Economía

El patrón oro dependía del liderazgo británico

• Reducir precios y salarios con una política de ajuste deflacionario era muy costoso socialmente, y difícil de conseguir en la práctica.
• El aumento de los tipos de interés perjudicaba la inversión y el consumo en general, a los propios bancos centrales (que perdían clientes o posibilidades de negocio), y al gobierno
(encareciendo la deuda pública).
• La economía no se recuperaba hasta que el descenso del nivel de precios (deflación) permitía relanzar las exportaciones, la inversión y la ocupación.

....y moriría con el fin del liderazgo británico

• El funcionamiento real del patrón oro se basaba en la libra esterlina y el superávit final
de la balanza de pagos británica, que permitía financiar el comercio y la inversión mundial.
• La estabilidad que el patrón oro proporcionaba a los cambios internacionales de divisas, y
en los niveles de precios nacionales, beneficiaba a los países centrales y perjudicaba a los periféricos, que dependían de la cotización de unos pocos productos de exportación, y
donde los ajustes deflacionarios eran mucho más duros.
• Más allá de la “mística” que lo envolvió, el patrón oro tenía fecha de caducidad: dependía
del liderazgo británico y moriría con él. • Como veremos, la Primera Guerra Mundial anticipó su final. Los ajustes deflacionarios tenían (y tienen) un efecto macroeconómico depresivo
• La mayor parte de los ajustes reales se producían a través del mecanismo de la renta: al aumentar los tipos de interés y contraerse la masa monetaria los agentes económicos reducían el gasto (tanto de consumo, como de inversión).
• “La base principal del patrón oro antes de la I Guerra Mundial era la prioridad que los
gobiernos concedían al mantenimiento de la convertibilidad de la moneda”.

POBLACIÓN MAYOR DE VEINTE AÑOS CON DERECHO A VOTO EN GRAN BRETAÑA, 1831-1931

• “La contrapartida de esa prioridad, la depresión económica, afectaba principalmente a los trabajadores que podían encontrarse con unos salarios reducidos o sin trabajo.”
• “Pero en aquella época los trabajadores tenían pocas oportunidades de hacerse sentir”

Ya en la etapa terminal del patrón oro, Keynes denunciará sus consecuencias económicas y sociales (1925):

• “Sobre la base de la justicia social no se puede justificar en ningún caso la reducción de los salarios de los obreros. Ellos son las víctimas del monstruo económico. Representan vívamente los
“ajustes fundamentales” ingeniados por el Tesoro y el Banco de Inglaterra para satisfacer la impaciencia de los padres de la City para salvar la “moderada brecha” entre 4,40 y 4,86 $. Ellos [...] son el “moderado sacrificio” todavía necesario” para asegurar la estabilidad del patrón oro” (Las consecuencias económicas del señor Curchill, 1925).