Economía
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“Una mente brillante”
Enviado por el día 18 de Octubre de 2005 a las 06:21
“Una mente brillante”
Alberto Benegas Lynch (h)*
http://www.aipenet.com/articulo_semanal.asp?Articu...
Buenos Aires (AIPE)- Vi una producción cinematográfica que hace tiempo está en cartelera. La alquilé en DVD. Muchos amigos me decían que la tenía que ver, dado que contiene una severa crítica a la tesis medular de Adam Smith sobre la libertad de los mercados.
Se trata de “Una mente brillante”, la vida de John Nash, quien luego fue premio Nobel en economía (premio compartido con John C. Harsanyi y Reinhard Selten en 1994), por la referida crítica a la economía convencional de la época. Los actores son estupendos. La mujer de Nash debe ser una persona extraordinaria (todavía vive con su marido en California). La música, la escenografía, la carga emocional de la excepcional trama están muy bien logradas. El clima de la universidad y sus magníficos edificios y bibliotecas, la actitud de alumnos y los comportamientos del claustro de profesores transportan al espectador a un clima que absorbe la atención y mantiene la expectativa sin pausa alguna que se interponga.
Sin embargo, la tesis central del llamado equilibrio o más bien desequilibrio del teorema de Nash es errónea en cuanto a la condena a los postulados del autor de “La riqueza de las naciones”. En este contexto y a riesgo de sobre simplificar la idea central, digamos que esta perspectiva de Nash puede verse en dos dimensiones. Adam Smith sostenía que si se permite a cada uno seguir su interés personal, se logrará formar un tejido social de tal naturaleza y con tales características que todos saldrán beneficiados. De allí la figura de “la mano invisible”.
Surge de las elaboraciones de Nash que, por ejemplo, si se comparte un terreno en el que pastan las ovejas de diversas personas, cada uno intentará sacar la mejor partida para sus animales, lo cual redundará en perjuicio para los demás. Así vistas las cosas, el interés personal de cada uno conspiraría contra la situación de su prójimo. Este análisis amputa por completo el postulado crucial smithiano en cuanto a los marcos institucionales que asignen derechos de propiedad, de lo contrario, naturalmente, se produce “la tragedia de los comunes”, es decir, lo que es de todos no es de nadie.
Cuando se insiste en que los intereses de cada uno benefician a los demás se alude a un sistema en el que los derechos de propiedad de cada uno están delimitados. Por esto es que podemos decir que las vacas no se extinguen, mientras que tiende a ocurrir lo contrario con las ballenas. Las vacas tienen dueño, mientras que las ballenas son “de todos”. En Africa, allí donde se reconocen derechos de propiedad sobre la manada de elefantes, ésta se conserva y se multiplica, mientras que donde la manada pertenece a todos se extermina para arrancar marfil, ya que es un procedimiento más cómodo y expeditivo. Nadie invertirá en reproducir si otros serán los que saquen ventaja.
Alberto Benegas Lynch (h)*
http://www.aipenet.com/articulo_semanal.asp?Articu...
Buenos Aires (AIPE)- Vi una producción cinematográfica que hace tiempo está en cartelera. La alquilé en DVD. Muchos amigos me decían que la tenía que ver, dado que contiene una severa crítica a la tesis medular de Adam Smith sobre la libertad de los mercados.
Se trata de “Una mente brillante”, la vida de John Nash, quien luego fue premio Nobel en economía (premio compartido con John C. Harsanyi y Reinhard Selten en 1994), por la referida crítica a la economía convencional de la época. Los actores son estupendos. La mujer de Nash debe ser una persona extraordinaria (todavía vive con su marido en California). La música, la escenografía, la carga emocional de la excepcional trama están muy bien logradas. El clima de la universidad y sus magníficos edificios y bibliotecas, la actitud de alumnos y los comportamientos del claustro de profesores transportan al espectador a un clima que absorbe la atención y mantiene la expectativa sin pausa alguna que se interponga.
Sin embargo, la tesis central del llamado equilibrio o más bien desequilibrio del teorema de Nash es errónea en cuanto a la condena a los postulados del autor de “La riqueza de las naciones”. En este contexto y a riesgo de sobre simplificar la idea central, digamos que esta perspectiva de Nash puede verse en dos dimensiones. Adam Smith sostenía que si se permite a cada uno seguir su interés personal, se logrará formar un tejido social de tal naturaleza y con tales características que todos saldrán beneficiados. De allí la figura de “la mano invisible”.
Surge de las elaboraciones de Nash que, por ejemplo, si se comparte un terreno en el que pastan las ovejas de diversas personas, cada uno intentará sacar la mejor partida para sus animales, lo cual redundará en perjuicio para los demás. Así vistas las cosas, el interés personal de cada uno conspiraría contra la situación de su prójimo. Este análisis amputa por completo el postulado crucial smithiano en cuanto a los marcos institucionales que asignen derechos de propiedad, de lo contrario, naturalmente, se produce “la tragedia de los comunes”, es decir, lo que es de todos no es de nadie.
Cuando se insiste en que los intereses de cada uno benefician a los demás se alude a un sistema en el que los derechos de propiedad de cada uno están delimitados. Por esto es que podemos decir que las vacas no se extinguen, mientras que tiende a ocurrir lo contrario con las ballenas. Las vacas tienen dueño, mientras que las ballenas son “de todos”. En Africa, allí donde se reconocen derechos de propiedad sobre la manada de elefantes, ésta se conserva y se multiplica, mientras que donde la manada pertenece a todos se extermina para arrancar marfil, ya que es un procedimiento más cómodo y expeditivo. Nadie invertirá en reproducir si otros serán los que saquen ventaja.
Re: “Una mente brillante”
Enviado por el día 18 de Octubre de 2005 a las 06:23
La otra dimensión de este esquema sobresimplificado se puede ilustrar con lo que sucede en la vida matrimonial. Supongamos que el marido desea ir al béisbol y la mujer prefiere ir al cine. Si cada uno sigue sus inclinaciones optimizarán sus resultados, a menos que ambos prefieran salir juntos. En este último caso, cualquiera sea la decisión – ir los dos al béisbol o al cine –, estarán optimizando los resultados, puesto que la preferencia incluye el no hacer programas separados. Tampoco aquí hay un fracaso del interés personal expuesto por el fundador de la economía.
De todos modos, la producción cinematográfica de marras se justifica ampliamente, puesto que no sólo produce placer estético sino que estimula a una gimnasia intelectual junto con la constatación de la notable habilidad matemática de Nash y su nobleza y coraje para superar distintos problemas. Por cierto que no tiene desperdicio su discurso de aceptación del premio Nobel, cuando se refiere a la abnegación e increíble comprensión y fuerza de carácter de su mujer.
___* Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias en Argentina.
© www.aipenet.com
De todos modos, la producción cinematográfica de marras se justifica ampliamente, puesto que no sólo produce placer estético sino que estimula a una gimnasia intelectual junto con la constatación de la notable habilidad matemática de Nash y su nobleza y coraje para superar distintos problemas. Por cierto que no tiene desperdicio su discurso de aceptación del premio Nobel, cuando se refiere a la abnegación e increíble comprensión y fuerza de carácter de su mujer.
___* Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias en Argentina.
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