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26 de Enero de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Ideas

La antigua Revista de LD, descargada de otros contenidos que se van a otras secciones, se convierte en Ideas, un nuevo suplemento que se suma a la sección recien creada de exteriores; estamos en un paso más en la renovación de los suplementos de Libertad Digital.

Pedro Schwartz, en China: ¿un peligro?, expone de forma clara y sencilla porqué es bueno el comercio internacional y el fenómeno de la relocalización:
La deslocalización de parte de la actividad de las empresas de fabricación y distribución textil no daña la economía española, por dos motivos: permite que compañías punteras de nuestro país no sólo sobrevivan sino que prosperen y fuerza a los empresarios y sus trabajadores menos productivos a desplazarse hacia nuevas actividades en las que España goza de ventaja relativa. El crecimiento de nuestro bienestar exige la readaptación de productores incapaces de competir con ciertos productos: en vez de producir lo que otros hacen más barato, nos conviene aprovechar nuestras ventajas relativas y así multiplicar nuestra capacidad de adquirir lo que China nos envía.

Y
La competencia puede tener un efecto desagradable en lo inmediato pero, dinámicamente hablando, nos fuerza a ser más productivos y por tanto eleva nuestro nivel de vida.

Hana Fisher ha escrito un artículo en el que algún párrafo revela que ella tiene más claro lo que quiere decir que lo que lo pueda tener el lector. Se le entiende mejor cuando compara Derechos "sociales" versus derechos "naturales":
Según los liberales, los derechos son los “naturales”, que son tres: a la vida, a la libertad y a la propiedad. Son inherentes al individuo. Eso significa que nadie se los otorgó, y por lo tanto nadie está facultado para quitárselos. El papel de Estado se limita a protegerlos eficazmente. Tienen como contrapartida la responsabilidad individual. Y aunque parezca una paradoja, ése es su talón de Aquiles. A muchos no les gusta reconocer que si han fracasado la culpa es enteramente suya.

Los estatistas proclaman los derechos “sociales”, que son otorgados por el Estado. Son múltiples, “artificiales” y hasta contradictorios entre sí. El poder político pasa a ser el árbitro entre los distintos grupos. Numerosos mortales se sienten liberados de una pesada carga. Ahora es la “sociedad” la obligada a “protegerlos”, y ellos deben exigir que sus “derechos” sean satisfechos.

Por último, Peter Turner da cuenta, una vez más, de la actitud mafiosa del ecologismo en relación con el DDT. El artículo merece su lectura completa. Pero destaco lo siguiente:
WWF inicialmente pidió una prohibición gradual y global de la producción y uso de DDT para el año 2007 [...]. La fecha límite de 2007 tenía por intención ser una herramienta motivacional [“motivational tool”] para animar a la necesaria asistencia técnica y financiera [al mundo en desarrollo].

Créanselo: los protestones admiten que la cifra sobre la que vociferaban tanto (“prohibamos el DDT en 2007”) era una “herramienta motivacional”, pura y simple. Era sólo una estratagema (bienintencionada, claro) para ordeñar a los países ricos, a ver si así aligeraban la pasta. Dense prisa en leer el original, que está en la página web en la fecha que les decimos
(18 de enero de 2005), pero que, cualquier día, bien podría ser cambiada.

Es decir, que con tal de sangrar a los países que más riqueza crean prefieren que mueran millones de personas (en países en los que no viven ellos), negando la utilización de un método eficaz contra las enfermedades. En su escala de valores la concienciación, despertar una conciencia social, que es como llaman ellos a sus objetivos de poder sin medida, está muy por encima de millones de vidas perdidas absurda e injustamente perdidas.

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