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El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 01:39
El liberalismo defendió durante el siglo XIX algo mucho más importante que el libre comercio: La libertad individual.
En este sentido se opuso a las doctrinas reaccionarias fomentando la democratización de las naciones, el laicismo del estado, la enseñanza gratuita etc.

Pero la libertad no queda garantizada por el solo hecho de proclamarla. Como dice el refrán “y vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, pues Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”
Las asociaciones de malhechores desde los albores de la historia, han hecho inviable la defensa en solitario de la libertad individual.
Es por ello que las sociedades democráticas han desarrollado unos mecanismos para compensar el abuso de poder de unos frente a otros. Ha tratado de repartir la libertad equitativamente, en forma de derechos y garantías.
Hace ya algún tiempo, la “izquierda” se desvirtuó hacia la defensa de la igualdad por encima de la libertad, cristalizando en doctrinas socialistas, que exaltaban la preeminencia del estado sobre la del individuo, con resultados nefastos.

Pero no deja de ser mosqueante que la derecha se haya transformado en adalid del liberalismo, cuando fue su enemigo a lo largo de la historia.
¿Se han transmutado?
Pues no del todo. La derecha ha entendido solo una parte del mensaje liberal, aquel que le convenía. La de hacer lo que les diese la gana con el poder que ya detentaba.
La libertad no puede estar mediatizada, por nada más que la voluntad de las personas, no por su cuna, su raza, su sexo, ni por los recursos financieros de los que disponga cada cual.
Si bien es un estímulo saludable el que la gente tenga que crear cosas para canjearlas por otras que necesita o desea (industria y comercio) esto no debe representar una barrera que impida el ejercicio de la libertad ni mucho menos que amenace la supervivencia del propio individuo.
La libertad de mercado no existe por que la proclamemos. Al igual que las otras libertades, exige que sea igual para todos. Si se acapara esa libertad, deja de ser tal.
Es un monopolio. Del mismo modo que es un monopolio cualquier dictadura.

Si nos paseamos por cualquier supermercado descubriremos que existe una monopolización del mercado camuflada con diferentes marcas, que son propiedad de escasas corporaciones.
Estas prácticas se extienden en todo el entramado del comercio defendiendo privilegios de todo tipo, desde corporativos hasta financieros. Abogados, arquitectos, farmacéuticos, bancos, agentes de bolsa, retienen para sí ciertas actividades en exclusiva. Hay mercados que por sus dimensiones son inalcanzables para las pequeñas industrias. Los relacionados con la energía, el transporte o la industria militar, están en manos de ciertas corporaciones. Así mismo lo está el mercado se capitales (bolsa) donde el acceso al mismo está restringido por el volumen.
Los peligros de la concentración de capitales son los mismos que la concentración de cualquier actividad que disminuya la libertad de las personas. Sea en forma de libertad de acción, como en libertad de elección.
Ese poder ha tratado de subvertir el sistema democrático, mediante ayudas a grupos políticos o militares. Influyendo en la opinión pública a través de medios de información o corrompiendo directamente a los funcionarios del estado en defensa de sus propios intereses o ideas.
Eso no es lo único grave del asunto. Las más de las veces esas corporaciones deben su hegemonía a procedencias dudosas. En muchos casos provienen de monopolios de los que fueron acreedores durante regímenes totalitarios o a malas practicas comerciales ejercidas ante la incompetencia de los órganos de control de la justicia.
Unos monopolios conducen a otros.

Monopolios u oligopolios sobre el transporte (Líneas férreas) han permitido crear monopolios sobre la energía (Rockefeller).Empresas mimadas por los estados (con nuestro dinero) han crecido de forma anormal: IBM, Krupp, Tysen, Lockeeth, McDonell, Douglas, Mercedes, Fiat, SEAT, WV, Telefónica, invadiendo otras actividades comerciales, desde donde su poder económico les ha hecho partir con ventaja. Los monopolios de difusión como la televisión han puesto en situación de desigualdad a aquellos empresarios capaces de hacer campañas publicitarias de aquellos que no han podido. Desde fabricantes de helados a vendedores de bocadillos.

Es por tanto necesario implementar esa libertad con unos derechos y garantías, que hagan exigible esta.
La “izquierda” lo ha arreglado monopolizando ciertas actividades y restringiendo su acceso mediante controles o guardando para el estado la gestión de las mismas.
La derecha por su parte se ha dedicado a proclamar la liberalización de los monopolios como la panacea, descuidando no sin malicia, que no es lo mismo privatizar un monopolio que liberalizarlo. Sigue siendo un monopolio, con el agravante que escapa al control que los ciudadanos pudieran ejercer a través del estado.
Resumiendo:
La libertad precisa de unas garantías y una vigilancia para que pueda ser ejercida por todos. La libertad comercial precisa de mecanismos que la garanticen, que tiendan a la desconcentración de capitales, que impidan que los cuellos de botella en el transporte, las comunicaciones o la energía, sirvan para generar nuevos monopolios. Que impidan que el estado distribuya nuestros recursos de forma favorecedora para unos en detrimento de otros.

En resumidas cuentas, la libertad incluye la libertad de oportunidades y esa no se limita a enseñar a leer y escribir en las escuelas. Pasa por mantener esa igualdad a lo largo de la vida de los ciudadanos, mediante una garantías jurídicas y constitucionales que hoy en día no existen.
Y que los mal llamados liberales no defienden.

Es por ello comprensible que las doctrinas liberales sean miradas por recelo por aquellos que han sufrido en sus carnes la desigualdad social, ya que no los dota de medios para salir de ella y sospechan, no sin razón, que una doctrina de este tipo solo favorecerá a aquellos que ya dispongan de medios desde el momento que se aplique
Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 02:56
Amigo podría ser más claro y sencillo.
Apunte a algo, la vida nos plantea objetivos, defina su punto de vista.....

Saludos liberales

http://ar.geocities.com/politicaeconomia
Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 11:17
Hola Arieldd.

Creo que soy bastante claro en la exposición.
Mi objetivo es promover una reflexión sobre las debilidades del liberalismo. Hay varios puntos en los que el liberalismo teórico no funciona, que son los que expongo arriba.

1. ¿Qué hacemos con las grandes empresas nacidas de situaciones monopolísticas?
2. ¿Cómo impedimos que el mercado sea condicionado ilegítimamente por ese tipo de empresas?
3. ¿Cómo impedimos que algunos saquen ventajas de la situación monopolística de la que gozan ciertos servicios? La lista es larga: Líneas férreas, aéreas, puertos, aeropuertos, carreteras, teléfonos, televisión..etc.
4. ¿Cómo favorecemos el acceso al mercado de aquellos que carecen de recursos?
5. ¿Qué garantías constitucionales serían deseables para garantizar efectivamente la libertad de mercado? Me refiero a derechos exigibles y ecuánimes. Por ejemplo: La libertad de expresión es un derecho, sin embargo no se ejerce en igualdad de condiciones por parte de un señor subido a una caja de tomates, que un señor que tiene un programa de televisión. Por tanto existen unos mecanismos compensatorios para impedir que el que ejerce esa actividad pueda perjudicar a personas abusando de su situación. Por ello difamar o calumniar son delitos.

Donde voy es a la necesidad de mecanismos que garanticen efectivamente la libertad de mercado, que debe incluir una igualdad de oportunidades. Por que la libertad debe ser igual para todos, de lo contrario deja de ser libertad.

Un saludo desde España.
Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener el mismo dinero
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 17:35
¿Quién le teme a ese monopolio?

Publicado el 2/6/93 en el diario La Prensa



Cuando los periodistas de La Prensa le preguntaron a Guy Sorman si los monopolios eran contrarios al libre mercado, el inteligente pensador francés contestó: "Sí, por completo". Y ahí quedó su respuesta, no amplió el concepto, y dejó flotando la idea errónea de que todo monopolio (único vendedor) es antisocial.

Sorman no es el único liberal que descuida este capítulo tan importante a la hora de describir los diversos mecanismos de la economía de mercado. Es por esta negligencia que se ha llegado a creer que toda economía capitalista degenera inevitablemente en su propia contradicción: el monopolio. La consecuencia de este mito es que hasta algunos liberales han aceptado que ese supuesto defecto del sistema se corrija con leyes antimonopolio y ciertas intervenciones estatales en el mecanismo del mercado.

La Argentina no ha escapado a este prejuicio y tiene su propia ley antimonopolio que entre otras cosas prohi8be vender barato (a menos del costo) y restringe las funciones empresariales.

Pues bien, hay una clase de monopolio que se conoce en economía como "monopolio natural" surgido del mercado libre (no otra clase de monopolios que analizaré luego) no es una nefasta institución hostil a la libre competencia, sino ¾ por el contrario¾ el resultado altamente deseable del proceso selectivo que dicha competencia genera. Es el paradigma de la división del trabajo, una especie de tributo público al esfuerzo perfeccionista, a la creatividad y a la sagacidad empresarial, la prueba más concluyente de la supremacía de los consumidores, quienes en decisiones que se modifican todos los días, determinan qué individuos o empresas han satisfecho mejor sus exigencias.




El derecho de propiedad

Veamos ejemplos sencillos. Los servicios insustituibles de nuestro pediatra o nuestro peluquero; el admirable estilo de nuestro escritor predilecto, el clima acogedor de cierto supermercado y el trato cordial que nos dispensa determinado vendedor de tal o cual comercio. ¿Acaso no ejercen una tiránica fascinación sobre nuestras voluntades? Las características del bar al que concurrimos cotidianamente influyen irresistiblemente sobre nuestra elección, como influyen las bondades de la espuma de afeitar que usamos y las virtudes morales de los amigos que frecuentamos con mayor asiduidad.

Si tenemos en cuenta todos estos condicionamientos naturales de la vida diaria, advertimos que en una sociedad contractual todos somos (o estamos en vías de serlo) monopolistas de, por lo menos, nuestra personalidad y de nuestras aptitudes profesionales.

Esto tiene una explicación muy simple: la natural desigualdad entre los hombres y la diversidad casi infinita de posibilidades creadas en el mundo moderno por el sistema de la división del trabajo, generan espontáneamente lo que en el orden empresarial se llama "monopolio" cuya esencia no difiere de lo que en el orden jurídico se denomina "patentes y marcas" y "derecho de autor" (distintas expresiones del derecho de propiedad), y que en el ámbito social conocemos como especialización, prestigio o éxito personal.

De lo cual se deduce que monopolio no es otra cosa que el exclusivo derecho de propiedad que toda persona tiene sobre lo que le pertenece.



Precio de monopolio

No tiene sentido entonces alarmarse por la existencia de monopolios en tanto estos sean producto de una selección de los propios consumidores. Pretender combatirlos mediante abstractas leyes antimonopolio, además de imposible, equivaldría a castigar a los triunfadores surgidos de la libre competencia.

Ahora bien, la pregunta que surge es si esta condición de "único vendedor" posibilita a quienes la alcanzan, establecer arbitrariamente precios de monopolio, es decir, precios superiores a los del mercado en competencia mediante el ardid de reducir la oferta de determinada mercancía cuyas existencias totales controlan.

Y es aquí donde aparece la vieja trampa dialéctica de la "competencia despiadada". Esta engañosa teoría sostiene que si una empresa vende por debajo del costo hasta liquidar a todos sus competidores, se transforma por esta vía en un monopolio.

Tan fraudulento es este razonamiento que conduce a los incautos a una contradicción increíble: prohibir la competencia para garantizar la competencia.

El economista austríaco Murray N. Rothbard al analizar esta celada dialéctica en su libro Monopolio y competencia se pregunta: "¿Pero, que demonios hay de malo en el hecho de que la empresa más eficiente en cuanto al servicio del consumidor sea la que subsiste, en tanto que los consumidores se nieguen a ser clientes de la menos eficiente? Cuando una empresa sufre pérdidas, eso significa que tiene menos éxito que otras para satisfacer los deseos de los consumidores. Resulta curioso que los críticos de la competencia despiadada sean en general los mismos quejosos de que el mercado subvierte la soberanía del consumidor. La venta de productos a muy bajo precios, hasta con pérdida inmediata, es un gran beneficio para los consumidores, y no hay razón alguna para deplorar semejante donativo".

Tras lo cual Rothbard razona que el único problema imaginable surge del supuesto que, después de haber expulsado a todas las demás mediante prolongadas ventas a bajo precio, la única empresa restante, monopolista final, restrinja entonces las ventas y eleve el precio de sus productos hasta hacerlos de monopolio. Pero, se pregunta Rothbard, ¿qué puede impedir que esa ganancia de monopolio atraiga a otros empresarios dispuestos a socavar la empresa existente, consiguiendo para ellos una parte de las ganancias? ¿Qué puede impedir el ingreso de nuevas empresas de la industria, determinando el regreso a los bajos precios competitivos?

Es que competencia quiere decir "mercado abierto", no necesariamente con la presencia de muchos vendedores.



El poder de los consumidores

No es sin embargo esta competencia potencial el único seguro que tiene la sociedad contra los eventuales precios de monopolio. Los consumidores, soberanos implacables, nunca pagarán un centavo más de lo que ellos creen íntimamente que valen los productos que consumen. Si el monopolista se piensa que una vez eliminada la competencia podrá resarcirse de las pérdidas anteriores y cobrar lo que se le antoje, se llevará una ingrata sorpresa: tan pronto como sobrepase los límites valorativos de los consumidores, éstos se irán retirando de la demanda efectiva determinando que el gasto total en el consumo del producto monopolizado disminuya, lo cual provocará pérdidas que no se compensarán con el descenso de la producción.

Los consumidores, en una reacción que se conoce técnicamente como elasticidad de la demanda, habrán dejado de comprar dicho producto y gastarán su dinero en la compra de otros bienes, similares o diferentes. Con lo cual se demuestra, de paso, que no sólo compiten entre sí los artículos de un mismo rubro, sino que todos los bienes y servicios están permanentemente compitiendo por conquistar los escasos recursos de los consumidores.



Otro fantasma: el cartel

Los opositores al mercado libre también suelen expresar su temor de que por un lado las empresas de un determinado rubro se fusionen en una gigantesca y única corporación, y por el otro, que esas mismas empresas, sin necesidad de fusionarse, pacten entre sí para formar un poderoso cartel a fin de controlar monopólicamente cupos de producción y precios.

En primer lugar no hay nada de malo en que un grupo de empresas competidoras se fusionen a fin de aumentar la eficiencia mediante un mejor aprovechamiento de los factores de producción y obtener mayores ganancias. Las empresas se fusionan de la misma manera (y con la misma legitimidad) conque los particulares unen sus capitales para constituir una sociedad anónima.

Por otra parte debemos reírnos del temido y cinematográfico "cartel", siempre fugaz, siempre endeble y siempre traicionado por sus mismos integrantes. El cartel se disuelve tan pronto como las empresas más eficientes del grupo se hartan de favorecer a las menos eficientes, o cuando un fuerte competidor se presenta a desafiarlo. Se trata de una unidad transitoria, generalmente un sondeo hacia una futura fusión definitiva, y, en esencia, ninguna diferencia hay entre ambas clases de asociación empresarial.

El mercado libre admite estas maniobras empresariales. Aunque la intención sea egoísta y con fines monopólicos, siempre resultan beneficiados los consumidores. El sistema funciona equilibradamente si existe igualdad ante la ley y mercado abierto.



Monopolios artificiales

Hasta ahora hemos hablado únicamente de esas inofensivas entelequias llamadas monopolios naturales. Es preciso que analicemos ahora a los otros monopolios, a los verdaderamente odiosos y antisociales, productos del privilegio y la inmoralidad política, monopolios que por definición constituyen la antítesis del mercado libre. Me refiero a los monopolios artificiales formados al amparo del Estado; los únicos monopolios peligrosos y socialmente injustos.

Francis Wayland los definió así: "Monopolio es un derecho exclusivo otorgado a un hombre o a un conjunto de hombres para que utilicen su trabajo o capital de alguna manera especial". Era precisamente a este tipo de monopolio al que se refería el Parlamento Británico cuando en 1624 declaró solemnemente: "Todos los monopolios son completamente contrarios a las leyes de este Reino y son y serán nulos".

El monopolio artificial, por consiguiente, surge de un privilegio especial que otorga el Estado a favor de un individuo, casta o grupo particular para vender o producir determinados bienes con exclusividad, quedando compulsivamente prohibido a los demás el ingreso a ese campo de la producción.

En resumen: con excepción quizá de los medios de prensa que requieren una legislación especial para garantizar el derecho a la información del público, si queremos proteger efectivamente a los consumidores, nuestro objetivo debe ser la derogación de todas las leyes antimonopolio que traban y entorpecen el libre comercio.



© Enrique Arenz 1993

Se permite su reproducción citando la fuente
Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener el mismo dinero
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 18:38
La respuesta no responde a lo que planteo.
No estoy hablando de exito comercial si no de practicas gangsteriles.
Rockefeller consiguió un control sobre las explotaciones petroleras sobornando a las empresas de transporte ferroviario para que no prestasen tal servicio a los pequeños productores de petroleo de Tejas, a los que arruino, pudiendo después adquirir esas explotaciones a bajo precio.

Tal como señalo los servicios de comunicación son unas de las partes más sensibles a ser sometidas a monopolización fraudulenta: Ferrocarriles, Lineas aéreas, puertos, etc.

1 $ Dan más libertad que 0,75 $.
En las dos variantes: Libertad de escoger y libertad de hacer. Si la diferencia es de 100 a 0,75 aún más.
Si la personas no disponen de suficientes recursos para tener ocio están sometidas a trabajo perpétuo para cubrir sus necesidades básicas, carecen de libertad.
Si sus posibilidades para acceder a otros métodos de subsistencia más productivos están negados por falta de instrucción a los que no pueden acceder por falta de dinero, o situaciones de monopolio, carecen de libertad.
Si la pobreza de estas gentes les hace poco interesantes y fiables para las lineas crediticias o para los bienes de consumo, se restringe nuevamente su libertad
saludos
Entonces $1000 dan más libertad q $500... con lo cual proponés igualar todas las fortunas?
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 18:54
Una propiedad privada puede crecer, pero por grande que sea su tamaño en liquidez, eso no mejorará sus posibilidades como capital frente a los consumidores. Donde no hay demanda (y dónde no hay proyección futura que pueda llegar a haberla) de poco vale crear un capital. Y de la misma forma un gran capital que intentara vender por encima del valor que lo podría hacer una nueva pequeña empresa crearía una avalancha de competidores.

El poder económico no es poder en sí. Su propia naturaleza es económica, o sea, subsiste dentro de un mercado de intercambio de bienes, y por ende contractual y voluntaria. El verdadero poder significa la fuerza para usurpar los bienes ajenos y por ende a las personas. Tal poder real altera la naturaleza del agente económico transformándolo en político. Si una persona tiene $100 no tiene más poder que la que tiene $50, salvo el “poder” económico de poseer bienes que le otorgan otros por propia utilidad a cambio de esa mayor suma. Un arquitecto, una empresa de vuelos comerciales, un gran comercio, no tienen respectivamente más poder que un albañil, una empresa de taxis o un quiosco. Su propia existencia como función económica demuestra que no tiene un poder real proporcional a su “poder económico”. Tal “mayor influencia” sería sólo dentro del mercado y por una mayor dependencia con respecto a los consumidores. No tendría un poder que pudiera usar coactivamente para acceder al verdadero poder de iniciar la fuerza que es el Estado. Ya que lo que se discute es esto: Si el poder económico da proporcionalmente poder político.

De hecho el poder político de un gobierno limitado (precisamente por ser limitado) no es totalmente arbitrario y los casos de corrupción sólo pueden dar tales o cuales privilegios legales dentro del mercado a alguno de los agentes económicos (mercantilismo). Pero sería el acceso a un poder limitado lo que posibilitaría a tal agente económico pasar por encima de los demás. Un poder gubernamental más fuerte y con menores limitaciones legales no limitaría un supuesto igual “poder” económico de los agentes económicos, ya que tal “poder” no existe si no es a través de la voluntaria corrupción del poder político. Y sería mucho peor entonces un poder con menores limitaciones en manos de un agente económico. Más aún, si el poder político se hace menos corrompible por ser más fuerte, entonces no será porque los agentes económicos tuvieran un ilusorio “poder económico” sin ayuda del Estado, sino simplemente porque es mucho más fácil para un poder pequeño dar un privilegio subrepticiamente a una empresa X y recibir un beneficio monetario a cambio, que directamente expropiar tal empresa y gozar políticamente de los mismos privilegios (cosa que sí podría hacer de existir un Estado más “fuerte”). Pero siempre el poder político que se le otorgue a tal empresa X será menor en fuerza y arbitrariedad que el poder político que se arrogaría el mismo Estado si tuviera un poder mayor que el que se le otorga, porque sino simplemente no se lo otorgaría y lo obtendría para sí directamente. Sería el caso de un ladrón con total poder sobre nuestras vidas, al que luego intentáramos sobornar para que no nos asaltara o para que asaltara al vecino. Sencillamente nos robaría el soborno y robaría a su vez al vecino.

Como se ve, siempre el poder real, la última palabra la tendrá el Estado. Si así no fuera… ¿para qué intentar acceder a él?
Pero, aclaremos, no hay poder social alguno en el poder económico salvo aquel que le otorga el verdadero poder, el poder político. Si el poder económico en sí pudiera ser un agente de fuerza social, su retroalimentación sería obvia, y entonces (y esto es un ejemplo casi metafórico pero se entiende que la analogía es correcta y aplicable) la persona que tuviera $2 tendría dos veces más poder que la persona que tuviera $1 y podría asaltarle su dinero, sencillamente sacarle por su propia relación de fuerza 50 centavos a quien tuviera $1. Luego tendría $2.50 y aquella 50c, y así finalmente la relación económica dejaría de tener sentido.
Pero lo cierto es que un magnate puede ir a un quiosco y exigir que por su “poder económico” se le regale un alfajor, y nada sucederá salvo que se lo echará a patadas.

Nuevamente, si el poder económico diera poder social, entonces ¿para qué “asaltar” o “influir” sobre el poder político si este realmente tiene menos fuerza que el propio? A esto se refería un exitoso presidente estadounidense en su crítica a la intervención del Estado en el mercado: The government is not the solution to our problems; the government is the problem. Por eso: Limitado o ilimitado, legal o arbitrario, el poder político es el único que siempre tiene el monopolio de la fuerza. Y por ende es el único que puede compartirlo (cuanto más grande, más poder compartirá), sea dejando sobornar a parte de sus miembros, sea directamente haciendo miembro político a tal o cual agente económico (lo cual de ser el poder público una fuerza sin limitaciones le posibilitaría al agente económico dejar de serlo, dejar de tener que ser el “fabricante del producto X” para pasar a ser un líder más del “Partido Z”). Pero dicho poder corrompido seguirá siendo, dentro de todo, limitado. Un poder más “presente”, un Estado intervencionista, simplemente sería una fuerza mucho mayor plausible de ser utilizada por un agente económico en contra de otros dentro de la sociedad (mercantilismo), o bien por el mismo poder público contra los demás agentes económicos (estatismo). Pero si lo que se quiere es que las empresas no tengan poder político, simplemente hay que achicar al poder político, al Estado hasta hacerlo inútil como factor de poder, y luego éste no dará privilegios. A menos, y vale la pena repetirlo, que se crea que el poder económico (el poder de producir y comerciar más por haber dado mayores servicios) es “en sí” poder político sobre la sociedad (véase el ejemplo anterior) y que hay que “equilibrarlo” con el poder del Estado. Pero entonces ya no habría posibilidad de libertad, ya que para que todos tengan la misma “cantidad de libertad” todos tendrían que tener la misma cantidad de dinero. Ya no sería una cuestión de aplicar una ley igual para todos que permita a todos ser libres, sino que la libertad en sí tendría como resultante la inmediata desigualación de dicha libertad y por ende sería una libertad en contradicción consigo misma que habría que suprimir cuanto más se quisiera asegurarla para todos (lo cual obviamente es una contradicción). Luego una autoridad con total poder sobre la sociedad, un Estado totalitario debería organizar a todos los individuos bajo un total igualitarismo económico o sencillamente privarlos de todo su dinero. Luego, entonces, adiós libertad.

Y si consideramos que el mercado de por sí perjudica el margen de libertad de los agentes económicos de menor influencia a favor de los que poseen mayores ingresos, entonces ya estaríamos tomando al mercado como un factor de total desequilibrio, y negaríamos toda posibilidad de un mercado libre sea donde fuere, con lo cual volveríamos a la “solución” totalitaria de un poder público sin límites sobre las empresas y sobre toda la ciudadanía en forma planificada socialmente, o sea: un sistema socialista. Pero vemos que si un conjunto de pequeñas empresas puede ofrecer un mayor servicio a los consumidores que una grande, ésta forzará a la grande a cambiar para superar a estas, o bien la grande sucumbirá ante aquellas. Y eso es porque el verdadero “poder económico” está en la relación utilidad-escasez de un recurso, un bien, una mano de obra o un capital, o sea, en su productividad marginal. Y nada, salvo esa utilidad marginal, es que la impide la generación de nuevos empresarios, ya que el poder de transferir el dinero de unas manos a otras está en el consumidor. Si a una sola empresa pequeña le costara menos crecer que a una gran empresa, entonces su servicio sería mayor que el de la gran empresa. En cuanto el mercado otorgara la posibilidad y la demanda potencial apareciera, entonces las empresas competidoras surgirán como lo han hecho desde siempre. Y eso significa que el consumidor sigue siendo el soberano en el mercado. Si el mercado tendiera al desequilibrio y no al equilibrio desaparecería por el empobrecimiento de los mismos consumidores que obviamente son a la vez productores.
Este y otros temas han sido tratados con claridad meridiana por Murray N. Rothbard en el capítulo “Monopolio y competencia” de su obra magna “Hombre, economía y Estado”

Los derechos sociales, o son sociales en tanto son derechos del individuo como parte de la sociedad, o son derechos de un grupo en tanto tal (público), y por ende por encima de sus miembros (privados). El agregado de la palabra “social” a algo que ya de por sí es social, generalmente hace referencia a lo social no como abstracción sino como un concreto con independencia de sus partes individuales, lo cual significa sencillamente “socialización” de lo “social”. Estos derechos socialistas del individuo no son del individuo (aunque puedan afectarlo positivamente o negativamente a capricho de la organización social). Se han implantado dentro del marco político infiltrándolos entre los derechos individuales. La diferencia entre unos y otros derechos es evidente: Cada derecho a algo que no se tiene es un derecho a algo que otro deberá proveer. Por eso quienes pretenden hacer valer sus "derechos sociales" necesitan hacerlo mediante la agresión y no mediante la defensa. Necesitan imponerse y transformar la sociedad, ya que el derecho que reclaman como violado es un derecho a lo ajeno. Por eso suceden estas contradicciones. Si los derechos que se reclamaran fueran individuales, y algún dictador socialista los estuviera violando, nadie necesitaría para defenderlos cortar ninguna ruta o tomar nada por asalto.

Si el gobierno no priva a personas del derecho a producir y comerciar libremente, entonces nadie tiene la culpa de la pobreza existente (o preexistente). La pobreza, incluso el hambre, es culpa de alguien si se genera por “quitarle” algo que sea propio de la persona que sufre tal pobreza o hambre dado el caso. Ejemplo: Si la ley de derecho a la propiedad que protege la inviolabilidad de su casa imposibilita a alguien más pobre a asaltarla, no significa ni que usted, ni la existencia de su casa, ni la ley tienen la culpa de la pobreza de tal persona, ya que su riqueza no es fruto de la agresión contra el pobre, aún cuando ya existiendo dicha riqueza pudiera ayudar a aliviar la situación de alguien más pobre. Si, en cambio, la causa de la pobreza es la acción del gobierno (lo cual es usual en las sociedades por mucho tiempo industrializadas) sobre el derecho a producir y comerciar libremente (interviniendo el mercado de precios y salarios con regulaciones y controles) entonces será el gobierno (en forma deliberada o no) quien haya generado descapitalización y por ende pobreza, pero eso no significa que quienes han podido progresar económicamente lo hayan hecho necesariamente a costa de quienes se encuentran aún en estado de pobreza.

Esto se aplica de igual forma a la pobreza como a una hambruna. Nadie tiene la obligación de emplear a nadie a pérdida, pero lo cierto es que siempre habría pleno empleo en un mercado de trabajo completamente desregulado (sin salarios mínimos) siendo que el trabajo es un recurso siempre escaso frente a la tendencia a la creación de nuevas tecnologías y servicios. Los nuevos capitales no dejarán de entrar al mercado si los niveles de salario demandados dan ganancias. Luego el mayor nivel de demanda de trabajo en relación con la oferta de trabajo significará una mayor productividad marginal del trabajo con respecto al capital y a la vez posibilitará que el empleador pueda y deba pagar salarios mayores a riesgo de que si no lo hace otros capitales se quedarán con esa mano de obra. Pero si se pone un tope mínimo a la entrada de trabajadores al mercado laboral esto sólo generará desempleo y el crecimiento del nivel de capitalización quedará estancado en un paso intermedio que exige menores salarios para poder producir los recursos y bienes de capital que posibilitarán la creación de nuevos capitales que hagan productivos al total de la población existente, y genere a su vez los futuros bienes de consumo que sí puedan atender la futura subida de salarios (ya que será natural y no artificial con respecto al mercado), hasta que la oferta de capital y la oferta de trabajo se equilibren en el mercado y empiecen a crecer sin situación de desempleo.

Cuando el mercado crece, lo que el “derecho social” (socialista) exigía para todos podrá ser alcanzado por todos mediante el justo derecho a lo propio individual y esto hará al primero inútil, de la misma forma que los “precios máximos” o los “salarios mínimos” se vuelven inútiles en tanto los precios de mercado luego de bajar se encuentran por debajo de los niveles máximos establecidos coactivamente por el Estado, o bien, el mismo caso: cuando luego de subir los salarios se encuentran por encima del nivel mínimo gubernamental.

Si nos damos cuenta que ni precios ni salarios se establecen por capricho de ninguna de las partes, sino por los niveles de escasez de un bien útil, entonces comprenderemos que variarlos hará imposible a las partes negociar, lo cual agravará aún más la situación del capital y limitará el acceso a los beneficios artificiales, lo cual en conjunto dañará a la economía y así volverá imposible lo que nunca fue imposible: que todos a futuro puedan por sus propios medios alcanzar un servicio, un salario o un bien determinado. Tal imposibilidad es artificial por culpa del intento igualitario de hacer a todos los individuos acceder a un nivel de riqueza mediante los “derechos sociales”, lo cual servirá luego de justificativo a quienes establecieron tales “derechos sociales” para encima crear nuevos “ministerios de” que aumentarán las imposibilidades. Así es que sucede que los servicios públicos del Estado (contra los que no se puede competir porque pueden mantener bajos precios a pérdida, a costa de impuestos sobre otros sectores del mercado) terminan generando sobre sí mismos una eterna dependencia, como eternamente inmóviles son los salarios mínimos.

Por ejemplo: Si se baja artificialmente el precio del pan para beneficiar al consumidor habrá menos panaderos que puedan producir dicho pan (y por ende menos personas podrán comprarlo). Si se sube artificialmente el precio del pan para beneficiar al productor habrá menos consumidores que puedan comprar dicho pan (y por ende menos panaderos que puedan venderlo). Tales desequilibrios generarán escasez de pan en el primer caso, o un excedente de pan en el segundo caso.
Los niveles de equilibrio entre oferta y demanda que sólo puede conseguir un mercado libre de precios y salarios (véase precios a su vez) son necesarios para el crecimiento económico, y el crecimiento económico se va equilibrando con la demanda de nuevos consumidores lo que posibilitará el ascenso en sus niveles de vida, lo cual los elevará así cada vez más, de la pobreza y la subsistencia a la riqueza y el bienestar. Esto ha sido un hecho para el actual Primer Mundo (ejemplo ideal: el llamado “milagro alemán”) y para los países que también han abandonado el Tercer Mundo (ejemplo ideal: los llamados “tigres asiáticos”) gracias a adoptar mayormente políticas de mercado libre: Japón, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur, como también ha sucedido en otras áreas del planeta: República Checa, Polonia, Chile, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Irlanda, etc., sin contar los países arrasados de la Europa de post-guerra.

El derecho a la vida es el derecho a la propiedad privada. El derecho a la vida que va en contra del derecho a la propiedad privada es el derecho de vivir de lo ajeno y no de lo propio.

Si todos tienen igualdad de oportunidades por tener la misma cantidad de dinero, entonces en cuanto por sus propios méritos logren diferenciarse y uno gane $1 en X cantidad de tiempo y el otro $0.75 en la misma cantidad de tiempo, ya no tendrán la misma igualdad de oportunidades y habrá que entonces ¿redistribuir $0.125 por cada peso ganado? Eso no es igualdad de oportunidades sino permanente igualdad de ingresos.
Cada uno debe generar sus propias oportunidades. A menos que creas en la teoría de la explotación marxista, de la teoría del valor tiempo-trabajo manual y la plusvalía, etc., eso es otra cosa. Sino, no pidas derecho a acceder a algo sin dinero, porque sino otro te lo va a tener que pagar por vos.
Re: Entonces $1000 dan más libertad q $500... con lo cual proponés igualar todas las fortu
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 20:44
Obviamente 1.000 $ dan más libertad que 500 $. De escoger y de hacer. Lo que los ingleses llaman la libertad "para" y la libertad "de".

Y es deseable que las personas dispongan de ella, o que al menos dispongan de la oportunidad de acceder a ella (y no me estoy refiriendo a la lotería).
Hay que entender que éticamente no se puede pedir que alguien sacrifique su vida o la de sus hijos por nosotros.
Si hay hambruna, el principio ético de la supervivencia está por encima de cualquier derecho de propiedad.
El crak del 29 llevó a que existieran unas necesidades básicas que cubrir que estaban por encima de otras consideraciones teóricas y que llevó a que la administración tomara medidas ya que el mercado no estaba solucionando el problema.
El derecho a la propiedad, empieza por lo que Locke llama poseerse a uno mismo. Y eso quiere decir gozar de libertad para hacer o elegir.

Un sistema liberal nunca puede funcionar en una dictadura, ya que es condición necesaria que exista libertad política para poder defender la libertad de mercado (Chile).
A parte de los países mencionados hay un "milagro" asiático que de momento es una semi esclavitud, mejor que la esclavitud de las zonas agrícolas manejadas por terratenientes, del mismo modo que lo fue en la revolución industrial europea, con trabajo infantil y condiciones poco presentables de trabajo, aún que mejores que la situación de explotación agrícola.
Eso no llevó en ningún caso en Europa a una democratización sistemática, ni a un aumento de la libertad individual, que sufrió vaivenes de todo tipo.
Fue la defensa de la libertad (no solo la de mercado) la que impulsó la democratización.
Fue tambien la escolarización gratuita y obligatoria la que llevó a mejorar las posibilidades de las nuevas generaciones.
Pero las viejas generaciones se quedaron por el camino.
Sería lamentablemente cínico pedir de nuevo a las generaciones del tercer mundo que se sacrifiquen en espera de una posible mejora a largo plazo. Este planteamiento lleva a que rechacen de plano las ideas liberales en favor de otras que les den alguna mejora inmediata aun que sean a un coste elevado(crecimiento del gasto público).
Por que la vida es corta y no entiende de macroeconomía.
Saludos
PD: Sigues sin aclararme como impedir los monopolios en las comunicaciones y sus resultados indeseables (y contrarios a la libertad de mercado).
¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:25
Y vos seguís sin aclararme, ya que valorás tanto la libertad "para" o libertad positiva, como vas a hacer para igualar esa libertad para todos sin igualar las fortunas. No me estás contestando.

Nuevamente, repito: Todos tienen libertad de comprar un producto de $1000, pero sólo quienes tengan $1000 podrán hacerlo. La libertad está en poder hacerlo una vez ganado el dinero, y que nadie lo impida. No a la inversa que la libertad esté en obtenerlo sin dinero. Porque eso viola la libertad de quien posee el producto de disponer del mismo.
Por eso es igualmente libre quien tiene $1 a quien tiene $2. La libertad es disponer de uno mismo, de lo propio. Luego si con esa libertad se gana $2 en vez de $1, eso no dará mayor libertad para disponer de lo propio. Se tendrá la misma libertad así se tenga $1000.
Lo tuyo es quejarte de no tener la misma libertad de quien compra un chocolate en un quiosco porque no te alcanza el dinero para comprarlo, e intentar entonces robarle al dueño del quiosco el chocolante que te "priva" del mismo, o bien robarle al otro comprador que sí se ganó su dinero.

Sobre los monopolios en las comunicaciones, sencillamente creo que mientras haya libre entrada al mercado y no haya privilegios de Estado, no habrá tal monopolio, a menos que se llame monopolio al éxito comercial no superado por ninguna otra empresa en un área dada.
Y ya he dicho que si se quiere una explicación más extensa se lea el capítulo "Monopolio y Competencia" de Murray N. Rothbard.

Y no se trata de macroeconomía, se trata de microeconomía, a lo sumo. Y nadie pide el sacrificio de nadie, pero precisamente las políticas sociales del Estado es exactamente lo que piden.

Esto que dices: "
Un sistema liberal nunca puede funcionar en una dictadura, ya que es condición necesaria que exista libertad política para poder defender la libertad de mercado (Chile)." es una falacia, porque la libertad de mercado, ha funcionado sin libertad política, y Chile es el ejemplo más claro.

Sobre que "Si hay hambruna, el principio ético de la supervivencia está por encima de cualquier derecho de propiedad.", no se cual es el principio ético de la sobrevivencia a costa del trabajo ajeno. Yo creo en el principio ético de la justicia, del derecho a lo creado por el propio esfuerzo. No son los hambrientos los que se sacrifican por nosotros, porque no se mueren de hambre porque yo les quite la comida. Al contrario, vos me estás pidiendo que yo me sacrifique a la fuerza porque alguien pase hambre.

Y el crack del 29 fue consecuencia de las intervenciones en el mercado, e implicó que no pudiera el mismo mercado solucionar el problema de la hambruna subsiguiente.

"El derecho a la propiedad, empieza por lo que Locke llama poseerse a uno mismo. Y eso quiere decir gozar de libertad para hacer o elegir."
Pues bien, coincido: libertad de hacer y elegir con lo propio, no con lo ajeno. Sino no me estás citando a Locke sino a Rousseau. Y todo lo que escribes es rousseauniano, y Rousseau es el primer comunista revolucionario de la historia.

Sobre tu crítica al "milagro de los tigres asiáticos" no hay tal esclavitud, porque si trabajan por poco dinero en un primer momento, es porque la productividad marginal del trabajo es muy baja en comparación con la productividad marginal del capital que los emplea. Todas las naciones capitalistas desarrolladas, incluidas los europeos, comenzaron así.

No hay otra libertad que la libertad de disponer de lo propio. Cualquier otra "libertad para" que no sea posible con lo que se posee, o sea, que no esté incluída en la "libertad de", no es en sí una libertad sino un subsidio.
Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 22:23
La propiedad es un concepto escabroso. No se puede considerar una propiedad legítima aquella que ha sido obtenida por la fuerza. Por eso las propiedades nobiliarias procedentes del expolio del bisabuelo no acostumbran a estar reconocidas.

Aun que el delito haya prescrito no quiere decir que su propiedad sea lícita (éticamente hablando). Una cosa es que se le daba meter entre rejas y otra que pueda seguir disfrutando de esas propiedades.
Del mismo modo las propiedades fruto de los monopolios (los estatales), o la delincuencia (robo, extorsión, tráfico de sustancias ilegales, explotación) no pueden ser consideradas legítimas ya que si lo hiciésemos justificaríamos cualquier método de hacer fortuna, incluido que nos desvalijen en la esquina.
Por tanto debemos mantener una ética comercial ¿Estamos?

Lo que me ronda por la cabeza es favorecer la igualdad de oportunidades, mediante créditos o inversión (no necesariamente del estado).
En los EEUU hay una fiscalidad bastante inteligente que hace mover el capital hacia la inversión, gravando el que está pasivo. Eso hace que todo profesional liberal se transforme en inversor para escapar el IRS. El inconveniente es que ese dinero acostumbra a revertir en bolsa, que es un mercado monopolístico.
Lo ideal es que ese dinero fuese a parar al mercado particular. Ya que la concentración de capitales los hace más susceptibles de crear debacles generales.

En cuanto a los que se encuentran entre la espada y la pared de la hambruna, es preferible darles un pequeño porcentaje de nuestra dinero, para que salgan del paso, a que nos asalten la nevera.
Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 3 de Abril de 2004 a las 03:41
"No se puede considerar una propiedad legítima aquella que ha sido obtenida por la fuerza". Todas las propiedades empiezan de ese modo. Tal vez el origen esté un poco más lejano en Europa, pero en Latinoamérica el reparto se hizo a los tiros. Y en muchos casos, los desciendentes de esos primeros propietarios siguen teniendo posiciones de privilegio en la sociedad fruto de esas apropiaciones. Muy legítimo no es, pero tampoco vamos a expropiar... Yo creo en los impuestos a la herencia.

Pero el resto, sobre todo la relación que tiene (y que debe tener) el liberalismo con la igualdad de oportunidades, muy de acuerdo.
Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 3 de Abril de 2004 a las 10:19
Los impuestos a la herencia, gravan por igual a aquellos que han ganado sus propiedades limpiamente que aquellos que las han conseguido por procedimientos ilegítimos.

Lo que pasa es que expropiar a los terratenientes conlleva enfrentarse a los poderes fácticos (Ejército) :0)
Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 4 de Abril de 2004 a las 19:06
La distinción entre legitimidad e ilegitimidad en la adquisición tiene sentido si antes de que ésta ocurra ya hay criterios compartidos al respecto. Pero del militar argentino del siglo XIX que se agarró millones de hectáreas (y se las quedó, o las vendió) no puedo decir que haya hecho nada ilegítimo sencillamente porque no había quién determinara sobre legitimidades en aquel entonces. Y determinarlo retroactivamente no me parece, justamente, "legítimo". Por eso yo me opondría a una expropiación no sólo por razones de pragmatismo. En última instancia, toda propiedad de la tierra -conservada hasta hoy o convertida en dinero- siempre depende de un acto de apropiación fáctica; quizás acá lo tenemos más cercano en el tiempo, pero esto fue así en todos lados.

Por otro lado, por más "limpiamente" que se haya obtenido una propiedad, como no creo que los privilegios deban transmitirse por sangre, igual apoyaría un impuesto a la herencia.
Re: Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 4 de Abril de 2004 a las 21:27
Locke ya argumentaba que la propiedad no nace de una reclamación, si no del trabajo.

No recuerdo si fue Nuñez de Balboa, que reclamó todos los territorios que bañaban el Océano Pacífico para la corona española mientras se mojaba las pantorrillas en él. Me imagino que ni China ni Japon perdieron el sueño por ello.

Señorear tierras es una actividad llevada a cabo tanto por las tribus que las habitaban como por los que se las arrebataron a tiros. Ni unos ni otros ostentaban la legítima propiedad. Esa solo la da su explotación mediante trabajo. Por tanto la apropiación debe estar acompañada de explotación (y no hablo de tener cuatro vacas pastando).
En España se hizo una ley de expropiación sobre "fincas manifiestamente mejorables", a la que un socialista (Alfonso Guerra) parafraseó como ley de "propietarios manifiestamente mejorables".
El uso determina la propiedad. De hecho una misma propiedad puede ser usada por diferentes titulares, que solo tienen un derecho parcial sobre la misma. Explotación del subsuelo, derechos de pastoreo, explotación forestal, producción agrícola etc.
Los impuestos sobre herencia, son injustos ya que despojan a quienes tenían relación con la propiedad de la liquidez monetaria que necesitarían para seguir explotando dichas propiedades. Además de que ese impuesto no revierte sobre los ciudadanos, se los queda el estado...que haciendo lo que acostumbra con él.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 4 de Abril de 2004 a las 22:36
Locke también decía que no había que preocuparse, total había suficiente para todos... No explicó qué hacer si no había suficiente -de hecho, nunca puede haber suficiente ante el deseo humano, pero ése sería otro tema. No sé por qué deba ser tan obvio que sólo la explotación (y un tipo de explotación que a vos te satisfaga, al parecer) confiera legitimidad. "El uso determina la propiedad". Bueno, perfecto, el 35% de las viviendas de la Ciudad de Buenos Aires no están habitadas, vamos a expropiarlas... Además, el hecho de que se ponga a trabajar la tierra no dice nada sobre cómo se obtuvo. No importa si es a los tiros mientras la tierra trabaje...

"Los impuestos sobre herencia, son injustos ya que despojan a quienes tenían relación con la propiedad de la liquidez monetaria que necesitarían para seguir explotando dichas propiedades". Eso depende del monto en que se los fije. Cualquier impuesto a cierto nivel impide las ganancias necesarias para seguir produciendo, pero decir que por principio tal impuesto impediría la normal continuidad de la actividad empresaria es repetir lo que decían los empresarios ante la ley de descanso dominical, la jornada de 8 horas... La tasa debe contemplar tanto la equiparación de oportunidades para todos los miembros de la sociedad, como el eficaz funcionamiento de las empresas. Pero si no, con tu criterio, hay que abolir todos los impuestos, porque potencialmente todos "despojan a quienes tenían relación con la propiedad de la liquidez monetaria que necesitarían para seguir explotando dichas propiedades"...

"Además de que ese impuesto no revierte sobre los ciudadanos, se los queda el estado...que haciendo lo que acostumbra con él." ¿Escuelas, policía, caminos, hospitales, defensa...? O tal vez pagar el sueldo a jueces que decidan cuándo carajo es "manifiestamente" mejorable mi propiedad o no, pudiendo expropiarme si así lo considera. Más poder discrecional que ése para el estado no conozco.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 5 de Abril de 2004 a las 00:41
El hecho de que el uso y cuidado (trabajo) es lo que confiere propiedad es que eso lo distingue de la basura. Cuando los objetos son abandonados, los consideramos basura. Así mismo los edificios (que amenazan ruina).
Una cosa es adquirir una propiedad a tiros y la otra defenderla de quienes la señorean.
Los impuestos desgraciadamente no sirven en su mayoría para lo que se supone que sirven. En porcentaje elevado son gastos suntuarios de la administración.
El impuesto sobre herencias si es bajo no sirve para modificar el reparto de propiedad (este era el tema) y si es alto ataca la liquidez, en lugar de gravar la propiedad. Sigue siendo más justa la expropiación de aquello que esté en desuso, que un impuesto sobre herencias "urbi et orbe"
Y aún hay suficiente para todos ¿Os falta terreno en Argentina?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 5 de Abril de 2004 a las 21:33
No entiendo qué y quién delimita cuándo es suficiente y cuándo no. No entiendo cuándo el ser humano puede tener "suficiente" de lo que fuera. Creo que se deja de ser humano en tal caso. Por otro lado, tampoco nos sobra tanto, como el 80% de las tierras acá no son fértiles...

"El impuesto sobre herencias si es bajo no sirve para modificar el reparto de propiedad (este era el tema) y si es alto ataca la liquidez, en lugar de gravar la propiedad". Usemos ese criterio para todos los impuestos: como nunca se podrá dar la misma atención médica a todo el mundo, entonces no cobremos ningún impuesto y desistamos in toto de dar cualquier atención. Nunca se alcanza la igualdad de oportunidades, ni la salud completamente igualitaria, ni la educación de igual calidad para el niño rico que para el pobre. Pero no por eso se renuncia completamente a cierta equiparación. Si no puede lograr todo, entre lograr algo y no lograr nada prefiero algo.

"Una cosa es adquirir una propiedad a tiros y la otra defenderla de quienes la señorean". Pero ese que la defiende (o su padre o su tataratatara abuelo) la adquirieron a los tiros o se la compraron a uno que la adquirió a los tiros. Luego vino el estado, determinó qué era legítimo y qué no lo era y convalidó ciertas relaciones de propiedad por sobre otras. Por eso creo en la equiparación de oportunidades: porque cuando se sancionaron las reglas del juego algunos ya llevaban una ventaja enorme. Según tu criterio, si Anchorena -por nombrarte una familia argentina que posee millones de hectáreas desde hace más de un siglo- hace trabajar toda la tierra que posee no debe ser "molestado" en absoluto por el estado (un estado que, agregaría yo, fue fundado recién después de que el primer Anchorena se apropiara de todo eso, cuando no existían criterios de legitimidad sobre la adquisición de tierras). No puede ser expropiado, porque su tierra trabaja. Y no se le deben cobrar un impuesto a la herencia, porque afectaría tanto su tasa de ganancias que iría a la quiebra. Es más, no se le deben cobrar impuestos en absoluto porque se destinan a poco más que "gastos suntuarios de la administración". O sea que 5 generaciones de Anchorena han podido no hacer nada de su vida, han simplemente heredado por sangre un privilegio que les ha permitido vivir como reyes sin ningún talento o esfuerzo propios. Yo creía que el liberalismo justamente se había levatando contra los privilegios hereditarios, que creía en sociedades meritocráticas donde todos, con oportunidades más o menos iguales, pudieran competir en base a su talento y esfuerzo y no en base a su apellido. Si hemos decidido abandonar eso, avísenme que me bajo...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 5 de Abril de 2004 a las 23:28
El problema es que Anchorena creará una sociedad que poseerá la propiedad y en la que estarán representados sus hijos. Cuando muera no pagará un duro por transmisión patrimonial.
Por otro lado, al Sr. Andrés que tiene una panadería le aplicarán el impuesto de herencias y como no tiene dinero para montar una sociedad, su hijo se quedará con una mano delante y la otra detrás.
Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 4 de Abril de 2004 a las 05:15
No coincido con esto último. Si nos dejamos robar por el Estado en favor de X para que ese robo no lo ejecute el mismo X, ya de cualquier forma estamos siendo robados por X.
Y encima no van a salir del paso. En el comienzo todos eran pobres. Cuando una persona no puede por sus propios medios siquiera empezar a generar riquezas, entonces no puede acceder al mercado porque no tiene ninguna utilidad para él, pero esto es falso, y si el mercado es realmente libre, habrá siempre espacio en el mercado para que capitales en competencia tengan interés y sean capaces de invertir en la persona que no tiene un peso para vivir.

Sobre todo lo demás, sí, coincido absolutamente: Si quien ayuda al otro no es por coerción, entonces estoy de acuerdo. Sucederá que será caridad (un valor para quien la ofrece) o bien una inversión directamente (dar cañas de pezcar, como se diría, para que luego se devuelve el préstamo).
Pero no existen mercados monopolísticos, sólo existen mercados. Lo que no es mercado, genera monopolios. El mercado es el libre acceso al intercambio contractual y voluntario en la división del trabajo. O sea: el no inicio de la fuerza. Yo puedo ser el único dentista de un pueblo, y no ser un monopolio. Mi existencia como único dentista no imposibilita a otros ser dentista. Si no surgen otros dentistas es porque las posibilidades económicas existentes para convertirse en dentista son naturalmente muy limitades y mi productividad marginal es altísima. De variar ese hecho, automáticamente surgirán nuevos dentistas y mi productividad marginal disminuirá.
Por eso estoy de acuerdo cuando diferencias monopolios como un fenómeno estatal, de quien puede iniciar el uso de la fuerza y limitar la entrada al mercado en forma artificial, y en desacuerdo cuando consideras monopolios a fenómenos producidos por el mercado sin que medie coacción alguna.

Y otra cosa: no confundamos (va más bien dirigido a otros foristas) igualdad de oportunidades con aumento de las oportunidades, de la misma forma no hay que confundir mayor igualdad, ni con mayor riqueza promedio, ni con crecimiento del nivel de vida de los pobres. Puede haber más desigualdad y que los pobres hayan mejorado su nivel de vida, y puede haber más igualdad y que los pobres sean más pobres.

Y estás llegando al meollo del asunto cuando decís que: "La propiedad es un concepto escabroso. No se puede considerar una propiedad legítima aquella que ha sido obtenida por la fuerza." Esto es exacto. Pero hay que ir más lejos y explicar por qué es ilegítima. Una propiedad privada X es privada porque está atribuída a un individuo en particular, a un nombre y apellido, por decirlo de alguna manera. ¿Como llegó a esa persona? Hay dos formas: Fue creada por el trabajo de esa persona o fue intercambiada voluntariamente con otra persona en base a algo producido por el trabajo de esa persona. O sea, la propiedad privada es propia en forma privativa de ese individuo porque fue creada por ese individuo. El intercambio contractual que es generado por el derecho individualista es el mercado donde se intercambia lo producido por el trabajo (de por sí desigual) de cada persona. Lo que hace en realidad, cada vez que se compra y vende, es intercambiar títulos de propiedad, lo cual no enajena el propio trabajo del otro, sino que divide las funciones aumentando la productividad de cada individuo. Si entrego una hoz producida por mi trabajo a cambio de un martillo producido por el trabajo de otro, lo que paso a tener en mis manos no es más que la continuación de mi propio trabajo. Sigue siendo mi propiedad, porque fue mi propiedad inicial la que posibilitó el intercambio. No es difícil entonces reconocer qué es propiedad legítima y qué no, porque sólo hay que retrotraerse (dentro de lo generacionalmente posible) en el tiempo para diferenciar lo que se obtuvo intercambiando lo propio (lo generado por uno mismo) de lo que se obtuvo mediante el inicio de la fuerza (obviamente del otro). Reconocer una propiedad a sabiendas que fue creada en forma ajena al nacimiento de la propiedad, o sea, que fue obtenida violando otra propiedad, significa simplemente esclavitud o bien servidumbre forzada, que es reconocer el derecho de propiedad sobre el propio trabajo para ciertas personas en particular y no reconocerlo para otras en particular (sea por cuestiones racistas, por ejemplo)
Luego está la violación de la propiedad privada por una propiedad pública, o sea, por una entidad colectiva cualquiera y a sus dirigentes (estados, tribus, bandas armadas, etc.), pero no a un nombre y apellido. En el primer caso el mercado se vuelve restringido. En el segundo caso tiende a desaparecer completamente.
Te recomiendo encarecidamente que leas "La ética de la libertad" de Murray N. Rothbard.
Re: Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 4 de Abril de 2004 a las 11:31
El estado siempre robará, forma parte de su propia naturaleza.
Al usar medidas coarcitivas para recaudar, por definición lo transforma en robo. Por otro lado no existe otra menera de financiar acciones en común (incluida una comunidad de vecinos) sin que se pueda obligar a "contribuir" en aquello que decida la comunidad (democráticamente se supone)

Si al señor X se le tiene que pagar una "mordida", siempre es preferible que lo haga el estado de forma anónima, que no que la tenga que pagar yo de forma directa, ya que eso crearía un mal precedente (racketing), que además sería injusto para los necesitados más débiles. Además de que de este modo se puede establecer negociadamente que tipo de ayudas, durante cuanto tiempo y para qué se utilizarán.
Pero esas medidas deben ser transitorias, no permanentes, ya que eso degenera en "clientelismo social" (que me imagino conoceis bien en Argentina).

El gobierno debe encargarse de las situaciones de emergéncia: Catástrofes naturales, guerras, y catástrofes económicas (en las que normalmente tiene parte de responsabilidad)
Cuando existe un alto indice de pobreza es que algo anda mal y tiene que solucionarlo aquel que ha actuado negligentemente (normalmente el estado)
El resolver el aquí y el ahora (dar comida o techo a aquellos que lo han perdido todo o no lo tenían) no quiere decir que deba ser la política a largo plazo, ni que deba conformar la economía.
Cuando el sector privado falla (por el motivo que fuere) el gobierno es el que debe actuar (temporalmente) para arreglar el problema.
Las condiciones en que se debe prestar esa ayuda (con contraprestación de trabajo público por ejemplo) o lineas de crédito públicas o garantizadas por el estado, es otro asunto.
También si debe tratarse de un plato de sopa o un "voucher" para canjearlo por comida en cualquier supermercado. O un "voucher" crediticio para emprender actividades comerciales.
Me leere lo que me comentas
El Estado es un robo
Enviado por el día 7 de Abril de 2004 a las 20:09
"El estado siempre robará, forma parte de su propia naturaleza.
Al usar medidas coarcitivas para recaudar, por definición lo transforma en robo. Por otro lado no existe otra menera de financiar acciones en común (incluida una comunidad de vecinos) sin que se pueda obligar a "contribuir" en aquello que decida la comunidad (democráticamente se supone)"
Bueno, aquí es donde coincidimos y disentimos. El Estado en sí es un robo. Pero el robo es robo y no debe ser aceptado jamás, ni aunque el robo sea democrático. No hay que confundir democracia con unanimidad: La mitad más uno se vuelve totalidad, y la mitad menos uno termina valiendo cero. El abuso de la estadística.
Por supuesto que si se adhiere voluntariamente (con derecho a secesión) a una constitución no arbitrariamente mutable, y al adoptarla como propia se acepta ser robado hasta cierto punto, entonces se podría decir que tal cosa es aceptable. Pero, ¿hasta que punto queda algo de garantía de independencia para ese individuo si puede ser expropiado? ¿cuanta expropiación límite habrá? Si la expropiación no tiene límites definidos puede de la noche a la mañana acabar no sólo con la libertad política para participar en esta democracia intervencionista, sino para que se garantice simplemente el derecho a disponer de la propia vida para abandonar el territorio (véase Cuba)
Y a falta de un límite constitucional definido, rápidamente la democracia puede pasar por encima del contrato constitucional y eventualmente decidir contra las garantías que se le prometieron a las minorías. De ahí al totalitarismo democrático, y luego al autocrático, hay un paso.
¿Te gustaría que la gente votara cuanto dinero tienes que tener, con quienes tienes que casarte y cuantos hijos tener con tu pareja? No, a mí tampoco, lo imaginé.
Por eso lo realmente justo es que los impuestos no deben ser tales "impuestos" sino "propuestos". Quien no quiera pagarlos está en todo su derecho. Y si de estos "propuestos" depende algún servicio para la propia persona, simplemente no se le proveerá de este. Esto es la teoría del Estado mínimo de Nozick y Rand. Yo ni siquiera adhiero a esto. Creo que si el Estado va a ser una agencia voluntaria de servicios, ¿por qué no puede haber otras que compitan con esta?.
Como sea: nadie tiene la obligación de mantener a nadie con el trabajo propio. Eso es esclavitud. Si hay algo que me gusta de los marxistas es que para afirmar que hay expropiación allí donde la propiedad es respetada para todos han inventado la teoría del valor del tiempo de trabajo. ¿Por qué me gusta a pesar de que lo considero un error? Es que miden la explotación con una medida individualizada del trabajo (sobra aclarar que luego quieren acabar hasta con ese criterio de justicia al abolir el "a cada uno su 'tiempo de trabajo'" por la "necesidad" y la "capacidad" pero en fín...). Eso significa que se mide la explotación por el grado de expropiación sobre lo que es de cada uno. Y el Estado que te quita tu dinero, si es tuyo y consideramos que te lo ganaste justamente, es explotación, así se lo den al más pobre de los pobres.
Y todo fenómeno estatal es además, distorsivo del mercado. No hay fallas del mercado, sino del Estado alterando el mercado. Pero este es otro tema y da para otro mensaje. En forma resumida esto ha sido planteado por dos adalides del periodismo económico, primero en las "Obras Escogidas" de Frederic Bastiat, y luego en "La economía en una lección" de Henry Hazlitt.
Pero con más detalle en "Hombre, economía y Estado" de Rothbard:

CONTENTS

Introduction to the Scholar’s Edition by Joseph Stromberg

Preface to Revised Edition

CHAPTER 1—FUNDAMENTALS OF HUMAN ACTION

1. The Concept of Action
2. First Implications of the Concept
3. Further Implications: The Means
4. Further Implications: Time
5. Further Implications
6. Factors of Production: The Law of Returns
7. Factors of Production: Convertibility and Valuation
8. Factors of Production: Labor versus Leisure
9. The Formation of Capital
10. Action as an Exchange
Appendix A: Praxeology and Economics
Appendix B: On Means and Ends

CHAPTER 2—DIRECT EXCHANGE

1. Types of Interpersonal Action: Violence
2. Types of Interpersonal Action: Voluntary Exchange and the Contractual Society
3. Exchange and the Division of Labor
4. Terms of Exchange
5. Determination of Price: Equilibrium Price
6. Elasticity of Demand
7. Speculation and Supply and Demand Schedules
8. Stock and the Total Demand to Hold
9. Continuing Markets and Changes in Price
10. Specialization and Production of Stock
11. Types of Exchangeable Goods
12. Property: The Appropriation of Raw Land
13. Enforcement Against Invasion of Property

CHAPTER 3—THE PATTERN OF INDIRECT EXCHANGE

1. The Limitations of Direct Exchange
2. The Emergence of Indirect Exchange
3. Some Implications of the Emergence of Money
4. The Monetary Unit
5. Money Income and Money Expenditures
6. Producers’ Expenditures
7. Maximizing Income and Allocating Resources

CHAPTER 4—PRICES AND CONSUMPTION

1. Money Prices
2. Determination of Money Prices
3. Determination of Supply and Demand Schedules
4. The Gains of Exchange
5. The Marginal Utility of Money
A. The Consumer
B. The Money Regression
C. Utility and Costs
D. Planning and the Range of Choice
6. Interrelations among the Prices of Consumers’ Goods
7. The Prices of Durable Goods and Their Services
8. Welfare Comparisons and the Ultimate
Satisfactions of the Consumer
9. Some Fallacies Relating to Utility
Appendix A: The Diminishing Marginal Utility of Money
Appendix B: On Value

CHAPTER 5—PRODUCTION: THE STRUCTURE

1. Some Fundamental Principles of Action
2. The Evenly Rotating Economy
3. The Structure of Production: A World of Specific Factors
4. Joint Ownership of the Product by the Owners of the Factors
5. Cost
6. Ownership of the Product by Capitalists: Amalgamated Stages
7. Present and Future Goods: The Pure Rate of Interest
8. Money Costs, Prices, and Alfred Marshall
9. Pricing and the Theory of Bargaining

CHAPTER 6—PRODUCTION: THE RATE OF INTEREST AND ITS DETERMINATION

1. Many Stages: The Pure Rate of Interest
2. The Determination of the Pure Rate of Interest: The Time Market
3. Time Preference and Individual Value Scales
4. The Time Market and the Production Structure
5. Time Preference, Capitalists, and Individual Money Stock
6. The Post-Income Demanders
7. The Myth of the Importance of the Producers’ Loan Market
8. The Joint-Stock Company
9. Joint-Stock Companies and the Producers’ Loan Market
10. Forces Affecting Time Preferences
11. The Time Structure of Interest Rates
Appendix: Schumpeter and the Zero Rate of Interest

CHAPTER 7—PRODUCTION: GENERAL PRICING OF THE FACTORS

1. Imputation of the Discounted Marginal Value Product
2. Determination of the Discounted Marginal Value Product
3. The Source of Factor Incomes
4. Land and Capital Goods
5. Capitalization and Rent
6. The Depletion of Natural Resources
Appendix A: Marginal Physical and Marginal Value Product
Appendix B: Professor Rolph and the Marginal Productivity Theory

CHAPTER 8—PRODUCTION: ENTREPRENEURSHIP AND CHANGE

1. Entrepreneurial Profit and Loss
2. The Effect of Net Investment
3. Capital Values and Aggregate Profits in a Changing Economy
4. Capital Accumulation and the Length of the Structure of Production
5. The Adoption of a New Technique: The Entrepreneur and Innovation
6. The Beneficiaries of Saving-Investment
7. The Progressing Economy and the Pure Rate of Interest
8. The Entrepreneurial Component in the Market Interest Rate
9. Risk, Uncertainty, and Insurance

CHAPTER 9—PRODUCTION: PARTICULAR FACTOR PRICES AND PRODUCTIVE INCOMES

1. Introduction
2. Land, Labor, and Rent
3. Entrepreneurship and Income
4. The Economics of Location and Spatial Relations
5. A Note on the Fallacy of "Distribution"
6. A Summary of the Market

CHAPTER 10—MONOPOLY AND COMPETITION

1. The Concept of Consumers’ Sovereignty
2. Cartels and Their Consequences
3. The Illusion of Monopoly Price
4. Labor Unions
5. The Theory of Monopolistic or Imperfect Competition
6. Multiform Prices and Monopoly
7. Patents and Copyrights

CHAPTER 11—MONEY AND ITS PURCHASING POWER

1. Introduction
2. The Money Relation: The Demand for and the Supply of Money
3. Changes in the Money Relation
4. Utility of the Stock of Money
5. The Demand for Money
6. The Supply of Money
7. Gains and Losses during a Change in the Money Relation
8. The Determination of Prices: The Goods Side and the Money Side
9. Interlocal Exchange
10. Balances of Payments
11. Monetary Attributes of Goods
12. Exchange Rates of Coexisting Moneys
13. The Fallacy of the Equation of Exchange
14. The Fallacy of Measuring and Stabilizing the PPM
15. Business Fluctuations
16. Schumpeter’s Theory of Business Cycles
17. Further Fallacies of the Keynesian System
18. The Fallacy of the Acceleration Principle

CHAPTER 12—THE ECONOMICS OF VIOLENT INTERVENTION IN THE MARKET

1. Introduction
2. A Typology of Intervention
3. Direct Effects of Intervention on Utility
4. Utility Ex Post: Free Market and Government
5. Triangular Intervention: Price Control
6. Triangular Intervention: Product Control
7. Binary Intervention: The Government Budget
8. Binary Intervention: Taxation
9. Binary Intervention: Government Expenditures
10. Growth, Affluence, and Government
11. Binary Intervention: Inflation and Business Cycles
12. Conclusion: The Free Market and Coercion
Appendix A: Government Borrowing
Appendix B: "Collective Goods" and "External
Benefits": Two Arguments for Government Activity

Power and Market



CHAPTER 1—DEFENSE SERVICES ON THE FREE MARKET

CHAPTER 2—FUNDAMENTALS OF INTERVENTION

1. Types of Intervention
2. Direct Effects of Intervention on Utility



CHAPTER 3—TRIANGULAR INTERVENTION

1. Price Control
2. Product Control: Prohibition
3. Product Control: Grant of Monopolistic Privilege
Appendix A: On Private Coinage
Appendix B: Coercion and Lebensraum



CHAPTER 4—BINARY INTERVENTION: TAXATION

1. Introduction: Government Revenues and Expenditures
2. The Burdens and Benefits of Taxation and Expenditures
3. The Incidence and Effects of Taxation
Part I: Taxes on Incomes
4. The Incidence and Effects of Taxation
Part II: Taxation on Accumulated Capital
5. The Incidence and Effects of Taxation
Part III: The Progressive Tax
6. The Incidence and Effects of Taxation
Part IV: The "Single Tax" on Ground Rent
7. Canons of "Justice" in Taxation

CHAPTER 5—BINARY INTERVENTION: GOVERNMENT EXPENDITURES

1. Government Subsidies: Transfer Payments
2. Resource-Using Activities: Government Ownership versus Private Ownership
3. Resource-Using Activities: Socialism
4. The Myth of "Public" Ownership
5. Democracy
Appendix: The Role of Government Expenditures in National Product Statistics

CHAPTER 6—ANTIMARKET ETHICS: A PRAXEOLOGICAL CRITIQUE

1. Introduction: Praxeological Criticism of Ethics
2. Knowledge of Self-Interest: An Alleged Critical Assumption
3. The Problem of Immoral Choices
4. The Morality of Human Nature
5. The Impossibility of Equality
6. The Problem of Security
7. Alleged Joys of the Society of Status
8. Charity and Poverty
9. The Charge of "Selfish Materialism"
10. Back to the Jungle?
11. Power and Coercion
12. The Problem of Luck
13. The Traffic-Manager Analogy
14. Over- and Underdevelopment
15. The State and the Nature of Man
16. Human Rights and Property Rights
Appendix: Professor Oliver on Socioeconomic Goals

CHAPTER 7—CONCLUSION: ECONOMICS AND PUBLIC POLICY

1. Economics: Its Nature and Its Uses
2. Implicit Moralizing: The Failures of Welfare Economics
3. Economics and Social Ethics
4. The Market Principle and the Hegemonic Principle

Bibliography
Index of Names
Index of Subjects



En fín, por todo esto creo que te será muy útil el libro que te recomendé. Y si leés más a la Escuela Austríaca mejor aún. Te veo demasiado atado al liberalismo del paradigma clásico y neoclásico. Lee a los que creen que si el mercado es bueno para la mayoría de las cosas, entonces hay que fundamentar por qué no sería bueno para todo. Los austríacos fundamentan que es bueno para todo.
Y porque conozco bien el clientelismo en Argentina te digo que una acción provisoria del Estado lleva a otra. Chile fue mucho más liberal bajo Pinochet y Lagos que bajo Menem, y tuvo más éxito. La respuesta es simple: Los primeros cuatro años exitosos que tuvimos después de desratizar el monstruo estatal que teníamos se hicieron con monopolios privilegiados por el Estado, paridad forzada con el dólar, y progresivo asistencialismo social... ¡y esto en pleno auge privatista! Lo bueno que se hizo (las desregulaciones) fueron rápidamente opacadas por las intervenciones estatales asistencialistas. El Estado soluciona algo rompiendo otras dos cosas. El mercado deja que lo que ya es incurable se muera aunque sea doloroso, pero salva a todo el cuerpo a la larga. Creeme, se de lo que hablo. Te lo dice alguien que conoce los principales ministerios del Estado, y te aseguro que todo lo malo que se ha dicho del Estado, sea Rand, Nietzsche, Marx, Friedman, Mises, Nozick, no importa... queda chico.

Algunos links más:
http://www.mises.org/quiz.asp?QuizID=7
http://www.mises.org/rothbard/mes.asp
Re: El Estado es un robo
Enviado por el día 8 de Abril de 2004 a las 21:22
Yo me considero un anarquista sensato :o)
El estado "minimo" es atractivo, pero debe ser capaz de garantizar, aquellas cosas que deben estar desvinculadas de los intereses particulares.
Justicia y Defensa nacional.
El quit de la cuestión ha sido la separación de lo público y lo privado. En esto creo que malintencionadamente se ha tratado de confundir. Por un lado los que pretendían trasformarlo todo en maquinaria del estado y por otro los que pretendían privatizar (torticeramente) lo público.
Desde cobrar por el paso por un camino (peaje) que es público, hasta la titularidad de redes de todo tipo (que también debe ser pública)

También es bueno garantizar un grado de solidaridad frente a la tragedia individual, que no dependa exclusivamente ni de la caridad privada (que puede forzar a abrazar ciertos dogmas o ideas para recibir ayuda) ni del interés comercial.
Yo creo que lo erroneo de las políticas sociales no ha sido su objetivo, si no el de encomendarlos directamente al estado.
La función recaudatoria del estado deberá seguir existiendo para mantener tanto la defensa como la justicia (que debiera ser gratuita), el que se amplie a cierto criterios de solidaridad no es malo en si mismo, si no representa una carga excesiva para cada ciudadano.
Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 3 de Abril de 2004 a las 02:01
Por cierto sobre Chile te invito a visitar esta página: http://csf.colorado.edu/students/Souther.Sherman

En ella se pone de manifiesto las deficiencias de la política económica de Chile (con cifras), durante la dictadura.
Re: Re: ¿Vas a igualar las fortunas o no?
Enviado por el día 7 de Abril de 2004 a las 20:42
Creo que es una opinión algo teñida de ideología socialdemocratista, que, aunque no por eso hay que tenerlas en menor consideración, la opinión en sí se trata de un criterio de análisis de los hechos en sí socialdemócrata, y entonces ya se trata de compartir los mismos criterios económicos y políticos sobre la sociedad, lo cual en mi caso obviamente sería casi imposible.
Luego la apelación casi fanática al término "neoliberalism" cuando simplemente se trata de "free-market capitalism", el mismo que se aplica en todo el mundo. Y no creo precisamente que sea el asistencialismo social deba llevarse los méritos del actual éxito chileno en economía y por ende en condiciones de vida (incluso según los estándares socialistas de sobrevivencia para el mayor número, ya que incluso los pobres se han reducido a menos del 10%). Si por eso entonces la Cuba de Castro, la Venezuela de Chavez y el Peru de Alan García serían hoy milagros de desarrollo humano. Por algo es que el país que hizo un temprano y sostenido experimento liberal en economía es hoy el país realmente en vías de desarrollo de toda latinoamérica... ¿coincidencia?
Quien escribe ese artículo tiene más en cuanta los llamados "costes sociales" a corto plazo que los logros económicos que posibilitan los beneficios en forma privada para todos a largo plazo, e incluso que posibilitan las "políticas sociales" llevadas a cabo luego por el Estado.
Creo que el éxito económico de Chile es uno de esos soles que difícilmente se puedan tapar con un dedo:

http://www.lyd.org
http://www.socialsecurity.org/daily/07-31-99.html
http://www.cato.org/testimony/ct-jp091897.html
http://www.cato.org/testimony/ct-jr073101.html
http://www.cipe.org/publications/fs/ert/s17/SPchil...
http://www.pbs.org/wgbh/commandingheights/lo/count...
Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener el mismo din
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 20:29
Hablemos de explotación





Walter E. Williams

He aquí una pregunta. Supongamos que usted ve gente hacienda cola durante horas y dispuesta a pagar sobornos para conseguir un trabajo de $2 diarios en una fábrica. ¿A qué conclusión llegaría usted? Yo diría que no importa lo poco atractivo que a mí me pueda parecer un trabajo de $2 diarios, seguramente para esas personas no hay ninguna alternativa mejor.

Nicholas Kristof, reportero de The New York Times recientemente escribió una historia, el 14 de enero, sobre la situación de los pobres de Cambodia. En Phnom Pen, cientos de camboyanos escarban entre las montañas de basura buscando bolsas de plástico, latas, restos de alimentos y cualquier otra cosa que puedan encontrar para vender. Kristof dice: "Nhep Chanda promedia 75 centavos al día por sus esfuerzos. Para ella, la idea de ser explotada en una maquiladora – trabajando sólo seis días a la semana – bajo techo, y no bajo un sol abrasador, es simplemente un sueño”.

Muchos políticos demócratas y republicanos, dirigentes sindicales y la elite académica dicen que pagarle a alguien $2 diarios es una cruel explotación. Han pedido campañas contra las empresas americanas que explotan a los trabajadores del Tercer Mundo con bajos salario, empleo de mano de obra infantil y malas condiciones de trabajo. Pero examinemos esto para ver si explotación es la palabra correcta.

Empecemos por preguntas personales. Suponga que usted está ganando $1,500 mensuales, y yo vengo y le ofrezco $3,000 mensuales con mejores condiciones de trabajo. De ninguna manera yo lo obligo a aceptar mi oferta de empleo. Si usted la acepta, entonces la única conclusión posible es que usted vio mi oferta como superior a la otra mejor alternativa. Cuando una persona le ofrece a otra una alternativa superior a la mejor alternativa que ella tenga, ¿qué sentido tiene calificar esto de explotación?

Si a Nhep Chanda, que gana 75 centavos al día escarbando en esos horribles vertederos de basura, le ofrecieran un trabajo en una fábrica a $2 diarios, ¿estaría mejor o peor? Cualquier persona razonable llegaría a la conclusión de que estaría mejor. Cuando una persona le hace una oferta a otra persona que mejora su situación, ¿tiene sentido calificarlo como explotación?

Ya que estamos en esto, pudiéramos preguntarnos si las manifestaciones contra el libre comercio y otras presiones públicas para impedir que las empresas tengan fábricas en lugares como Camboya, pagando salaries de $2 diarios, mejoran o empeoran la situación de personas como Nhep Chanda. En otras palabras, ¿ayudamos a la gente que tiene pocas alternativas cuando destruimos la mejor de ellas?

El representante Dick Gephardt decía que, de llegar a presidente, presionaría a la Organización Mundial del Comercio para establecer un salario mínimo universal y obligatorio. Los dirigentes sindicales y sus idiotas útiles en el movimiento anti-globalista también ha pedido esos salaries mínimos y mejores condiciones de trabajo para los trabajadores de las firmas multinacionales ubicadas en el Tercer Mundo. Y he aquí mi pregunta: ¿Usted cree realmente que a esta gente le importan los pobres del mundo como Nhep Chanda? Si usted lo cree, póngase en contacto conmigo porque me quedan algunos pomos con elixir de la vida eternal, a precios muy módicos, que probablemente le interesen.

Puede que haya algunos sacerdotes, estudiantes y otras personas poco informadas que sinceramente se preocupen por los pobres del Tercer Mundo. Pero el grueso de las campañas públicas contra las multinacionales vienen de los movimientos sindicales de Estados Unidos y Europa que ven amenazados sus empleos y de algunos empresarios que ven amenazadas sus ganancias. Ellos simplemente quieren aumentar el costo de la producción en los países de ultramar para impedir la reubicación de las compañías, o como dijo querer Gephardt, un salario mínimo internacional lo suficientemente alto como para los obreros americanos no tengan que competir con el trabajo infantil y de bajos salarios en todo el Tercer Mundo. Según ellos, es mejor morirse de hambre que tener un mal trabajo. Afortunadamente, hay mucha gente en el mundo que prefiere un mal trabajo a la delincuencia o la prostitución.

Re: Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener el mismo
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 20:38
He aquí una pregunta: Supongamos que usted ve compañias haciendo cola durante horas y dispuesta a pagar sobornos para conseguir una inversion en una zona donde se cobra el 25% de impuestos a la ganancia. ¿A qué conclusión llegaría usted? Yo diría que no importa lo poco atractivo que a mí me pueda parecer que me cobren el 25% de impuestos, seguramente para esas compañias no hay ninguna alternativa mejor.

Hay muchisima gente con Capital invirtiendo en mercados poco rentables. Una zona con muy buenas posibilidades de mercado es atractiva a pesar de no se cual % de impuestos a la ganacia. Si usted, como inversor,la acepta, entonces la única conclusión posible es que usted vio esa posibilidad como superior a la otra mejor alternativa. Cuando una persona le ofrece a otra una alternativa superior a la mejor alternativa que ella tenga, ¿qué sentido tiene calificar esto de robo o coaccion?
Re: Re: Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener el m
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 20:55
Vamos a ver, Alien:

"Hay muchisima gente con Capital invirtiendo en mercados poco rentables" No, Alien, no hay nadie que invierta en un mercado que no sea rentable. El que no gana dinero se retira del mercado. Si los costes de producción superan las expectativas de beneficio, el inversor se larga con viento fresco.

Los países que aplican una fiscalidad alta, desalientan la inversión. ¿Por qué? porque el capital siempre busca la mayor rentabilidad posible. Ganar un 10% del capital invertido en España es "perder dinero", si ese mismo capital hubiera producido un 15% en Portugal, en condiciones análogas y costes de producción semejantes.

Por eso las multinacionales se marchan de Europa. Prefieren trasladar las factorías a lugares donde la mano de obra y la fiscalidad es más ventajosa.

Quien quiera empobrecer un país y llenarlo de llenarlo de parados, sólo tiene que subir los impuestos. No falla nunca.
Re: Re: Re: Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:21
Vamos a ver Miguel: "No, Alien, no hay nadie que invierta en un mercado que no sea rentable": Yo no dije, no rentable. Pero si usted se traslada a portugal porque tiene 0.7 carga fiscal comparado a donde usted estaba, se trasladaria de todas formas si tuviera 0.8, y no encontrara otro con 0.7. Entonces, Por que Portugal habria de bajar de 0.8 a 0.7 si de todas formas atrae el mismo capital.
La carga fiscal en USA es del 36% en el tope maximo. Sin embargo, llueven las inversiones.
Yo digo, que no es bueno ni tener impuestos altos, ni tenerlos bajos, simplemente tener los correctos, en dependencia de lo atractivo que sea su mercado por otras razones que no sean la fiscal.

Pero, aparte, yo no me estaba refiriendo, en este momento a eso; sino a que con la misma logica usada en el ejemplo de la explotacion, se puede demostrar que los impuestos no son robo ni coaccion.

Re: Re: Re: Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que tener
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:26
Las multinacionales se trasladan de Europa y de los EEUU. El capital se mueve donde encuentra mayor rentabilidad, aun que esta rentabilidad se apoye sobre circustancias politicamente escabrosas. Y no por los impuestos (los paises del tercer mundo sacan jugosas tajadas en forma de comisiones, que no tienen nada que envidiar a los impuestos)

Lo que pasa es que encuentran mano de obra a precios ridículos.
Estas multinacionales son capaces de competir entonces con las empresas medias Europeas, que carecen de medios para organizar la producción fuera de sus fronteras, llevándolas a la ruina, gracias a sus costes de producción extremadamente bajos. Es un "dumping" con beneficios. Eso lleva a una reduccción de la oferta, aun que exista una ventaja para el consumidor final a corto plazo.
El hecho que cada vez más las empresas deban tener cierto volumen para competir, hace enormemente difícil el que pequeños empresarios puedan dedicarse a comercializar productos.
Las franquicias, y las empresas sin industria (todas subcontratadas en el tercer mundo) están dejando Europa sin tejido industrial (cosa que nos pasará factura).
El enriquecer a los paises árabes ha llevado a que estos dispongan ahora de poder económico sin que sus estructuras dictatoriales se hayan transformado. Estamos poniendo toda nuestra riqueza (fruto de nuestras libertades) en los bolsillos de unos indeseables explotadores y enemigos declarados de la libertad. ¡Genial!
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Si $1 diera más libertad que $0.75, entonces todos tendrían que te
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:48
yo creo igual que los salarios minimos no debieran ponerse para provocar la huida del capital. Digamos, si ganan $2/dia, y subiendolos a $50/dia nadie invierte alli. Pero y si subiendolos a 4$/dia de todas formas el mercado sigue siendo rentable, No seria correcto subirlo? La existencia de un salario minimo por muy minimo que este sea ayuda tambien a tomar medidas para compartir el trabajo entre el resto de la poblacion, como situar pago de "overtime" de tiempo y medio por encima de las 40 horas semanales. De esta forma las empresas se verian obligadas a contratar a mas personas.
Y sobre la libertad de prensa
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 20:32
Coincido con lo que decís sobre la difamación. Pero eso puede ejercerlo tanto la mass-media como un hombre sobre una caja de manzanas.

Por eso, precisamente, es que la libertad de prensa no significa que el pueblo como un todo poseerá y hablará a través de los medios de comunicación "del Pueblo". Tampoco significa que todos los individuos en forma plural tendrán acceso a una cuota de publicidad en los medios de producción existente. Significa que quien quiera crear un medio de comunicación y vender su información u opinión a quien la quiera comprar podrá hacerlo poniendo su propio medio de comunicación. Quien quiera hablar tendrá su boca. Quien quiera todo un diario tendrá que crearlo. No todos pueden ser dueños de mass-media como no todos pueden ser zapateros. Y eso no es por el poder de los mass-media o de los zapateros. Es resultado desigualador del fruto del propio esfuerzo y es corolario de la división del trabajo y el mercado libre. Si eso está en entredicho todo el orden individualista lo está.
La democracia es para la "cosa pública", o sea, lo que sí ha sido creado por todos (necesariamente en abstracto). Democratizar otra cosa es un robo. No creo que nadie quiera ser gobernado en su intimidad por el pueblo.
Re: Y sobre la libertad de prensa
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:04
La difamación la puede ejercer igual uno que otro, pero no produce el mismo perjuicio. Por ello la justicia no impone la misma multa a uno que a otro. De hecho no existió el delito de difamación hasta que se creó la prensa escrita.

Lo que me lleva a que ciertas actividades causan mayor perjuicio en función de su preeminencia en el mercado (monopolio).
La democracia es para la "cosa" pública y para garantizar la "cosa" privada. Del mismo modo que protege a las mujeres o los niños de los abusos privados, también da garantías a las personas frente a la mala fe o el engaño en sus transacciones privadas. Por ello tipificamos como delito la estafa o los contratos llamados "leoninos" en los que una de las partes obtiene todo frente a la otra parte.
Lo contrario sería legitimar la esclavitud u otras prácticas contrarias a la libertad individual.
Re: Re: Y sobre la libertad de prensa
Enviado por el día 2 de Abril de 2004 a las 21:28
Coincido absolutamente. Nunca dije nada diferente.
Una cosa es el cumplimiento de los contratos que debe ser igual para todos, y otra cosa es desigualar los derechos a la propiedad privada para que todos tengan derecho a poseer lo mismo.
Por eso hablé de que una cuota igual para cada individuo en los medios de comunicación es injusta.
De ahí vino la aclaración.
Lo del cumplimiento del contrato es esencial al mercado y a la propiedad privada. Nunca discutí eso, al contrario.
Re: Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 3 de Abril de 2004 a las 02:46
Es bastante contradictorio lo tuyo. Queres el capitalismo pero sin sus consecuencias, sin la concentracion de riqueza (y poder) en pocas manos.

Queres que los asalariados sean igual que los capitalistas.

Mas arriba vos decis que la izquierda se ha desvirtuado porque valora mas la igualdad que la libertad. Yo te pregunto: ¿hay libertad con tanta desigualdad? ¿Son libres los que se mueren de hambre?
Re: Re: Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 3 de Abril de 2004 a las 10:13
El pensamiento y la acción política debe servir para corregir las tendencias "naturales" indeseables. Es natural usar la fuerza para conseguir lo que deseamos, pero no lo permitimos.
Por eso se crean derechos y garantías que sirvan para evitar las prácticas injustas.

Precisamente a lo largo de mi exposición indico que la libertad precisa de igualdad de oportunidades y que los que se mueren de hambre son acreedores del amparo de la ley.

Eso no quiere decir que se deba impedir aquello que es positivo para todos. Libre competencia, mayor retribución del esfuerzo o el ingenio etc.
Pero eso debe partir de un mercado donde se trate en lo posible de evitar la mal paraxis comercial.
Situaciones de monopolio, etc.
Re: Re: Re: Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 5 de Abril de 2004 a las 01:46
Pero amigo, el monopolio solo existe si lo alienta el gobierno. Mientras las barreras al comercio no existan, monopolios no van a existir.
Además, créeme que todo depende de cómo hablemos de monopolio. A veces, esta palabra significa mayor rendimiento y punto optimo, con barreras inexistentes, generando un potencial sustituidor muy fuerte.
En Chile, nunca van a existir monopolios, porque cuenta con un potencial sustituidor de magnitudes no visto en Latinoamérica ( motivos: barreras al comercio del 0%).
El monopolio es consecuencia del gobierno infradotado, no del mercado y sus leyes.

Un abrazo liberal,
Re: Re: Re: Re: Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 5 de Abril de 2004 a las 12:28
Efectívamente. Pero no hay monopolio bueno. Eso es un cuento chino. La monopolización procede de un estrechamiento artificial del mercado. Camuflada como una via "económica". Por ejemplo el monopolio de distribución de aguas. Sale más barato poner un tubo que doce. Sin embargo uno favorece una monopolización mientras que el otro favorece la competencia. Del mismo modo se generaron monopolios en otros servicios públicos: ferrocarriles, lineas marítimas o aéreas, teléfonos etc. Son monopolios camuflados de limitación técnica, pero en reaidad se trata de una falta de voluntad política de que exista competencia.
Las leyes de mercado tienden siempre a la eliminación del monopolio, aun que pueda existir una preeminencia comercial de unas empresas sobre otras. Por tanto cuando existe un monopolio es que algo anómalo sucede y que por tanto las reglas comerciales se están incumpliendo.
Un abrazo
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 7 de Abril de 2004 a las 20:52
Te hago notar una contradicción. Vos decís que los monopolios son esencialmente malos, y es cierto. Pero, ¿a qué llamás monopolios? Monopolio es aquel que por la fuerza contra los criterios de ganancia restringe el ingreso al mercado a nuevos inversores, pero no es aquello que parece serlo cuando hay un solo proveedor porque eso es más exitoso económicamente, porque ese "monopolio" no va contra el mercado sino que es producto del mercado. Cuando decís: "Sale más barato poner un tubo que doce. Sin embargo uno favorece una monopolización mientras que el otro favorece la competencia." ¿O sea que hay que poner doce tubos para favorecer la competencia? Pues va a tener que hacerlo el Estado, porque el mercado rápidamente volverá a crear un solo tubo. Por eso coincido cuando dices: "Las leyes de mercado tienden siempre a la eliminación del monopolio, aun que pueda existir una preeminencia comercial de unas empresas sobre otras." Exacto, pero monopolio en el sentido de una o muchas empresas sostenidas por el Estado contra la mejor eficiencia. No monopolio porque por una cuestión meramente industrial sea más efectivo económicamente poner un tubo que doce y sea provisto provisionalmente por una sola empresa. Esto no tiene nada de malo. Lo otro es un despilfarro de dinero. Si una empresa puede poner mejor un tubo o doce, entonces habrá una sola empresa. Si en cambio sucede que es más productivo que cada tubo lo ponga cada empresa y realmente se necesitan 12 tubos, entonces sucederá. Es sobre esto que habla "Monopolio y competencia" de Rothbard.
Otro abrazo.

P.S.: No sé por qué aparezco ahora en el foro como de nacionalidad uruguaya. Soy argentino, pero para el caso... el país está cerca de cualquier forma (y hacen las cosas mejor que nosotros)
Monopolio=chanchullo
Enviado por el día 8 de Abril de 2004 a las 21:28
Si existe libertad de mercado y una razonable igualdad de oportunidades, no hay monopolio posible.
Cualquier mercado que quede abastecido por un solo proveedor, sin que aparezca competencia es que tiene una anomalía. O bien por el estado (directa o indirectamente) o por la pura acción violenta (gangsterismo).
Recuerdos
Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 16 de Abril de 2004 a las 19:51
El liberalismo es una utopia no palpable en el mundo concreto, solo un ideal.
Lo mismo con el comunismo.
Re: Re: El liberalismo era de izquierdas.
Enviado por el día 16 de Abril de 2004 a las 22:03
E igual que cualquier pensamiento político. Lo que pasa es que unos funcionan un pelín mejor que otros.