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Algo de Einaudi
Enviado por el día 4 de Junio de 2005 a las 14:29
NO SE NECESITAN DECENIOS (por Luis Einaudi)

"Se necesitan decenios para reconstruir el edificio destruido en 20 años de mal gobierno; se necesita el esfuerzo de una generación para reparar el mal hecho por los que han considerado a Italia como un país de conquista".

Y bien, no es así. Estas palabras, que se han leído en algunos diarios, justas, ya que van destinadas a convencer a los italianos de la necesidad de volver al trabajo fecundo y la fatiga alegre, son excesivamente pesimistas. No se necesitan decenios para reconstruir económicamente un país, bastan años. No está bien desanimar a los hombres con la visión apocalíptica de una vida entera de sacrificios, alegrada solamente por la esperanza de entregar un mundo mejor a los hijos y a los nietos. Si queremos, aquel mundo mejor podremos verlo también nosotros.

¿ Porqué muchos están desanimados pensando en los decenios de trabajo duro necesario para rehacerse un lugar en el mundo ?. Porque se piensa que recuperación, la vuelta al bienestar, son posibles solamente gracias a elementos materiales, a la formación de nuevos capitales, a los préstamos amplios de dinero o mercaderías desde el exterior. Creemos ser pobres, porque no tenemos oro ni minas, carecemos de materias primas, y tantas casas e instalaciones fueron destruidas y es necesario rehacerlas. Por cierto, todo ello es verdad; sin instrumentos, el hombre no puede trabajar y producir.

Pero los capitales materiales no son los que más cuentan. Napoleón, en la época en que se encaminaba a la ruina, decía: "Una noche en París basta para compensar las pérdidas de una gran batalla". Razonaba así porque los hombres eran para él en aquel entonces un elemento material, la carne de cañón necesaria para sus victorias. Pero la victoria ya no llegó, porque les faltó a los hombres el ánimo, la voluntad, la fe que antes los había hecho vencedores.
¿ Porqué Napoleón, cuando alcanzó la cumbre de su poder, no recordó que, al comenzar su afortunada carrera, siendo primer cónsul, había hecho surgir a Francia ?. Esta, el 18 de brumario del año VIII, no aumentó su riqueza material a causa del golpe de estado que lo llevó al poder. Estaba y quedó quebrada por los muchos años de agitaciones revolucionarias. No nació, en ese momento, una herramienta o un arado más. Pero sí había renacido, con la expulsión de los jacobinos y de los malversadores, la confianza en el porvenir, la seguridad de poder gozar los frutos del propio trabajo, la certidumbre de que esos frutos no serían confiscados por los gabeleros del antiguo régimen o los agentes y concesionarios del directorio.

Los ideólogos que Napoléon aparentaba despreciar y en cambio temía, los economistas, cuyos libros (como el "Tratado" de J. B. Say) prohibía reimprimir, le habrían explicado una de las razones de su éxito como primer cónsul. Los hombres miran en sustancia al rédito y a través de éste al capital. (Sigue.....)
Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 4 de Junio de 2005 a las 14:51
Si poseen una renta tienen la posibilidad de ahorrar y cuanto más ahorran tanto más están dispuestos a ceder sus ahorros a una baja tasa de interés o fruto. Pero si la tasa es del tres por ciento en lugar del seis, un mismo terreno, una misma casa, una misma instalación industrial que, rindiendo 6, valía antes, al 6 por ciento, 100 liras, después, al 3 por ciento, vale o tiende a valer 200 liras. Nada ha cambiado en el terreno, en la casa o en la fábrica, pero los hombres avalúan todo eso al doble y se vuelven optimistas.

El rédito, sin embargo, no nace por sí mismo ni aumenta por virtudes espontáneas: nace de la combinación que alguien realiza entre los factores productivos.

No importa nada que existan hombres trabajadores, terrenos y plantas, o que haya instalaciones industriales, naves y puertos. Si todo eso queda estancado, no hay rédito y los hombres viven con penurias. Es necesario que alguien -y este alguien, nosotros, los economistas, tenemos la costumbre de llamarlo empresario- conjugue y haga funcionar el conjunto de estos elementos dispersos y desunidos.

Cualquiera sea el tipo de sociedad en la que vivamos, ningún empresario conjuga y organiza los elementos, los factores de la producción, si no tiene confianza y seguridad, si corre riesgos excesivos, si las perspectivas de vender lo que ha producido desaparecen.

La producción, combinación de elementos productivos que consiste en hacer funcionar y cooperar lo que por sí mismo está desunido, no es un hecho material: es, por el contrario y sobre todo, espiritual.

Cread el desorden social, cread la obligación de hacer lo que guste a quien desde arriba pretende disciplinar, regular y ordenar todo; obligad al trabajador a trabajar por la fuerza, sacándole la libre disponibilidad de sus brazos y su mente; así, salvo épocas transitorias de una excepcional presión bélica, se logrará suprimir uno de los resortes principales de la acción económica. Haced que los planes predispuestos por el empresario sean anulados, no por la voluntad divina (granizo, sequía, cosechas abundantes, reducción de precios), contra la cual nadie puede rebelarse y que por otra parte se incluye anticipadamente en los cálculos, sino por deseo del príncipe, por la sanción continua de leyes imprevistas e imprevisibles, manipuladas por los interesados, por la influencia continua de órdenes, resoluciones, presiones continuas de jefes y funcionarios dotados de la infalibilidad propia de quien se contradice cada dos días, y así la máquina económica no funcionará más o lo hará en el vacío.

Sí, por el contrario, los hombres pueden confiar en el porvenir; si saben que las leyes en vigor no cambiarán, sino después de una libre y larga discusión, a la que todos tienen acceso; si saben que las leyes no pueden ser modificadas por el arbitrio de un jefe, y deben ser aplicadas según la interpretación de un magistrado independiente; ¡oh!, estad seguros que los aportes materiales para la reconstrucción del país ..(sigue)
Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 4 de Junio de 2005 a las 14:59
..acudirán de todos lados, del interior y del exterior.

Siendo Napoleón primer cónsul, perdido en el desprecio general el papel moneda, Francia no quedó sin moneda. Los viejos escudos de plata y los antiguos luises de oro reaparecieron y recomenzó una vida más entusiasta que antes. Hoy, en Italia, es difícil y sería inútil que volviera un oro que aquí no existe y que no queremos pedir de regalo a nadie; pero la misma lira papel será mirada con ojo bien distinto cuando se restablezca la confianza de que ella será frenada en su curva descendente. Hasta una reducida inflación nueva (algunos miles de millones más de billetes) podría, si estuviera destinada a crear crédito en un clima de confianza, promover la ocupación y combinación de elementos productivos inertes y crear con ello rédito y riqueza.

(Diario "IL GIORNALE D'ITALIA", 22 de agosto, 1943)


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Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 4 de Junio de 2005 a las 16:56
"Cuando impera el relativismo moral, no sólo en el grupo humano, sino en los propios gobernantes, no resulta sorprendente que a los “matrimonios” de homosexuales se les permita, legalmente, adoptar niños... Para apreciar el estado mental de la sociedad, puede mencionarse el caso de un corruptor de menores que promueve la homosexualidad por televisión... No resulta extraño que en un conjunto dominado por el relativismo moral alguien proponga “despenalizar” el aborto, o legalizar el consumo de drogas... El relativismo moral afecta principalmente a niños y adolescentes que carecen de un ambiente familiar adecuado..."

Einaudi, en esa misma página. Por eso me caen mejor Bobbio y Croce que este personaje...
Re: Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 7 de Junio de 2005 a las 23:30
La expresión "este personaje" suena algo despectiva. Combato el relativismo moral, la contra cultura, el marxismo, etc, etc, que son aspectos de una misma actitud.
No creo que con liberalismo económico y corrupción se pueda llegar a alguna parte. Es mucho más amplio el problema.
(Nota: hay que estar en un aula de la secundaria para tener idea de cómo actúan y piensan los adolescentes, y para tener una idea de adónde vamos a llegar)
Re: Re: Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 8 de Junio de 2005 a las 00:59
No entendí nada.

Y sí, era despectivo.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 9 de Junio de 2005 a las 00:39
Los mensajes despectivos son para la gente que perjudica de alguna manera a los demás. No creo que alguien pueda decirlo de mí. Simplemente estoy luchando contra una mentalidad generalizada que tiende a la destrucción del ser humano.

Si alguien está de acuerdo con las tendencias libertinas actuales, y me critica, lo tomo como un elogio (la valoración de una opinión depende de quien venga).
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 9 de Junio de 2005 a las 01:38
No era despectivo hacia vos sino hacia Einaudi.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Algo de Einaudi
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 04:52
Viva el relativismo moral. Impide que se hagan juicios de valor partidistas e interesados. La moral es evolutiva, cambiante, por lo que carece de valor como mensaje al que concederle más crédito que su mera utilidad social.
En cambio, desde el relativismo se pueden ver las afiliaciones a los distintos discursos de los grupos de poder como un juego de pelota participado por cretinos que se dicen libres, y son esclavos de las ideas de otros.