Teoría política

Hoy me presentaré como un zurdo. Por ello, con la elegancia que me caracteriza, dirigiré mis respetos hacia todos los diestros, que con mano dura nos han bautizado y, en este foro en particular, se han referido a nosotros con sorna y una falta de respeto general. Salvo excepciones.
Y no veo mejor ejemplificación de las teorías políticas de cada cual, que el tono de voz con que los unos nos dirigimos a los otros.
No puedo decir quién es mejor pensante, porque no me pertenece esa distinción, pero sí quién es mejor intencionado. He visto a un zurdo pedir su opinión, y a aun atajo de salvajes con un mástil en el culo y una bandera de barras y estrellas izada, dársela; y de qué forma. Pueden verlo también ustedes: la teoría política de aquellos que se lanzan a la devastación, a la reprobación y al abuso, se llama liberalismo.
Acaso el liberalismo sea igual de bien intencionado que sus opositores comunistas. Cada uno, con argumentos que sólo puedo equilibrar en la misma balanza. Pero a menudo el liberalismo usa estratagemas para la captación de adeptos que seducen a lo que acaban siendo simples partidistas de un interés vital: la defensa de su categoría.
La categoría no es otra cosa que la distinción entre uno y otro individuo. Qué cosa los distinga está contenida en la definición de esa categoría. Obviamente, no hay más que contar dos más dos: quien se sienta beneficiado al distinguirse del resto, creerá en un liberalismo esacerbado que elimine toda protección del desamparado, para que su distinción sea mayor. Mientras que quien se sienta distinto por marginación, por rechazo, por abuso, y haya soñado siempre con igualarse hasta no poder más y caer en el desengaño; ése, ése se sentirá más comunista que nadie, y defenderá a ultranza la eliminación de cualquier categoría.
¿No les parece que eso es todo? Para mí, aquí se acaba la defensa de los eslóganes de una u otra teoría política. Las verdaderas conciencias políticas que, al margen de su situación, defienden unos principios fundamentales, sin ser ni perjudicados ni beneficiados, sólo son gente que está aburrida.