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El sector publico
Enviado por el día 3 de Junio de 2004 a las 15:43
Año: 4, Diciembre 1962 No. 50

N.D. El siguiente prólogo y artículo ha sido tomado de Orientación Económica. Toda persona interesada en política y economía debe leer la magnífica exposición que a continuación reproducimos.

El Sector Privado y el Sector Público de la Economía

La distinción entre el sector de las actividades económicas que está regido por el mercado y la libre iniciativa individual y el sector que está sometido a la dirección y control del Estado, se ha generalizado en la literatura económico-estadística y en la propia terminología popular bajo las denominaciones de «sector privado» y «sector público» de la economía.

Ahora bien, la ignorancia de los problemas económicos o la vigencia de prejuicios emocionales, conduce frecuentemente a tergiversar la recta interpretación de ambos conceptos. Así, se tiende a ensalzar al sector público, considerando que sus actuaciones se basan en la defensa de los intereses generales. Y se tiende, por el contrario, a menospreciar el sector privado, imaginando que es aquel en el cual se anteponen los apetitos individuales a los intereses supremos de la sociedad.

Aun muchos que, por obvia evidencia lógica y por amarga experiencia histórica, rechazan las soluciones simplistas del colectivismo, propenden a considerar el sector privado como una esfera de la cual no se puede infortunadamente prescindir, pero que debe contemplarse con recelosa desconfianza y que no puede aceptarse con la decidida aprobación con que se enfocan las actividades del sector publico.

Si queremos entender cabalmente la realidad económica, es preciso superar esas ingenuas actitudes emoclonales.

El sector privado, en efecto, no responde en modo alguno, a los intereses de individuos, clases o grupos minoritarios más o menos importantes o respetables. Es el que responde, por el contrario, a los fines e intereses de todos los miembros de la sociedad, los cuales, en cuanto productores, aportan libremente su trabajo y sus recursos a la obtención del producto social y, en cuanto consumidores, adquieren libremente con sus ingresos una parte de los bienes que integran el producto social. Es privado porque se basa en la energía, la responsabilidad y el destino individual de todos y cada uno de los hombres que integran la comunidad. Y es privado, porque no se organiza en virtud de decisiones coercitivas del Estado, sino por la libre decisión particular de los distintos individuos y empresas, que, guiados por el mecanismo de los precios, producen las mercancías y los servicios que los mismos individuos demandan para la satisfacción de sus necesidades. Constituye, en tal sentido, expresión del único sistema capaz de organizar, en una sociedad de hombres libres de acuerdo con el interés general, los recursos productivos de la comunidad.

Por su parte, el sector público no sólo se nutre de lo que extrae coercitivamente a los individuos para satisfacer fines económicos muy especiales, sino que, en su propia esfera de acción está inevitablemente obligado a basar sus actividades económicas en decisiones de carácter político y en métodos burocráticos de ejecución.

En tal sentido, si en el llamado sector privado se producen, por ejemplo, bienes o servicios innecesarios o inútiles, esto es, bienes que no responden a un aprovechamiento de los recursos productivos, ajustado a los intereses generales de la comunidad, los mecanismos correctivos del mercado desplazarán automáticamente, a través de pérdidas materiales, a los individuos o empresas que malgastan así los recursos escasos disponibles.

No significa eso que en el sector privado no encontremos injusticias e imperfecciones, pero son las injusticias e imperfecciones inherentes a todas las actuaciones humanas, que sólo se corrigen mediante la educación moral e intelectual de los hombres, el mejoramiento de las instituciones y el incremento progresivo del producto social.

No significa tampoco que el sector público no tenga misiones fundamentales en el mundo económico-social. En el editorial del presente número se formula, a tal respecto, un análisis general de las funciones del Estado en la economía de los pueblos. Allí se expone que el Estado tiene la trascendental función de establecer el cuadro institucional que asegure un orden de paz, de cooperación y de progreso entre los hombres; y que sin él no es concebible el funcionamiento adecuado de la economía social. Mas, asimismo se señala que esas funciones sólo serán efectivas si se integran en los mecanismos económicos que condicionan, en el seno general de la comunidad, esto es, en el llamado sector privado, el bienestar de las sociedades humanas.

En un ambiente deformado por erróneas concepciones populares, ORIENTACIÓN ECONÓMICA ha juzgado instructivo publicar el agudo trabajo del economista estadounidense Murray N. Rothbard, en el cual se analizan con penetrante rigor crítico las falacias y confusiones que giran en torno al sector público.

Los planteamientos mordaces y a veces sorprendentes de Rothbard han de servir para revisar muchos de esos errores y para reducir a sus verdaderas dimensiones la significación económica efectiva del sector público y del sector privado en la economía social.

Si, por el contrario, en virtud de erróneas decisiones políticas o de ineficiente gestión burocrática, se malgastan recursos en el sector público, mediante la organización de servicios inútiles o indebidamente costosos, esa situación puede prolongarse indefinidamente a expensas del bienestar de todos, sin otra sanción que la enojosa y difícil posibilidad de responsabilidades penales o administrativas.

La Falacia del "Sector Público"

Por Murray N. Rothbard

Se habla mucho, en los tiempos actuales, acerca del «sector público» y abundan en el país solemnes discusiones sobre si debe o no incrementarse este sector a costa del «sector privado». La propia terminología empleada transpira aires de ciencia pura. Brota, efectivamente, del mundo supuestamente científico y plagado de imperfecciones que gira en torno a la «estadística del ingreso nacional». Pero el concepto es difícilmente wertfrei. De hecho, está cargado de graves y objetables implicaciones.

En primer lugar, podemos preguntar: ¿«sector público» de qué? De algo llamado «producto nacional». Obsérvese, sin embargo, que ese planteamiento encubre el supuesto de que el producto nacional es una especie de tarta, que se compone de varios «sectores», y que esos sectores, tanto el público como el privado, se agregan para integrar el producto total de la economía. De esta manera se introduce subrepticiamente en el análisis el supuesto de que los sectores público y privado son igualmente productivos e importantes y tienen características equivalentes, por lo cual, «nuestra» decisión sobre las proporciones relativas del sector público y del sector privado es tan inocua como la decisión del individuo que elige entre comer helados o pasteles. Se considera así al Estado como una amable agencia de servicios, algo parecido a la tienda de la esquina, o más bien al pabellón vecino donde «nos» reunimos para decidir en común cuántas cosas debe llevar a cabo «nuestro gobierno» en sustitución o en beneficio de nosotros. Incluso, aquellos economistas neoclásicos que propugnan la economía de mercado y la sociedad libre, contemplan a menudo al Estado como un órgano de prestación de servicios, generalmente ineficiente, pero no obstante amable y paternal, que registra mecánicamente «nuestras» valoraciones y decisiones.

No parece difícil que tanto los profesionales como los profanos percibiesen el hecho de que el gobierno no es algo parecido a los rotarios; que difiere profundamente de todos los demás órganos e instituciones sociales; que se caracteriza, en síntesis, porque vive y adquiere sus ingresos por la coerción y no por el pago voluntario. El extinto Joseph Schumpeter no ha sido nunca más sagaz que cuando escribió: «La teoría que construye los impuestos como equivalentes a las cuotas de un club o a la adquisición de los servicios de, digamos, un médico, prueba solamente lo distante que se encuentra esta parte de las ciencias sociales de criterios científicos rigurosos» (1).

Dejando a un lado el sector público, ¿qué es lo que constituye la productividad del «sector privado» de la economía? La productividad del sector privado no se origina en el hecho de que los hombres se mueven activamente haciendo alguna cosa, cualquiera que ella sea, con sus recursos. Consiste en el hecho de que usan esos recursos para satisfacer las necesidades y los deseos de los consumidores. Los empresarios y los demás productores dedican sus energías, en el mercado libre, a producir aquellos productos que serán mejor pagados por los consumidores, y la venta de esos productos «mide», en consecuencia, aproximadamente la importancia que les atribuyen los consumidores Si millones de hombres destinasen sus energías a producir coches de caballos, no podrían, en los tiempos actuales, venderlos y, por lo tanto, la productividad de su esfuerzo sería virtualmente nula. De otro lado, si los consumidores gastan unos cuantos millones de dólares en un año determinado en el producto «X», los estadísticos pueden, razonablemente, estimar que esos millones constituyen la productividad que corresponde en ese año a la producción de X en el «sector privado» de la economía.

Una de las más importantes características de nuestros recursos económicos es su escasez. La tierra, el trabajo y los bienes capital son todos factores escasos y pueden ser todos destinados a usos diversos. El mercado libre los usa «productivamente» porque los productores son inducidos, en el mercado, a producir lo que más desean los consumidores: automóviles, por ejemplo, en lugar de coches de caballos. Por lo tanto, aunque las estadísticas del producto total del sector privado parecen consistir en una mera adición de magnitudes, o en un mero agregado de unidades de producto, las medidas del producto suponen realmente la importante decisión cualitativa de considerar solamente como «producto» aquello que los consumidores están dispuestos a comprar. Un millón de automóviles vendidos en el mercado son productivos porque los consumidores lo consideran así. Un millón de coches de caballos, que resultasen invendibles, no se hubieran considerado «producto» porque hubieran sido desechados por los consumidores.

Imaginemos ahora que en ese mundo idílico del cambio libre penetra la mano del gobierno. El gobierno decide suprimir enteramente los automóviles por alguna razón que él estima valedera (quizá porque los adornos espectaculares de la carrocería ofenden la sensibilidad estética de los gobernantes) y obliga a las fábricas de automóviles a producir una cantidad equivalente de coches de caballos. Bajo ese régimen hipotético, los consumidores estarían en cierto modo obligados a comprar los coches de caballos, ya que los automóviles estarían prohibidos. Es, sin embargo, evidente que, en este caso, el estadístico actuaría ciegamente si contabilizase alegre y simplemente los coches de caballos como si fuesen tan «productivos» como los automóviles. Considerarlos igualmente productivos sería una burla. No obstante, en las mencionadas condiciones, el «producto nacional» total no registraría ninguna disminución estadística, a pesar de que, en realidad, habría sufrido una drástica baja.

El ensalzado «sector público» plantea situaciones que son incluso peores que la de los coches de caballos de nuestro ejemplo hipotético. Pues la mayor parte de los recursos consumidos por las fauces gubernamentales no han sido nunca vistos, y menos usados por los consumidores, quienes podían, al menos, montar en los coches de caballos. En el sector privado, la productividad de una empresa se mide por la cuantía de lo que gastan voluntariamente los consumidores en sus productos. Pero en el sector público, la «productividad» del gobierno se mide -mirabile dictu- por la cuantía de lo que el propiogobierno gasta. En las primeras construcciones de la estadística del ingreso nacional, los estadísticos confrontaron el hecho de que las actividades del gobierno, a diferencia de lo que ocurre con los individuos y con las empresas, no podían estimarse por los pagos voluntarios del público, porque tales pagos eran imperceptibles o inexistentes. Presumiendo, sin prueba alguna, que el gobierno debe ser tan productivo como cualquier otra entidad, determinaron utilizar sus gastos como medida de su productividad. De esta manera, no sólo resultan los gastos gubernamentales tan útiles como los privados, sino que todo lo que el gobierno requiere para incrementar su «productividad» es aumentar su burocracia. ¡La contratación de más burócratas es la manera de ver ascender la productividad del sector público! Ello es, ciertamente, una modalidad fácil y feliz de magia social para nuestros deslumbrados ciudadanos.

La verdad es exactamente contraria a las suposiciones populares. Bien lejos de agregar satisfacciones al sector privado, el sector público sólo puede mantenerse a costa de él. Vive por necesidad parasitariamente de la economía privada. Ello significa que los recursos productivos de la sociedad, en lugar de destinarse a satisfacer las necesidades de los consumidores, se desplazan, por métodos coercitivos, de esas necesidades y deseos. Los fines de los consumidores son deliberadamente frustrados y los recursos de la economía desviados de ellos hacia las actividades deseadas por los políticos y la burocracia parasitaria. En muchos casos, los consumidores privados no obtienen absolutamente nada, excepto quizás la propaganda que se les transmite a sus propias expensas. En otros casos, los consumidores reciben algo que ocupa un rango muy inferior en su escala de preferencias, como ocurre con los coches de caballos de nuestro ejemplo. En cualquier caso, resulta evidente que el «sector público» es realmente antiproductivo, que en vez de agregarle, sustrae al sector privado de la economía. El sector público vive por el continuo ataque al verdadero criterio que se usa para medir la productividad: las adquisiciones voluntarias de los consumidores, la producción y el intercambio por vías distintas que la absorción de recursos.

Podemos estimar el impacto fiscal del gobierno en el sector privado sustrayendo los gastos gubernamentales del producto nacional. Pues los pagos del gobierno a su propia burocracia apenas son adiciones a la producción; y la absorción, por el gobierno, de recursos económicos, excluye esos recursos de la esfera productiva. Esta estimación es, naturalmente, puramente fiscal. No intenta medir el impacto antiproductivo de diversas regulaciones gubernamentales que mutilan la producción y el intercambio por vías distintas que la absorción de recursos. Tampoco tiene en cuenta numerosas otras falacias de la estadística del producto nacional. Pero, al menos, pone término a mitos comunes tales como la idea de que el producto de la economía estadounidense creció durante la Segunda Guerra Mundial. Si sustraemos el déficit gubernamental, en vez de agregarlo, veremos que la productividad real de la economía declinó, como es razonable esperar que ocurra durante una guerra.

En otro de sus sagaces comentarios, Joseph Schumpeter escribió, refiriéndose a los intelectuales anticapitalistas: «...el capitalismo está procesado ante jueces que tienen la sentencia de muerte en sus bolsillos. Están decididos a dictar esa sentencia, sea cualquiera la defensa que escuchen; el único triunfo que una defensa victoriosa puede posiblemente obtener es un cambio en la acusación» (2). La acusación ha sido ciertamente cambiada. En el decenio de los treinta, escuchábamos que el gobierno debía expandir sus funciones porque el capitalismo había producido la pobreza de las masas. Hoy, bajo la égida de John Kenneth Galbraith, escuchamos que el capitalismo ha pecado porque las masas son demasiado opulentas. En tanto que antes la pobreza agobiaba a «un tercio del país», ahora debemos deplorar la «penuria» del sector público.

¿En qué criterios se basa el Dr. Galbraith para deducir que el sector privado está demasiado hinchado y el sector público demasiado anémico y que, en consecuencia, el gobierno debe ejercer coerción adicional para corregir su propia desnutrición? Ciertamente no se basa en criterios históricos. En 1902, por ejemplo, el producto nacional neto de Estados Unidos era de 22,1 miles de millones de dólares; y los gastos gubernamentales (federales, estatales y locales) totalizaban 1,66 miles de millones, esto es, el 7,1% del producto total. Por otra parte, en 1957, el producto nacional neto era de 402,6 miles de millones de dólares, y los gastos gubernamentales totalizaban 125,5 miles de millones, o sea, el 31,2% del producto total. La depredación fiscal del gobierno en el producto privado se ha multiplicado, por lo tanto, de cuatro a cinco veces en el presente siglo. Difícilmente puede considerarse a esto «penuria» del sector público. No obstante, Galbraith sostiene que el sector público está siendo crecientemente «empobrecido», en relación con su estado en el no opulento siglo diecinueve.

¿Qué criterios, pues, nos ofrece Galbraith para descubrir cuándo llegará finalmente a su nivel óptimo el sector público? La respuesta no es otra cosa que fantasía personal:

Puede preguntarse cuál es el criterio de determinación del equilibrio -en qué punto puede deducirse que ha sido logrado el equilibrio en la satisfacción de las necesidades privadas y públicas-. La respuesta es que no puede aplicarse ningún criterio, porque no existe ninguno... El presente desequilibrio es claro... En vista de ello, la dirección en la cual debemos movernos para corregirlo es manifiestamente sencilla (3).

Para Galbraith, el presente desequilibrio es «claro». ¿Por qué lo es? Porque contempla por todos lados y observa deplorables condiciones dondequiera que opera el gobierno. Las escuelas están atestadas, el tráfico urbano congestionado, las calles desordenadas, los ríos contaminados. Podría haber añadido que el número de delitos crece incesantemente y que los tribunales de justicia están sobrecargados. Todo esto ocurre en zonas sometidas a la propiedad y a la acción gubernamental. La única solución imaginada para corregir esas evidentes deficiencias es insuflar más dinero en las arcas gubernamentales.

Mas, ¿cuál es la razón por la que son solamente las entidades gubernamentales las que claman por más dinero y denuncian a los ciudadanos por su renuencia para suministrarlo? ¿Por qué no encontramos nunca en la esfera de la empresa privada realidades equivalentes a los atascos del tráfico (que ocurren en vías gubernamentales), a las escuelas mal administradas, a la escasez de agua, etc.? La razón es que las empresas privadas adquieren el dinero que les corresponde por medio de dos fuentes: el pago que hacen voluntariamente los consumidores por los servicios prestados, y la inversión que hacen voluntariamente los inversionistas en consideración a la expectativa de la demanda de los consumidores Si aumenta la demanda de un bien que se encuentra en la zona de la empresa privada, los consumidores pagan más por el producto en cuestión y los inversionistas invierten más en su producción, equilibrando así el mercado en el punto adecuado para la satisfacción de las necesidades de todos. Si aumenta, por el contrario, la demanda de un bien que se encuentra en la zona de la propiedad gubernamental (agua, calles, transporte subterráneo, etc.), todo lo que escuchamos son recriminaciones contra el consumidor por derrochar recursos preciosos, combinadas con recriminaciones contra el contribuyente por resistirse a una mayor carga tributaria. La empresa privada tiene por esencial finalidad atender al consumidor y satisfacer sus demandas más urgentes. Las entidades gubernamentales, por el contrario, denuncian al consumidor como un enojoso usuario de sus recursos. Solamente un gobierno, por ejemplo, sería capaz de contemplar con simpatía la prohibición de los automóviles particulares como una «solución» al problema de las calles congestionadas. Los numerosos servicios «libres» prestados por el gobierno crean, por lo demás, un excedente permanente de la demanda sobre la oferta y, por lo tanto, «escasez» permanente del producto. El gobierno, en suma, al adquirir sus ingresos por confiscación coercitiva en vez de adquirirlos por la vía de la inversión y del consumo voluntarios, no es ni puede ser manejado como una empresa. Su burda e inherente ineficiencia, su imposibilidad de suplir adecuadamente el mercado, le convierten en fuente de conflictos en el panorama económico (4).

En otros tiempos, la mala administración inherente a las entidades gubernamentales era generalmente considerada como un argumento poderoso para mantener todo lo que fuera posible lejos de la acción del gobierno. Después de todo, cuando uno ha invertido en un negocio y ha sufrido pérdidas trata de abstenerse de verter más dinero en él. Sin embargo, el Dr. Galbraith quisiera que redoblásemos nuestra determinación de verter el dinero duramente ganado por el contribuyente en la ratonera del «sector público». ¡Y usa como principal argumento las propias deficiencias del método de acción gubernamental!

El profesor Galbraith tiene dos líneas de defensa para su tesis. En primer lugar afirma que, al subir el nivel de vida de los pueblos, los nuevos bienes obtenidos no son tan valiosos para ellos como los primeros. Ello pertenece, sin duda, a las nociones elementales de economía. Pero Galbraith se las arregla para deducir, de ese hecho, que las necesidades privadas de los pueblos no tienen ya valor alguno para ellos. Mas, si esto es verdad, ¿por qué los «servicios» gubernamentales, que se han expandido a un ritmo muy superior, son todavía tan valiosos que requieren un desplazamiento adicional de recursos hacia el sector público? Su argumento final es que las necesidades privadas son artificialmente inducidas por la publicidad de las empresas, las cuales «crean» automáticamente las necesidades que supuestamente sirven. En resumen, de acuerdo con el modo de pensar de Galbraith, si no estuvieren sometidos a esas influencias, los hombres se contentarían con una vida no opulenta, posiblemente a niveles de subsistencia. La publicidad es el villano que viene a echar a perder esa vida idílica primitiva.

Prescindiendo del problema filosófico de cómo «A» puede crear las necesidades y deseos de «B» sin que tengan que ser refrendados por «B», nos enfrentamos a un curioso enfoque de la economía. ¿Es «artificial» todo lo que excede el nivel de subsistencia? ¿De acuerdo con qué criterios? Por lo demás, ¿cómo puede explicarse que una empresa se imponga la tarea y el costo adicional de inducir un cambio en las necesidades de los consumidores, cuando puede obtener beneficios satisfaciendo las necesidades existentes, no «creadas» por ella? La propia «revolución de los mercados» a que está sometida la empresa privada, su creciente y casi frenética concentración en la «investigación de mercados» (market research) demuestra lo contrario al punto de vista de Galbraith. Pues si las empresas creasen, a través de la publicidad, la demanda de los consumidores hacia sus productos, no habría necesidad alguna de investigar el mercado, y no habría temor alguno de quiebra o de fracaso. En realidad, lejos de que el consumidor sea más «esclavo» de las empresas en una sociedad opulenta, la verdad es exactamente lo contrario, pues a medida que el nivel de vida sube por encima del nivel de subsistencia, el consumidor se hace más difícil y especial en sus compras. El empresario tiene que cortejar al consumidor más que antes, y de aquí sus intensos esfuerzos de investigación del mercado para descubrir lo que el consumidor quiere comprar.

Existe, sin embargo, una zona en nuestra sociedad, en la cual las censuras de Galbraith a la publicidad casi pueden considerarse aplicables, pero es una zona que curiosamente, él no menciona nunca. Se trata de la enorme dosis de publicidad y propaganda efectuada por el gobierno. Es esta una publicidad que irradia hacia el ciudadano las cualidades de un producto que, a diferencia de lo que ocurre con la publicidad de las empresas, aquél no tiene jamás la posibilidad de probar. Si la Compañía de Cereales X imprime la fotografía de una atractiva figura femenina que proclama las excelencias del cereal X, el consumidor, aun si es lo suficientemente estúpido para tomarlo en serio, tiene la posibilidad de verificar personalmente esa proposición. Su propio gusto determinará si lo ha de comprar o no. Pero si una entidad gubernamental hace publicidad ante las masas de sus propias cualidades, el ciudadano no tiene medio alguno de aceptar o rechazar esas pretensiones. Si algunas necesidades son artificiales, son aquellas generadas por la propaganda gubernamental. Por lo demás, la publicidad de las empresas es, al menos, pagada por los inversionistas, y su éxito depende de la voluntaria aceptación del producto por los consumidores. La publicidad gubernamental es pagada por medio de impuestos extraídos de los ciudadanos, y por lo tanto, puede proseguir, año tras año, sin control. El infortunado ciudadano es inducido por la publicidad gubernamental para que aplauda los méritos de aquellos que, por procedimientos coercitivos, le obligan a costear esa propaganda. Esto es verdaderamente agregar el insulto al daño patrimonial.

Si el profesor Galbraith y sus seguidores son pobres mentores para comprender el sector público, ¿cuál es la orientación que se deriva de nuestro análisis? La contestación es la que formuló hace tiempo Jefferson: «that government is best which governs least». (5) Cualquier reducción en el sector público, cualquier desplazamiento de actividades de la esfera pública a la privada constituye un beneficio moral y económico neto.

Gran número de economistas tienen dos argumentos básicos en favor del sector público que sólo podemos considerar muy brevemente aquí. Uno es el problema de los «beneficios externos». A y B se benefician, se afirma, si pueden obligar a C a efectuar algo. Mucho puede alegarse en crítica de esta doctrina. Baste decir aquí que cualquier argumento que proclame el derecho y la bondad que tienen, digamos, tres vecinos, que anhelan formar un cuarteto de cuerdas, para obligar a un cuarto vecino a punta de bayoneta a aprender a tocar la viola, apenas merece un comentario serio. El segundo argumento es más sustancial. Despojado de la jerga técnica, sostiene que algunos servicios esenciales no pueden ser suministrados por la esfera privada y que, por lo tanto, es necesario que sean suministrados por el gobierno. Sin embargo, todos los servicios suministrados por el gobierno han sido, en algún tiempo, atendidos con éxito por la empresa privada. La débil afirmación de que los particulares no pueden suministrar esos bienes no ha sido apoyada, en las obras de esos economistas, por ninguna clase de prueba. ¿Por qué razón, por ejemplo, los economistas, tan propensos a soluciones pragmáticas o utilitarias, no reclaman «experimentos» sociales en esta dirección? ¿Por qué deben hacerse siempre los experimentos políticos en la dirección que favorece más actividad gubernamental? ¿Por qué no dejar al mercado libre los servicios de una entidad municipal, o incluso de una o dos entidades estatales, y ver lo que es capaz de realizar?



(1) En las frases inmediatamente anteriores, Schumpeter escribió: «La fricción o antagonismo entre la esfera privada y la pública fue intensificada desde el principio por el hecho de que... el Estado ha vivido de un ingreso que era producido en la esfera privada para fines privados y que era desviado de esos fines mediante el uso de la fuerza política». Exactamente. Joseph A. Schumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy. New York, Harper and Bros., 1942, pág. 198.

(2) Schumpeter, op. cit., pág. 144.

(3) John Kenneth Galbralth. The Affluent Society, Boston, Houghton Mifflin, 1958. Págs. 320-21.

(4) Para una mejor consideración de los problemas inherentes a las operaciones gubernamentales, véase Murray N. Rothbard, «Gobernment in Business», en Essays on Liberty, Volumen IV, Irvington - Hudson, Foundation for Economic Education, 1958, págs. 183-187.

(5) «Aquel gobierno es mejor mientras gobierna menos».


Tomado de Orientación Económica, Caracas.
Re: El sector publico
Enviado por el día 3 de Junio de 2004 a las 21:19
Si lo explicas con tus palabros lo leere si no semejante ladrillo ni de coña.
Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 3 de Junio de 2004 a las 21:37
El problema es tuyo ,no mio, si quieres aprender, lee, si no haz tu vida.
Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 4 de Junio de 2004 a las 03:11
Da igual si son o no "sus palabros" el punto es la informacion, muy interesante por cierto.
Re: Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 4 de Junio de 2004 a las 14:05
Y claro que si ,es muy interesante el articulo,pero esta gente arrogante ,se cree que todo lo saben y no se dan cuanta que hay gente que ya estudio y vio las cosas mejor que todos nosotros ,pero le escapan ,no son capaces de querer entender la realidad, siguen encerrados en su soberbia y de creerse superiores,te quiere "ganar la discusion!!""usa tus palabras te dicen!!"giles!!ya todo esta inventado ,aprendan ,si no para que vinieron a este sitio?,para seguir diciendo las mismas estupideces siempre o para aprender la realidad??
Re: Re: Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 4 de Junio de 2004 a las 17:07
Buenisimo, pero los zurdiles no lo leeran, solo les gusta leer donde se les ofrece repartir lo ageno.
Re: Re: Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 4 de Junio de 2004 a las 21:38
"usa tus palabras"
Otra frase zurda nacida de la ignorancia más.
La guardaré.
Re: Re: Re: Re: El sector publico
Enviado por el día 4 de Junio de 2004 a las 23:34
Vaaaaaa , si tanto empeño poneis mañana hare la critica del textooooo.

Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 01:46
A ver puntualizaciones ;

1º me gustaria que os declararais partidarios de una postura u otra pues uno de los ponientes (Si son dos) formula :

"No significa tampoco que el sector público no tenga misiones fundamentales en el mundo económico-social"

"Mas, asimismo se señala que esas funciones sólo serán efectivas si se integran en los mecanismos económicos que condicionan, en el seno general de la comunidad, esto es, en el llamado sector privado, el bienestar de las sociedades humanas".

Precisamente esa es una de las funciones del estado, el asegurar la libertad de las personas.

Sin embargo el preofesor Murray N. Rothbard formula lo contrario

"Aquel gobierno es mejor mientras gobierna menos"

Que sepan que para que se de la circuntancia de que el gobierno asegure la libertad de los individuos y por tanto la libertad de comercio entre empresas , el estado debe tener potestad para al menos garantizar ;

-La seguridad interna.
-La exterior.
-La justicia.

Ya saben Uds. si cumplieramos a rajatabla los postulados del ultraliberal Murray N. Rothbard , desapareciria el estado, y el mundo pues se sumiria en una voragine de robos, guerras entre tribus etc.
Probablemente el fin de la raza humana pues aquella tribu que consiguiera disponer de armamento nuclear es posible que la usara para dominar a las demas, con las consecuencias que conocemos.

Respecto a la productividad del gobierno se dice que

"Pero en el sector público, la «productividad» del gobierno se mide -mirabile dictu- por la cuantía de lo que el propiogobierno gasta"

Bueno esto es asi por que en el peor de los casos es simplemente una transferencia de renta.
Imaginen que los particulares en vez de dar al estado el 30 o 40% lo dieran a un amigo, el caso seguiria siendo el mismo. El PIB no variaria, eso en el caso de que fueran transferencias puras a sueldos de funcionarios del gobierno, politicos etc.
Esta es la razon por la que se cuentan tal cual.

Bueno a partir de aqui se planteaba la "productividad" de la totalidad de los servicios prestados por el estado ;

Aparte de los relatados me vienen dos servicios fundamentales que plantean la productividad o superioridad del estado sobre la empresas privada, sin descartar mas ejemplos ;

-Las agencias estatales de circulacion.
-Los bomberos.

Me pregunto yo que empresa privada se encargaria de que los viandantes, y los vehiculos circularan en una relativa armonia, castigaran a los infractores y tuvieran capacidad de incluso retener los vehiculos.
Por no mencionar la necesidad de vincular estadisticamente cada vehiculo con un propietario , (Matriculas).

El otro caso es el de los bomberos , pues si estos no fueran estatales quien acudiria a los incendios en los campos, quien acudiria, etc.
En el caso de las ciudades ante la ausencia de legislacion que es lo que evitaria que los vecinos poco civicos se abstuvieran de tomar medidas antiincendios, causando con su neglicencia que ciudades enteras cayeran en incendios pavorosos.

Por supuesto estos como he dicho no son casos excluyentes, pero bastan por ahora para señalar la TREMENDA FALACIA, de que en cualquier caso la superioridad de la iniciativa privada frente a la estatal.

Por supuesto no dejare de señalar que efectivamente uno de los principales defectos del estado es la pasividad de sus funcionarios, pero esto no es obvice de que en ciertas funciones el estado proporciona un servicio mas productivo que el de la iniciativa empresarial o privada.

Respecto al mito de la eficiencia (Entendida como servicio de la economia al bienestar de la humanidad) de la iniciativa privada permitamme poner algunos ejemplos ;

-En el mundo se gasta mas dinero en la investigacion sobre la calvicie que sobre el cancer en general.

-El crecimiento de peluquerias, esteticienes etc, caninas ha sido en españa tremendamente espectacular.

-Solamente con el presupuesto de EUA en armas que no se utilizan se solucionaria el hambre del mundo.

-La publicidad del tabaco y la inclusion de amoniaco (Fuerte adictivo ) en el tabaco consiguen 50.000 muertes todos los años en españa.

-El pais mas desarrollado del mundo EUA tiene un nivel de "Gordos" es decir personas que han sobrepasado en un 25% su peso ideal es de casi una de cada tres.
El aumento de las enfermedades relacionadas casi desplaza al tabaco.

Todas estos efectos perversos son consecuencia de la actividad economica de ciertas empresas.

Mañana continuo.
Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 09:50
"-La publicidad del tabaco y la inclusion de amoniaco (Fuerte adictivo ) en el tabaco consiguen 50.000 muertes todos los años en españa.

-El pais mas desarrollado del mundo EUA tiene un nivel de "Gordos" es decir personas que han sobrepasado en un 25% su peso ideal es de casi una de cada tres.
El aumento de las enfermedades relacionadas casi desplaza al tabaco.

Todas estos efectos perversos son consecuencia de la actividad economica de ciertas empresas."

FALSO la consecuencia es como siempre: puestos de trabajo, riqueza y familias felices.
La publicidad de los cigarrillos es la mas informativa del mercado (ley del cigarrillo)
Si la publicidad matase como afirma el zurdo, no deberiamos estar vivos.
El sobrepeso es causado por la predisposicion genetica a engordar y sobrevivir, tambien por falta de cultura alimenticia.

Joeperry esto no es denunciaprogre.org, informese antes de postear porfavor, esta entre gente con un CI mayor de 100.
Mañana continuo.
Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 10:43
Sr. Nukem el que esas empresas den empleo no es obvice para sus productos o servicios, sean ademas de exitosos, perjudiciales o banales para quien lo compra .

Por reduccion al absurdo, no lo tome literal, le pondria el ejemplo de las fabricas nazis de armamento.
Empleaban a muchos alemanes.

¿justifica su existencia, tambien?.

No ha sido mi intencion el hacer ninguna denuncia, solo constatar que la "Benevolencia" o efecicacia del mercado no es tal, al fin y al cabo las empresas son nada mas que respuestas a los deseos de los consumidores, inducidos o no.
Algunos de esos deseos son mas nobles otros futiles.
Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 12:47
Perdon ,mercado con los nazis??de que estamos hablando?,justamente la idea liberal es ir contra el "interes nacional".
El mercado ni es bueno ni es malo,es la realidad tal como debe ser entre acuerdos pacificos y libres,nada mas.
Nadie dice que el estado no deba existir,solo decimos que tiene que ser limitado,que la seguridad,la salud y la educacion pueden estar en manos del estado no va contra los principios liberales,si estamos en contra de los planes de estudio unicos,el monopolio de la salud en manos del estado ,y te recuerdo un principio liberal,somos antimilitaristas.
Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 14:51
Por favor lea atentamente y no se rasgue la camisa con tanta facilidad.

"Por reduccion al absurdo, no lo tome literal, le pondria el ejemplo de las fabricas nazis de armamento.
Empleaban a muchos alemanes"

Insisto no se lo tome literal o tal como lo he dicho.
¿Conoce la palabra literal? , no tiene nada que ver con literario.

Por si no lo ha entendido se lo dire de otra manera ;

El solo hecho de la viabilidad economica de un producto, no implica que este tenga un beneficio para la sociedad, a veces como el caso extremo que he puesto y como otros ya descritos, el hecho de cree empleos, no significa que sea "bueno".

Esto tenia relacion con el texto de la productividad del sector publico que el profesor liberal insinuaba , practicamente como nula , al considerar al estado como "Parasito".

El estado a veces si es parasito, y otras da servicios de valor incalculable.

Simplemente depende, del pais y de las situaciones, como en las empresas, en un estado que no tiene competencia (Entiendase como alternancia) suele caer en el parasitismo.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 15:15
Por favor,yo me rasgo las vestiduras?si no hay nada mas melodramatico que un intervencionista justificante de toda medida con tal de salvar cualquier alma en pena!!.
Justamente ,yo creo que no leiste el articulo,el profesor esta diciendo que los actos del estado se hacen con fondos que sustrae de la actividad privada(ves como siempre es el mismo tema?),cuando ves una obra del estado ,lo que tienes que preguntarte es ,Que se hubiera podido hacer con esos fondos si no se los hubieran sustraido a la actividad privada?,esa es la pregunta que no te respondes,la torta siempre es la misma,lo importante es saber quien maneja esos fondos,si el estado con su burocracia y corrupcion o los privados(fuente de origen de esos fondos)con libertad,yo defiendo la propiedad privada,por lo tanto elijo esta ultima alternativa.
Entiendes que es "interes nacional"?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 17:23
Y si Ud. hubiera leido mi critica hubiera entendido que ya le conteste.
Hay casos en que se aprovechan bien y hay casos que relativamente mal.

Y puse dos ejemplos de actividades que ninguna empresa desempeñaria con la eficiencia del estado ; (Aunque sin esfuerzo podria citarle varias mas).

-Las agencias estatales de circulacion
-Los bomberos.

Seguro que si Ud. recapacita encontra ejemplos iguales.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 17:53
Relativamente mal??,para mi ,lo tuyo es una expresion de deseos, YO DESEO QUE TODO SALGA BIEN y no es asi, hay que respetar un sistema justo ,lo que no quiere ser igualitario,mira los bomberos en mi pais son voluntarios,no hay bomberos estatales,pero eso no cambia nada ,son ejemplos minusculos, porque el estado ponga un semaforo bien,no le vamos a dar el negocio de las aerolineas o el manejo de las pensiones,por ejemplo ,esos son importantes ,no las minucias.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 18:25
Sr. Racing comprendo su dolor, pero comprenda que puedo desde aqui hacer poco.

No pretendo ser su adversario.

Un abrazo.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 18:27
No voy a continuar con la critica del texto posteado por Ud.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de quince
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 18:32
Ok ,ya se que no eres mi adversario.Saludos liberales
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo de qu
Enviado por el día 5 de Junio de 2004 a las 18:36
Hagame caso , no se tome esto como algo personal, disfrute con la pagina y los comentarios de los demas.
No competimos aqui, estamos para pasar un buen rato y expresar nuestras creencias de manera natural.

Salud amigo.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitulo d
Enviado por el día 6 de Junio de 2004 a las 02:10
Joeperry vete a denunciaprogre.org
"Te pongo el ejemplo de las fabricas nazis de armamento"
Pon lo que quieras que a nadie le importa un pito tu melodrama barato sobre "el mal que involuntariamente o no hace el mercado y sus empresas" A LEER.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera capitu
Enviado por el día 6 de Junio de 2004 a las 18:03
Y tu vete a cazar leones cavernicola.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El sector publico ; primera ca
Enviado por el día 6 de Junio de 2004 a las 18:09
callate mierdoso
Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 6 de Junio de 2004 a las 19:17
Ultimas puntualizaciones antes de dejar este post ;

1º Me preocupa falacias como :

-"Una de las más importantes características de nuestros recursos económicos es su escasez. La tierra, el trabajo y los bienes capital son todos factores escasos y pueden ser todos destinados a usos diversos"

Pienso que eso es radicalmente falso, que la reutilizacion de materiales como el papel, energias renovables, limpias, las piscifactorias, la continua invencion de materiales sinteticos, y la mejora de la tecnologia, hace que sobre el papel no exista ningun recurso escaso, que no pueda ser reemplazado.

La escasez de mano de obra me parace una auntentica broma, mas en aquellos paises que padecen como el mio desempleo cronico.

Y la escasez de los bienes de capital es debido al afan consumidor y el caracter negativo que tiene en esta sociedad hedonista del ahorro.

Nada es escaso per se, es simplemente la sociedad que hemos diseñado, que aplauidimos que contribuimos a perpetuar.

2º Queria hacer notar que efectivamente estoy de acuerdo lo que dice el doctor que lo que se consume el mercado es representativo de los deseos de los demandantes es decir quien posee el 80% de la riqueza, efectivamente es asi, pero esto no es global, es decir el mercado esta saturado de bienes que satisfacen al 20% de la poblacion, ignorando al resto.

Mi pequeña defensa del estado, reside tambien, en que el estado a veces y con una efectividad desigual, se ocupa o al menos deberia ocuparse de ese 80% restante.

3º Si que hay algo en lo que estoy totalmente de acuerdo con el profesor, es en descontar el deficit publico que haria mas reales las cifras de la contabilidad nacional, asi p.e. se me ocurre que si descontaramos el incremento del deficit publico en la etapa de Menem como presidente sus crecimientos economicos, se verian fuertemente corregidos.
Este dato lo invito a que Uds. me lo confirmen, pues no dispongo de datos suficnetes.

4º Dado que en cada estado hay diferencias muy iimportantes de pobreza, seguridad, vivienda, etc. , El tamaño del estado ideal variaria.

5º Negar el papel de la publicidad en la vida moderna, es querer ignorar la realidad, pues hago el mismo razonamiento que el profesor;
Si la publicidad no modificara la demanda ¿Porque invertir en ella?, no creo en los extremos, pienso que la publicidad es inportante a la hora de crear necesidades, pero que hay otras necesidades que efectivamente son dadas.
Me parece exagerado o un intento de parodia por parte del profesor, calificar de "esclavos" a los consumidores.
Mi punto de vista es que no somos esclavos pero estamos condicionados.

Por cierto, por ultimo la publicidad de las empresas publicas ... ¿Que publicidad? en España practicamente no hay empresas publicas.

6º Los prejuicios vienen dados, es ejemplo claro pues queda por escrito que uno de los liberales de aqui se lanzo a criticar mi respuesta a este profesor, sin tan siquiera reflexionar lo dicho.
Los economistas neoclasicos, socialistas, comunistas, conservadores, liberales tenemos el defecto de tener prejuicios sobre las ideas de los demas.

7º Sr. Nukem es usted un hombre sin recursos.
Por lo que se ve se le agotaron los argumentos.
Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 6 de Junio de 2004 a las 20:40
Lo que si nunca se me va a agotar son los clones como ese imbecil de duCkenukem y su ultimo post.
Re: Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 7 de Junio de 2004 a las 17:18
De JouPerry Para invalidar la escaces de los recursos
"Pienso que eso es radicalmente falso, que la reutilizacion de materiales como el papel, energias renovables, limpias, las piscifactorias, la continua invencion de materiales sinteticos, y la mejora de la tecnologia, hace que sobre el papel no exista ningun recurso escaso, que no pueda ser reemplazado
Para defender el intervencionismo JouPerry menciona tecnología, innovación y energías, solo le falto decir "libre mercado" o capitalismo.
En ese sentido, el principio "escaces de recursos" por si solo no dice mucho, el principio completo es "escaces de recursos en tanto haya "ilimitadas necesidades". el hombre no permanece estático e involucionado, por el contrario evoluciona y su acción es dinámica, no puede peramanecer igual que hace 3 mil años, hoy las necesidades del hombre son mucho mas complejas. En el liberalismo lo lindo para mi es que no es normativo, si no descriptivo, no pretendemos decirle a la gente que necesidades debe satisfacer o cuales son sus prioridades.
Re: Re: Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 7 de Junio de 2004 a las 21:40
El profesor menciono la tierra como factor escaso, ademas de la mano de obra (Sic), y los bienes de capital (En monopolio del norte).

Insisto, veo un discurso continuado de !OH esto es carisimo porque es escaso y valiosisimo!, falso la luz del sol es infinito, todos los seres humanos caberian en Texas, con el 30% de la supercie de España cultivada de girasoles se obtendria el gasoil necesario para la total independencia energetica, y el concepto de crecimiento sostenido, es perfectamente original y valido. Y si lo es ahora imaginemos dentro de 15 años.

No pretendi defender el intervencionismo con la tecnologia, innovacion y energia, pues aunque el gobierno ocupa un lugar privilegiado , no es patrimonio exclusivo.
Lo que me preocupa es que doctores que ganan tanto dinero, en sus conferencias digan memeces como la subsodicha de la "Tremenda escasez", lo cual me es mas que sospechoso.

Si efectivamente el hombre tiene actualmente miles de necesidades, tambien es cierto que la ciencia avanza en progresion geometrica en el sentido de capacidad de satisfacerlas.

Pero debemos centrar nuestra atencion, como no en las mas basicas, no solo aquellas del famoso 20% d ela poblacion.

Si se deja la economia enteramente a la buena de Dios, solamente existiran prioridades de los mas ricos, los demas sencillamente no existeremos.

Por cierto a colacion, Japon sigue sufriendo una tremenda crisis por su orientacion hacia la satisfaccion de bienes a los paises exteriores ricos, con lo cual quiero decir que ojo con descuidar un hecho importantisimo, competitividad si, pero tambien hacia el mercado interno, el mas importante.
Re: Re: Re: Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 19 de Agosto de 2004 a las 22:04
muajuajuajaujaujauj
Re: Re: Re: Re: Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 19 de Agosto de 2004 a las 23:43
No sé para qué te molestas, joeperry, excepto el argentino los demás ni siquiera leen tus post. O en todo caso no los entienden.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Critica al texto de Rothbard
Enviado por el día 19 de Agosto de 2004 a las 23:46
En este hilo se han abordado temas MUY importantes, pero me reservo mi opinión, no merece la pena.