Internacional

Repito,¿y si no quiero intervenir?.

Arasou, desde luego la estructura de nuestra sociedad está, en cierto sentido, hecha por el hombre. Pero esto no significa que sea ni pueda ser proyectada conscientemente y explicable en términos de necesidades, esperanzas y motivos. Por el contrario, incluso las instituciones y tradiciones que surgen como resultado de acciones humanas conscientes e intencionadas son por lo general, subproductos indirectos, inintencionados y a menudo no queridos de tales acciones.
La sociedad no es una unidad absoluta que debe pre-existir para que las relaciones concretas entre sus miembros puedan formarse. La sociedad no es sino la síntesis o el término general para indicar el conjunto de estar relaciones de interacción particulares.
Con esto quiero decir que necesariamente habría de imponerse de forma coactiva ese conjunto de valores, lo que significa liquidar la sociedad que da espacio a lo "privado".
La idea de que "el todo no es idéntico a la suma de las partes" se nutre de la ilusión de que se puede hallar un punto de vista privilegiado sobre el mundo, frente al cual lo que es privado y particular debe retroceder y anularse en aras de, por ejemplo, esa "igualdad social".
Sería entonces la "voluntad general", eterna aspirante a anular la "voluntad individual", un sustituto de la voluntad divina. Y, sin embargo, ningún hombre puede ocupar el lugar de Dios.
Lo Absoluto no es prerrogativa humana; y si alguien pretende encarnarlo, lo único que hace es imponer su voluntad arbitraria, hacer pasar como el todo lo que no es más que una preferencia suya.

Lo único que tenemos es la norma social, que es el producto, intencionado o no, de la acción que los individuos despliegan unos sobre otros; y es el resultado de una composición o armonización, que en cierto modo debe satisfacer las preferencias que impulsan a los actores individuales a obrar.