. Y eso, pocas veces pasa.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 18:29 (1)
Conocía a un señor que era barrendero y le tocó la lotería. Se compró un BMW M5 y a las 24 horas estaba en el otro barrio.

Pero anécdotas aparte,lo primero que hay que hacer cuando se gana tanto dinero es asimilarlo y no cambiar el ritmo de vida de golpe ya que a veces el dinero se esfuma en un abrir y cerrar de ojos. Tampoco es bueno convertirse en la madre Teresa, la verdad.

Un saludo liberal.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 18:38 (2)
Exacto. Estaba buscando esas palabras, eaco.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 18:49 (3)
Con lo facil que es comprarse un montón de pisos y alquilarlos...
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 19:40 (4)
¿Verdad? Pero es lo que dice Eaco. Y también el deseo de convertirse en rico, y la confusión habitual de adoptar lo que consideran los signos externos de la riqueza. (coches, relojes, joyas...)
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 19:43 (5)
para ser verdaderamente beneficiosas las ayudas han de estar acompañadas con el comportamiento adecuado por parte de quien las recibe. En caso contrario puede adaptar su comportamiento, ajustándolo hacia la recepción de ayudas y no a la generación de rentas.

Exacto. En las comunidades del Sur gobernadas por el PSOE se aprecia muy bien este fenómeno. Hay un porcentaje de la población que gracias al PER vive con una prestación, pequeña pero suficiente, todo el año. Si estas personas no tuvieran el estímulo del PER intentarían adquirir mayores rentas en algún otro lugar, pero el PER lo dificulta.
Otra paradoja: con los supuestos desempleados que hay en el sur ahora pueden verse miles de africanos en la recogida de la aceituna.

Pero el PP no se atrevió a quitar esta corruptela, y fue una estupidez, porque en el sur no se les votó a pesar de conservarlo.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 19:57 (6)
De acuerdo por completo con lo que se dice en el post y en el primer comentario que lo complementa, ambos magníficos.

El escaso predicamento que tienen la cultura del esfuerzo, la búsqueda de la excelencia o el desprecio por lo facil, explican muchas cosas.

Y, a sensu contrario ¿hay negocio mayor hoy día que una administracion de loterías, quinielas, primitivas, etc., etc., o el juego? ¿Hay algo más falso y más 'vendido' que el 'aprender, esto o aquello, sin trabajo o sin esfuerzo'? En las escuelas, y en las casas, a los niños habría que enseñarles desde el principio que nada es gratis, aunque lo parezca. Absolutamente nada.
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 19:57 (7)
"Con lo facil que es comprarse un montón de pisos y alquilarlos..."

¿tan seguro estás, Narpo?
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 21:01 (8)
Dame una docena de pisos y te lo demuestro. *grin*
Enviado por el día 16 de Diciembre de 2004 a las 22:52 (9)
Josemaria, comparto tu indignación por la poca eficacia del PER. Otro experimento más que nos está saliendo por un ojo de la cara, y que en nada ayuda a crear riqueza.
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 02:21 (10)
Lo más parecido que he vivido a ganar la lotería es hacer dos estancias de un mes en Moscú, en 1987 y 1990. Ibas con 40.000 pesetas y volvías con 20.000 y un verdadero botín de libros (cantidad de ediciones en español u otras lenguas para mí asequibles, de literatura rusa y libros artísticos buenísimos), souvenirs, cámaras y carretes de fotos, ampliadoras, relojes (no muy buenos, actualmente no funciona ni uno) vodka y caviar (comprados en los sitios populares, no en los corralitos de turistas). Era la fiebre del oro, ¡podías comprarlo todo!(seguramente también algunos servicios inconfesables, pero no es mi caso). Tuve que mandar algunos paquetes por tren, tenía las maletas a reventar.
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 10:46 (11)
Un pensamiento homérico (de Homer Simpson, claro) respecto a Andalucía. Hice un viaje extenso hace diez años y disfruté del lado amable de su tenebroso establishment económico: tranquilidad, carreteras vacías, precios bajísimos, playas casi vírgenes en el lado atlántico. Como "buen" catalán (pasé cierta fiebre nacionalista cuando CiU era moderada y humillaba al PSC-PSOE en cada elección), iba con el prejuicio de haberles "pagado" las fiestas, las peonadas y las autovías, y a mi regreso pensaba al revés, que deberían poner una casilla en el IRPF para el que quisera mantener con sus impuestos esa falsa Arcadia.
Este año regresé más "liberalmente" concienciado y me fijé más en otras cosas: en Almería, lo más pobre teóricamente en recursos, se vivía la mar de bien y ¡no había "gorrillas!". En cambio, en la Cádiz subvencionada, la miseria asoma frecuentemente bajo los paisajes de postal, e incluso en las ciudades bodegueras hay un paro galopante.
Ya lo decían los Pistols en "Holidays in the Sun", eso de hacer vacaciones en la miseria de otros.
En cualquier caso, recomiendo unas vacaciones andaluzas, se descansa una barbaridad y la gente es de lo mejor. En Almería vi claro que los andaluces que prosperan siguen siendo buena gente.
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 11:06 (12)
Felipón, ¿no te gustaría venir a canarias de vacaciones?
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 12:15 (13)
Ja, pues no me lo has de decir dos veces, es mi destino favorito últimamente. Estuve el año pasado una semana en Tenerife y obró maravillas en mí y en mi mujer. Mientras estábamos allí, yo al principio pensaba "esto ya lo tengo visto para toda la vida", y luego he pasado todo un año añorándolo... hasta que tuvimos la megasuerte de que nos llamaran a tocar en Las Palmas en septiembre (somos trotamúsicos aficionados), con cinco noches de apartamento incluídas (tres en LP y dos en Playa del Inglés).
Me traje un "recuerdo" por hacer el burro en las dunas de Maspalomas, un desgarro muscular al bajar corriendo una cresta y encontrarme la arena dura antes de lo previsto.
Pero nada, que pensamos volver en cualquier momento, si nos gustan las dos islas en teoría más masificadas, el resto puede ser de la muerte. Si lo hacemos, ya avisaremos para un cafetito liberal como mínimo. Además, creo que para nuestro estado actual de Buena Esperanza va a ser lo mejor.
Si has de venir a Barcelona, cuenta conmigo pa lo que sea (a menos que estemos tocando por ahí).
Enviado por el día 17 de Diciembre de 2004 a las 13:05 (14)

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