Internacional

Desde la declaración de nulidad en las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, se ha reavivado el tema de la represión en tiempos de la dictadura a partir de la apertura de varias causas a torturadores y criminales hasta ahora en libertad.

Como era de suponer, los sectores civiles y militares ligados a la represión, muchos de ellos connotados liberales de nuestro país, comenzaron a agitar el discurso habitual para la ocasión que va desde un "generoso" llamado a la reconciliación y pacificación hasta un falso intento de igualar en crueldad y magnitud las barbaridades cometidas por la dictadura liberal oligárquica y los grupos armados que actuaban en la época.

El gobierno K. intenta sacar rédito político del tema presentándose como un abanderado de los derechos humanos salvajemente violados hace 30 años, mientras con su política afianza la violación a los derechos humanos de hoy, ya no mediante la picana eléctrica y la patota militar, aunque sí a través de la miseria social en gran escala.

En el campo de los defensores de los torturadores y asesinos están los más principistas y, en cierto modo, los más honestos, que salen a la calle a reivindicar el accionar de los "patriotas que salvaron al país del marxismo". En este espectro milita la "prosti-occidental y cristiana" Karina Mujica, alias Valeria.

Están también los liberales clásicos, los hayekianos, hombre a los que solo les importa la riqueza, que usufructuaron, apoyaron y alentaron la represión cuando ella se llevaba a cabo, se llenaron los bolsillos en épocas del Proceso gracias a las medidas de Martínez de Hoz, Alemann y Cía., pero que luego tomaron discretamente distancia de los ejecutores en la misma medida en que salían a la luz las barbaridades cometidas. Unos canallas sin fisuras.

Yo, naturalmente, soy partidario de juzgar y condenar a los torturadores. A aquellos que cometieron crímenes creyendo defender la "sociedad occidental" hay que explicarles, cuando estén tras las rejas, que fueron vilmente utilizados por los grandes capitales locales e internacionales para barrer con una generación de militantes populares e instaurar el régimen que puso de rodillas al país, no fente a Cuba o la URSS, sino ante la mafia financiera internacional.

A los Martínez de Hoz y Cía. le cabe un doble castigo: por complices e instigadores de los crímenes y por beneficiarios del despojo del país.

saludos,