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El cataclismo del Medio Oriente
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:34
EN 1948, 1956, 1967, 1973 y 1982, Israel derrotó a los países árabes a los cuales se enfrentó.
Ello condiciona la esencia de su relación con el mundo árabe: su supervivencia como Estado no viene determinada por la aceptación de sus vecinos, sino por su capacidad para intimidarlos y someterlos militarmente.
Por extensión, Israel ha podido siempre darse el lujo de ofrecer condiciones para la paz que los palestinos y los árabes no están en condiciones de aceptar.
A fin de cuentas, los acuerdos de paz importan poco cuando Israel puede encerrarse en su propio búnker en la seguridad de que cualquier afrenta recibida podrá ser devuelta, multiplicada por diez.
La reciente confrontación en Líbano echó por tierra las reglas de juego que prevalecieron durante los últimos 58 años. Al no haber podido imponerse militarmente sobre Hezbolá luego de un mes de hostilidades, y al preferir un cese al fuego a la continuación de un enfrentamiento costoso e incierto, Israel ha visto socavar no sólo su doctrina de seguridad y defensa, sino las bases tradicionales de su supervivencia. Las certidumbres regionales quedaron hechas añicos y una nueva reconfiguración de factores regionales se encuentra sobre el tapete.
Entre las realidades emergentes se encuentran las siguientes:
La consolidación del poder en ascenso de los shiíes y de Irán en el mundo árabe.
Esta tendencia, iniciada con la ruptura del muro de contención suní representado por Saddam Hussein y con la subsiguiente toma de control político en Irak por parte de los shiíes, se cimienta con el triunfo de una fuerza militar shií como Hezbolá.
Ello condiciona la esencia de su relación con el mundo árabe: su supervivencia como Estado no viene determinada por la aceptación de sus vecinos, sino por su capacidad para intimidarlos y someterlos militarmente.
Por extensión, Israel ha podido siempre darse el lujo de ofrecer condiciones para la paz que los palestinos y los árabes no están en condiciones de aceptar.
A fin de cuentas, los acuerdos de paz importan poco cuando Israel puede encerrarse en su propio búnker en la seguridad de que cualquier afrenta recibida podrá ser devuelta, multiplicada por diez.
La reciente confrontación en Líbano echó por tierra las reglas de juego que prevalecieron durante los últimos 58 años. Al no haber podido imponerse militarmente sobre Hezbolá luego de un mes de hostilidades, y al preferir un cese al fuego a la continuación de un enfrentamiento costoso e incierto, Israel ha visto socavar no sólo su doctrina de seguridad y defensa, sino las bases tradicionales de su supervivencia. Las certidumbres regionales quedaron hechas añicos y una nueva reconfiguración de factores regionales se encuentra sobre el tapete.
Entre las realidades emergentes se encuentran las siguientes:
La consolidación del poder en ascenso de los shiíes y de Irán en el mundo árabe.
Esta tendencia, iniciada con la ruptura del muro de contención suní representado por Saddam Hussein y con la subsiguiente toma de control político en Irak por parte de los shiíes, se cimienta con el triunfo de una fuerza militar shií como Hezbolá.
Re: El cataclismo del Medio Oriente
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:35
La fusión entre islamismo y nacionalismo árabe. El éxito de Hezbolá trasciende sus límites como fuerza islamista y shií para proyectarse sobre las calles del mundo árabe suní, apelando al espíritu nacionalista común.
Nasrallah, líder de Hezbolá, pasa a transformarse en un nuevo Nasser capaz de movilizar las fibras emocionales más profundas de la región.
La aparatosa caída de la influencia norteamericana en el Medio Oriente.
Estados Unidos pierde por partida doble: en poder y credibilidad. El fracaso de Israel implica también el de su apuesta en el triunfo militar israelí. La percibida debilidad de su aliado Israel se une a su propia impotencia en Irak, para generar un serio cuestionamiento con respecto a su poder.
Pero a la vez su credibilidad como árbitro se ve demolida, afectando seriamente toda capacidad para influenciar los acontecimientos.
La conjunción de los elementos anteriores pasa a afectar seriamente a los aliados de Washington en el Medio Oriente.
Los gobiernos de Egipto, Arabia Saudita y Jordania, ven debilitar sus bases de sustentación y quedan a merced de las tempestades.
Ello, a la vez, replantea la aceptación a la existencia del Estado de Israel, en la medida en que los factores de poder emergentes pasan a tener una actitud mucho más dura que la de los regímenes citados.
Frente a este nuevo escenario cargado de amenazas Israel tiene dos opciones.
Ataca la raíz del problema, promoviendo el proceso de paz y el surgimiento de un Estado Palestino bajo condiciones aceptables para dicha población y para el mundo árabe en general.
O, alternativamente, reconstituye el respeto a su poder militar mediante alguna acción espectacular.
Esto último seguramente involucraría a Irán y Siria.
Es muy posible que esta segunda opción sea la que prevalezca, habida cuenta que ello se encuadraría dentro de los propios propósitos de Washington.
http://www.eluniversal.com/2006/08/24/opi_art_2459...
Nasrallah, líder de Hezbolá, pasa a transformarse en un nuevo Nasser capaz de movilizar las fibras emocionales más profundas de la región.
La aparatosa caída de la influencia norteamericana en el Medio Oriente.
Estados Unidos pierde por partida doble: en poder y credibilidad. El fracaso de Israel implica también el de su apuesta en el triunfo militar israelí. La percibida debilidad de su aliado Israel se une a su propia impotencia en Irak, para generar un serio cuestionamiento con respecto a su poder.
Pero a la vez su credibilidad como árbitro se ve demolida, afectando seriamente toda capacidad para influenciar los acontecimientos.
La conjunción de los elementos anteriores pasa a afectar seriamente a los aliados de Washington en el Medio Oriente.
Los gobiernos de Egipto, Arabia Saudita y Jordania, ven debilitar sus bases de sustentación y quedan a merced de las tempestades.
Ello, a la vez, replantea la aceptación a la existencia del Estado de Israel, en la medida en que los factores de poder emergentes pasan a tener una actitud mucho más dura que la de los regímenes citados.
Frente a este nuevo escenario cargado de amenazas Israel tiene dos opciones.
Ataca la raíz del problema, promoviendo el proceso de paz y el surgimiento de un Estado Palestino bajo condiciones aceptables para dicha población y para el mundo árabe en general.
O, alternativamente, reconstituye el respeto a su poder militar mediante alguna acción espectacular.
Esto último seguramente involucraría a Irán y Siria.
Es muy posible que esta segunda opción sea la que prevalezca, habida cuenta que ello se encuadraría dentro de los propios propósitos de Washington.
http://www.eluniversal.com/2006/08/24/opi_art_2459...
Re: El cataclismo del Medio Oriente
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:37
Interesante opinión, desde luego.
Yo añadiria que la mayoria de paises arabes desconfian de Irán. Así como su poblacion.
Yo añadiria que la mayoria de paises arabes desconfian de Irán. Así como su poblacion.
Sí, están buenísimos.
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:44
Estados Unidos y el renacimiento shií Alfredo Toro Hardy
ACABA DE HACER su aparición en Estados Unidos un libro de la mayor significación. Su nombre es The Shia Revival (El Renacimiento Shiíta) y su autor es el académico norteamericano, de origen iraní, Vali Nasr. La edición 4-6 agosto, 2006, de The Wall Street Journal trae un extenso trabajo sobre el planteamiento del libro. A su vez, la edición julio/agosto 2006 de Foreign Affairs trae un artículo de Nasr en el que se sintetiza la tesis del libro.
En esencia el planteamiento de Nasr es que el mundo shiíta, que junto con el sunita comparte el escenario religioso musulmán, está transformándose en la fuerza predominante en el Medio Oriente.
Los elementos desencadenantes de ello fueron la caída Sadam Hussein, el proceso de democratización de Irak y la profunda influencia iraní sobre la vida política de Irak.
Lo primero derrumbó el muro de contención laico y sunita que mantenía a raya a Irán.
Lo segundo permitió que el 65% de población shiíta que existe en Irak se hiciese con el control político de ese país por vía de los votos.
ACABA DE HACER su aparición en Estados Unidos un libro de la mayor significación. Su nombre es The Shia Revival (El Renacimiento Shiíta) y su autor es el académico norteamericano, de origen iraní, Vali Nasr. La edición 4-6 agosto, 2006, de The Wall Street Journal trae un extenso trabajo sobre el planteamiento del libro. A su vez, la edición julio/agosto 2006 de Foreign Affairs trae un artículo de Nasr en el que se sintetiza la tesis del libro.
En esencia el planteamiento de Nasr es que el mundo shiíta, que junto con el sunita comparte el escenario religioso musulmán, está transformándose en la fuerza predominante en el Medio Oriente.
Los elementos desencadenantes de ello fueron la caída Sadam Hussein, el proceso de democratización de Irak y la profunda influencia iraní sobre la vida política de Irak.
Lo primero derrumbó el muro de contención laico y sunita que mantenía a raya a Irán.
Lo segundo permitió que el 65% de población shiíta que existe en Irak se hiciese con el control político de ese país por vía de los votos.
Re: Sí, están buenísimos.
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:45
Lo tercero colocó al gobierno predominantemente shiíta de Irak, y a las redes de poder de ese país, bajo influencia directa de Teherán.
Ello puso en marcha una sinergia de revalorización y autoestima en las poblaciones shiítas del Medio Oriente.
Según Nasr:
"Los shiítas representan el 90% de los iraníes, alrededor del 70% de la población de la región del Golfo Pérsico y, aproximadamente, 50% de la que habita en el arco que va de Líbano a Pakistán, 140 millones de personas en total...
El Medio Oriente que habrá de emerger del drama de Irak posiblemente no sea más democrático, pero definitivamente sí será más shiíta. Y también más conflictivo\".
Las razones de esto último son explicadas por el presidente Hosni Mubarak, citado por Nasr: \"Los shiítas son básicamente leales a Irán y no a los países donde viven\".
Según este autor a Estados Unidos no le queda otra opción que la de mantener una relación constructiva con Irán, nueva gran potencia regional.
El libro de Nasr fue previo a los acontecimientos del Líbano.
Lo que allí ocurre ahora no sólo consolida la validez de su planteamiento con respecto al poder emergente de los shiítas, sino que eleva a la enésima potencia el impacto de esta nueva influencia.
Ni más ni menos Hezbolá, brazo armado del shiísmo árabe-libanés, ha logrado lo que ninguna fuerza árabe había logrado desde el surgimiento del Estado israelí: mantener el enfrentamiento militar más largo y efectivo que se ha tenido con ese país.
En síntesis, Hezbolá se ha transformado en el orgullo y la esperanza del mundo árabe.
Por su intermedio los shiítas e Irán han aumentado exponencialmente su penetración en la región, propiciando por extensión el debilitamiento de los gobiernos amigos de Estados Unidos.
Paso a paso Washington fue fortaleciendo a Irán a través de sus acciones.
Sin embargo, se ha negado a aproximarse a este país, prefiriendo demonizarlo. Surgida la actual guerra del Líbano, no sólo se ha negado negociar con Teherán, factor clave para cualquier solución, sino que se ha presentado como incondicional aliado de Israel.
Su imagen en el mundo árabe está siendo triturada más allá de cualquier posible recomposición.
La pregunta obvia es para qué mantener 130 mil soldados en Irak, como vía para hacer sentir su influencia en la región, cuando por otro lado se encarga de destruirla de manera tan flagrante.
Resulta difícil comprender tanta torpeza (Tomado de El Universal, 10/08/2006).-
Ello puso en marcha una sinergia de revalorización y autoestima en las poblaciones shiítas del Medio Oriente.
Según Nasr:
"Los shiítas representan el 90% de los iraníes, alrededor del 70% de la población de la región del Golfo Pérsico y, aproximadamente, 50% de la que habita en el arco que va de Líbano a Pakistán, 140 millones de personas en total...
El Medio Oriente que habrá de emerger del drama de Irak posiblemente no sea más democrático, pero definitivamente sí será más shiíta. Y también más conflictivo\".
Las razones de esto último son explicadas por el presidente Hosni Mubarak, citado por Nasr: \"Los shiítas son básicamente leales a Irán y no a los países donde viven\".
Según este autor a Estados Unidos no le queda otra opción que la de mantener una relación constructiva con Irán, nueva gran potencia regional.
El libro de Nasr fue previo a los acontecimientos del Líbano.
Lo que allí ocurre ahora no sólo consolida la validez de su planteamiento con respecto al poder emergente de los shiítas, sino que eleva a la enésima potencia el impacto de esta nueva influencia.
Ni más ni menos Hezbolá, brazo armado del shiísmo árabe-libanés, ha logrado lo que ninguna fuerza árabe había logrado desde el surgimiento del Estado israelí: mantener el enfrentamiento militar más largo y efectivo que se ha tenido con ese país.
En síntesis, Hezbolá se ha transformado en el orgullo y la esperanza del mundo árabe.
Por su intermedio los shiítas e Irán han aumentado exponencialmente su penetración en la región, propiciando por extensión el debilitamiento de los gobiernos amigos de Estados Unidos.
Paso a paso Washington fue fortaleciendo a Irán a través de sus acciones.
Sin embargo, se ha negado a aproximarse a este país, prefiriendo demonizarlo. Surgida la actual guerra del Líbano, no sólo se ha negado negociar con Teherán, factor clave para cualquier solución, sino que se ha presentado como incondicional aliado de Israel.
Su imagen en el mundo árabe está siendo triturada más allá de cualquier posible recomposición.
La pregunta obvia es para qué mantener 130 mil soldados en Irak, como vía para hacer sentir su influencia en la región, cuando por otro lado se encarga de destruirla de manera tan flagrante.
Resulta difícil comprender tanta torpeza (Tomado de El Universal, 10/08/2006).-
Re: Re: Sí, están buenísimos.
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 16:48
El chiismo es una doctrina bastante curiosa, mezcla de legitimismo hereditario con revolución social, teocracia con critica al absolutismo, misticismo y esoterismo. No encuentro un paralelismo claro con alguna secta cristiana.
Re: Re: Re: Sí, están buenísimos.
Enviado por el día 26 de Agosto de 2006 a las 21:26
la verdad que me importa un huevo los shis y los cunies y la verga de la cabra, cuanto mas lejos esten de mi, mejor.
Re: Re: Sí, están buenísimos.
Enviado por el día 28 de Agosto de 2006 a las 12:52
Dices que a EEUU no le queda más remedio que mantener una "relacion contructiva" con Irán, pero de verdad crees que es posible? La verdad, no creo que a Irán le interese lo más mínimo colaborar con la política estadounidense en la zona; de hacerlo, sería a un precio (permitir el desarrollo del programa nuclear iraní) que EEUU difícilmente estará dispuesto a pagar.
¿Se acabará estrellando el imperio americano en Irán, como le pasó al romano? Sinceramente, espero que no, porque la alternativa da mucho miedo: China está a la vuelta de la esquina, esperando cualquier tropezón.
¿Se acabará estrellando el imperio americano en Irán, como le pasó al romano? Sinceramente, espero que no, porque la alternativa da mucho miedo: China está a la vuelta de la esquina, esperando cualquier tropezón.